⋆˚ʚɞ Traducción: / Corrección: Nue
Las pasos de Jisoo y Seonah, que acababan de subir la montaña detrás de la escuela, descendían livianos. Ambas eran miembros del club de montañismo de la universidad.
Cuando Jisoo ingresó a la universidad, el único club que realmente le interesó fue el club de montañismo. Desde pequeña, había sido una niña frágil, crecida bajo la sobreprotección de sus padres y su abuela, así que decidir comenzar a practicar senderismo fue para ella un acto de gran valentía.
La conversación que tuvo con Hajin esa noche del día del examen de ingreso a la universidad, en el techo de la escuela, tuvo un impacto significativo en ella. Lo que le dijo a Hajin sobre desear morir en una montaña nevada sonaba completamente absurdo a cualquiera, y no era algo que Jisoo considerara como un verdadero plan.
Sin embargo, ahora esa idea absurda se había desvanecido, y en su lugar había nacido un verdadero sueño. Iba a escalar las montañas cubiertas de nieve junto a Hajin. De hecho, independientemente de si ese sueño se hacía realidad o no, al ver a Hajin, quien no parecía tener ningún deporte que no pudiera practicar, Jisoo también quería encontrar una actividad física que le gustara, algo que pudiera disfrutar como hobby.
Cuando le dijo a Hajin que quería unirse al club de montañismo para mejorar su forma física, esperaba que él la felicitara por tomar una buena decisión, pero Hajin, en lugar de eso, abrió la boca con una expresión algo desconcertada.
( ¿No puedes acompañarme en las montañas? ¿Realmente necesitas unirte al club? )
( Está bien. Tú estás en la facultad de medicina, así que seguro estarás aún más ocupado. ¿Qué es lo que no te gusta de eso? )
En este punto, Jisoo ya estaba familiarizada con el patrón de pensamientos de Hajin, por lo que podía anticipar más o menos su reacción.
( Un compañero de nuestra facultad se unió al club de montañismo porque le gusta escalar, pero se decepcionó cuando vio que solo había tres mujeres y el resto eran hombres. )
Como esperaba, a Hajin le preocupaba que ella se sintiera incómoda en ese tipo de ambiente.
( ¿Olvidaste que quiero unirme a un club de montañismo solo para mujeres? ¿Te sigue sin gustar? )
Fue entonces cuando Hajin, al ver que ella se había decidido, insistió en que no hiciera nada que pudiera poner en peligro su bienestar, pero asintió en señal de acuerdo. Era impresionante lo transparente que era con ella.
Mientras descendía por el sendero, Jisoo pensó en Hajin y sonrió.
—Realmente, el otoño es lo mejor. Mira cómo se ven las hojas de los árboles con los colores del otoño. Son tan hermosas. Cuando haga más frío, escalar se volverá aún más difícil.
Seonah, que no se había unido a ningún club en el primer semestre de primer año, se unió al club de montañismo en el segundo semestre después de que la asignaran a la misma habitación que Jisoo. Aunque su objetivo principal era aprender a escalar y hacer algo de ejercicio para perder peso, lo que más deseaba era seguir a Jisoo, que era un año mayor, como si fuera una hermana mayor y admirarla.
—Ah, pero creo que la presidenta diría algo como: ¡¿Qué estás diciendo?! ¡Escalar en invierno es increíblemente atractivo!
Jisoo estalló en risas con la imitación perfecta que hizo Seonah.
—¿Es igual, verdad?
—Es idéntica.
—Pero la verdad es que no soporto el frío. En invierno no quiero moverme de la casa ni un paso. Ugh. Para alguien como yo, el montañismo en invierno es un nivel demasiado alto.
Jisoo también sonrió, sintiendo cierta empatía.
Desde el año pasado, había estado subiendo montañas con regularidad y sentía que tanto su cuerpo como su mente se habían fortalecido. Entre los estudiantes mayores, había muchos que, durante las vacaciones, viajaban a montañas altas e incluso hacían expediciones internacionales, lo cual les parecía impresionante y también un buen estímulo.
Mientras ascendía, Jisoo se dio cuenta de por qué tantas personas se sienten atraídas por el montañismo. Y, por supuesto, ella también se había enamorado de esa fascinación. Aunque no fuera por el club, a veces subía a la montaña con Hajin y, siempre que tenía tiempo, también ascendía la montaña detrás de la escuela con Seonah.
—Hermana, ¿por qué no vamos a comer sopa de patatas de inmediato después de bajar?
—¿Tienes mucha hambre?
—Sííí.
Seonah hizo una mueca y se frotó el estómago con expresión lastimera.
—Está bien, vamos.
Ya casi habían llegado al final del sendero, solo quedaban unos pocos escalones de troncos antes de llegar al final. Mientras bajaba lentamente, Jisoo sintió que su mente comenzaba a nublarse. El paisaje frente a ella parecía volverse un poco borroso, y en ese momento, uno de sus pies resbaló en uno de los escalones.
—¡Jisoo unnie!
