⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue

—¿Maestra? Creo que encaja bien contigo, Jisoo.

—Gracias.

—Para ser un buen maestro, primero tienes que estudiar mucho, ¿verdad?

—Sí.

—Mi Hajin tiene como objetivo entrar a la facultad de medicina, pero parece que aún está muy relajado. Bueno, al menos en comparación con la secundaria, cuando pasaba todo el día jugando videojuegos y jugando básquetbol con sus amigos, llegando más tarde que yo a casa. En ese entonces, diría que al menos ahora ha madurado un poco.

Jisoo sintió una extraña disonancia. A pesar de la actitud desafiante de Hajin, que ni siquiera le dirigía la mirada a su padre, Jinhwan seguía haciendo bromas y mostrándose cercano con él, como si el comportamiento de Hajin no fuera un problema en absoluto.

Generalmente, los hombres de esa edad valoran mucho la educación y no toleran comportamientos irrespetuosos, y más tratándose de su propio hijo. Sería natural que le resultara difícil aceptar a un hijo que parecía ignorar su existencia cada vez que lo veía.

Sin embargo, la actitud de Jinhwan hacia Hajin parecía bastante extraña para Jisoo. Por fuera, parecía un padre comprensivo y de mente abierta que aceptaba a su hijo en plena rebeldía, pero, al profundizar, daba la impresión de que él también evitaba las conversaciones esenciales para mejorar su relación con Hajin.

—Es listo, así que parece que no necesita esforzarse tanto como otros para obtener buenas calificaciones. Pero, como padre y médico, eso es lo que me preocupa. Ser médico es una profesión noble que salva vidas, pero también es un trabajo difícil. Hajin parece obtener todo fácilmente, sin mucho esfuerzo o sufrimiento…

—Si tanto admiras esa profesión de salvar vidas, ¿por qué también te dedicas a quitarlas?

La mirada de Hajin hacia Jinhwan estaba llena de frío desdén. El ambiente se tensó de inmediato, como si alguien hubiera arrojado un balde de agua helada. Jisoo, desconcertada, apenas podía levantar la vista para ver las expresiones de ambos.

—Entiendo que me guardes rencor, Hajin.

—¿Rencor? No es rencor. Sólo estoy diciendo la verdad.

—En ese momento pensé que era lo correcto. Fue un error mío. Los adultos no siempre toman decisiones acertadas. También me arrepiento profundamente de mi elección. Sueño con volver el tiempo atrás. Si pudiera regresar, jamás repetiría ese error. Me pondría del lado de Yuhwan, que debió sentirse completamente solo y traicionado. Pero… también sé que es algo inútil. Yu-hwan ya no está en este mundo…

Una sombra oscura cruzó el rostro de Jinhwan. Jisoo, que inconscientemente había pensado en él como una persona fría, quedó sin palabras. La tristeza de perder a su hermano menor y el remordimiento evidente en Jinhwan lo hacían parecer desolado, incluso para alguien como Jisoo, que no conocía completamente la historia.

El sonido del teléfono móvil de Jinhwan rompió el incómodo silencio. Después de una breve llamada, Jinhwan se levantó.

—Lamento haberte mostrado este lado, Jisoo. Voy a atender algo. Pueden seguir comiendo.

A pesar de los esfuerzos de Hyesook al preparar la comida, el ambiente tenso había hecho que todos perdieran el apetito. Si para Jisoo ya era difícil seguir comiendo, seguramente para los dos hombres sería aún peor. La comida, que había avanzado lentamente por la conversación, probablemente quedaría casi intacta.

Cuando Jinhwan salió cerrando la puerta tras de sí, Jisoo miró de reojo a Hajin, quien, con el ceño fruncido, se hundió profundamente en el sofá y cerró los ojos. ¿Sería su manera de pedir que no le hablaran? Dada la situación, cualquier reacción de Hajin la hacía sentir cautelosa.

—¿También piensas que soy patético?

Con el brazo cubriéndose los ojos, Hajin preguntó de repente.

—¿Eh?

La pregunta inesperada de Hajin sorprendió un poco a Jisoo.

—¿Qué? ¿Por qué serías patético?

—Porque debo parecer alguien que vive gracias a sus padres exitosos, pero que no hace más que comportarse como un imbécil.

—Bueno, a veces sí pareces algo inmaduro.

