⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Aunque empezaron las vacaciones de verano, Jisoo seguía asistiendo a la escuela para tomar clases de refuerzo. Aunque las rutinas no cambiaban mucho, los estudiantes no podían evitar sentirse un poco más emocionados que durante el semestre normal, a pesar de que algunos se quejaban diciendo que no entendían por qué seguían llamándolo ‘vacaciones’.
Después de las clases, Jisoo salió de la escuela y empezó a caminar. Frente a ella, notó un grupo de chicas con uniforme escolar. No eran estudiantes de su escuela.
—¿Cheongshin?
Era el uniforme del instituto Cheongshin, una escuela vecina. Las cuatro chicas que tenía delante destacaban tanto que incluso la alumna más arreglada de su clase, Sora, parecía recatada en comparación.
Sus faldas eran tan cortas que apenas cubrían los muslos. Las delgadas blusas de verano se ajustaban completamente a sus cuerpos, y sus maquillajes intensos, junto con sus miradas altivas, parecían inaccesibles. Sus ojos, delineados en negro y cargados de rímel, tenían un aire intimidante.
Jisoo, al no conocerlas, pensó en simplemente pasar de largo. Sin embargo, su mirada se cruzó con la de una de ellas, y Jisoo se detuvo.
Era la misma chica que había visto el día de su primera cita con Seungyu, cuando él estaba esperando y charlando con ella. Recordaba que había dicho ser amiga de Seungyu desde la infancia. Más tarde, Jisoo la había conocido formalmente. Su nombre era Eunha, si no recordaba mal.
—¿Es ella, Eunha?
—Sí.
Eunha dio un paso al frente y fue la primera en saludar a Jisoo.
—Hola, Jisoo. ¿Ya terminaste la escuela?
—Sí. Cuánto tiempo.
—¿Tienes un momento ahora?
—¿Eh? ¿Por qué?
—Nada importante, solo será un momento.
Jisoo no entendía qué estaba ocurriendo. ¿Por qué se estaba encontrando con la amiga de su novio y sus amigas de repente al salir de la escuela? De alguna manera, terminó yendo con ellas a un callejón estrecho y apartado al lado de la escuela. Pensó que sería más lógico hablar en una cafetería cercana o en otro lugar más cómodo, pero aparentemente era algo tan breve que no requería mucho.
Sin embargo, notaba las miradas de los transeúntes que pasaban por el callejón. Una mujer mayor incluso lanzó a Jisoo una mirada preocupada, como si estuviera lista para intervenir si era necesario.
Era comprensible. Desde afuera, parecía una situación problemática: una estudiante rodeada por un grupo de chicas que parecían problemáticas. La escena evocaba esas historias que se ven en las noticias.
—¿Te llamas Jisoo? Hola.
El saludo, lejos de ser cálido, sonaba desinteresado.
—Sí, hola.
El tono seco de la otra chica hizo que la respuesta de Jisoo también saliera incómoda.
—Eh, de repente… ¿qué pasa?
Jisoo trató de preguntar a Eunha, pero una de las amigas de esta interrumpió.
—Seungyu es amigo de Eunha desde hace mucho, pero también nos llevamos muy bien con él. Así que teníamos curiosidad por saber qué tipo de chica era su nueva novia.
Aunque la otra chica sonreía, sus palabras tenían un tono afilado. Poco a poco, Jisoo empezaba a entender la situación.
—¿Sabías que Seungyu es un total mujeriego? Es genial como amigo, pero como novio… no sirve.
—Sí, le encantan las mujeres. No discrimina por edad, ni nada. El año pasado, salió con una trabajadora diez años mayor que él. Y los chicos a su alrededor encima lo elogian por eso. De verdad, qué desastre.
—Ni hablar de la velocidad con la que cambia de novia. Si yo fuera su pareja, estaría muriéndome de celos todo el tiempo.
—¿Recuerdas cuántas chicas terminaron llorando por él? La única mujer que Seungyu tolera por más tiempo es Eunha.
Mientras hablaban, Eunha esbozó una leve sonrisa. Jisoo comenzó a confirmar sus sospechas: Eunha estaba enamorada de Seungyu desde hace mucho tiempo.
—Alguien como tú, tan inocente, no podrá manejarlo. ¿Es cierto que esta es tu primera relación? Seungyu nos dijo que nunca habías agarrado la mano de un chico antes. Parece que te encuentra curiosa y divertida por eso.
El comentario tenía la intención de herir. Jisoo bajó la mirada. Estaba segura de que había un malentendido. Seungyu no era del tipo que se burlaría de su inexperiencia con sus amigas. Al menos, no el Seungyu que ella conocía.
