⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue

( Mi casa está un poco lejos de la estación de metro, así que puede ser difícil encontrarla. ¿Estás segura de que está bien? )

A diferencia de la preocupación de Hyesook, Jisoo encontró rápidamente la casa siguiendo el mapa. Aunque el vecindario era desconocido, no tenía problemas para orientarse.

De hecho, encontrar la casa de Hyesook no era en absoluto complicado, independientemente de cuán buena o mala fuera su capacidad para orientarse. Simplemente tenía que caminar por esta suave colina hasta llegar a la casa al final de la calle.

Mientras caminaba por una calle flanqueada por lujosas casas rodeadas de altos muros, Jisoo giraba rápidamente la cabeza, admirando las hermosas casas que parecían sacadas de un cuadro. Al igual que esas casas, estaba segura de que la casa de Hyesook sería una mansión impresionante y lujosa.

La enfermera que cuidaba a su abuela le había contado que el esposo de Hyesook era el subdirector de un hospital en la Universidad A. El hospital en el que estaba ingresada la abuela de Jisoo era la única filial de la Universidad A en Gangwon, y gracias a la ayuda de Hyesook, su abuela pudo conseguir rápidamente una habitación privada.

—…¿eh?

Jisoo vio a un chico caminando frente a ella, a cierta distancia. Su figura era extrañamente familiar. Era el mismo chico que había derribado al hombre pervertido en el metro hace un rato.

Cuando hizo que el hombre cayera con sus largas piernas, algunos pasajeros se mostraron indecisos sobre si había sido un accidente o si lo había hecho intencionadamente, pero Jisoo estaba segura de que lo había hecho a propósito. Lo supo con certeza cuando el chico pateó el teléfono móvil.

No era un estudiante común, a pesar de que no llevaba el cabello teñido de rubio ni usaba el uniforme de manera desordenada, algo en su actitud parecía indicar que sería peligroso provocarlo.

El hombre, que había estado gritando a las mujeres, no se atrevió a enfrentarse al joven estudiante, quizás porque había percibido el peligro que emanaba de él. Era el tipo de persona que, frente a un oponente más fuerte, se volvía infinitamente débil. Era el típico tipo de persona que la abuela de Jisoo despreciaba profundamente.

Jisoo frunció el ceño al recordar al repulsivo hombre pervertido y luego volvió su atención hacia el chico que caminaba delante de ella.

¿Vivirá por aquí?

Al recordar la mirada desafiante del chico y su actitud rebelde, Jisoo sintió una mezcla de incomodidad y gratitud. Después de todo, él fue la única persona que la ayudó en el metro, aunque probablemente no lo hizo por una razón altruista.

El chico, con los auriculares puestos, giró la cabeza hacia atrás, como si estuviera comprobando si venía un coche. Jisoo, que caminaba en silencio, y el chico se miraron por un instante.

El chico, con esa mirada feroz, volvió a mirar al frente. Luego, quitó los auriculares de sus oídos y dejó escapar un suspiro de irritación que Jisoo alcanzó a escuchar.

—¿Hmm…?

Jisoo sintió una energía nerviosa proveniente de su espalda y se detuvo a pensar. Debe ser una sensación equivocada…

Pero de repente, el chico se detuvo en seco.

—¿Qué pasa contigo?

El chico se giró y le preguntó a Jisoo, usando un tono directo y sin rodeos.

—…¿Qué pasa?

—¿Eres la que se metió en lo que no le importa en el metro?

—¿En el metro…? ¿Meterme en lo que no me importa?

Jisoo siempre había aprendido de su abuela que no debía ignorar las cosas malas, pero parecía que para otras personas ella solo estaba metiéndose en lo que no le correspondía.

—¿Por qué me sigues?

—¿Yo… te sigo? ¿A ti?

—Si te subiste al metro conmigo, ¿significa que me seguiste desde la escuela?

Jisoo no pudo responder de inmediato. ¿Seguirlo desde la escuela? ¿Cómo pudo tener esa extraña idea? Su expresión era como la de alguien que pensaba que ella era una especie de acosadora.

Aunque el chico estaba siendo tan grosero, tenía sentido que pensara eso. Después de todo, tenía una apariencia sobresaliente: piel impecable, mandíbula bien definida, y sus rasgos faciales eran finos y delicados. En resumen, tenía la cara de un ‘chico guapo’.

No puede ser, ¿será que tiene un exceso de autoestima?

—Yo no te seguí.

—¿En serio?

—Sí. Lo siento, pero estás equivocado.

—Entonces, ¿a dónde vas?