Todo su cuerpo dolía como si hubiera sido golpeada. No era de extrañar, ya que había caído sobre las ásperas escaleras de madera.
Jisoo se miró la cara con el espejo de mano que Seonah le había dado. En su mejilla derecha tenía una herida que había sido cubierta con una gasa blanca y cinta adhesiva, y en la sien izquierda se veía un leve moretón. También tenía varios moretones por el cuerpo. Afortunadamente, no parecía haber sufrido fracturas ni lesiones graves.
—Debí haberte sujetado enseguida…
Seonah, que había tardado en reaccionar porque estaba enviando un mensaje en su teléfono en el momento en que Jisoo cayó, se veía culpable y a punto de llorar.
—No es tu culpa. Fui yo quien no prestó atención y me caí.
Jisoo se sentó en la cama de la sala de emergencias, aún con la mente algo aturdida, ya que acababa de despertar.
—Por cierto, llamé a tu novio desde tu celular. Dijo que vendría enseguida, así que debe estar por llegar.
—¿Llamaste a Hajin?
Jisoo se sorprendió y preguntó nuevamente.
—¿Hice algo mal?
Los grandes ojos de Seonah, sin pliegue en el párpado, se llenaron de preocupación.
—¿Eh? No, está bien. De todos modos, mi cara ya está así, así que no hay nada que ocultar. Pensé que si lo decía más tarde, probablemente me regañaría aún más por no haberte avisado a tiempo. Hiciste bien, Seonah.
Jisoo sonrió con esfuerzo para tranquilizar a Seonah. No quería preocuparla, pero no podía ocultarlo.
—Seonah, ¿has comido ya?
Seonah negó con la cabeza.
—Seguro que tienes hambre. Te has quejado de hambre todo el rato. Lo siento, lo hice esperar. Vamos a comer ya.
—No pasa nada. Estaba tan sorprendida que ni siquiera pensé en comida. Ahora mismo ni tengo hambre. No te preocupes, voy a quedarme aquí hasta que llegue tu novio.
Sin embargo, como si el universo quisiera hacerle una broma cruel, en ese momento el estómago de Seonah rugió tan fuerte que no pudo evitar esconder su rostro, que se había puesto completamente rojo. Jisoo la miró con una sonrisa, como si fuera su hermana pequeña.
—Hajin ya debe estar por llegar, así que no te preocupes por mí. Anda, ve a comer algo. Estoy preocupada por ti también, tanto como tú por mí.
—Pero…
—Si no, cuando Hajin llegue, comemos juntos. Dijiste que querías sopa de patatas, ¿verdad? O si prefieres, te compro algo más rico.
—¡Ah, no!
Seonah levantó las manos como para detenerla.
—¿Por qué? ¿Te incomoda?
—Eso no es todo… En realidad, cuando hablé con él antes, la voz de tu novio no sonaba nada bien.
Jisoo apartó sus labios secos.
—…¿Parecía muy enojado?
—No creo que fuera enojo, más bien preocupación. Su voz sonaba tan baja y grave que me dio un poco de miedo. En fin, no te preocupes, invítame a cenar otro día. Yo me voy primero hoy.
—Está bien. Lo siento mucho hoy y gracias. Nos vemos en el dormitorio.
No pasó mucho tiempo después de que Seonah se fuera cuando un hombre irrumpió en la sala de emergencias. A pesar del clima frío, sudaba en su frente. Respiraba entrecortadamente mientras buscaba con la mirada a alguien, y finalmente encontró a Jisoo, cuya piel estaba cubierta por vendajes y cinta adhesiva.
—…Yoon Jisoo.
El rostro de Hajin se distorsionó de inmediato al ver el estado de las heridas de Jisoo.
—¿Te preocupaste mucho? Pero no fue nada grave, solo subí y bajé la montaña ligera con Seonah. Fue solo un poco de mareo, en serio…
Hajin no dejó que Jisoo terminara de hablar y la abrazó con fuerza. Jisoo rodeó su cintura con los brazos y sintió que él temblaba. Otra vez la había preocupado. La culpa la hizo sentir que los ojos se le llenaban de lágrimas.
—…Lo siento, Hajin.
Hajin, aún observando atentamente el estado de Jisoo, no podía disimular la inquietud en su mirada. Al pensar en cómo un tipo tan seguro de sí mismo como Hajin había corrido hacia allí preocupado por ella, Jisoo no podía evitar sentirse culpable.
—¿Estás bien?
—Sí. Aunque tengo algunas heridas visibles, por dentro estoy bien. De verdad.
Hajin dejó escapar un largo suspiro. Al mismo tiempo, su teléfono comenzó a sonar.
—Tienes una llamada.
—No hace falta que la atiendas.
—Pero al menos debes saber quién es… ¿Es tu profesor? ¿Es el profesor de tu facultad?
Jisoo vio el nombre en la pantalla del teléfono y sus ojos se agrandaron. ¿No le había dicho Hajin que hoy tenía un examen sorpresa? Por ese examen, no pudieron salir a cenar el día anterior, y Hajin se quejaba por teléfono esa mañana de tener que estudiar hasta tarde.