—¿Entonces, qué tal te va con Seungyu?
La chica a la izquierda de Eunha preguntó en un tono provocador. Jisoo trató de controlar su incomodidad y respondió con calma.
—Bien. Seungyu es amable conmigo, y me divierte hablar con él. Tenemos muchas cosas en común.
Su respuesta serena parecía molestar al grupo. Tal vez no les gustaba que Jisoo no se dejara intimidar. Después de un breve silencio, Eunha sonrió con suficiencia y dijo:
—Es cierto. Seungyu parece bastante serio esta vez. Incluso cuando está conmigo, no suelta el teléfono. Cuando le preguntamos por ti, siempre sonríe sin decir nada. Parece que le gustas mucho. ¿Sabías que empezó a trabajar para poder comprar cosas para ti?
—¿De qué hablas? Ese trabajo no lo empezó por ella. Apenas cobró su primer salario, y lo primero que hizo fue invitar a Eunha a comer.
—Exacto. Hoy mismo, quedamos con Seungyu para que nos invite a algo rico.
¿Qué?, pensó Jisoo.
Sentía una punzada de frustración. Esto era agotador. ¿Era necesario aguantar este tipo de drama solo por tener una relación? Tal vez este estrés era culpa de las complicadas relaciones de Seungyu.
Mientras intentaba calmarse, alguien le agarró la muñeca. Una voz familiar y cortante interrumpió el ambiente.
—¿Qué están haciendo aquí?
Era Hajin. Con su alta figura y su mirada afilada, parecía una sombra intimidante.
—¿Qué clase de tonterías son estas? Justo al lado de la escuela, ¿extorsionando a alguien? No puedo creerlo.
Antes de que las chicas pudieran reaccionar, Hajin tiró de Jisoo y la sacó del callejón sin decir una palabra más.
—¿Qué demonios? ¿Qué le pasa a ese?
—¿Acaso ese tipo nos acaba de tratar como si fuéramos unos vagabundos?
—Es una completa locura.
Al salir a la calle principal, Jisoo encogió los hombros al oír los insultos que venían desde el callejón. Era evidente que Hajin también los había escuchado, pero él seguía mirando hacia adelante con una expresión imperturbable.
Jisoo bajó la mirada hacia su propia muñeca, que todavía estaba siendo sujetada por Hajin.
—Oye, Seo Hajin.
—¿Qué?
—Creo que ya puedes soltarme.
Jisoo señaló su muñeca con la mirada. Hajin, algo desconcertado, la soltó inmediatamente, relajando su agarre. Sus ojos vagaron por el aire durante un momento antes de que su expresión volviera a endurecerse como de costumbre y mirara hacia adelante.
—Es porque pareces fácil de intimidar.
—¿Eh? ¿Qué quieres decir?
—Por eso terminan quitándote dinero.
Parecía que Hajin había malinterpretado la situación, igual que los transeúntes del callejón. Aunque la atmósfera había sido algo incómoda, no se trataba de una violenta escena de acoso escolar como él parecía imaginar.
—No fue eso.
—¿Cómo que no fue eso? Era evidente que sí. De ahora en adelante, los días que no tenga práctica de kendo, te vienes conmigo. Si no, pronto acabarás sin un centavo.
—De verdad que no era eso. Son personas que ya conocía, solo estuvimos hablando un momento.
—Qué graciosa. ¿Es eso lo que te dijeron que respondieras si alguien te preguntaba? ¿Cómo vas a decir que eran tus amigos con esas caras tan intimidantes?
Estaba claro que, a menos que Jisoo explicara exactamente la relación, Hajin no iba a creerle. Ella suspiró. Era testarudo y no escuchaba bien a los demás.
—No es que sean mis amigos… son conocidos porque son muy cercanos a Seungyu.
—¿Qué?
Jisoo dudaba en mencionar a Seungyu porque sabía cuánto lo detestaba Hajin, y ahora se arrepentía de haberlo hecho.
El rostro de Hajin se puso más sombrío que cuando había malinterpretado la situación en el callejón. Incluso soltó un insulto crudo, algo que no hacía desde aquel incidente con el hombre extraño en el metro. Y, como era de esperarse, iba dirigido a Seungyu.
—No digas groserías. No me gustan.
—¿Crees que puedo evitarlo? Ese imbécil…
Hajin lanzó una mirada feroz a Jisoo.
—Sales con un idiota de relaciones sucias y ahora acabas rodeada de matones. ¿Es esta la relación que tanto querías? ¿Divertida, verdad?