El chico la miró con una expresión desafiante, como si estuviera convencido de que él no podía estar equivocado.

—A la casa donde voy a vivir…

Jisoo respondió con tono dubitativo, casi como si no estuviera segura de cómo expresar lo que le iba a decir. Como alguien que iba a vivir en casa ajena, no era fácil decirlo. El chico, sin embargo, pareció entender solo la última palabra.

—¿Casa? ¿Vas a vivir aquí?

El chico miró rápidamente la ropa sencilla de Jisoo y, con tono burlón, le preguntó. La chaqueta de Jisoo, que había comprado hace dos años, no era barata, pero comparada con el abrigo de lujo que llevaba el chico, ciertamente parecía algo más modesto.

¿Cómo puede ser tan cruel?

El chico la ignoraba por completo. Toda la gratitud que había sentido antes se desvaneció en ese instante.

—Ahora, las tres casas al final de esta calle son las que quedan. Sé quién vive en cada una de ellas.

—…Yo no he mentido. ¿Por qué sigues hablando así?

—¿Ah, no? Entonces, ve tú primero.

El chico levantó una ceja, mofándose, y luego se apartó un poco, mirando a Jisoo con intensidad. Le estaba dando a entender que si no mentía, debería demostrarlo.

Jisoo suspiró con frustración, sintiendo la mirada del chico clavada en ella. Le había dicho claramente que no lo estaba siguiendo, pero aún así, él seguía actuando como si lo estuviera.

Decidió no seguir discutiendo y comenzó a caminar nuevamente. Ya no podía perder más tiempo. Hyesook probablemente la estaría esperando ansiosa.

Jisoo verificó nuevamente el mapa y se detuvo frente a una mansión con el jardín más grande de las que había visto hasta ahora. El muro, que era más alto que ella, daba una sensación de secretismo, como si fuera imposible ver lo que había dentro.

Aunque la idea de que iba a vivir en una casa tan impresionante la sorprendió, Jisoo hizo un esfuerzo por mantener una expresión indiferente. Sabía que alguien la estaba observando detrás de ella.

—¿Vas a quedarte ahí mirándome? Ya llegué.

—… ¿Tu casa está aquí?

—Sí. No entiendo por qué algunas personas tienen que ser tan groseras y provocativas con los desconocidos, pero si ya has aclarado las cosas, ¿por qué no sigues tu camino?

El rostro del chico mostró una expresión de asombro que pronto se transformó en desprecio.

—¿Por qué sigues ahí parada sin tocar el timbre?

—¡Eso es porque tú sigues…!

Jisoo detuvo lo que estaba diciendo y lo miró fijamente, mostrando toda su frustración en su mirada. Ya no valía la pena responderle.

Decidió ignorarlo por completo, y presionó el timbre que estaba junto a la puerta. Seguramente Hyesook saldría pronto. Debía estar sorprendida al ver esa situación, pero, por favor, que desaparezca antes de que ella salga.

Sin embargo, el chico que estaba observando desde atrás no tenía intención de irse y, de repente, alzó la voz en un grito.

—¡Oye! ¿Qué quieres hacer ahora?

—¿Qué pasa? Te he dicho que dejes de provocarme y sigas tu camino. Eres realmente raro.

Jisoo ya estaba al límite y no pudo seguir hablando con calma.

—Es increíble. ¿Estás bien de la cabeza? ¿De verdad has tocado el timbre solo porque te lo pedí?

Las palabras del chico tenían razón. En Seúl, hay demasiada gente rara. Pero, ¿acaso esto no es demasiado, incluso para esta ciudad? Tanto el hombre pervertido de antes como este chico que no dejaba de molestarla sin razón alguna.

—¿Ahora que no ves a esa loca, vienes a molestarme a mí? ¿Sabes si tus padres están al tanto de las tonterías que haces?

—¿Qué dijiste? ¿Qué estás…?

En ese momento, la puerta, que estaba cerrada con llave, se abrió de golpe.

—Oh, ¿ustedes dos vinieron juntos?

Una mujer de mediana edad con un elegante corte de pelo con volumen, que llevaba un estilo de peinado sofisticado, salió y saludó a los dos chicos, que se miraban como si fueran enemigos.

—…¿Eh?

Jisoo, en un principio, olvidó incluso saludar a Hyesook, y la miró confundida. Una sensación muy extraña la invadió.

—No puede ser…

—¿Es la primera vez que se ven, Jajin y Jisoo? Ustedes dos son amigos de la misma edad, ¿verdad? Deberían llevarse bien de ahora en adelante.

Jajin.

El nombre del hijo único de Hyesook era Jajin.

