⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Diarin también era sacerdotisa, pero nunca había visto antes a un investigador sagrado. Incluso para alguien de su posición, era muy raro encontrarse con ellos.
De la misma forma, no tenía idea de cómo se llevaba a cabo una investigación sagrada.
La investigación avanzaba metódicamente, como una investigación policial. Los testigos previamente seleccionados explicaban los hechos, se recreaban las situaciones y se registraban los detalles.
—¿Utilizó poder sagrado en el momento en que ocurrió el milagro?
—No lo recuerdo bien.
Los dos sacerdotes que habían estado junto al cuerpo de Ceres cuando dejó de respirar solo repetían respuestas como: ‘No lo sé’ o ‘No lo recuerdo bien’.
—Estábamos tan sorprendidos que no podemos saber si usamos poder sagrado en ese momento o no.
—¿Pueden jurar ante los dioses que no lo saben?
—Quizás éramos conscientes en ese momento, pero después de la conmoción, nuestra memoria podría haberse vuelto imprecisa.
Bolin observó en silencio a los sacerdotes.
—… Lamentamos no ser de ayuda para la investigación. Sin embargo, no podemos afirmar como cierto algo de lo que no estamos seguros.
Los sacerdotes, que habían dado rodeos con sus respuestas, se excusaron con expresiones de pesar.
Ellos mismos no podían asegurar nada, por lo que no se les podía hacer jurar en nombre de los dioses.
Así continuó la investigación.
Los testigos ponían la mano sobre el ‘Libro del Juicio’ y juraban decir la verdad. Pero el libro no podía señalar cuando alguien decía algo ambiguo o que no podía comprobarse como verdad.
Así es como lo hacen…
La investigación se había llenado de respuestas vagas. Estaba claro que el objetivo era que toda la verdad del incidente saliera de la boca de Diarin.
Si todo quedaba en una simple descripción de los hechos, sería afortunada. Su verdadero objetivo era exponer el poder sagrado de Diarin y desacreditarlo como algo corrupto.
—Señora Vizcondesa Arianth, ¿puede acercarse, por favor?
Finalmente, llegó el turno de Diarin.
Diarin respiró profundamente antes de levantarse de su asiento.
Las investigaciones anteriores habían sido largas y tediosas, tanto que los espectadores habían perdido la atención, ocupándose en charlas, dormitando o incluso comiendo lo que habían llevado.
—¡Oh, es la Vizcondesa!
Sin embargo, con el llamado de Diarin, la atmósfera cambió de inmediato.
Las miradas de la multitud se fijaron en ella como burbujas de agua con gas, adheriéndose a todo su cuerpo.
La presión no venía solo de la investigación; las expectativas del público eran abrumadoras, casi sofocantes.
—Voy a ir.
—Diarin.
Cuando intentaba avanzar con una sonrisa forzada, Ceres tomó su mano.
—Lo único que quiero es que estés a salvo.
—…
—Así que no te compliques demasiado pensando qué debes hacer o cómo.
Diarin sonrió débilmente ante las palabras reconfortantes de Ceres.
—De acuerdo.
—Si todo sale mal, te cargaré en mis hombros y huiremos.
—… ¿Qué?
—Tranquila. Si huimos al fin del mundo, puedo proteger nuestras vidas. Bueno, claro, tú también puedes protegerte sola si hace falta.
—… Voy a ir.
Con Ceres, esas palabras no parecían un simple consuelo. Quizás porque realmente no tenía ningún apego a las cosas de este mundo, podría hacerlo sin dudar.
Diarin, en cambio, no era así. Lo que deseaba evitar era la inquietante realidad, no las cosas a las que pertenecía.
¡No podría soportar ver a Ceres huyendo como un fugitivo!
Ni siquiera muerta quería imaginarlo.
Diarin dejó de lado cualquier pensamiento de escapar y avanzó.
El miedo inicial ante las miradas de la multitud desapareció. Ahora, pensaba en Ceres, y eso la llenó de determinación, como si fuera una general marchando hacia el campo de batalla.
—Parece que no está nerviosa.
—No tengo razones para estarlo.
Bolin, inesperadamente, inició una conversación que no tenía relación directa con la investigación. Quizás estaba sorprendido por la calma de Diarin.
—Si todo fluye según la voluntad de los dioses, ¿qué podría preocuparme?
Diarin sonrió, repitiendo una frase que había aprendido del sumo sacerdote.
—… Eso suena como algo que diría un sacerdote.
—Se lo escuché al sacerdote. Estaba preocupada y le pedí consejo, y eso fue lo que me dijo.
—Ah, entiendo. ¿Visita el templo con frecuencia?
Desde que se había unido a Ceres, Diarin solo había ido al templo dos veces: una vez sola desde la mansión y otra vez junto a un grupo en el templo imperial.
Y ni siquiera en esas ocasiones había ido específicamente a rezar. No sentía culpa ni remordimiento por ello.
Definitivamente fui una sacerdotisa rebelde.
Ahora entendía por qué el sumo sacerdote había dicho que no se comportaba como tal.
—He estado ocupada. Planeo ir más a menudo, pero mi cuerpo no responde como quisiera.
Ni siquiera intentó mentir. Simplemente dijo la verdad.
Bolin la miró en silencio antes de asentir y guiarla hacia el Libro del Juicio.
—Antes de ponerte ante los dioses, haré algunas preguntas simples.
—Entendido.
—¿Qué recuerda del milagro de aquel día?
Era la misma pregunta que habían hecho a los testigos anteriores.
Diarin observó el bosque calcinado a su alrededor y luego miró a Ceres.
