Capítulo 214

Grace Enamorada (IV)

⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue


 

—¡¿Qué?!

Las palabras inesperadas hicieron que los ojos de Grace se agrandaran.

Aris la miró con una expresión traviesa, como un gato juguetón, y dijo:

—El Príncipe Heredero no es atractivo solo a tus ojos. A mí también me parece bastante interesante. Además, si me caso con él, también obtendría el título de Reina de Rovia.

—Ayer mismo dijiste que no tenías interés en ser reina.

—Cambié de opinión. Ya sabes lo caprichosa que soy. Así que dame ese pendiente.

—¡…!

—Es el pendiente del Príncipe Heredero. Yo se lo devolveré.

—…….

Grace apretó los labios y sujetó el pendiente con fuerza, con el rostro endurecido.

 

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

 

Se lo dio. Se lo dio.

No debía haberlo hecho… ¡pero lo hizo!

Después de que Aris se marchó, Grace se agarró la cabeza con desesperación.

¿Debería ir ahora mismo a quitarle el pendiente a Aris?

Sus músculos se tensaron, como si estuviera a punto de hacerlo en ese mismo instante.

Pero sus pies se quedaron clavados en el suelo.

—… No tengo derecho a hacer eso.

Después de todo, ni siquiera era mío.

Apretando los dientes, bajó la cabeza con frustración.

 

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

 

ChuChu la miró con preocupación mientras Grace levantaba una enorme roca.

—Princesa, si sigue entrenando sin descanso día y noche, su cuerpo no lo soportará.

—Lo sé. Pero si no hago esto, voy a volverme loca. Solo déjame en paz.

—¡Ay, por Dios…!

Cuando Grace se estresaba, entrenaba.

ChuChu lo sabía muy bien, así que, en lugar de intentar detenerla, decidió prepararle una comida nutritiva: una ensalada abundante, con verduras suficientes para alimentar a un elefante y pollo jugoso que incluso un león encontraría satisfactorio.

Unos días después, Aris vino de visita.

—¡Vaya! En tan poco tiempo, tus músculos han crecido aún más. Antes, si te daba un golpecito en la cabeza, pensaba que solo te desmayarías, pero ahora siento que podrías irte directamente al otro mundo.

Grace la miró fijamente antes de preguntar:

—¿Le entregaste el pendiente al Príncipe Heredero?

—Sí.

—……

—Gracias a eso, nos hicimos un poco más cercanos. Cuanto más lo conozco, más me doy cuenta de que es un buen hombre. Es inteligente, tiene buen sentido, y es muy perspicaz.

No era la primera vez que Aris le resultaba irritante.

Pero esta vez, por primera vez en su vida, Grace sintió un deseo incontrolable de darle un coscorrón en esa pequeña y redonda frente con todas sus fuerzas.

—……

Como Grace no respondía, Aris continuó hablando.

—Así que he decidido no seguir dando vueltas con esto.

—¿……?

—Voy a confesarle mis sentimientos al Príncipe Heredero.

¡BANG!

Grace golpeó la mesa con tanta fuerza que se formó una grieta en el mármol.

Oh, por Dios.

Aris sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Por un instante, quiso huir, pero ya había llegado demasiado lejos como para retroceder.

—¿No te gusta que le confiese?

—No es eso, es solo que me tomó por sorpresa. Apenas has pasado tiempo con él. ¿Es necesario apresurarse tanto?

—Siempre he sido impaciente. Además, como tú solo te la pasas levantando piedras en el palacio y no te enteras de nada, ¿sabes cuánta popularidad tiene el Príncipe Heredero en estos días? Todas las mujeres solteras en edad casadera del imperio están desesperadas por siquiera intercambiar una palabra con él.

Aris miró de reojo a Grace y agregó:

—Si me tomo las cosas con calma, alguien más me lo robará.

El puño de Grace temblaba de furia.

 

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

 

Mientras permanecía en la capital, Aris se alojó en el Palacio Ruby.

Ahora, en la sala de recepción del palacio, que había permanecido exactamente igual desde los días en que Aris y Siana vivían juntas, Aris y Lichton estaban sentados cara a cara, conversando.