Jisoo respondió con honestidad, lo que hizo que Hajin se enderezara, molesto, y la mirara fijamente.

—¿Qué dijiste?

—Y también eres irritante y molesto de vez en cuando.

—¡Oye!

—Pero, aun así, no creo que seas igual a los que realmente viven sin pensar. Siento que siempre tienes una razón para actuar como lo haces.

—…

—Por ejemplo, incluso cuando te comportas de manera tan áspera con tu padre, estoy segura de que tienes tus motivos.

Una leve sonrisa apareció en los labios de Jisoo.

—Al principio, pensé que sólo eras un chico antipático y malo. Pero ya no lo creo. Cuando actúas, siempre hay un propósito claro detrás. Puede que no tengas el carácter más amable y dulce, pero no eres una mala persona. Lo sé por cómo actúas. Como cuando nos conocimos en el metro, te molestó ese hombre extraño, ¿no? Querías ayudarme a mí y a esa mujer, aunque pareciera que lo hacías por accidente.

La expresión de Hajin mostró incomodidad, como si no quisiera que sus sentimientos fueran tan transparentes.

—Al principio pensé que, si eras tan rudo conmigo, seguramente serías igual con todos, pero no fue así. A menos que alguien te moleste o te provoque, no haces nada por arruinarle el día a los demás. Bueno, excepto conmigo. Pero entiendo que al principio sólo querías mantenerme fuera de tu espacio.

Jisoo evitó mirarlo directamente mientras hablaba, sintiéndose algo avergonzada.

—Sin embargo, cuando pensaste que los chicos de otra escuela me estaban intimidando, viniste de inmediato a ayudarme. Aunque odias los problemas. Ahora sé que me consideras tu amiga. ¿No es así?

—Eso…

—No eres tan malo como crees.

El aire tenso que Hajin había acumulado en su discusión con Jinhwan parecía disiparse poco a poco. Aprovechando ese momento, Jisoo, con cautela, comenzó a abordar algo que llevaba tiempo en su mente.

—Hajin, en realidad… tengo algo que confesarte.

—¿Qué es? Dímelo.

—Antes, cuando mencionaste al escritor Seo Yuhwan en la biblioteca, busqué información… encontré artículos en Internet.

La voz de Jisoo se volvió más débil.

—Sobre cómo… falleció.

Estaba preocupada de que Hajin se enojara, pero él permaneció indiferente.

—En los artículos no dicen por qué se suicidó, ¿verdad?

—… Dicen que sufría de estrés por su trabajo y que llevaba años luchando contra la depresión.

—Ja, se han montado toda una novela.

Hajin dejó escapar una risa sarcástica. Esa sonrisa apagada le resultó extraña a Jisoo, pero también le pareció triste.

—No se suicidó por depresión. Mi tío…

Con un tono bajo y calmado, Hajin empezó a hablar.

—Murió para vengarse.

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Yuhwan era un caso único dentro de su familia. Desde el momento en que nació hasta el día en que murió, su vida parecía diseñada como un molde perfecto que todos debían seguir, algo que sus hermanos aceptaron como un privilegio. Pero él no. Yuhwan siempre fue como una piedra fuera de lugar, sobresaliendo de los demás.

Cuando, de repente, anunció que dejaría de ser médico para convertirse en fotógrafo, ocurrió lo mismo. Ya era considerado el ‘raro’ de la familia, pero hasta entonces no había roto con las expectativas esenciales que se le imponían, por lo que se le toleraba.

Nacido como el hijo menor de una familia dedicada a la medicina y a la dirección de hospitales, Yuhwan rechazó el camino de vida que todos en la familia aceptaban como natural.

El más afectado por su decisión fue el padre de Yuhwan. Estaba convencido de que su hijo no deseaba realmente ser fotógrafo, sino que simplemente buscaba oponerse a él.

Pero las amenazas del padre ‘como no volver a verlo ni dejarle herencia alguna’ no tuvieron ningún efecto. Para Yuhwan, cortar la relación con un padre que lo reprimía significaba alcanzar la libertad.

Dejó la medicina y comenzó a viajar por todo el país tomando fotografías. Cuando su nombre empezó a hacerse conocido como fotógrafo, Yuhwan conoció a una mujer. Él la consideraba su destino, el amor de su vida, y juntos vivieron una relación intensa y profunda.