Aunque sus palabras sarcásticas la molestaban, de alguna manera, Jisoo no tenía nada que decir en su defensa. En lugar de enojarse, estaba agradecida.
Aunque no había estado en peligro, era reconfortante y extraño ver a Hajin intervenir para protegerla. No era propio de él, alguien que odiaba involucrarse en problemas.
A pesar de las tensiones recientes por Seungyu, Jisoo sintió cuánto se habían acercado desde que llegó por primera vez.
—Seo Hajin.
—¿Qué?
—Creo que ya no somos simples conocidos.
Jisoo sonrió ligeramente mientras miraba su perfil.
—¿De qué hablas?
Cuando sus ojos se encontraron, Hajin apartó rápidamente la cabeza.
—Ahora somos amigos, ¿verdad?
—¿Qué?
—No me estaban quitando dinero, pero gracias por ayudarme. Era una situación algo incómoda porque yo estaba sola y ellos en grupo. Pero cuando llegaste, me sentí tranquila.
Aunque le daba algo de vergüenza, Jisoo fue honesta.
—Creo que ahora somos amigos de verdad.
No esperaba que Hajin respondiera con algo amable y cálido como ‘Sí, somos verdaderos amigos’. Pero tampoco anticipó que simplemente ignoraría sus palabras, como si no las hubiera escuchado o no quisiera escucharlas.
—Vámonos —dijo Hajin mientras comenzaba a caminar más rápido, dándole la espalda.
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Después de cenar, Jisoo subió al segundo piso y tomó su teléfono que estaba sobre el escritorio. Había dos llamadas perdidas. Eran de Seungyu.
Observó la pantalla en silencio antes de presionar el botón para devolver la llamada. Como si estuviera esperando, la voz de Seungyu llegó de inmediato.
-Te llamé varias veces, pero no contestaste.
—Estaba cenando.
-…¿Puedes hablar ahora?
El tono de Seungyu era más apagado de lo habitual, y la respuesta de Jisoo también fue un poco fría.
—Sí, está bien.
Sentada en el borde de su cama, Jisoo recordó lo ocurrido esa tarde.
-Escuché que te encontraste con Eunha frente a la escuela.
—Sí.
-Eunha dijo que mientras hablaba contigo, un chico con nuestro uniforme llegó, te tomó de la mano y se fue contigo. Que no apartaste la mano, ni te despediste de Eunha ni de sus amigas. ¿Es cierto?
La mano de Jisoo, que estaba acomodándose el cabello, se detuvo. ¿Qué demonios estaba diciendo? El tono acusador de Seungyu la irritaba.
También le parecía absurdo que Eunha hubiera contado la historia de esa manera. Decir que un chico llegó y se la llevó de la mano, y que ella no se resistió ni se despidió. Era obvio que cualquiera malinterpretaría la situación si solo escuchaba eso.
Aunque intentaba entenderlo, la actitud de Seungyu la decepcionaba profundamente. Esa tarde, había sido Jisoo quien se sintió incómoda por su encuentro con Eunha y sus amigas. Eunha, quien había insistido en que Seungyu la consideraba alguien especial, la había hecho sentir presionada.
Seungyu, por su parte, parecía siempre dar pie a malentendidos con Eunha, su amiga de la infancia. Él mismo había dicho que Eunha era como una hermana o a veces como una amiga cercana, y que sus familias incluso compartían comidas con frecuencia debido a su proximidad.
Por eso, Jisoo no podía evitar sentirse como una intrusa en esa relación ambigua entre los dos.
Seungyu parecía pensar que sus exnovias simplemente detestaban a sus amigos por prejuicios hacia las escuelas con muchos estudiantes problemáticos, pero tal vez ellas también tuvieron conflictos con Eunha, como yo.
-Ese chico que te llevó, ¿es Seo Hajin, verdad?
Ante la pregunta inquisitiva de Seungyu, Jisoo guardó silencio por un momento antes de responder con cierta demora.
—Sí.
-Ja, ¿y ese idiota quién se cree para llevarte? ¿Es porque viven juntos que puede comportarse como le da la gana? Es ridículo.
Aunque Hajin había dicho cosas mucho peores de Seungyu más temprano, ahora Jisoo se sentía aún más molesta. No le agradaba que nadie usara lenguaje vulgar frente a ella, pero sobre todo, le incomodaba que Seungyu insultara a Hajin sin reparos.
Desde el punto de vista de Jisoo, Hajin no había hecho nada para merecer ese nivel de desprecio. Solo la había defendido al pensar que estaba en peligro.
