⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Merian habló con la discreción de alguien revelando secretos militares.
—Intervenir en los recuerdos es un procedimiento realmente peligroso.
—Ah… sí, lo imaginaba.
—Claro, no es lo mismo que eliminar una cicatriz superficial, como coser una herida en el vientre donde las vísceras se desbordan. La complejidad es completamente diferente, ¿verdad?
—Sí, claro.
Diarin, con su experiencia, no pudo evitar asentir. Era más fácil tratar a alguien cubierto de sangre que a una persona aparentemente ilesa pero con un tono azulado en el rostro. De igual forma, manipular recuerdos invisibles dentro de la mente era infinitamente más complicado.
Sin embargo, ¿por qué mencionarlo?
—Entendiendo esas dificultades, supongo que por eso mencionaste que ‘no importa cuánto cueste’.
—Ah…
Así que era una cuestión de dinero.
Diarin finalmente captó la dirección de la conversación. Era exactamente lo que había planeado. En lugar de discutir si harían o no el procedimiento, todo se reducía a negociar el precio. Esto significaba que realizarían el hechizo, sin duda.
Con el diálogo siguiendo el camino previsto, Diarin se relajó, aunque mantuvo en su rostro una expresión de tensión desesperada, como si no tuviera otra esperanza fuera de aquel templo.
—Mi amigo es tan importante para mí que no me importa cuánto dinero necesite. Si es necesario, pediré prestado para pagar.
—Ah… Ese hermoso sentimiento seguro conmoverá al dios.
Al escuchar que Diarin no estaba buscando regatear, los ojos de Merian se suavizaron aún más.
Sin embargo, el plan de Diarin no era simplemente ‘pagar y recibir el hechizo’. Su verdadera intención era obtener un hechizo para recuperar recuerdos, aunque aquí estaba pidiendo uno para borrar recuerdos.
Diarin comenzó a mover las piezas hacia su objetivo.
—Pero… no es que dude de la grandeza del dios, claro.
—Oh, por favor, siéntete libre de expresar tus pensamientos.
—Es que no sabía que realmente se podían hacer estas cosas hasta que vine aquí…
—¡Oh! Por supuesto, es natural tener dudas sobre un hechizo desconocido. Si lo deseas, puedes probar algo sencillo como una experiencia inicial.
¿Así de fácil?
Diarin quedó sorprendida por lo accesible que parecía todo. Era el templo dentro del palacio real, con un gran sacerdote a cargo, y aun así todo parecía negociable con dinero. Una lección aprendida. Sí, así es como se manejan los negocios, pensó mientras asentía en señal de respeto hacia la maestría de Merian.
—¿Podría probarlo ahora mismo?
—Podrías. Algo sencillo puede hacerse de inmediato. Los recuerdos complicados y antiguos requieren buscar y trabajar cuidadosamente, pero algo básico es mucho más fácil.
—¿Cómo funciona? ¿Puedo ser yo quien lo pruebe?
Si entendía cómo fluía el poder sagrado, sería posible utilizarlo de forma inversa. Este era el plan desde el principio: probarlo en sí misma, aprender cómo funcionaba y luego aplicarlo a Ceres. Como portadora de poder sagrado, siempre podría contrarrestar cualquier inconveniente.
Si Merian empezaba a sospechar, siempre podía actuar como si no supiera nada. Charlote ya había demostrado ser un buen ejemplo.
—¿No debería ser la persona que recibirá el hechizo quien lo pruebe?
Merian miró a Ceres, claramente interesado en usarlo como sujeto.
—… Snif.
Ceres utilizó de manera efectiva la instrucción de Diarin de sollozar para generar lástima.
Diarin acarició suavemente el cabello de Ceres, haciendo que hundiera más su rostro en su hombro.
—Él no está en condiciones de probar nada ahora mismo.
—Ah, claro, lo entiendo.
Merian aceptó sin insistir. Sus palabras estaban cargadas de comprensión, sin necesidad de más explicaciones.
—Qué amistad tan admirable. No debe ser fácil enfrentarlo.
—Amistad…
Ceres murmuró contra el hombro de Diarin.
Ella presionó suavemente la cabeza de Ceres una vez más, como diciendo: ‘No digas tonterías’. En realidad, su sentimiento estaba más cerca de la maternidad que de la amistad, pero no era algo que quisiera expresar.
—Sí, soy la única que puede cuidarlo.
—El dios seguramente será conmovido por ese noble sentimiento y traerá un buen resultado.
—Sí…
Esperaba que así fuera. Aunque, para lograrlo, Merian tendría que caer en su plan y revelar todos los secretos del hechizo.
—¿Podemos empezar ahora?
—¿Se puede sin ninguna preparación?
—Claro, es algo simple. Ahora… escribe algo en este papel.
Cada hechizo tiene su propio método de activación, que puede variar según la persona. Algunos seguían su instinto, como Diarin, mientras que otros trazaban complejas runas rituales.
Merian debía tener su propio método.
Diarin hizo lo que le pedían y escribió una palabra al azar en el papel.
—Usted misma lo escribió, ¿cierto?
—Sí.
—Deme su mano, por favor.
Merian agarró rápidamente la mano de Diarin, sin darle tiempo para prepararse. Ella sintió un escalofrío y observó cuidadosamente al sacerdote.