A la luz del sol, los sirvientes que los observaban murmuraban emocionados.

—Dios mío… hacen una pareja perfecta.

Incluso Nini y Nana, que eran increíblemente exigentes cuando se trataba de Aris, asintieron.

—La Princesa Aris es un millón de veces demasiado para él, pero… bueno, combinan bastante bien.

—Sí. Entre todos los hombres que han intentado acercarse a la Princesa Aris, él es, sin duda, el mejor.

Las dos dijeron al unísono:

—Especialmente por su rostro.

Habiendo estado expuestas a la belleza celestial de Aris todos los días, sus estándares eran extremadamente altos. Pero incluso ellas tenían que admitir que Lichton era excepcionalmente guapo.

—Y no es solo su apariencia, también tiene un gran carácter.

—¿En serio?

—Sí. Hace un momento, nuestras miradas se cruzaron… ¡y me sonrió!

—¿Te miró a los ojos y no se enojó, sino que te sonrió? ¡Qué caballero más considerado!

Mientras Nini y Nana discutían, un leve ruido las hizo volverse bruscamente.

—¿Quién está ahí?

Gritaron al unísono y, al girar la cabeza, sus bocas se abrieron de par en par.

Un visitante inesperado había entrado en la habitación.

Sin siquiera mirar a las dos, la persona caminó directamente hacia Aris y Lichton.

Poco después, incluso Lichton, que estaba hablando con Aris con tranquilidad, se quedó completamente inmóvil.

Frente a él estaba Grace.

Pero su apariencia era completamente diferente de la que él recordaba.

Grace no vestía su uniforme habitual, sino un vestido azul marino adornado con joyas. Su cabello negro seguía siendo corto, pero estaba decorado con accesorios plateados que lo hacían resplandecer.

Levantando ligeramente las comisuras de sus labios, ahora más rojos de lo habitual, Grace miró a Lichton y dijo:

—Hace mucho que no nos vemos, Su Alteza el Príncipe Heredero Lichton.

Su tono era tranquilo, pero su corazón latía con fuerza, como si estuviera en medio de una guerra.

Me arreglé así por primera vez en años solo para verte. ¿Cómo me veo? ¿Soy bonita? ¿Lo suficiente como para que no puedas ver a Aris?

Sin embargo, contrario a sus expectativas, Lichton no expresó ningún elogio ni la miró con asombro.

Solo puso una expresión como si le hubieran golpeado en la cabeza y, tras un momento de silencio, esbozó una sonrisa incómoda.

—Hace mucho que no nos vemos, Su Alteza la Princesa.

¿Eso es todo?

Grace sintió una gran decepción y vergüenza.

Desde la mañana había dedicado tiempo a maquillarse y vestirse, pero ahora se sentía como una tonta.

Pensó que había hecho algo completamente innecesario. En ese momento, deseó poder volver corriendo a su palacio.

Pero esa era solo una parte de ella, porque, a pesar de todo, no podía simplemente dejar a Aris y Lichton solos.

Con una sonrisa, dijo:

—¿Puedo acompañarlos en su conversación?

Interrumpir sin previo aviso no era educado, y mucho menos cuando se trataba de una pareja que parecía estar disfrutando de un buen momento juntos.

Grace sabía esto, pero no podía hacer otra cosa.

No quiero dejarlos solos y permitir que Aris le confiese sus sentimientos.

Pensó que Aris se molestaría, pero, en cambio, ella se rió con diversión, como si hubiera encontrado un espectáculo interesante, y asintió.

—A mí no me molesta. ¿Y a usted, Su Alteza el Príncipe Heredero?

—Para mí también está bien.

Antes de que pudieran cambiar de opinión, Grace se apresuró a sentarse en una silla vacía.

Pero su esfuerzo fue en vano, pues Lichton apenas la miraba.

No la observaba fijamente ni le sonreía de la manera encantadora que solía hacer.

Parece molesto porque interrumpí su momento con Aris.

Solo entonces Grace se dio cuenta de que había sido arrogante.