—No hables de él de esa manera.
-¿Te molesta que insulte a Seo Hajin?
—¿Qué? ¿Y tú? Parece que estás molesto conmigo.
-¿Cómo no iba a estarlo? Acabo de venir después de escuchar que tú y ese chico parecían increíblemente cercanos. No es suficiente con que mi novia viva con otro chico, sino que además pasan tiempo juntos como si nada. Jisoo, si de verdad pensaras en mí, no deberías dejar que te vean con Hajin así de cerca.
—¿De verdad crees que es culpa mía que esté viviendo con Hajin? ¿Piensas que yo elegí esta situación? Tú sabes perfectamente por qué estoy viviendo allí, ¿cómo puedes hablarme de esa forma?
Jisoo suspiró, desanimada. Las palabras de Seungyu, dichas con tanta facilidad, la hicieron sentir un profundo vacío.
Tal vez, como Hajin había mencionado alguna vez, el problema fue intentar un ‘juego de romance’ en el momento equivocado. Cada vez que estaban juntos, ella y Seungyu parecían entenderse a la perfección. Pero ahora, había un muro enorme entre ellos.
-Jisoo.
Ella no respondió.
-Me equivoqué antes. Estaba molesto y no medí mis palabras… Perdóname.
Seungyu habló en un tono más suave, como si hubiera percibido que el ambiente había cambiado.
—¿Cómo puedes llamarme solo para reprenderme sin saber lo que realmente ocurrió? ¿Sabes siquiera qué pasó con Eunha y sus amigas?
-¿Hubo algún problema?
Jisoo dejó escapar una breve risa seca.
—Ellas dejaron bastante claro que no les gusta que yo esté saliendo contigo.
-¿Qué?
—¿Sabías que a Eunha le gustas?
No sentía remordimientos por revelar los sentimientos de Eunha. Después de todo, si ella había decidido enfrentarse abiertamente a la novia de Seungyu, era algo que debían afrontar.
-…¿Eunha te dijo eso hoy?
—Seungyu, ¿sabías que a Eunha le gustas?
La falta de sorpresa en la reacción de Seungyu dejó a Jisoo desconcertada.
-Nunca la he visto como algo más que una amiga. Ya te lo dije antes, para mí es como una familia. Pero creo que Eunha está confundida. Supongo que porque hemos sido amigos por tanto tiempo, no sabe distinguir lo que siente.
—Entonces, ¿es normal que tú sigas estando cerca de alguien que te gusta, pero yo no puedo ni hablar con Hajin, con quien vivo por necesidad?
-¡Eso no es…! Creo que Eunha distorsionó las cosas, y yo fui demasiado impulsivo…
—No culpes a Eunha. Hoy, cuando me dijeron que tú te divertías saliendo con una chica ingenua como yo, decidí ignorarlo. Pensé que era imposible que tú dijeras algo así.
-¿Quién dijo eso?
Seungyu levantó la voz, claramente indignado. Pero cuanto más emocional se ponía él, más fría era la voz de Jisoo.
—¿Es eso lo más importante ahora?
-No veré más a Eunha. Fui un egoísta al culparte solo a ti, y lo lamento mucho. La verdad es que estaba muy nervioso por Seo Hajin. De verdad lo siento.
A pesar de su disculpa, los ojos de Jisoo permanecieron helados.
—Aunque dejes de ver a Eunha, yo seguiré viendo a Hajin. No voy a cortar toda comunicación con él solo porque tú lo quieras. Así que, ya sabes, es tu decisión lo que haces con Eunha.
-Jisoo, no volverá a ocurrir algo así. Por favor, perdóname.
Mientras Seungyu intentaba desesperadamente reconciliarse, Jisoo solo quería terminar la conversación. La decepción que sentía era enorme. Era alguien que rara vez discutía incluso con amigos cercanos, pero se dio cuenta de que tener un novio era algo completamente diferente.
—Tengo deberes pendientes. Será mejor que lo dejemos por hoy. Buenas noches.
Cortando de manera tajante, Jisoo se recostó en su cama. Aunque se sintió un poco incómoda por dejar a Seungyu en ese estado, la sensación de alivio en sus oídos, que ya no escuchaban esa conversación desagradable, era mayor.
Las relaciones no eran siempre dulces y emocionantes como en las películas o los libros. Al principio había sido fácil, pero se estaba volviendo más difícil con el tiempo.
N/Nue: Me agrada su actitud y su manera de discutir tan limpia y sencilla.
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