⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Cuando terminó la reunión final con el profesor, los estudiantes se levantaron de sus asientos disfrutando la sensación de libertad. Jisoo, por su parte, estaba especialmente apresurada ese día. Mientras guardaba con movimientos torpes sus libros y el estuche en la mochila, no podía evitar mirar de reojo hacia su costado.
En cuanto el profesor salió por la puerta principal, Hajin, que estaba recostado en su silla, se incorporó rápidamente. Salió del aula con pasos largos, sin mirar atrás. Viendo esto, Jisoo se despidió apresuradamente de Chaekyung y, sin cerrar completamente la cremallera de su mochila, salió corriendo al pasillo.
Hasta llegar a la puerta principal de la escuela no podía seguirlo abiertamente. El primer día que se mudó a la casa de Hajin, él había dejado claro que no quería que lo saludara en la escuela. Además, Jisoo prefería evitar que alguien malinterpretara su relación y empezaran los rumores de que eran cercanos, algo que sólo traería molestias. Por eso, ella misma no quería romper esa promesa.
Sin embargo, era difícil seguir manteniendo las apariencias cuando el paso de Hajin era tan rápido. Cuando llegaron al metro, Jisoo tuvo que prácticamente correr para alcanzarlo.
¿Qué le pasa últimamente?
Al subir al mismo vagón que Hajin, Jisoo trató de calmar su respiración entrecortada mientras lo miraba desde lejos. Viéndolo desde esa perspectiva, parecía que la situación se asemejaba al día que lo conoció, cuando él había malinterpretado y se había enojado, acusándola de seguirlo.
Jisoo no tenía muchas opciones. Ya no podía soportarlo más. El trato de ‘invisible’ que estaba recibiendo había sobrepasado los límites.
Cuando llegó a la casa, al principio, él la trataba con burla y comentarios sarcásticos por todo lo que hacía. Sin embargo, tras un tiempo, las cosas parecían haber mejorado ligeramente. Incluso, a veces, lograban tener conversaciones normales.
Por supuesto, el tono arrogante y mordaz de Hajin no había desaparecido, y había momentos en los que Jisoo sentía que la trataba como si fuera su sirvienta. Aun así, pensaba que las cosas iban bien, o al menos, mejor que antes, cuando su relación era tensa y hostil.
Pero ahora, añoraba incluso esa primera etapa. En las últimas semanas, Hajin ni siquiera la miraba, mucho menos le dirigía la palabra. Jisoo sentía que estaba viviendo una versión del famoso dicho: Es mejor recibir críticas que ser ignorado por completo.
Cuando Hajin se comportaba como un niño mimado y grosero, a Jisoo no le afectaba mucho. Acostumbrada a recibir elogios por ser madura para su edad, lo veía como un niño grande e inmaduro.
Sin embargo, esta indiferencia total era desconcertante. Durante días había pensado que tal vez lo había molestado de alguna manera, pero, incluso tras darle tiempo, él seguía igual. Cuando intentó hablar con él en casa, Hajin simplemente la ignoró, como si no hubiera escuchado.
¿Cómo puede alguien ignorar tan completamente a otra persona?
Esa actitud la frustraba y, en cierto modo, la hería. Pensaba que habían construido una especie de relación, aunque fuera mínima, y que ahora él la estuviera evitando así le hacía sentir traicionada. Además, no podía ni siquiera imaginar qué había hecho para merecer ese cambio.
A pesar de sentirse dolida, Jisoo no podía simplemente ignorar la situación. No podía desconectarse de Hajin como si no le importara. Esa misma mañana, incluso Hyesook, quien las llevaba al colegio, mencionó algo. Parecía que había notado el cambio en su relación.
Era obvio que este problema no era solo de ellos. Estaban viviendo juntos, y su relación afectaba a todos en la casa. Jisoo decidió que ese día pondría fin a la tensión.
Cuando llegaron a su barrio, Jisoo apresuró el paso para alcanzar a Hajin, quien iba unos metros más adelante.
—¡Seo Hajin! ¡Espera!
