⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Era la primera vez que se encontraban después de una gran pelea relacionada con Eunha y Seungyu.
Nada más comenzar el nuevo semestre, Seungyu fue directamente al salón de Jisoo después de la última clase, casi rodeándola. Jisoo, aliviada de que Hajin, que detestaba a Seungyu, no estuviera presente, lo siguió en silencio.
En la parte trasera del edificio de la escuela, en un camino que llevaba al bosque, había bancos instalados para que los estudiantes descansaran. No había nadie allí, probablemente porque la mayoría ya se había ido a casa. Seungyu y Jisoo se sentaron en un lado del banco.
Seungyu parecía tener muchas cosas que decir, pero estaba haciendo un gran esfuerzo por tragárselas todas. Durante las vacaciones, Jisoo había rechazado varias veces encontrarse con él bajo diversas excusas, y parecía que eso lo había dejado al borde de una crisis de ansiedad.
Después de la primera gran pelea, Jisoo había estado reflexionando sobre cómo tratarlo en adelante, pero nunca había tenido intención de hacerle daño. Aunque sabía que esto podría sonar como una excusa.
Cuando Seungyu se encontró con los ojos de Jisoo, le dedicó una sonrisa nerviosa. Ella, sin embargo, evitó su mirada, bajando la vista.
Ese breve movimiento de sus ojos parecía tan frío que Seungyu tembló ligeramente mientras trataba de descifrarla. Abrió la boca varias veces para hablar, pero la cerró de nuevo, incapaz de decir nada. Era una actitud completamente fuera de lugar para el confiado y encantador Jo Seungyu. Parecía más un niño asustado frente a una madre enfadada.
Jisoo, preguntándose si debería parar ya, relajó los músculos de su rostro. En realidad, le costaba contener la risa al ver lo desconcertado que estaba Seungyu.
—¿Puedes dejar de mirar tanto? Me haces sentir como si fuera una mala persona.
—¿Estás… menos enfadada, Jisoo?
Seungyu le preguntó con cautela a Jisoo, que estaba sonriendo silenciosamente.
—Creo que fui un poco dura la última vez. Estaba molesta—
—No. Fue mi culpa. No lo pensé bien. ¿Me perdonas?
—Eso de ‘perdonar’ suena raro. Mejor digamos que hacemos las paces—
Finalmente, Seungyu dejó caer los hombros, como si hasta entonces hubiera estado conteniendo la respiración.
—Fue la primera vez. Algo así.
—¿Algo así?
—Que estaba tan preocupado pensando que íbamos a terminar, tan ansioso y… tan desesperado.
Seungyu dejó escapar un suspiro mientras inclinaba la espalda. Jisoo también se inclinó ligeramente para observar su rostro y le preguntó:
—¿De verdad?
—Por supuesto.
—Pero he oído que pronto será el momento en que tú decidas terminar.
—¡Qué! ¿Quién dijo eso?
Seungyu se enderezó inmediatamente, como si estuviera dispuesto a enfrentarse a cualquiera que difundiera rumores absurdos.
—Solo miré tu promedio de duración en relaciones anteriores y pensé que ya debía estar cerca…
—¡No pienses en eso! Tú… eres diferente.
—No digas cosas como ‘tú eres diferente’ o ‘tú eres especial’. No me gusta.
—¿Cómo puedes cortar tan en seco algo que es sincero, Yoon Jisoo? Eres realmente fría.
—No me trates de manera especial. No me gusta. Prefiero lo normal.
Jisoo se encogió de hombros.
Seungyu la miró con una mirada insegura. Parecía que Jisoo no tenía ni rastro de ansiedad, nerviosismo o inseguridad. Sentimientos que, según él, deberían surgir naturalmente cuando alguien realmente quiere a otra persona.
Sacudió la cabeza para sus adentros. Jisoo siempre había sido madura y distante, así que intentó calmar su desilusión.
—Toma, esto es para ti.
—¿Un regalo? Yo no traje nada.
—No importa. Lo compré. Para disculparme por lo de antes.
