⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
La procesión por el cumpleaños del Segundo Príncipe era tan impresionante que parecía un desfile militar.
Generalmente, los desfiles de cumpleaños de la familia real eran ceremonias llenas de flores, con bailarines y bufones liderando la marcha.
Sin embargo, el desfile por el cumpleaños del Segundo Príncipe comenzó con una majestuosa marcha militar resonando en el aire.
Primero avanzó la caballería, perfectamente alineada al ritmo de la música.
—¡Mira! ¡Parece que el ejército del Segundo Príncipe está desfilando también!
—Dicen que en esta última guerra fueron ellos quienes lideraron el ataque al castillo de Sorven.
—Entonces, técnicamente, ¿no fue el ejército del Segundo Príncipe quien terminó la guerra?
—Bueno, se dice que la Octava División jugó un papel importante, pero… el golpe final lo dio el ejército del Segundo Príncipe, ¿no?
—Entonces, ¿qué hizo exactamente la Octava División?
Diarin, al escuchar fragmentos de conversaciones aquí y allá, agudizó sus oídos.
Todo lo relacionado con Ceres parecía captar su atención con mayor claridad.
¿Qué hizo la Octava División? Derrotaron a todos los enemigos, por supuesto.
Eran una fuerza temible, conocida por su ferocidad, pero también con logros impresionantes.
Sin embargo, dado que el ejército del Segundo Príncipe estaba haciendo una entrada tan grandiosa, era natural que la opinión pública se inclinara hacia ellos.
Diarin frunció los labios con molestia.
Aunque el ejército del Segundo Príncipe había contribuido, parecía que estaban llevándose todo el crédito por los logros de la Octava División.
—¡Wooooo!
—¡Larga vida al Segundo Príncipe!
Durante la procesión, arrojaban dinero y pan a la multitud, lo que incrementaba aún más la emoción del público. Era como si el Segundo Príncipe hubiera sido el único en luchar en la guerra.
—¡Mira, es Su Alteza Real!
Tras la caballería apareció una lujosa carroza tirada por doce caballos, en la que viajaba el Segundo Príncipe.
Diarin solo pudo ver su rostro por un breve instante.
Sin embargo, ese instante fue suficiente para que su rostro quedara grabado en su memoria.
¿Eh?
El Segundo Príncipe tenía cierto parecido con el Tercer Príncipe, Sebian, a pesar de tener madres diferentes.
Parecía que los rasgos de la familia imperial eran bastante fuertes.
Pero no era solo eso.
Esa cara… ¿dónde la he visto antes?
Había algo familiar en su apariencia.
Diarin inclinó la cabeza, tratando de recordar.
Si se hubieran cruzado en el campo de batalla, sin duda lo recordaría.
Era imposible olvidar un cabello que reflejaba los colores del arcoíris incluso bajo la luz de una antorcha nocturna.
Pero no podía asociar su rostro con ningún recuerdo en particular.
—¡Larga vida al Segundo Príncipe!
Incluso cuando la procesión terminó, los vítores continuaron.
El título de ‘Segundo Príncipe’ parecía insuficiente para describir su popularidad.
El emperador aún no había designado un príncipe heredero.
Era evidente que el Segundo Príncipe estaba tratando de consolidar su posición con un espectáculo tan grandioso.
¿Qué estará haciendo ahora el Tercer Príncipe, Sebian?
Diarin pensó en él por un momento.
Si el Segundo Príncipe era nombrado príncipe heredero, la posición de Sebian se volvería inestable.
Quizás el hecho de haber hablado con él alguna vez hacía que Sebian le resultara un poco más cercano.
Hace apenas unos meses, vivía completamente ajena a los asuntos de la familia imperial, sin importarle quién se convirtiera en el próximo príncipe heredero.
Uf, no. No debería preocuparme por estas cosas.
Interferir en las intrigas de la realeza sólo podía llevar a problemas.
El objetivo de vida de Diarin era vivir en paz y tranquilidad.
