⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—¿Echamos un vistazo a aquello?
Diarin señaló un letrero llamativo que se veía desde lejos.
‘Accesorios masculinos’.
—Ajá… ¿Eh? ¡Vaya, lees bien!
Diarin asintió distraídamente antes de darse cuenta de que Ceres había leído el letrero con naturalidad.
Aunque estaba aprendiendo a leer, Ceres solo prestaba atención a los libros cuando Diarin se los leía.
Si ella le entregaba un libro para que lo leyera solo, siempre permanecía en silencio.
—¿Ceres?
—Ajá.
—¿Sabes leer?
—Ajá.
—¿Entonces por qué no intentas leer los libros?
Diarin sonrió, pero su voz estaba cargada de frustración.
Había asumido que la falta de interés de Ceres por los libros se debía a que le costaba leer y había pasado muchas noches preocupándose por cómo enseñarle. ¿Todo eso en vano?
—Porque me gusta tu voz.
—……
Este cachorro era demasiado listo.
Sabía cómo desarmar a alguien de un solo golpe.
¿Era un cachorro o un zorro astuto?
Diarin miró hacia el cielo, lamentando la fugacidad de la vida.
—Confitería Setria, boutique Languiste, avenida Sorrenten…
Diarin le pidió a Ceres que leyera todo lo que veía.
Ceres leía los letreros fluidamente, sin necesidad de detenerse a descifrar las palabras ni ajustar la pronunciación.
Aunque alguien aprenda a leer, suele tomar tiempo acostumbrarse a relacionar las letras con los sonidos.
Incluso a los niños pequeños les toma años dominarlo, y lo mismo ocurre con los extranjeros.
Pero Ceres lo hacía sin problemas, como si hubiera estado leyendo toda su vida.
—Espera un momento, ¿cómo leíste eso?
—¿Cómo?
—Esa palabra… No te enseñé esa pronunciación.
Algunos de los letreros usaban combinaciones poco comunes o incluso faltas de ortografía.
Cosas que se aprenden viviendo, no en clases.
Sin embargo, Ceres las leía sin esfuerzo.
La mente de Diarin se llenó de hipótesis.
Tenía una caligrafía impecable cuando escribió su nombre, y ahora está leyendo pronunciaciones que no le enseñé.
Solo había una conclusión posible.
—Ceres, ¿es posible que ya supieras leer antes de unirte a la Octava División?
Incluso si alguien pierde sus recuerdos, el cuerpo puede recordar ciertas cosas.
Aunque alguien olvide todo, no se le olvida cómo caminar o comer.
Algunos lo llaman instinto, pero incluso comer, dormir y moverse son habilidades aprendidas.
El tiempo que un bebé tarda en caminar.
El proceso de pasar de la leche a la comida sólida.
El aprendizaje necesario para que un bebé deje de necesitar ayuda para dormir.
Todo eso es aprendizaje y entrenamiento.
—No lo sé.
—Si lo sabes, significa que tus recuerdos están volviendo…
Fue una pregunta inútil.
Pero al menos tenía una pista sobre cómo podrían recuperar sus recuerdos.
Antes, en el carruaje, Ceres había tenido una reacción a ciertos estímulos, como si recordara algo.
Eso significaba que los recuerdos no estaban borrados, sino cubiertos.
—Vamos a seguir intentándolo, Ceres.
Si seguían exponiéndolo a cosas nuevas, tal vez sus recuerdos regresarían poco a poco.
Si Diarin pudiera romper el hechizo que bloqueaba su memoria, sería lo ideal. Pero si no, intentarían desenterrarlos uno por uno.
¿Y si resulta que eras un joven noble de una familia importante?
Si eso fuera cierto, incluso una pequeña recompensa podría ser enorme.
Diarin sonrió, impulsada por una motivación puramente egoísta.
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Tenían la intención de regresar directamente a la mansión, pero las compras extendieron el camino de vuelta.
Mientras tanto, el ambiente festivo se había propagado incluso hasta ese rincón de la ciudad, y la multitud había aumentado.
La calle, que antes estaba tranquila, ahora rebosaba de gente.
Las personas chocaban hombro con hombro al pasar.
—¿Estás bien, Ceres?
Aunque Diarin estaba muy preocupada, Ceres parecía completamente tranquilo.
Incluso alguien que no fuera sensible podría sentirse incómodo en una multitud tan densa.
—Estoy bien.
Sorprendentemente, Ceres soportaba bien el bullicio.
Aunque no parecía disfrutarlo, tampoco daba la impresión de estar a punto de explotar.
Parecía una persona completamente normal.
Aun así, por si acaso, Diarin agarró firmemente la mano de Ceres.
—No importa lo que pase, no sueltes mi mano, ¿de acuerdo?
—Ajá.
Ceres apretó su mano con más fuerza, como reafirmando su promesa.
La mano de Diarin quedó completamente envuelta en la de Ceres.
Era la primera vez que la rodeaban unas manos tan grandes y firmes.
Por lo general, era ella quien tomaba las manos de los soldados heridos para reconfortarlos.
Los sacerdotes debían ser quienes ofrecieran apoyo.
Experimentar lo contrario era algo nuevo para ella.
No está mal, después de todo.
El sentimiento le resultaba curioso.
Diarin, algo nerviosa, se frotó la nariz y desvió la mirada hacia la calle.
La calle ahora animada tenía músicos y artistas callejeros por todas partes.
