⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Honestamente, no es que fuera completamente poco sexy.
Al principio, la mitad de mi sorpresa fue porque, de hecho, era sexy.
Sin embargo, cuando lo repetía, comenzaba a parecerme ridículo.
Que intentara ser sexy a toda costa, como si me estuviera preguntando: ‘¿Y ahora? ¿Aún no es sexy?’, terminaba siendo absurdo.
—Me dijeron que debía ser sexy para excitar a mi pareja.
Ceres inició una confesión inesperada mientras estaba en la cama nupcial.
—Bueno, eso es cierto, pero…
—Cuando pregunté cómo hacerlo, después de pensarlo mucho, me enseñaron esto.
Ceres tomó el cinturón de su bata y movió sus caderas de manera exagerada hacia arriba.
—…
Diarin enterró su rostro entre las manos, abrumada por la vergüenza.
¿Cómo es posible que tú lo hagas sin vergüenza, pero yo sea quien se siente apenada?
—¿Esto tampoco es sexy?
—Para nada. Absolutamente. En lo más mínimo.
—…Esto no puede ser.
Ceres parecía genuinamente desanimado.
Perdiendo toda motivación, dejó caer los hombros con desánimo.
—Entonces, ¿es porque no soy sexy?
—No, no. ¿Por qué llegas a esa conclusión?
—Si alguien sexy lo hiciera, sería sexy. Pero, como no soy sexy, supongo que lo que hago no se percibe como tal.
—No, no es eso… simplemente ese movimiento es ridículo.
Diarin también dejó caer los hombros, abatida.
Quién sea que le enseñó algo así debe ser un novato, definitivamente.
—Si esto no funciona, ¿cómo puedo excitarte, Diarin?
Podría responder a casi cualquier cosa, pero esa pregunta era difícil.
Diarin desvió la mirada, buscando algo al azar en la habitación. No podía mirar directamente a Ceres mientras respondía.
—Bueno… no sé. Yo tampoco tengo idea.
—¿No sabes, incluso cuando se trata de ti misma?
—No lo sé porque nunca he tenido experiencia en eso…
—Ah.
De repente, los ojos de Ceres se iluminaron.
—¿Por qué… por qué haces esa cara?
Un mal presentimiento invadió a Diarin.
Retrocedió lentamente hacia la cabecera de la cama.
Cuando Ceres ponía esa expresión, siempre terminaba haciendo algo.
—Así que hay algo que ni siquiera Diarin sabe.
—…¿Qué?
—Entonces tendremos que averiguarlo.
—¿Qué cosa?
Ceres sonrió de manera inquietante.
—Cómo excitar a Diarin.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
Diarin descubrió, por primera vez en su vida, la existencia de tantas sensaciones distintas.
—¡Ah…!
Sentía sudor en la parte trasera de las rodillas.
Lugares donde normalmente pensaría: ‘¿Es posible sudar ahí?’ ahora estaban húmedos.
Y era culpa de Ceres.
—Diarin, tus labios están tan rojos como cerezas.
—Eso es porque llevo tinte…
—Ahora están aún más rojos.
—Porque tú los has estado chupando…
—¿Se pondrán más rojos si los chupo más?
Y, sin esperar respuesta, volvió a capturar sus labios.
No era un simple beso; atrapaba sus labios entre los suyos y los chupaba lentamente. Después de saborear la sensación con sus labios, los mordisqueaba suavemente, como si los acariciara con los dientes.
—¡Mmm!
Diarin protestó, sus labios todavía atrapados.
Su sonido nasal, como si estuviera quejándose, la sorprendió incluso a ella misma.
Ceres, todavía sosteniendo sus labios, dejó escapar una risa baja.
Al menos, la protesta pareció surtir efecto.
Ceres soltó sus labios, aunque los rozó con delicadeza mientras susurraba:
—Ahora están aún más rojos.
—…
Probablemente todo mi rostro esté del mismo color, pensó Diarin.
No necesitaba un espejo para saberlo.