Pensé que si me arreglaba y usaba un vestido, su atención se dirigiría hacia mí… pero estaba equivocada.

En el momento en que bajó la cabeza y mordió su labio con frustración, una voz baja sonó sobre ella.

—¿Por qué le dio mi pendiente a Su Alteza la Princesa Aris?

La voz de Lichton hizo que Grace levantara la mirada de inmediato.

Aris, que hasta hace un momento reía con él, ahora había desaparecido por completo.

Lichton volvió a preguntar:

—Se cayó en su habitación, así que pensé que me lo devolvería usted misma. Pero en su lugar, fue Su Alteza la Princesa Aris quien vino a entregármelo. …Por un momento, pensé que no quería verme.

Grace abrió los ojos de par en par y exclamó:

—¡Eso es imposible!

—……

—Aris quería traérselo, así que se lo di. …Además, pensé que a usted le gustaría más recibirlo de su parte.

La ceja de Lichton se elevó ligeramente.

—¿Por qué pensó eso?

Grace sintió como si hubiera cometido un crimen y respondió en voz baja:

—Ese día, usted hablaba con Aris muy alegremente. Y cuando ella se levantó para irse, usted también se puso de pie. Así que pensé que la mujer que le interesaba era Aris.

Solo pensar que él estaba interesado en Aris hizo que su ánimo se desplomara.

No… Todavía no es seguro. Aún tengo una oportunidad.

Aferrándose a esa pequeña esperanza, Grace miró a Lichton.

Pero en su rostro ya no había ni una pizca de sonrisa.

Su corazón se hundió.

Creo que cometí un error.

Hacer suposiciones sobre los sentimientos de otra persona y hablar de ello era un acto de gran imprudencia, sin importar si era cierto o no.

El arrepentimiento la golpeó con fuerza, y entonces, escuchó un profundo suspiro.

—Haah…

Lichton suspiró sin expresión, y por un momento, Grace sintió que era un hombre completamente diferente al que conocía.

Sus ojos, que siempre parecían amables, ahora se veían fríos.

Sus labios, que antes recordaban al dulce color de un caramelo de fresa, ahora parecían crueles, como si estuvieran manchados de sangre.

Lichton abrió la boca y dijo lentamente:

—Ese día, hablé con Su Alteza la Princesa Aris y me levanté con ella porque esperaba que, aunque fuera un poco, usted sintiera celos.

—¿…?

¿Qué fue lo que acaba de decir?

Grace parpadeó, completamente incapaz de comprender sus palabras.

Lichton la miró fijamente y continuó hablando:

—La persona que he guardado en mi corazón… es usted, Su Alteza la Princesa Grace.

 

Ser Sirvienta es más Natural que ser Princesa

Ser Sirvienta es más Natural que ser Princesa

Score 9.9
Status: Completed Type: Author: Released: 2024 Native Language: Coreano
Siana era la princesa de un pequeño reino. Hasta que el Ejército Imperial ataca... Justo antes de que el cruel príncipe le volara la cabeza, Siana gritó. —¡Por favor, perdóneme! Hacia el príncipe heredero con sangre roja en su hermoso rostro. Ella suplicó con voz desesperada. —Tengo muchas habilidades aprendidas en palacio. ¿No sería perfecto tratarme como una doncella? Así que Siana se convirtió en la aprendiz de doncella del palacio imperial. Sin embargo, ¡el trabajo se adapta a mis aptitudes más de lo que pensaba! Si usas la escoba, el pasillo estará limpio. Si amasas la masa, se hornean galletas dulces. Si lavas la ropa, ¡el edredón blanco huele de maravilla! Sólo hice lo mejor que pude como criada. La familia imperial comienza lentamente a abrir sus corazones a Siana. —Tu té es siempre el mejor. —¿Un vestido hecho por ti? Es muy hermoso. —Quiero pedirte que eduques al príncipe. Pero nunca tuve la intención de capturar el corazón de este hombre... —A mí también. —...... —No puedo vivir sin ti, Siana. Siana cerró fuertemente los ojos ante la voz apenada del príncipe. Mire, Su Alteza. ¡Quiero vivir como una sirvienta cualquiera!

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