En un giro inesperado, Yuhwan regresó a su padre. Quería presentarle a la mujer con la que planeaba casarse.

A pesar de que los años habían debilitado al padre, seguía siendo igual de obstinado. Cuando Yuhwan le habló de su futura esposa, el padre reaccionó aún peor que cuando su hijo abandonó la medicina.

La mujer que Yuhwan amaba había crecido en un barrio pobre, era mestiza de origen chino y estaba divorciada. Aunque esas cosas no eran un problema para Yuhwan, para su familia representaban graves defectos. El día en que Yuhwan la presentó, su familia la miró como si fuera una enfermedad contagiosa.

Cuando ya no pudo soportarlo más, Yuhwan cortó relaciones con su familia, y en ese mismo momento su padre colapsó. Fue entonces cuando Yuhwan se enteró de que su padre estaba gravemente enfermo.

En ese contexto, Jinhwan, el hermano mayor que siempre había seguido las reglas de la familia, tomó la decisión de enviar a la mujer de Yuhwan a China, cumpliendo con los deseos del padre. Aunque para Jinhwan eso era un acto de piedad filial, fue un error terrible.

Jinhwan sabía que la mujer estaba embarazada, pero aun así separó a la pareja. Poco tiempo después, la mujer murió en un accidente de tráfico en China. Testigos afirmaron que ella misma había saltado frente al vehículo.

Cuando Yuhwan se enteró de todo, decidió vengarse de su familia quitándose la vida. Antes de hacerlo, escribió una carta de despedida dirigida a su padre.

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Venganza… venganza…

Jisoo no podía dejar de pensar en la historia que Hajin le acababa de contar. Era un relato tan impactante y trágico que no podía apartarlo de su mente.

Después del suicidio de Yuhwan, su padre cayó en una profunda depresión y su estado de salud empeoró rápidamente, hasta que también falleció. Hajin, al hablar de la muerte de su abuelo, esbozó una sonrisa amarga, como si todo le resultara ridículo.

Jisoo no supo qué decir. Por primera vez entendía el porqué de la actitud rebelde de Hajin hacia Jinhwan. El abuelo, la figura más odiada, ya no estaba, y toda la ira acumulada había recaído en el padre.

O tal vez, pensó Jisoo, desde el principio la persona que más odiaba no era su abuelo, sino su padre. Porque, al final, era su padre.

Podría haber ignorado al abuelo y al resto de la familia si no los veía más, pero enterarse de que su padre, al igual que los demás, había sido quien lideró la separación fue un golpe devastador para Hajin.

—Vámonos ya.

Hajin se levantó del sofá. Jinhwan, que había salido hace tiempo, aún no daba señales de vida.

—Está bien, vámonos.

Jisoo también se levantó. Al recoger sus cosas, sus ojos se posaron de manera inconsciente en el escritorio de Jinhwan.

¿Qué libro estaba escondiendo antes?

Impulsada por la curiosidad, dio un paso adelante y reconoció un lomo familiar.

—…Hajin.

—¿Qué pasa?

—Mira esto.

Jisoo se acercó al escritorio y empujó los libros que Jinhwan había intentado esconder. Allí estaba el último libro de fotografías publicado por Yuhwan.

—……

Hajin se quedó inmóvil, mirando el libro que Jisoo señalaba. Su expresión era difícil de leer; parecía confundido o tal vez enfadado.

—Lo escondió apresuradamente cuando entramos.

—……

—En su cumpleaños de hoy… estuvo pensando todo el tiempo en su hermano muerto.

Hajin no respondió. Incluso su respiración era apenas audible.

—Sé que quizás no debería decir esto, pero… cuando dijo que lamentaba profundamente lo que hizo y que deseaba poder volver atrás en el tiempo, creo que lo decía en serio.

Jisoo se preguntaba si estaba cruzando una línea al decir esas palabras.

Aunque dudó, finalmente continuó hablando hasta el final.

—No digo que debas perdonar solo porque se arrepienta. Solo espero que el arrepentimiento sincero del profesor pueda, al menos un poco… darte consuelo. A ti, que probablemente te decepcionaste tanto de él.

Los ojos de Hajin, que miraban fijamente el escritorio de Jinhwan, seguían siendo fríos. Sin embargo, por un instante, en su mirada se vislumbró el deseo de desahogar las emociones acumuladas durante tanto tiempo.