—Voy a escribir un símbolo en su mano y su brazo. No dolerá, ni quedarán marcas permanentes, así que no se preocupe.
Merian no pareció notar el poder sagrado de Diarin. En cambio, Diarin sí percibió el de Merian.
Era débil.
Aunque más fuerte que la mayoría de los sacerdotes, era sorprendentemente débil para un gran sacerdote. La posición de Merian no se obtenía por su poder sagrado, pero la mayoría de los grandes sacerdotes eran individuos de gran fortaleza espiritual.
Comparado con Diarin, el poder de Merian no era ni remotamente rival. Incluso parecía menos impresionante que el de Charlote.
Sorprendente para alguien considerado uno de los aliados más cercanos del segundo príncipe y con influencia sobre toda la Octava División.
—Bien, comencemos.
Merian comenzó a escribir cuidadosamente desde la muñeca hasta el antebrazo de Diarin.
Diarin observaba atentamente cada letra que aparecía.
Aunque el poder sagrado de Merian era débil, las runas del hechizo eran precisas y meticulosas. No obstante, no eran tan complicadas como para que Diarin no pudiera memorizarlas.
—Es fascinante, ¿verdad?
—Sí… ¿Esto es un hechizo?
Diarin, aparentando desconocimiento, hizo la pregunta con inocencia. Para alguien sin poder sagrado o conocimientos sobre estructuras de hechizos, las runas no eran más que letras sin sentido.
Merian, con amabilidad, ofreció una explicación.
—Las runas son como caminos por donde fluye el poder sagrado. Cuanto más detalladas y bien trazadas estén, mejor funcionarán, ¿entiendes?
—Ah, sí, ya veo.
—Muy bien, he terminado. Ahora debes concentrarte exclusivamente en estas letras. No puedes permitir que entren otros pensamientos.
—Oh, claro, claro.
Si las cosas se complicaban, Diarin siempre podría usar su propio poder sagrado para contrarrestar cualquier efecto. No estaba completamente indefensa. Sin embargo, la idea de que alguien más tocara sus recuerdos generaba una resistencia instintiva.
Merian, al notar la tensión en Diarin, le dio unas palmaditas reconfortantes en el dorso de la mano.
—No te preocupes. Este hechizo es algo que puedo hacer con los ojos cerrados.
—¿Muchas personas reciben este tipo de hechizo?
—Sí, suele ser necesario en muchas ocasiones. Con este hechizo, puedes confiar completamente en mí.
Merian hablaba con un tono lleno de orgullo, aunque su expresión mostraba un dejo de amargura. Era evidente que estaba pensando en las acciones realizadas por la Octava División.
Pero ella misma era la responsable de esas atrocidades. Después de manipular las vidas de decenas de personas, ahora pretendía mostrarse arrepentida. La hipocresía le resultaba insoportable a Diarin, quien sintió que la ira subía por su pecho.
—¿Le decías lo mismo a las personas que recibían este hechizo?
La pregunta salió de su boca con un tono más punzante de lo que había planeado.
Merian se mostró ligeramente sorprendida, pero en lugar de responder con una justificación defensiva, mantuvo su tono cálido y optimista.
—Oh, por supuesto. Nunca ha habido alguien insatisfecho. ¿No dicen que el olvido es la mejor medicina? Bien, ya está todo listo. ¿Comenzamos?
—…Sí.
Diarin, aún con una sensación de inquietud, tomó la mano de Merian. Era difícil creer que las manos de alguien tan frío pudieran ser tan cálidas.
A través del contacto, sintió cómo el poder sagrado de Merian fluía dentro de su cuerpo.
—Las letras. Concéntrate en las letras.
—Sí, sí.
Diarin apartó los pensamientos dispersos y enfocó su mente en las letras escritas. Al mismo tiempo, intentaba memorizar cómo fluía el poder sagrado de Merian y qué caminos seguía.
Tuck-
—…¿Eh?
—Ya está.
—¿Qué?
Diarin, parpadeando con confusión, miró a Merian. No entendía qué había pasado. Solo había parpadeado, y de repente le decían que todo había terminado.
Sin embargo, Diarin recordaba claramente cómo había fluido el poder sagrado de Merian. Recordaba su intención inicial de probar el hechizo para borrar recuerdos, incluso cómo había escrito algo en un trozo de papel para realizar la prueba.
—Aún no sabes qué ocurrió, ¿verdad?
—No…
Merian tomó la nota que Diarin había estado sosteniendo, la colocó sobre la mesa con la parte escrita hacia abajo y la señaló.
Diarin, desconcertada, siguió el gesto con la mirada.
Merian le sonrió mientras la miraba directamente.
—¿Qué escribiste en ese papel?
—¿Qué…? Pues, yo… —Las palabras se le trabaron—. ¿Eh?
Recordaba haber tomado el bolígrafo y haber escrito. Incluso podía rememorar cómo repetía esas palabras en su mente para no olvidarlas.
Pero cuando intentó recordar qué había escrito, su mente quedó en blanco.
Diarin sintió que se le caía la mandíbula al notar el vacío en su memoria.
Así es como funciona…
El recuerdo había sido borrado de manera tan limpia que ni siquiera podía ser consciente de lo que había olvidado.
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