—Diarin, toda tu cara está roja.
—No mires.
Diarin levantó ambas manos para cubrirse el rostro.
Sentía un calor abrasador bajo sus palmas.
Mientras la observaba, Ceres deslizó un dedo por la línea de su cuello.
—Eso hace cosquillas.
—Es el único lugar que no está rojo.
—El cuello no se enrojece tan fácilmente…
—Me gustaría que lo hiciera.
Entonces presionó sus labios contra su cuello.
Diarin inhaló bruscamente, encogiéndose de hombros. Pero, bajo la firmeza de las manos de Ceres, no pudo moverse.
No tuvo más opción que rendir su cuello.
Ceres repitió en su cuello lo mismo que había hecho con sus labios: chupar, morder suavemente.
—¡Ah…!
Lo que había sido adorablemente sensual en sus labios se volvió completamente distinto en su cuello.
La sensación no era linda; era una mezcla de peligro y estremecimiento, como si un animal la estuviera marcando.
Diarin, inquieta, trató de moverse, pero Ceres levantó la cabeza para mirarla.
—¿Te duele?
—Haa… no…
Diarin apenas podía regular su respiración.
Mientras trataba de calmarse, finalmente respondió:
—No, no duele, pero…
—Tu cuello también está rojo.
Ceres miró su cuello con satisfacción.
Pasó su pulgar sobre la marca que había dejado, pero esta no desapareció.
Le daba la sensación de que la estaba reclamando como suya.
—¿Puedo continuar?
—Sí…
Después de todo, esta era la noche de bodas.
Diarin asintió, sin evitarlo.
No dolía. No le molestaba.
Y así, Ceres comenzó a marcar cada rincón del cuerpo de Diarin con paciencia.
—Diarin, ¿y aquí?
—Eso… detente…
—¿Por qué?
—¡No puedo soportarlo…!
—¿Es algo que se debería soportar?
—No, no es eso, pero…
—Entonces, ¿es bueno?
—Eso…
Diarin quedó sin palabras varias veces.
Era la primera vez que experimentaba algo así, y ni siquiera podía decidir si era bueno o malo.
Era extraño, incómodo, imposible quedarse quieta.
Sus piernas se retorcían, pateando las mantas.
Sus dedos agarraban cualquier cosa a su alcance.
Su espalda se arqueaba, su barbilla se alzaba, y su garganta soltaba sonidos incontrolables.
Nunca había sentido que su cuerpo se moviera de manera tan ajena a su voluntad.
¿Pero quería que se detuviera?
…No, tampoco era eso.
—No lo sé… ¿Qué hago?
Diarin miró a Ceres con lágrimas en los ojos.
—Diarin, ¿no te desagrada, verdad?
—No… bueno…
Al responder con dificultad, pero honestamente, Ceres sonrió como si hubiese ganado el mundo entero.
Hasta los lugares donde las manos de Ceres no alcanzaban cosquilleaban.
¿Es que también el corazón puede sentir cosquillas?
Era una sensación que hacía parecer que un estornudo estaba a punto de salir, pero en lugar de estornudar, Diarin apretó los labios debido al calor que subía a sus mejillas.
—Diarin, quiero seguir escuchando tu voz.
—Ah…
Ceres murmuró mientras enterraba el rostro en el pecho de Diarin.
Era como si estuviera hablando directamente al corazón.
La sensación de cosquilleo se duplicó.
Diarin juntó las rodillas y las frotó entre sí.
El cosquilleo que comenzaba en su corazón bajó por su abdomen, se detuvo en su ombligo y luego continuó descendiendo.
—Haa…
Su cuerpo alternaba entre tensarse y relajarse al mismo tiempo.
No entendía cómo era posible tal contradicción.
Instintivamente, Diarin se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo: estaba excitada por las caricias de Ceres.
—Ceres…
Ceres esperó pacientemente hasta que el cuerpo de Diarin se derritiera por completo.
