⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—¡Ja, ja, ja!
El Emperador soltó una sonora carcajada.
—Así es, valorar a los tuyos es algo importante.
Ante el elogio del Emperador, Ceres inclinó profundamente la cabeza, y Diarin lo siguió.
—Además, ¿cómo no valorar a alguien que salvó mi vida y está de mi lado?
La dirección que tomaba la conversación parecía tornarse peligrosa.
—Solo cumplí con mi deber como súbdita.
Diarin se limitó a mencionar el hecho de haber saltado al fuego.
—Es raro encontrar alguien que ofrezca su lealtad al punto de arriesgar su vida. Tal devoción seguramente conmovió a los dioses para obrar el milagro.
El Emperador finalmente mencionó el ‘milagro’. Era evidente que no era alguien que trajera solo buenas noticias para Ceres.
—Fue realmente sorprendente. Ver un milagro divino con mis propios ojos fue un honor.
Endin intervino desde el costado.
El Emperador esbozó una sonrisa burlona mientras lo miraba. La forma en que Endin aprovechaba cada oportunidad le parecía ridícula, pero en este caso, era justo lo que el Emperador quería.
—Sin duda fue gracias al poder de los sacerdotes que estaban cerca. Dado que salvaron al príncipe, habría que recompensarlos generosamente…
—Ah, sobre ese asunto, he contactado con el templo, Su Majestad.
Diarin intentó atribuir todo el mérito a los sacerdotes, pero Endin la interrumpió rápidamente.
—¿Y qué te dijeron?
—Investigué sobre el poder sagrado de los sacerdotes: si había cambiado tras el evento o no. Me dijeron que incluso aquellos que tenían poder de sanación no notaron ninguna diferencia. Y, de hecho, ellos mismos afirman que no fue obra suya ese día.
—Podrían haberse atribuido el mérito, pero son sacerdotes sinceros.
—Parece que no se atrevieron a mentir en nombre de los dioses.
Endin sonrió.
El hecho de que mencionara ‘en nombre de los dioses’ podía ser peligroso. Si se malinterpretaba, las consecuencias serían devastadoras.
Aunque los miembros de la familia imperial eran considerados casi como dioses vivientes, el templo servía a los dioses más de cerca. Si algo relacionado con el nombre de los dioses se enredaba, incluso un príncipe como Ceres no podría evitarlo fácilmente.
—Entonces, ¿cómo ocurrió exactamente ese milagro? Debemos investigarlo a fondo, ¿no crees?
—Por supuesto. No podemos tratar un milagro divino como un asunto trivial.
Endin respondió rápidamente a las palabras del Emperador.
—He oído que el templo enviará un equipo de investigación sagrada.
—¡….!
Diarin tembló ligeramente, aunque de forma casi imperceptible.
El equipo de investigación sagrada era la unidad más estricta del templo.
Siempre que ocurría un evento relacionado con el poder sagrado, ellos se encargaban de investigar. Después de todo, había quienes utilizaban presuntos ‘milagros’ para cometer fraudes.
Además, eran los encargados de decidir si alguien que manifestaba poder sagrado sin saberlo debía ser llevado al templo como sacerdote. También investigaban y castigaban a los sacerdotes que abusaban de su poder.
Lo que había ocurrido esta vez dependía completamente de cómo lo interpretaran.
¿Lo considerarían un ‘milagro divino’ o una ‘obra demoníaca’?
Si lo calificaban como obra demoníaca…
Diarin terminaría en un juicio sagrado.
Si eso sucedía, el templo donde había estado no podría seguir encubriendo nada.
Si su verdadera naturaleza salía a la luz, la acusarían de usar poderes sagrados en beneficio propio. En ese caso, sería excomulgada de inmediato.
Diarin tenía argumentos para defenderse: que había sido enviada para asistir al príncipe, que la situación había sido extrema, y que actuó para salvar una vida. Sin embargo, no había garantía de que eso funcionara.
Debo evitar que llegue a juicio a toda costa.
Ver morir a Ceres frente a sus ojos habría sido lo peor.
Mientras pudiera evitar eso, sentía que podía soportarlo todo. Con ese pensamiento, su nerviosismo comenzó a disiparse.
—El equipo de investigación sagrada, claro. Fue un evento importante, después de todo.
—Así es, se trataba de la seguridad de la familia imperial. Me dijeron que, además de investigar el evento, también verificarán si hay secuelas físicas.
Endin explicó con amabilidad, mostrando una sonrisa.
Parecía que Endin ya estaba intentando influir en el equipo de investigación sagrada. Sin embargo, en ese ámbito, Diarin era más experta.
Aunque un escalofrío le recorrió el cuerpo, Diarin esbozó una sonrisa brillante.
—Es un alivio saber que lo investigarán. Estaba preocupada por si había algún problema físico, pero me tranquiliza.
—El Vizconde Arianth también debería someterse a un examen. Después de todo, estuvo presente contigo.
Endin no dejó pasar la oportunidad y capturó a Diarin en su red.
Ahora estaba más claro lo que intentaba conseguir. Diarin sonrió aún más ampliamente.
—Eso sería genial. Aunque no creo que haya mucho que ver en mi caso…
Diarin miró hacia Ceres.