—¿Qué es?
Seungyu no respondió, invitándola con la mirada a descubrirlo por sí misma. Jisoo abrió la pequeña bolsa que le dio.
—¿Un pintalabios?
Sacudiendo la caja alargada y delgada, escuchó un leve clic en su interior.
—Es un brillo labial.
—Ah… ¿es para que deje de andar con la cara lavada y me ponga algo de maquillaje?
—¡Yoon Jisoo!
Seungyu, que parecía ultrajado por la broma de Jisoo, exclamó con frustración.
—Es broma. Sé que este es muy popular ahora, ¿no? He oído que un actor famoso lo usó en un drama. Las chicas de mi clase también hablaban de que querían comprarlo.
Jisoo examinó el brillo labial con curiosidad y se lo probó en la mano. No era transparente, sino de un color vibrante y marcado.
—Gracias, Seungyu.
—¿Puedes ponértelo?
—¿Ahora?
Con ojos brillantes como los de un cachorro, Seungyu asintió. No era una petición difícil. Jisoo, usando la pantalla de su teléfono como espejo, se aplicó el brillo labial con cuidado.
—¿Qué tal? ¿Está bien? ¿No me he salido?
—Sí. Es lindo.
—Te dije que no digas cosas como ‘lindo’.
—¿Por qué tienes tantas palabras prohibidas? Hasta decir que eres linda está fuera de límites.
—Es que no sé qué cara poner cuando me dicen algo así. Es incómodo.
—Solo di ‘lo sé’ y sonríe con confianza.
Ante la ocurrencia de Seungyu, Jisoo se echó a reír. Aunque habían tenido una gran pelea, la atmósfera tranquila y agradable cuando estaban juntos seguía siendo la misma.
De hecho, cuando discutieron por teléfono, por un momento pensó en decir ‘mejor terminemos aquí’ porque estaba cansada de todo. Aunque no lo dijo en voz alta, se sorprendió de lo poco profunda y ligera que era su propia mente.
En ese momento, el deseo de Jisoo de romper con Seungyu era completamente genuino, y sentía que incluso si terminaban, no experimentaría confusión ni vacío. Más bien, pensaba que si las relaciones implicaban tanto estrés y tensiones innecesarias, tal vez lo mejor para ambos sería ponerle fin ahora.
Con el tiempo, sus sentimientos se calmaron un poco, pero la claridad de lo que sintió en ese momento permanecía vívida en su memoria. Por eso, aunque intentaba comportarse como antes con Seungyu, a veces se le hacía incómodo.
¿Soy egoísta?
Aunque es normal que todo el mundo desee que las relaciones estén llenas de momentos felices, ¿será inmadurez de su parte querer alejarse de inmediato de los conflictos y el desgaste emocional que considera innecesario? O tal vez…
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—Oh, Jisoo, ¿vas de camino a casa?
Mientras Jisoo se despedía de Seungyu cerca de la salida trasera de la escuela y se dirigía a casa, se encontró con Hyesook en el estacionamiento de los empleados. Jisoo suspiró aliviada de haber convencido a Seungyu para que no la acompañara hasta la estación de metro. Después de que Hajin se enterara de su relación, aún se sentía incómoda frente a Hyesook, y no podía imaginarse lo terrible que sería que los viera juntos en un momento cariñoso.
—Parece que todos ya se han ido. ¿Estabas haciendo algún recado para los profesores?
—No, solo estaba hablando un momento con una amiga.
—Ya veo. Bueno, ¡qué suerte! Yo también acabo de terminar. Podemos regresar juntas.
Jisoo se sentó en el asiento del copiloto mientras Hyesook arrancaba el coche tarareando alegremente. Su rostro lucía radiante.
—¿Pasa algo bueno, señora?
—¿Eh? ¿Cómo lo supiste?
Hyesook se sorprendió genuinamente, y Jisoo le sonrió ligeramente. Al parecer, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba tarareando.
—Se nota en el ambiente. Parece que está de buen humor.