Cuando los músicos comenzaron a tocar, la gente cercana se animó y empezó a bailar.
Había un ambiente festivo por todas partes.
Diarin, que observaba a las personas bailar, miró a Ceres de repente.
—Ceres, ¿sabes bailar?
Si Ceres realmente era un joven noble de una familia importante, seguramente habría aprendido a bailar.
El baile era una habilidad básica para los nobles.
Diarin, siendo una noble algo inusual, no sabía bailar.
—No.
Era de esperarse que no lo recordara.
Aun así, Diarin tenía el presentimiento de que Ceres podría bailar.
—¿Quieres intentarlo?
—Lo intentaré.
Ceres nunca evitaba un desafío.
Después de observar en silencio cómo bailaban los demás, giró hacia Diarin.
Tomó su mano con firmeza, la levantó ligeramente y la atrajo hacia sí, rodeando su cintura.
Diarin se estremeció.
Había pensado que solo sería un baile, pero en el momento en que la mano de Ceres tocó su cintura y la atrajo, algo en su pecho se hundió repentinamente.
¿Qué es esto? ¿Por qué?
Sin entender lo que estaba sintiendo, Diarin miró a Ceres con torpeza.
A diferencia de su mirada vacilante, Ceres la observaba fijamente, sin pestañear, como si no quisiera perder ni un solo detalle.
Su mirada era tan intensa que el rostro de Diarin empezó a calentarse.
Incluso su respiración se volvió cálida, como si se evaporara en forma de vapor.
Cuando sintió su pecho apretarse, inhaló profundamente, y en ese instante Ceres comenzó a moverse.
Al principio, sus movimientos eran torpes y rígidos.
—… Lo haces bien, ¿eh?
Sin embargo, después de dar unos pasos, Ceres empezó a moverse con la misma soltura que las personas a su alrededor.
Y, como si fuera poco, guiaba a Diarin con naturalidad, quien no sabía bailar.
—¿De verdad lo hago bien?
Parecía que Ceres pensaba que sólo estaba imitando los movimientos de los demás.
Sin embargo, su baile era mucho más elegante y fluido que el de las personas a su alrededor.
Diarin lo miró, atónita.
Esto no era algo que pudiera lograrse simplemente observando y copiando.
Sus recuerdos.
Diarin estaba completamente segura: el baile era una prueba de los recuerdos cubiertos de Ceres.
Era un noble.
No podía ser otra cosa.
Todas las piezas de los fragmentos de recuerdos apuntaban en una misma dirección.
¿Qué le ocurrió para terminar así? ¿Por qué alguien como Ceres, hijo de una familia noble, fue despojado de su memoria y vendido como un esclavo?
¿Acaso no hubo nadie que lo buscara?
Aunque las familias nobles gozaban de privilegios, también eran ambientes donde las rivalidades eran intensas.
Si bien algunos, como el hermano de Diarin, podían vivir como flores en un invernadero, había quienes traicionaban incluso a sus propios familiares por interés.
¿Ceres fue víctima de algo así?
Si ese era el caso, ¿sería peligroso desenterrar sus recuerdos?
Diarin tenía un torbellino de pensamientos.
—Ceres.
—Ajá.
Ceres respondió mientras seguía moviéndose con fluidez, como si hubiera estado bailando desde que nació.
Esa soltura no era algo que se pudiera aprender con facilidad; requería años de práctica hasta que se convirtiera en algo natural.
—¿No te gustaría recuperar tus recuerdos?
—Nunca lo he pensado.
—… Entonces, piensa en ello ahora.
—Hmm.
Siguiendo la orden de Diarin, Ceres se detuvo a reflexionar.
No le llevó mucho tiempo.
—¿Debería recuperarlos?
—… No es algo que tengas que hacer, pero…
La falta de recuerdos no afectaba directamente la vida de Ceres.
Había dejado atrás las penurias de la Octava División. Ahora podía vivir una vida tranquila y feliz como un joven noble.
—Quizás tengas padres… o una familia. ¿No tienes curiosidad?
—No.
Ceres respondió con simplicidad, como si no hubiera nada que pensar.
Pero, ¿realmente era tan sencillo?
A pesar del resentimiento que Diarin sentía hacia su familia, nunca pudo romper completamente los lazos. El miedo a la soledad absoluta, a quedar completamente aislada, era demasiado fuerte.
—¿No te da miedo estar solo?
—No.
—… Esto suena como algo que diría alguien que todavía no ha dejado atrás su mentalidad de soldado…
Diarin suspiró.
Por mucho que hubiera un joven noble en las profundidades de Ceres, el guerrero en la superficie era más dominante.
—¿Hay algo que te dé miedo, Ceres?
—… Hmm…
Esta vez, la respuesta tardó mucho en llegar.
… Así que no tiene miedo de nada.
Sin embargo, parecía que Ceres quería encontrar una respuesta para no dejar la pregunta sin contestar. Se detuvo completamente y se sumió en una reflexión profunda.
—¡Wow! ¡La procesión va a empezar!
En ese momento, un grito llamó la atención de la multitud, que empezó a agolparse en una dirección.
Diarin también giró la cabeza para mirar.
A lo lejos, en una avenida principal, los guardias reales se alineaban, bloqueando el paso de las personas.
Parecía que la procesión sería bastante larga.
No esperaba presenciar algo así; qué suerte habían tenido.
—¡Es el Segundo Príncipe!
Con un grito potente, seguido de una majestuosa música instrumental, la procesión comenzó a avanzar.
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