Aunque quizás ‘esperar’ no era la palabra adecuada. Él mismo estaba disfrutando de cada momento: acariciando cada rincón del cuerpo de Diarin y observando cómo el calor se encendía en cada lugar que tocaba.
La prueba de ello se hacía evidente en la parte inferior de su cuerpo, donde algo impresionante se percibía.
Ceres comenzó a moverse con un vaivén lento y natural, como si su instinto guiara sus movimientos.
Gracias a Ceres, el cuerpo de Diarin también estaba en un estado de ebullición, con la respiración acelerada hasta el límite.
La ‘inimaginable experiencia abrumadora’ que tanto temía resultó ser mejor de lo que pensaba.
No dolía ni asustaba.
De hecho, cada paso del proceso de conexión con Ceres era sorprendentemente placentero.
Y así, Diarin bajó la guardia.
—Ceres, ¿tú también… te sientes bien?
—…Sí.
Ceres respondió mientras presionaba sus labios sobre la frente, las sienes y la punta de la nariz de Diarin.
Ese acto continuo de apretar y frotar sus labios se parecía a los movimientos de su cadera.
Era evidente que había llegado el momento del siguiente paso.
—Puedes seguir.
—…¿Eh?
La tímida aceptación de Diarin hizo que los movimientos de Ceres se detuvieran repentinamente.
—Si no quieres, está bien…
Avergonzada, Diarin intentó girarse.
De repente, el hecho de estar completamente desnuda la hacía sentir increíblemente vulnerable.
Sin embargo, antes de que pudiera moverse más, Ceres la hizo volver a su posición original.
—¿Cómo podría no quererlo?
—…
La voz de Ceres resonaba con un leve gruñido.
Ese sonido grave hizo que un escalofrío recorriera el vientre de Diarin.
—¿Cómo podría no quererlo contigo, Diarin?
Ceres agarró los hombros de Diarin con firmeza.
Tal vez por eso, su respiración se aceleró aún más.
Los labios de Diarin se separaron mientras exhalaba un aliento cálido, pero antes de que pudiera dispersarse en el aire, fue atrapado por los labios de Ceres.
Como esos labios que se unían, el deseo de Ceres comenzó a infiltrarse lentamente en el cuerpo de Diarin.
La sensación de ‘esto no está bien’ apareció de inmediato.
El cuerpo de Ceres era grueso y cálido en cualquier lugar donde se tocaran.
Cuando se rozaban o se presionaban, era una sensación agradable y suave. Pero ahora intentaba moverse de otra manera.
…Eso ya era otro tema.
—¡Espera, espera, espera! ¡Ay!
—…¿Esperar? ¿Por qué esperar?
Ceres no podía entender la necesidad de detenerse.
Todo estaba listo, todo estaba en su lugar.
Solo faltaba un poco más…
—¡No, no! ¡Esto no está bien! ¡Definitivamente no está bien!
Pero el tono desesperado de Diarin dejaba claro que no podía continuar.
Sentía que si seguían adelante, literalmente iba a morir.
Ceres respiró hondo y ejerció algo más de paciencia.
—¿Te duele?
—¡No es solo dolor! ¡Esto no es físicamente posible!
Diarin jadeaba mientras empujaba el pecho de Ceres.
Por supuesto, Ceres no se movió ni un centímetro, pero al menos eso transmitió el mensaje de que ‘no debía seguir presionando’.
Afortunadamente, Ceres dejó de avanzar.
Sin embargo, tampoco retrocedió.
Permaneciendo cerca, comenzó a besar suavemente el rostro de Diarin, como si la estuviera calmando.
Los movimientos sutiles lograron que el cuerpo de Diarin, tenso por el susto, se relajara poco a poco.
Ceres susurró al oído de Diarin.
—Diarin…
—Mm…
—Quiero conectar contigo más profundamente.
Esas palabras hicieron que el cuerpo de Diarin, que se estaba relajando, saltara como un pez fuera del agua.
Espera. No importa lo bien que se sienta, eso no… espera.
Comments for chapter "206"
MANGA DISCUSSION