Al fin y al cabo, cada quien tiene su propio camino en la vida.
De repente, se preguntó qué tipo de vida desearía Ceres. No la vida que alguien decidiera por él, sino la que realmente quisiera.
—¿Ceres? ¿Cómo te gustaría vivir a partir de ahora?
—Como un joven noble.
—… No, me refiero a algo más.
Ceres respondió con la misma facilidad que si recitara algo memorizado.
Esto era resultado tanto del éxito como del problema de la educación repetitiva.
Después de escuchar a Diarin decirle a diario: ‘¡Tienes que ser un joven noble!’, Ceres simplemente lo repetía como un loro.
—Los jóvenes nobles también tienen su propia vida, ¿sabes? ¿Cómo sería la tuya?
—¿?
—… Está bien, creo que es demasiado pronto para preguntarte eso.
Era como pedirle a un bebé que apenas empezaba a caminar que presentara un plan detallado de su vida con un presupuesto adjunto.
Hasta hace poco, nuestro pequeño cachorro ni siquiera distinguía entre lo que le gustaba y lo que no.
—¿Qué te gustaría hacer mañana?
Adaptó la pregunta a algo más sencillo.
Ceres pareció reflexionar un poco esta vez.
—Cualquier cosa.
—…
¿Sabes que ‘cualquier cosa’ es la respuesta más difícil de manejar en el mundo?
Bueno, probablemente no lo sabía.
Pero ‘cualquier cosa’ siempre ponía en apuros a quien tenía que decidir.
¿Qué comer? — Cualquier cosa.
¿Adónde ir? — A cualquier lugar.
¿Qué hacer? — Cualquier cosa.
Esas respuestas en realidad significaban: No tengo idea de lo que quiero, pero espero que tú adivines y elijas algo que me guste.
Aunque, ¿está bien que Ceres haga esto?
Era todavía un cachorro y, además, un futuro joven noble. Se le podía consentir un poco.
De repente, Diarin se sintió más indulgente.
—Parece que mañana los manzanos del jardín tendrán frutos. ¿Te gustaría recolectarlos?
—Me gusta.
Eso fue fácil.
—También lees bien los carteles. ¿Qué tal si lees un libro mientras comes manzanas bajo el árbol?
—Me gusta.
¿En serio? ¿Eso también?
Ceres solía pedirle que le leyera cuentos, pero nunca había mostrado interés en leerlos por su cuenta.
—¿Y si hacemos un pastel de manzana con los demás? Podríamos prepararlo juntos y comerlo. Será divertido.
—… Me gusta.
Aunque su respuesta fue menos entusiasta, también estuvo de acuerdo con eso.
¿Por qué iba a decir que sí si no le gusta?
—Entonces, tú juega con los demás mientras tanto. Yo saldré un rato.
—No.
Ah, esto es lo que realmente no quiere.
Todo está bien siempre que ‘Diarin’ esté involucrada.
Por si acaso, Diarin había soltado esas palabras, y Ceres las aceptó sin dudar.
Esto no podía seguir así…
Si al menos dependiera de un ‘dios’ en lugar de un ‘sacerdote’, la imagen sería más impactante.
Un guerrero que, tras haber sobrevivido a un campo de batalla manchado de sangre, encuentra la paz bajo la protección divina… ¡Qué visión más sagrada!
Pero depender de un ‘sacerdote’…
¡Eso es ridículo!
Aunque, para ser sinceros, Ceres tenía muchas carencias.
Esas deficiencias deberían llenarse con algo más que ‘Diarin’.
Ceres ya había aprendido a interactuar naturalmente con otras personas, podía hablar con fluidez, e incluso ¡sabía bailar!
En circunstancias normales, era el momento de dejarlo ir y permitirle convertirse en un joven noble.
…Si tan solo pudiera superar su obsesión con Diarin.
¿Será esta la prueba final?
Separar al cachorro de Diarin.