Aunque no llevaba auriculares, Hajin parecía completamente inmune a los llamados de Jisoo. Ella comenzó a sentirse agotada, preguntándose si realmente valía la pena este esfuerzo.
Pero no podía rendirse todavía. Necesitaba saber por qué la estaba evitando.
—¡Espera! Necesito hablar contigo…
En ese momento, un coche pasó rápidamente junto a Jisoo. Las ruedas del vehículo golpearon un charco, empapándola de pies a cabeza. Ella dio un pequeño grito de sorpresa y se giró instintivamente, tratando de protegerse. Cuando el coche desapareció, se dio cuenta de que su falda y piernas estaban completamente mojadas.
Suspiró profundamente, resignada. Estaba a punto de continuar su camino cuando vio que Hajin se había detenido y la miraba con una mezcla de fastidio y preocupación.
—¿Aún no te has ido?— preguntó Jisoo, tratando de sonar indiferente.
—¿Qué querías decir?— respondió él, con un tono frío.
Sorprendida por su reacción, Jisoo dudó por un momento, pero finalmente decidió hablar.
—¿Por qué estás actuando así últimamente?
—¿Así cómo?
—Me estás evitando. No me hablas, ni siquiera me miras.
Jisoo se acercó un poco más, decidida a obtener respuestas.
—¿Es que ya no puedes soportarme? ¿Quieres que me vaya de la casa? Si es eso, dímelo directamente. No voy a quedarme si realmente me odias tanto. Tienes razón, soy una extraña aquí. Si piensas que eso es lo mejor, entonces…
—¿Qué? ¿Por qué estás hablando de eso ahora? Yo nunca te he pedido que te vayas.
—Pero tu actitud dice lo contrario. Si ese es el caso, le hablaré a la tía para…
—¡Ya basta!
Hajin interrumpió, frunciendo el ceño. Parecía irritado, pero también ligeramente desconcertado.
—Entonces, ¿cuál es la razón?
—¿Qué importa?
La actitud helada de Hajin hizo que Jisoo apretara los labios. Mientras lo observaba, algo en su memoria empezó a encajar. Recordó el momento exacto en que todo cambió.
—Seo Hajin, acaso…
Jisoo abrió la boca con una expresión de incertidumbre.
—¿No te gusta que salga con Seungyu?
Cuando Jisoo decidió salir con Seungyu tras aceptar su confesión, Hajin llegó a clase después de terminar su práctica matutina. Lleno de emoción, Seungyu, que ni siquiera era cercano a Hajin, le dijo con ligereza:
( ¿Eres compañero de asiento de Jisoo? Cuida bien de mi novia. )
Ante esto, Jisoo tuvo que golpear ligeramente a Seungyu en la espalda por su indiscreción. Así, de forma un tanto incómoda, Hajin se enteró de la relación entre ambos.
Pensándolo bien, desde aquel momento, Hajin parecía notablemente molesto.
—…Eso es absurdo.
Aunque fue un instante, Jisoo lo notó. La ligera contracción en las cejas oscuras de Hajin.
—¿De verdad es por eso?
—No es por eso.
Hajin murmuró en voz baja, de una manera poco habitual para él, tanto que Jisoo no alcanzó a oírlo.
—La verdad, algo sospechaba, pero no pensé que fuera tan serio. ¿Cómo puedes descargar tu frustración conmigo? Eso es infantil.
—…¿Sospechabas de mis sentimientos?
Los ojos de Hajin se agudizaron, llenos de incredulidad. Jisoo, con una voz tranquila, estaba hablando de algo sorprendente como si fuera lo más normal del mundo.
No podía creerlo. ¿Cómo podía Jisoo haberse dado cuenta de algo que él mismo no había entendido completamente? Además, que describiera sus sentimientos como ‘infantiles’ lo hizo sentir un pinchazo amargo en el pecho. Claro que no era que se sintiera herido, solo estaba irritado, nada más.
—Sí. La última vez que hablé de Seungyu, tu reacción fue bastante extraña. Era evidente.