—No es que haya ocurrido algo grande en específico…
Mientras miraba la carretera, una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.
—Hoy, Hajin se levantó temprano y salió a trotar al amanecer. Justo cuando yo me desperté, él estaba regresando a casa después de hacer ejercicio. Y, ¿sabes qué? Me sorprendió verlo trayendo el periódico matutino. Es el que normalmente lee su papá, y Hajin nunca lo había tocado. Pero hoy lo trajo y se lo dio a su padre en la sala antes de subir directamente al segundo piso. No fue nada especial, apenas le entregó el periódico y se fue, pero tanto su padre como yo quedamos en shock. Sabemos cómo ha sido Hajin estos últimos años…
La voz de Hyesook, que al principio sonaba tranquila, empezó a fluir rápidamente como si hubiera estado esperando contárselo a alguien.
—Me emocioné muchísimo al pensar que tal vez Hajin esté empezando a abrirle nuevamente su corazón a su papá. Aunque él no lo expresó mucho porque no es de mostrar emociones, pude notar que estaba entusiasmado. Incluso hablamos por teléfono hace un rato, y me dijo que el día en que le enviaron la comida al hospital mencionaron al tío menor, y aunque parecía una discusión, tal vez desde entonces Hajin comenzó, aunque sea ligeramente, a abrirse.
La emoción de Hyesook era contagiosa, y pronto Jisoo también se encontraba sonriendo ampliamente. Por suerte, su preocupación de haber dicho algo inapropiado a Hajin era infundada.
—En parte, creo que es gracias a ti, Jisoo, que Hajin se está suavizando poco a poco.
—¿Eh? Ah, no, eso no es cierto…
—Claro que sí. Aunque ahora no lo parezca, cuando era pequeño, Hajin solía desear tener hermanos mayores o menores. Se ponía triste cada vez que veía amigos con hermanos, al punto de sentir que era injusto ser hijo único. Pero desde que llegaste tú…
Hyesook hizo una pausa, como temiendo que Jisoo malinterpretara sus intenciones.
—Quiero que sepas que nunca te trajimos aquí solo por Hajin. Espero que no lo pienses así.
—Lo sé, no se preocupe.
La sonrisa genuina de Jisoo y su asentimiento aliviaron un poco a Hyesook.
—Simplemente pensé que sería bueno para ambos tenerse el uno al otro. Aunque tú aún tienes cosas que aprender, y Hajin necesita madurar un poco más, creí que al conocerse y acercarse podrían influirse positivamente. Claro que esperaba algunos roces al principio…
Cuando el coche se detuvo en un semáforo, Hyesook miró con ternura a Jisoo.
—No solo quiero que pienses en nosotros como tu familia; realmente deseo que te sientas parte de nuestra familia. Que tú y Hajin se lleven como verdaderos hermanos.
—…
—Así que, por favor, cuida de nosotros, Jisoo.
La suave y cálida caricia de Hyesook sobre su cabeza le recordó a Jisoo la tierna sensación de su madre, ahora solo un lejano recuerdo.
Familia…
Aunque sabía que nunca podría ser una familia perfecta, solo escuchar palabras tan cálidas de alguien ya le hacía sentirse agradecida. Después de perder a su abuela, había creído que estaba completamente sola en el mundo. Pero no era así. Ya no estaba sola. Finalmente, se dio cuenta de eso.
Cuando llegaron a casa, Jisoo subió al segundo piso a su habitación. Con el corazón apretado por las palabras de Hyesook, tuvo que contener las lágrimas que amenazaban con brotar.
—¿Sabes qué hora es ya?
Afortunadamente, la voz sarcástica de Hajin la sacó de su ensueño, haciendo que se le disiparan las lágrimas.
—¿Qué importa la hora? Llegaste cuando ya está oscuro. ¿Por qué no entras directo al amanecer?
Su tendencia a exagerar era impresionante. Esas quejas solo tendrían sentido si ella hubiera llegado pasada la medianoche. Aunque había llegado un poco tarde, todavía eran apenas las 8 p.m.