—¿Seguro que hiciste bien el examen?
—……
—¿No me digas que no lo hiciste y viniste sin más? ¿Es por eso que el profesor está llamando?
El rostro de Jisoo se oscureció.
—No es el momento para que me regañes.
—Seo Hajin, aunque sea…
—¿Aunque sea qué? ¿Me estás diciendo que, después de escuchar que te caíste por las escaleras, debo quedarme tranquilo y decirte que vayas a hacer el examen?
Quizá por estar emocionalmente alterado, Hajin alzó la voz de inmediato, mirando a Jisoo con una furia contenida. Jisoo bajó la cabeza. La sensación de haberle causado problemas a Hajin la desgarraba por dentro.
Después de pagar las cuentas médicas, Jisoo y Hajin salieron del hospital, pero el cielo, que antes estaba despejado, ahora estaba nublado. ¿Iba a llover? El aire afuera parecía denso y húmedo.
El breve intercambio tenso entre ellos dejó un pesado silencio en el ambiente. Mientras Jisoo seguía a Hajin, decidió reunir fuerzas y tomar su mano.
—Hajin.
—Me dices que no fue nada grave. No fue como cuando corrimos la larga distancia, no te costó nada, ¿entonces cómo es que te caíste?
—¿Eh? Sí. Sabes que a menudo subo con Seonah la montaña detrás de la escuela. Cuando bajábamos, me sentía ligera. Así que no sé por qué pasó esto, me siento un poco rara, pero… supongo que fue por mi falta de atención.
Jisoo habló de forma atropellada, con el temor de que Hajin le dijera que nunca más volviera a escalar una montaña. Hajin, que aún sostenía su mano, no dijo nada por un momento.
—…Vamos a hacerte algunos exámenes.
—¿Eh? ¿Exámenes? Ya me hice uno en el hospital antes, y me dijeron que no había nada raro.
—Hazte un examen adecuado. Le avisaré a mi padre, y mañana vamos al hospital juntos.
La voz de Hajin sonaba tan firme y oscura como su rostro, su tono era tan grave que incluso Seonah, que se había asustado solo con escuchar la llamada, podría entenderlo.
—Hajin, no es necesario. Yo siempre he tenido un poco de anemia… Debe ser por eso.
—Has perdido mucho peso.
Hajin apretó con fuerza la muñeca de Jisoo, que parecía extremadamente delgada, y habló con voz baja.
—Eso… eso no tiene nada que ver con lo que pasó ahora. No he perdido tanto peso. Estás pensando demasiado en todo esto. Sé que estás preocupado, pero calmémonos un poco, ¿de acuerdo? A mí también me hicieron exámenes cuando me desmayé en la secundaria, y la señora insistió en que me revisara, pero no encontraron nada. Esta vez será lo mismo, no te preocupes.
La presión en la mano de Hajin se hizo más fuerte.
—Tienes razón. Será igual.
—Así que no hace falta que…
—Lo necesito porque quiero verlo con mis propios ojos. Necesito saber que estás bien y sana. Solo así podré tranquilizarme.
La mirada de Hajin sobre ella era tan profunda como un abismo, y aún estaba llena de una ansiedad palpable. Jisoo no pudo evitar preguntarse si Hajin intuía algo malo, como si tuviera una premonición.
Mirando a Hajin, Jisoo sintió que la ansiedad que había intentado ocultar empezaba a resurgir. Nunca antes había tenido un desmayo sin previo aviso. ¿Qué pasaría si de verdad estuviera ocurriendo algo raro en su cuerpo?
Jisoo bajó los ojos para esconder la inquietud que sentía, y asintió con la cabeza, tratando de tranquilizar a Hajin.
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La palma de Jisoo comenzó a sudar, y su corazón palpitaba con fuerza, haciendo eco en sus oídos y causando gran incomodidad. El nerviosismo también le provocaba un leve dolor en el estómago.
Sin embargo, cuando se enfrentó al médico, este, al ver el rostro tenso de Jisoo, no la tranquilizó como esperaba, sino que, con una expresión imperturbable, exhaló un suspiro bajo.
—Yoon Jisoo tiene un tumor maligno en el corazón. Es cáncer de corazón.
—¿Cáncer… de corazón?
—Es algo raro, ¿verdad? Es un cáncer muy poco común. Además, el caso de Jisoo no es metastásico… Para ser más claro, el problema está directamente en el corazón. Es un caso extremadamente raro. Dado que esta enfermedad es tan infrecuente, no se ha identificado una causa clara… Jisoo, ¿tuviste alguna vez una cirugía cardíaca anteriormente?
—…Sí.
—El cáncer de corazón suele no presentar síntomas, lo que hace que sea casi imposible de diagnosticar rápidamente. Pero Jisoo fue relativamente temprana en hacerse exámenes, por lo que, al menos, eso es un consuelo.
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