⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Intentar un asesinato en la mañana no es algo imposible.
Un intento de asesinato solo necesita encontrar el momento en que el oponente esté desprevenido; no importa la hora ni el lugar.
La razón por la que suele hacerse de noche es porque es cuando la gente está más desprevenida, durmiendo.
Sin embargo, eso no tenía importancia para Ceres.
Ya sea que estuvieran tensos o descuidados, de cualquier forma, él iba a ganar, así que, ¿qué más daba?
Tampoco había necesidad de preocuparse por ser atrapado. No había mucha diferencia entre entrar directamente con confianza y hacerlo con sigilo.
Tras los eventos de la noche anterior, era natural que el sistema de seguridad del palacio estuviera desorganizado.
El segundo palacio del príncipe estaba vigilado por escoltas, pero, para los ojos de Ceres, su nivel de seguridad era más como si estuvieran dándole la bienvenida.
Entrar al segundo palacio del príncipe fue muy fácil.
—……
Ceres se detuvo al final de un pasillo silencioso y ladeó la cabeza.
Era el corredor más profundo dentro del segundo palacio del príncipe.
Basándose en su intuición, la habitación de Endin probablemente estaría allí.
Sin embargo, había algo que no encajaba.
Era una sensación inexplicable que se activaba por puro instinto, como cuando estaba en el campo de batalla.
En la guerra, a veces las cosas iban según lo planeado, pero otras veces no.
Aunque no hubiera pruebas concretas, había momentos en que uno simplemente podía sentir que algo no estaba bien en el ambiente.
Ahora mismo era uno de esos momentos.
Lo confirmaré al mirar.
Ceres caminó hacia la puerta más ornamentada.
Aunque podía haber entrado a través de una ventana o desde el techo, no había necesidad de métodos tan convencionales en ese momento.
De cualquier manera, daba igual si lo descubrían o no.
Antes de abrir la puerta, Ceres desenvainó su espada y contuvo el aliento.
Cuando su respiración estuvo completamente en silencio, abrió la puerta de golpe.
—¡….!
La escena frente a él hizo que sus cejas se fruncieran con disgusto.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
En el primer palacio del príncipe, Diarin estaba sola mirando por la ventana.
Los edificios del palacio imperial no eran altos, así que, al mirar, podía ver incluso las estructuras más distantes.
El palacio imperial en ruinas, donde aún quedaban brasas encendidas; el oscuro y apagado palacio de la Emperatriz; el tranquilo segundo palacio del príncipe; y, más allá, el templo.
¿Por qué el templo está tan silencioso?
Los cadáveres del Emperador y la Emperatriz estaban en el templo.
Por tanto, deberían haber estado rezando toda la noche o manteniendo encendidas las luces.
Un funeral era un evento importante incluso para el templo, no solo por respeto, sino también porque era una fuente considerable de ingresos.
Las bodas solo duran unas horas, pero los funerales pueden prolongarse durante días.
Cuanto más alta sea la posición del difunto, más larga será la ceremonia, lo que significa mayores costos de alquiler para el templo.
Dada la importancia del funeral, deberían haber mostrado más dedicación.
Durante esos días, el templo estaría en funcionamiento constante, día y noche.
—¿Por qué está tan callado el templo?
Diarin preguntó al sirviente que le había traído agua con miel para reemplazar el desayuno.
—Me dijeron que aún no se ha designado a alguien para liderar la ceremonia, así que no han comenzado con los procedimientos funerarios.
—Ah…
¿Eso significaba que estaban esperando a ver quién ganaba antes de actuar?
—¿Entonces los nobles no pueden ir a presentar sus respetos aún?
—Así es. Hasta donde sé, el templo estará cerrado por el momento. Es lo que escuché a través de uno de los sirvientes del templo, pero no puedo garantizarlo.
Aunque no era información completamente certera, fue suficiente para Diarin.
Mientras miraba hacia el templo, su mirada se volvió afilada.
Un templo al que nadie podía entrar. El sumo sacerdote Merian, que oscilaba entre aliarse o traicionar a Endin.
¿Cómo no pensé en que la suma sacerdotisa Merian podría escapar?
En lugar de beber el agua con miel, Diarin se puso de pie de golpe.
—¿A dónde va?
—Mi espíritu está inquieto, así que voy a rezar para calmarlo.
Con una sonrisa radiante, Diarin salió de la habitación.
Se dirigió directamente al templo, corriendo.
En situaciones como esa, su intuición generalmente era acertada.
Había algo en el templo.
Incluso Endin no se atrevería a dañar a la suma sacerdotisa Merian. Aunque llegara a ser Emperador, tocar a la suma sacerdotisaa sería como declarar una guerra contra los dioses.
Por muy loco que estuviera Endin, creía que al menos tendría la astucia de evitar semejante acción.
¿Y si está aún más loco de lo que creo?
Diarin no corría para salvar a la suma sacerdotisa Merian.
Si Endin moría y también la suma sacerdotisa, ¿quién se encargaría de las consecuencias?
Eso recaería sobre los hombros de Ceres.
No podía permitir que Ceres se enfrentara a otra guerra.
—¿A dónde va sola?
Por primera vez, Holian apareció sin olor a alcohol, acompañándola.
Diarin se sobresaltó.
No había sentido ninguna presencia detrás de ella.
—¿Cuándo empezó a seguirme?
—Desde el principio.
—No lo escuché.
—La llamé varias veces. No me escuchó.
Incómoda, Diarin aceleró el paso.
—No me siga.
—Es peligroso que se mueva sola.