—¿Por qué llegaste tan tarde? Seguro estabas con Jo Seungyu, ¿verdad?
Hajin, que estaba apoyado despreocupadamente contra la puerta de Jisoo, lanzó la pregunta con un tono acusador. Sus ojos afilados reflejaban un toque de irritación. Normalmente, su actitud haría que Jisoo respondiera con el mismo tono cortante, pero esta vez no.
—Hajin-ah, ¿has estado esperando a tu hermana?
—…¿Qué?
Hajin estaba completamente atónito, como si hubiera escuchado un idioma extranjero, o incluso alienígena.
—¿H-Hermana? ¿Tú… estás loca?
—No parece que yo sea la menor, ¿verdad? Si consideramos la edad mental, sería más natural que yo fuera la hermana, ¿no crees?
—¿Puedes hablar de manera que se entienda? ¿Qué estás diciendo?
—Cuando eras pequeño, decías que querías tener una hermana o un hermano y te quejabas todo el tiempo, ¿verdad?
Jisoo sonrió ampliamente mientras hablaba.
—La señora dijo que tú y yo debíamos llevarnos como si fuéramos hermanos de sangre. Así que, a partir de ahora, cuando me busques pelea, trataré de ser la hermana mayor y aguantar todo.
Mientras hablaba, comenzó a burlarse un poco, ya que la expresión de Hajin, tan distorsionada, le parecía muy divertida.
—¿Ahora estás hablando de hermanos? Ya basta, ni que fuera tu amigo.
—¿Eh? ¿Qué dijiste?
Hajin la miró con una expresión aún más distorsionada, observándola fijamente. La atmósfera se volvió tensa, y Jisoo se sobresaltó. Se dio cuenta de que había sido un poco demasiado juguetona.
Pensó en las palabras de Hyesook, que le había dicho que Hajin se estaba volviendo más maduro gracias a ella, y que ella misma debería intentar bajar la guardia y comportarse más como una chica de su edad. De hecho, cuando estaba con Hajin, a menudo sentía que se volvía más como una niña, ligera y tonta.
—¿Qué tienes en los labios?
Sin embargo, la atención de Hajin había cambiado de dirección.
—¿Hmm?
—¿Por qué tus labios están tan rojos y brillantes? ¿Qué te pusiste?
Jisoo finalmente recordó que había aplicado el gloss labial que Seungyu le había regalado.
—Ah… no debería ser tan rojo. ¿No me queda bien?
Antes de que pudiera terminar la pregunta, recibió una respuesta directa.
—Eh, no, no te queda bien.
—¿En serio… no te gusta?
—Sí, no me gusta.
—¿De verdad? ¿Es muy raro?
Hajin prácticamente la miró fijamente, observando sus labios.
—Sí, raro. Muchísimo.
No hubo ni un atisbo de duda en su respuesta. Jisoo se sintió derrotada.
Era la primera vez que lo usaba… tal vez realmente estaba raro.
—¿Por qué pintas unos labios perfectamente normales?
Hajin hizo un gesto como si no pudiera entenderlo, sacando la lengua mientras pasaba por el pasillo y entraba en su habitación. Jisoo, un poco tarde, también entró en su habitación. Primero dejó su bolso y se sentó frente al tocador para mirar su reflejo en el espejo.
Su rostro blanco y los labios rojos brillando daban una apariencia vibrante. En su opinión, no parecía tan raro como pensaba.
Si Hyesook no dijo nada al respecto, tal vez no estaba tan fuera de lugar. Además, Seungyu también le había dicho que se veía bonita.
Definitivamente, Hajin solo estaba de mal humor. Jisoo asintió con la cabeza, pero las palabras de Hajin sobre sus labios ‘raros’ seguían rondando en su mente.
—¿De verdad no me queda bien?
Mirando su reflejo en el espejo, el rostro de Jisoo se llenó de dudas.
—…Seo Hajin, tonto.
Finalmente, Jisoo maldijo a Hajin, molesta, mientras sacaba un pañuelo de papel para borrar el gloss de sus labios.
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