¿Evidente? No podía ser.
Desde que Jisoo le contó que estaba saliendo con Seungyu, Hajin se había esforzado en no hablarle, tratando de contener el torbellino de emociones en su interior. Antes de eso, jamás había dejado que sus sentimientos se notaran tanto.
Entonces, ¿de dónde sacaba Jisoo que había sido obvio? Maldición.
Hajin respiró hondo y respondió con aparente calma:
—Yoon Jisoo, creo que estás confundida…
—Sea lo que sea, sé que no te cae bien Seungyu. Pero no es tan malo como crees.
—…¿Qué?
Hajin preguntó con el rostro atónito.
—No te gusta Seungyu, ¿verdad? ¿Es porque son del mismo club y lo ves como un rival? ¿Por eso no me hablas últimamente, porque estoy saliendo con él?
Esto… esto era ridículo.
Aunque no lograba explicar claramente sus sentimientos, Hajin estaba seguro de que no los había dejado tan a la vista como para que alguien los entendiera. Pero al ver que Jisoo no tenía la menor idea de lo que realmente pasaba, sintió una frustración inexplicable que lo hacía hervir por dentro. ¿Cómo podía ser tan torpe? Y aun así, ¿decía que quería tener una relación? Por favor, estaba cien años adelantada para eso.
—¿Qué te gusta de ese tipo?
—No es que me encante… por ahora solo siento que me agrada.
—¿Solo eso? ¿Y estás saliendo con él por tan poco?
Hajin la miró incrédulo. Jisoo se encogió de hombros.
—Tal vez con el tiempo me guste más.
—¿Qué? ¿Eso tiene sentido?
—Claro que tiene. Hay muchas parejas que comienzan así hoy en día.
—¿Quién dice eso?
—Mis amigas.
—¡Ja!
—Es verdad. La mayoría de los romances entre estudiantes de secundaria no son tan intensos ni apasionados. Es raro encontrar a alguien que salga con otro por amor desgarrador.
Los ojos de Hajin brillaron con un filo más agudo.
—¿Y entonces tú sigues esa moda? ¿Vas a salir con cualquiera, así como así?
—No con cualquiera… pero siempre quise tener una relación, como una estudiante normal. Cuando mi abuela estaba viva, tenía demasiadas cosas de qué preocuparme como para pensar en eso.
Jisoo sonrió despreocupada. Como si solo quisiera vivir una experiencia romántica ligera y fresca. Yoon Jisoo no parecía ser el tipo de persona que se obsesionara con el romance o que pusiera toda su energía en ello. Además, había admitido que ni siquiera le gustaba tanto Seungyu, lo que hacía todo más comprensible.
—Entonces, ¿ahora vas a hablarme de nuevo? ¿Dejarás de ignorarme? Preferiría que volviéramos a llevarnos bien. Es incómodo estar en malos términos contigo, especialmente en casa.
Jisoo volvió al tema principal. Mientras tanto, Hajin reflexionaba sobre lo que ella había dicho.
Entonces… ¿aún no te gusta?
Hajin no podía seguir ignorando ese peso en el pecho cada vez que veía a Jisoo. Ese día, cuando la vio riendo con Seungyu en clase, lo había enfurecido tanto que le ardía hasta la raíz del cabello.
Hajin detestaba que Jisoo sonriera por otro. No, odiaba que no fuera por él.
—¿Qué? Yo nunca te ignoré.
Hajin comenzó a caminar rápidamente, adelantándose. Jisoo lo siguió pisándole los talones.
—¿Otra vez lo niegas? Has estado ignorándome todo este tiempo.
Aunque sus pensamientos seguían enredados, Hajin finalmente había llegado a una conclusión.
—¡Oye!
—¿Qué?
—Que quede claro algo.
—¿Qué cosa?
—Jo Seungyu no es mi rival ni nada. Ese tipo ni siquiera me llega a los talones.
Esto no era lástima.
Hajin había descubierto algo.
Había empezado a gustar de Yoon Jisoo.
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