Fue un momento terrible que no quería volver a recordar. Sentía un sabor amargo en la boca.
—Cuando saqué al príncipe heredero del bosque en llamas… la gente se llevó su cuerpo para atenderlo. En ese momento, yo no podía verle.
Diarin eligió cuidadosamente sus palabras, explicando con cuidado. Sus respuestas no eran muy diferentes de las anteriores.
Bolin asintió y colocó el Libro del Juicio frente a ella.
Por fin, el libro estaba allí, ante sus ojos. Diarin lo observó con curiosidad.
Aunque se llamaba ‘libro’, no era un conjunto de hojas de papel. Era una losa de piedra, del tamaño de una mano.
Parecía un libro, pero honestamente, era solo una piedra. La voluntad de las personas que decidieron darle ese nombre era evidente.
—Coloca tu mano sobre esto. A partir de ahora, no seré yo quien determine la veracidad de tus palabras, sino los dioses. Como sabes, si hablas una mentira mientras tu mano está sobre el Libro del Juicio, recibirás el castigo divino.
—Entendido.
La última frase fue pronunciada con tal gravedad que, de haber sido un niño quien la escuchara, habría estallado en lágrimas. Pero Diarin no era una niña y, sin pestañear, asintió con la cabeza.
Sin embargo, justo antes de colocar su mano sobre el Libro del Juicio, vaciló por un momento.
Todo estará bien, ¿verdad?
Reprimiendo su creciente ansiedad, finalmente colocó la mano sobre la losa de piedra. En cuanto lo hizo, su hombro se estremeció ligeramente.
¡Esto es…!
Era poder sagrado.
Era la primera vez que Diarin sentía poder sagrado fuera de su propio cuerpo.
El poder sagrado era como la temperatura corporal: el que provenía de su propio cuerpo era familiar, pero el que sentía ahora tenía una temperatura diferente, como un fuego ardiente. No era amenazante ni doloroso, pero la intensidad era inconmensurablemente alta.
¡Dios…!
Esto era un fragmento del poder divino.
El poder sagrado de una persona viva no podía ser así.
¿Acaso los demás no lo sienten?
Las personas que habían pasado por el interrogatorio antes parecían tranquilos, como si simplemente estuvieran colocando su mano sobre una piedra común.
Diarin miró hacia Bolin, tratando de confirmar.
—¿Está lista?
Bolin sostenía el Libro del Juicio bajo su palma, mientras Diarin tenía su mano encima. Desde esa posición, Bolin debería estar sintiendo lo mismo si algo extraordinario estuviera ocurriendo. Sin embargo, parecía completamente normal, como si no percibiera nada fuera de lo común.
El corazón de Diarin latía con fuerza.
—¿Cómo se supone que sé que estoy lista?
—Simplemente mantenga su mano ahí. Eso significa que está lista.
Con esa respuesta, Diarin confirmó que el poder sagrado que sentía era algo que solo ella podía percibir.
¿Por qué solo yo?
No podía preguntarle a Bolin, y mucho menos esperar una respuesta de la piedra.
Bolin, viendo que Diarin ya no decía nada, comenzó el interrogatorio con tono seco.
—En su declaración anterior, mencionó que después de que se llevaran al príncipe heredero, dejó de verlo.
—Sí.
—¿Qué hizo después?
La pregunta era para conocer los hechos desde la perspectiva de Diarin, aunque ya se había descrito la misma situación varias veces a través de otros testimonios.
No era una pregunta difícil.
—Corrí llorando tras ellos.
—¿Y luego?
—Me aferré, llorando, diciendo que no podía dejarlo ir así. Y entonces ocurrió el milagro.
Bolin ladeó ligeramente la cabeza mientras observaba a Diarin, como si esperara que algo extraordinario sucediera con el Libro del Juicio.
Sin embargo, no hubo ninguna reacción del libro.
Había algo que Diarin deliberadamente no había mencionado: había utilizado todo su poder sagrado para intentar salvar a Ceres.
Parece que los dioses tienen cierta flexibilidad.
Diarin, en silencio, dirigió una sonrisa a los invisibles dioses y luego miró a Bolin.
—Eso es todo.
Bolin la observó en silencio. Mirarla así no iba a hacer que el poder sagrado fuera visible.
—¿Sintió poder sagrado en algún momento durante ese proceso?
Diarin sonrió. La pregunta le resultaba extremadamente conveniente.
—¿El poder sagrado de los sacerdotes puede percibirse directamente?
—El poder sagrado que se utiliza con intención puede, a veces, ser percibido incluso por aquellos que no lo poseen.
—Ah.
Sabía que una persona con poder sagrado podía detectar el de alguien más débil, pero no al revés. Sin embargo, no conocía la regla sobre el poder sagrado intencional.
Diarin miró hacia la piedra bajo su mano. Podía sentir claramente su poder sagrado. ¿Era porque este poder era más débil que el suyo? ¿O porque este poder tenía una intención?
—No sentí nada de eso.
En realidad, sí lo había sentido.
A pesar de su respuesta, la piedra permaneció en silencio. Diarin comenzó a ganar confianza. Empezaba a entender cómo manejar sus palabras.
—¿Ha sentido alguna vez poder sagrado, aparte de los momentos en los que ocurrió un milagro?
¿Se refería al suyo propio o al de otras personas?
En cualquier caso, admitir que había sentido poder sagrado implicaba reconocer que lo poseía.
Diarin tomó aire y respondió con firmeza.
—No.
Entonces, ocurrió.
Un leve pero agudo pinchazo se sintió bajo su mano.
Comments for chapter "163"
MANGA DISCUSSION