Incluso Diarin, quien ya había desarrollado cierto apego, se sentía un poco vacía solo de pensarlo.
Sin embargo, para que Ceres pudiera vivir plenamente su vida, debía aprender a separarse de ella.
Diarin se armó de valor.
—No puedo estar contigo para siempre, Ceres.
—¿Me estás abandonando?
—Ah, no, no es eso…
¡Eso me hace parecer una mala persona!
Además, con esa expresión tan lastimera…
Parecía un perrito recogido de la calle al que habían dejado dormir una noche en la cama, solo para volver a echarlo a la calle al día siguiente.
—No es que te esté abandonando… Bueno, ni siquiera te recogí, para empezar.
Solo le habían impuesto cuidar temporalmente de él.
Pero desde la perspectiva del cachorro, tal vez todo se sentía igual.
Diarin suspiró profundamente, preparándose para enfrentar otra ronda de explicaciones.
Bien… ¿por dónde debería empezar?
Despacito, paso a paso.
—Entonces, ¿quieres vivir conmigo así toda la vida, Ceres?
—Sí.
—Eso no puede ser. Tienes que convertirte en un joven noble y vivir tu vida de manera espléndida.
—Incluso como joven noble, viviré contigo.
Paso a paso…
…Eso era algo que solo podía hacerse teniendo paciencia, y Diarin ya no tenía mucha.
Desde que había llegado a la mansión, su tolerancia se había agotado notablemente.
—…¿Quién dice que voy a vivir contigo?
¿Por qué decide por mí?
Aunque sabía que todo era una forma de expresar cariño, esas palabras escaparon de su boca.
¡Mi vida es mía!
Fuera una imposición o no, ya no estaba dispuesta a aceptar que alguien más decidiera la dirección de su vida.
—…¿No vas a vivir conmigo?
Ceres la miró, sus ojos temblando por el impacto.
Parecía profundamente conmocionado.
Sin embargo, viniendo de alguien como él, que había sido miembro de la Octava División, esa reacción parecía más un ultimátum.
Claro que, para él, probablemente era solo una pregunta inocente: ¿No quieres vivir conmigo?. Pero para quien lo escuchara, sonaba más como: ¿Te atreves a rechazarme? ¿¡En serio me estás rechazando!?
—No, no puedo.
Diarin no pudo mantener su firmeza mucho tiempo.
‘No querer’ y ‘no poder’ eran cosas muy diferentes.
Ojalá Ceres pudiera entender eso.
—¿Entonces tú quieres vivir conmigo, pero no puedes?
—¡Oh! ¡Estás entendiendo mejor!
¡Mi pequeño está creciendo! ¡Incluso distingue esos conceptos!
Diarin, inesperadamente, se sintió conmovida.
El simple hecho de tener una conversación como esta era algo digno de celebrarse.
—Exacto. Yo soy una sacerdotisa. Aunque ahora estoy aquí temporalmente, las sacerdotisas deben vivir en el templo.
—Entonces yo también viviré en el templo.
—…No, Ceres. No puedes vivir en el templo porque no eres sacerdote.
—Entonces seré sacerdote.
Era un argumento absurdo, pero predecible.
—No es tan fácil convertirse en sacerdote, Ceres. No cualquiera puede hacerlo.
—Si quiero, puedo.
—No es algo que funcione así…
Diarin estuvo a punto de reírse, pero se detuvo.
¿Y si realmente puede?
Después de todo, si se limitaban a los requisitos, no era imposible.
De hecho, cumplía con todos los criterios.
Un exmiembro de la Octava División, un guerrero que había matado en el pasado y ahora quería encontrar redención apoyándose en la fe…
¡El templo incluso podría construir una nueva sucursal llamada ‘Templo de Ceres’!
Y cuando se convirtiera en joven noble, tendría título, riqueza e influencia.
Diarin probablemente quedaría relegada a un segundo plano ante él.
La posibilidad era un poco inquietante.
Sin embargo, había algo que Ceres no estaba considerando.
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