En lugar de responder, Diarin encendió una pequeña llama en su palma.
—Oh.
Holian exclamó, impresionado.
—Es como si estuviera viendo una alucinación después de una borrachera de tres días.
Era un comentario innecesario y poco respetuoso.
La percepción de las llamas de poder divino que invoca el hijo de un dios, y esa es toda tu reacción.
—Lo que quiero decir es que tengo suficiente poder, así que no necesitas preocuparte por mí —respondió Diarin.
—Aun así, es mejor estar acompañada que ir sola, ¿no crees?
—Ceres podría terminar partiéndote en dos —replicó con una sonrisa irónica.
—……
Holian se detuvo de golpe.
La posibilidad de terminar partido a la mitad era, sin duda, aterradora.
—Pero si vas sola y algo malo ocurre, podrías acabar en ocho pedazos.
Mejor en dos que en ocho, ¿no crees?
Independientemente del número de pedazos, el resultado sería el mismo: la muerte.
Dicho todo lo que podía como advertencia, Diarin simplemente encogió los hombros y apresuró el paso.
La entrada al templo estaba cerrada. Sin embargo, al empujarla, se abrió fácilmente.
Tal vez, como había dicho el sirviente, sólo estaba prohibido el acceso a los visitantes.
—Parece que no hay nadie… —dijo Holian mientras echaba un vistazo.
—Ya que estamos aquí, al menos deberíamos saludar, ¿no crees?
Si iba a retroceder, no habría venido desde el principio.
Diarin sonrió mientras se adentraba en la entrada del templo.
Holian intentó seguirla, pero ella negó con la cabeza.
—Espérame aquí. Si escuchas que grito, entonces entra.
—¿Estás segura de que estarás bien?
—Soy la hija del dios, así que no pueden responsabilizarme por entrar al templo. Pero tú podrías meterte en problemas, y eso incluiría al Primer y al Tercer Palacio del Príncipe.
—… Esperaré aquí.
Esta vez, Holian retrocedió sin discutir.
Meterse en problemas por algo así no estaba entre sus planes.
Diarin continuó sola hacia el interior del templo.
Dentro estaba completamente oscuro.
No se veía a ningún sacerdote rondando.
Sin embargo, no era un problema.
La última vez había visitado el templo para consultar sobre rituales, y conocer su disposición fue de gran ayuda.
Todos los templos tenían una estructura similar.
Gracias a ello, no importaba si las luces estaban encendidas o apagadas; podía moverse con los ojos cerrados si era necesario.
—Debe ser por aquí.
Guiada por su intuición, Diarin se adentró hacia lo más profundo del templo.
—¡¿Qué… qué es esto?! ¡Ahhh!
Apenas dio un paso dentro del pasillo, escuchó un grito ahogado a lo lejos.
No tuvo tiempo para pensar.
Corrió hacia donde provenía el sonido y, pronto, escuchó el choque de metal y un grito desgarrador.
—¡Esto… esto desatará la maldición de los dioses! ¡Argh!
Reconoció la voz de la suma sacerdotisa Merian.
Diarin se apresuró hacia la puerta de donde provenían los gritos y tomó el picaporte.
Pero estaba cerrada desde adentro.
Al escuchar que los ruidos cesaban, se llenó de ansiedad.
¿Había muerto ya?
Sin pensarlo más, decidió quemar la puerta.
¡Fwooosh!
Las llamas se alzaron, y la puerta se redujo a cenizas en un instante.
Atravesando las cenizas, Diarin entró al cuarto y lo que vio le hizo contener la respiración.
¿Por qué estaban la suma sacerdotisa Merian y Endin juntos en ese lugar?
Además, la suma sacerdotisa yacía en el suelo, desangrándose.
—Vaya, parece que has venido por tu cuenta.
Endin, sosteniendo una espada, giró levemente la cabeza para mirarla con desdén.
Nunca se imaginó que esta vez el ataque vendría de su lado.
Creían que el plan de atacar primero el Segundo Palacio del Príncipe era revolucionario, pero Endin siempre lograba sorprenderlos.
¿Qué había comido de niño para ser tan impredecible?
Pero incluso a alguien como Endin se le podía dar un golpe inesperado.
—¿Es esto lo que llaman ‘matar dos pájaros de un tiro’?
Una sonrisa helada apareció en el rostro de Diarin.
—¿Por qué siempre asumes que solo tú puedes cazar?
Creyéndose un depredador, Endin no se daba cuenta de que apenas era un oso hormiguero celebrando por cazar unas cuantas hormigas, sin notar que un perro de caza brillaba con ferocidad a sus espaldas.
Las llamas surgieron de las manos de Diarin.
Este perro de caza no solo atacaba; también podía desatar fuego, lo que lo hacía mucho más peligroso.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
El templo seguía tan silencioso como si nada hubiera ocurrido.
Los sacerdotes parecían haber recibido órdenes estrictas de no salir, pues no apareció ninguno pese al alboroto.
Cuando vivía en el templo, estas rígidas reglas le parecían sofocantes.
Pero ahora, gracias a eso, pudo completar su misión sin interrupciones.
—Necesito tu ayuda.
—¿Eh? ¿Ha pasado algo? ¿Qué necesitas que haga?
Holian, que esperaba en la entrada, se sobresaltó al ver la cabeza de Diarin asomándose por la puerta.
El aislamiento del templo era excelente. El ruido que había causado no se había escuchado afuera.
Con una amplia sonrisa, Diarin hizo su pedido:
—¿Podrías ayudarme con el empaque y la entrega del regalo?
N/Nue: REINAAA JAJAJAJJA.
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