—Pero, ¿y si nuestro primer príncipe recibió una bendición divina y desarrolló poder sagrado?
—¿…Cerendias?
El Emperador levantó las cejas, sorprendido por la inesperada propuesta, y miró a Ceres.
—La familia imperial es descendiente de los dioses. Quizá, alarmados por lo ocurrido, los dioses decidieron otorgarle su bendición.
—…
La sonrisa desapareció del rostro de Endin.
Diarin, en cambio, sonrió aún más mientras lo miraba directamente.
—De ser así, sería una gran celebración y un honor para el imperio.
Ceres afianzaría su posición de manera inquebrantable.
Se escuchó un leve crujido desde el puño cerrado de Endin, que descansaba sobre su rodilla, pero Diarin fingió no oír nada y mantuvo su sonrisa.
Por muy poderoso que fuera el segundo príncipe, era imposible sobornar al templo entero.
Todo lo que Endin pudiera intentar, Diarin también podía hacerlo. Y eso era justo lo que Diarin acababa de advertirle.
Ya está hecho.
Ahora solo quedaba rezar para que el investigador enviado por el templo fuera alguien sobornable o que, al menos, no pudiera descubrir nada en ella.
…Pero, ¿a quién debía rezarle exactamente?
¿Sería apropiado rezar a los dioses mientras intentaba engañarlos?
La situación comenzaba a confundirla.
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—El equipo de investigación sagrada llevará a cabo la investigación. Es posible que descubran mi poder sagrado también.
Hasta ahí, ya estaba preparada.
—Pero todo dependerá de cómo lo interpreten.
Eso era lo que Diarin estaba dispuesta a arriesgar.
Por más rígidos que fueran los investigadores del equipo sagrado, seguían siendo humanos. Al final, siempre habría algún sesgo en sus decisiones.
—Entendido.
—¿…Eh?
Diarin estaba a punto de explicar su estrategia cuando Ceres, con una mirada solemne, habló primero.
—Estoy preparado para luchar contra los dioses si es necesario.
—¿…Perdón? ¿Por qué habría que luchar?
—Si descubren tu poder sagrado, podrían llevarte de vuelta al templo, ¿no es así?
—Bueno…, en teoría, sí…
Los ojos de Ceres brillaron peligrosamente otra vez.
Diarin, con solo mirar esos ojos, podía adivinar los pensamientos de Ceres.
—No puedes atacar a nadie.
—Entendido.
—No, tampoco puedes matarlos.
—…Hmmm. Entendido.
La respuesta llegó con un retraso sospechoso. Claramente, si la situación se salía de control, planeaba matar.
Diarin, alarmada, agarró el brazo de Ceres y sacudió la cabeza.
Si mataban a los investigadores, no solo tendrían que enfrentar al templo, sino a los propios dioses.
—¡Ni siquiera saques la espada!
—Entendido.
—¡Y tampoco intentes medio matarlos a puño limpio!
Diarin enumeró todos los posibles escenarios que se le ocurrían para adelantarse a los impulsos de Ceres.
Él la observó fijamente y, al final, giró la cabeza con un chasquido.
—Tch.
—Uf.
Diarin dejó escapar un suspiro de alivio, pero también de preocupación.
Creía que había educado bien a Ceres, pero aún quedaba mucho por hacer con su ‘pequeño cachorro’.
En momentos como este, Ceres volvía a ser ese cachorro salvaje, dispuesto a atacar, morder y desgarrar.
—Bueno, no importa.
De todos modos, Diarin no tenía intención de separarse de él.
¿Qué importaba si seguía siendo un cachorro toda su vida o si tenía ganas de destrozar a alguien? Mientras estuviera allí para detenerlo, todo estaría bajo control.
El verdadero problema eran las personas que no lo dejaban en paz. Y ahora debía encontrar una forma de manejar eso.
—Primero contactaré al templo donde solía estar para ver si tienen conexiones con el equipo de investigación sagrada. Aunque tienen menos influencia que el sumo sacerdote del templo del palacio, podría ser una ventaja, ya que tal vez no simpatizan con él.
Donde hay personas, hay facciones y luchas de poder. Esto aplicaba incluso para el templo.
Aunque se suponía que la gente en el templo estaba allí para servir a los dioses, al final seguían siendo humanos.
El sumo sacerdote del templo del palacio imperial era alguien con una autoridad excepcional, pero no era particularmente querido por los otros templos. Diarin podía usar eso a su favor.
—No creo que la sumo sacerdotisa Merian se quede de brazos cruzados.
—Es cierto. Si pudiéramos saber de antemano qué planea, podríamos prepararnos mejor…
Pero no había forma de saberlo. Diarin chasqueó la lengua con frustración.
Ceres reflexionó por un momento y luego inclinó la cabeza.
—Creo que podría averiguarlo.
—¡….!
Diarin recordó un detalle que había pasado por alto.
Aunque últimamente Ceres parecía casi como una persona común, todavía conservaba su extraordinaria sensibilidad. Si usaba su audición, podía escuchar conversaciones sigilosamente.
—…Ah, olvídalo.
Sin embargo, enseguida negó con la cabeza al recordar otra cosa que también sabía de Ceres.
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