El rostro de Jisoo se oscureció de inmediato. Se había imaginado que sería un chico simpático, cariñoso y que siempre sonreía, pero de alguna manera sentía que había sido engañada.

¿Ese chico es… Jajin?

Ese chico tan rudo, afilado y grosero… ¿es el hijo de la cálida y cariñosa Hyesook? Era una combinación difícil de creer.

Jajin también parecía estar muy sorprendido. Miró a Jisoo con una mirada fulminante y, finalmente, soltó una voz cargada de descontento.

—¿Vas a vivir en mi casa de ahora en adelante?

—Sí. Te lo dije, ¿no?

—No sabía que era hoy.

—Te lo he dicho innumerables veces, si no lo sabías, eso significa que has ignorado todo lo que te he dicho, ¿no es así?

—…Ella es una chica, ¿no? Pensé que era un chico.

A medida que Jajin revelaba su malestar con un tono de voz bajo, el rostro de Hyesook, que siempre era suave, comenzó a endurecerse.

—Te dije desde el principio que era una chica de tu misma edad. Si no lo escuchaste antes, yo he estado llamándola ‘Jisoo’ todos los días. ¿No lo oíste?

—Pero ese es un nombre de chico.

—¿Por qué estás sacando esas tonterías ahora?

—Es más lógico pensar que traerías a una chica…

—Seo Jajin, ¿qué te pasa? ¿Acaso escuchas a mamá con un solo oído y dejas que las palabras te salgan por el otro? Y encima, me hablas de esa forma irritante. ¿Por qué te molesta que sea una chica? Si no lo sabías, es tu culpa. ¿Cómo puedes hacerle esto a Jisoo? ¿Es así como te comportas? ¿Vas a hacer que tu madre se avergüence de ti?

Cuando Hyesook regañaba a su hijo, su tono era mucho más firme y serio de lo que Jisoo imaginaba. Se sentía como si estuviera viendo una cara completamente diferente a la cálida mujer que había conocido en el funeral de su abuela.

Como dicen, cuando una persona buena se enoja, es mucho más aterrador. Hyesook, normalmente amable y tranquila, en ese momento parecía una madre que podía infundir miedo. Sin embargo, Jajin no mostró señales de arrepentimiento.

—Lo peor es que no quería decirte cosas tan crueles, pero esta es mi casa, así que si tienes que quejarte, tendrás que aguantar hasta que empieces a ganar dinero, ¿verdad?

—…

—Jisoo, ven y entra rápido, que tienes las manos ocupadas.

Hyesook le quitó la bolsa a Jisoo y la empujó suavemente hacia dentro de la casa. Cuando Jisoo miró discretamente a Jajin, él la miraba fijamente con una expresión tan hostil como siempre.

—Supongo que, como es hijo único, a veces se comporta de manera tan testaruda, pero no es un chico malvado en el fondo.

Hyesook trató de calmarse mientras sonreía, abriendo la puerta del refrigerador con prisa.

—Jisoo, tú también creciste sola, así que no puedes usar el hecho de ser hija única como excusa. Antes de la cena, ¿quieres comer algo de fruta? ¿O prefieres jugo?

—Pues… solo un vaso de agua fría, por favor. Tengo un poco de sed.

—¡Oh, claro! Debe haber sido agotador caminar hasta aquí. Sí, sí.

Hyesook se movía con una energía nerviosa, como si la situación la hubiera dejado algo avergonzada.

Había pasado una semana desde el funeral de la abuela, y Hyesook había hablado varias veces sobre Jisoo con Jajin, pero él claramente no había prestado atención a nada de lo que su madre le decía. Ahora, Jisoo estaba justo frente a él, y él seguía manifestando su desaprobación.

—De verdad, a veces me da rabia este chico, aunque es mi hijo. ¡No es que sea malo, Jisoo! Simplemente es un poco inmaduro.

Mientras Hyesook criticaba a su hijo, no olvidaba defenderlo de vez en cuando. Jisoo, aunque en silencio, no pudo evitar estar de acuerdo con lo que su madre decía.

—Aún así, me ayudó en el metro antes.

—¿Qué? ¿Jajin te ayudó?

—No tanto que me ayudara, sino…

Jisoo le explicó brevemente lo que había ocurrido en el metro, y los ojos de Hyesook se abrieron de par en par. Durante la narración, intercaló varios ¡Oh, Dios! y pequeñas exclamaciones mientras escuchaba atentamente.

—¡Vaya, ¿eso realmente pasó?

—Sí.

—¡Qué valiente, Jisoo!

—Ah, no, en realidad solo estaba cerca….