La Viuda de Hierro, la Viuda Araña, Cazadora de Machos, la Bruja del Castillo de Neuwanstein, la vergüenza de las damas nobles...
Con estas palabras se describía a la Marquesa Shuri Van Neuwanstein. A pesar de recibir tantas críticas del mundo, crio a sus ‘hijos’, que no estaban emparentados con ella por sangre y tenían edad suficiente para ser llamados sus hermanos. Y finalmente, el día de la boda del primer hijo, Jeremy, sintió que todo su duro trabajo había atado todos los cabos sueltos.
Pero estaba muy equivocada. Tras escuchar el mensaje que le pedía que no asistiera a la boda, sufrió un accidente y murió al salir del castillo.
Cuando abrió los ojos, se despertó el día del funeral de su marido, siete años atrás.
—Me niego a seguir sufriendo. No volveré a vivir como en el pasado.
