⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
¡Boom!
No era el sonido de la cabeza de Diarin explotando, pero bien podría haberlo sido.
Parecía que el segundo príncipe había regresado al castillo, ya que los fuegos artificiales volvían a estallar.
El sonido de las explosiones, más cercanas que antes, sacudía la tranquilidad de la noche.
Los labios de Diarin también temblaron.
—¡Ja, ja, ja, ja!
Diarin se inclinó hacia adelante, riéndose a carcajadas.
¡¿Qué?! ¡¿Un Duque del norte?!
En Racklion no había una región del norte cubierta de nieve perpetua.
Por lo tanto, tampoco existía un legendario Duque del norte en esta tierra.
Sin embargo, las historias de amor del Duque del norte, supuestamente de un país más allá de Racklion, siempre eran un tema candente que sacudía al mundo.
Atractivo y frío en apariencia, implacable con la espada, y de carácter austero.
…¿Eh? Eso sí se parece.
Curiosamente, Ceres cumplía con esas tres características.
Pero ese no era el punto.
El legendario Duque del norte no era un cachorro ingenuo que no entendiera el mundo.
Aunque, a veces, podía comportarse como un perro travieso.
… Esto también se parece.
…De todas formas.
Si un Duque del norte, alguien que lo sabía todo excepto sobre el amor, decía algo, podía partirte el corazón.
El momento en que descubría el amor por primera vez era desgarrador, emocionante, abrumador; te hacía sentir toda clase de emociones.
Pero mi cachorro no era así.
—Ay, qué adorable. …¿Amor? ¡Ja, ja, ja, ja!
Era tan ridículo que resultaba adorable.
Ceres, que había estado observando en silencio la risa de Diarin, deliberadamente forzó los músculos de sus mejillas.
Sus labios se levantaron ligeramente, formando algo parecido a una sonrisa.
Intentó imitar la risa de Diarin, pero no logró emitir un sonido parecido.
Sin embargo, al observarla, se sintió tan bien que quiso intentarlo.
Quería reír junto con ella.
—Ceres, ¿te parece que el mundo es cálido, suave y lleno de destellos?
—¿….?
Ceres miró a su alrededor, intentando captar el significado de sus palabras.
El mundo seguía siendo oscuro, y el aire nocturno estaba frío.
Lo único que brillaba eran los fuegos artificiales que estallaban en la distancia.
—No.
—Entonces, Ceres, no estás enamorado.
—Pero quiero estar con Diarin, y Diarin es la más hermosa.
—…Eso es porque no has visto a muchas mujeres todavía…
Eso sí que lo tenía claro.
Cuando Ceres entrara en sociedad y conociera a más personas, estas deslumbrarían tanto que cegaban.
Tanto, que tal vez no sería capaz de darse cuenta de si Diarin seguía a su lado.
Veamos si puedes decir lo mismo cuando te conviertas en un caballero de verdad.
Para entonces, estaría tan fascinado con el esplendor del mundo que probablemente olvidaría que Diarin existía.
Esperaba con ansias ese momento, cuando pudiera deshacerse de este cachorro posesivo y obsesionado.
Los niños no entienden lo amplio que es el mundo hasta que crecen y su perspectiva se amplía.
Por más que se lo expliques, no lo comprenderán hasta entonces.
Solo quedaba esperar pacientemente.
La paciencia y la resistencia eran virtudes esenciales para una sacerdotisa.
Y en eso, Diarin tenía plena confianza.
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…Pero había cosas que podía soportar y cosas que no.
—¡Ahhh! ¿Por qué no se acaba esto?
Un camino que parecía interminable definitivamente entraba en la segunda categoría.
Al principio, el paseo nocturno bajo la brisa fresca había sido agradable.
Pero a medida que pasaba el tiempo, lo que comenzó como una caminata relajante se había convertido en una agotadora escalada.
Cuando escaparon corriendo, no se dio cuenta de la distancia por la emoción del momento.
Pero ahora, cada paso se sentía como una carga, especialmente porque el camino era en pendiente.
Había descubierto que la carretera hacia la mansión tenía una ligera inclinación cuesta arriba, algo que nunca había notado al ir en carruaje.
—Ceres, cuando regresemos, entremos por la puerta principal. Huff.
El sendero por el que habían escapado los obligaba a dar una vuelta mucho más larga.
De todas formas, regresar significaba enfrentar las consecuencias; lo peor que podía pasar era recibir un regaño.
Podían excusarse diciendo que los guardias de la puerta principal estaban distraídos, y así habían podido pasar.
Lo único que quería era dejar de caminar.
La puerta principal no estaba lejos ahora.
A lo lejos, se veía pequeña, pero estaba allí.
—¿No tendrán algún caballo o carruaje los guardias de la puerta principal?
Si lo tenían, lo tomarían prestado.
Ver la puerta principal al final de la oscura y larga carretera le daba esperanza.
Con renovadas fuerzas, Diarin aceleró el paso.
—Espera.
En ese momento, Ceres la detuvo sujetándola del brazo.
—¿Eh?
—Huele a sangre.
—…¿Qué?
La voz de Ceres bajó repentinamente, grave y seria.
El cambio en su tono hizo que Diarin volviera en sí.
La emoción de la celebración desapareció como un soplo de viento.
El peligro se percibía al instante.
Era un instinto que desarrollas en el campo de batalla.
Ceres se agachó y se movió sigilosamente hacia la puerta principal.
No se escuchaba ni un solo ruido de sus pasos.
Diarin se escondió entre los arbustos al borde del camino y observó.
Cuando Ceres llegó a la puerta principal, se irguió y olfateó el aire.
—¡Diarin!
Corrió de regreso hacia ella.
Diarin no tuvo tiempo de reaccionar.
El brazo de Ceres la rodeó, derribándola al suelo.
—¡…!
En ese instante, los fuegos artificiales estallaron ruidosamente.
¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!
Y al mismo tiempo, una explosión sacudió la mansión.
¡Boooom!
Entre la mansión y la puerta principal había una colina y un lago.
Entonces, el sonido de la explosión se extendió hasta donde estaban.
No solo el sonido, sino que incluso una vibración que sacudió el suelo llegó hasta ellos.
—¡…!
Diarin abrió los ojos de par en par, incrédula ante lo que escuchaba.
El estallido había sido tan grande que una nube de polvo proveniente del lugar de la explosión alcanzó su posición.
—E-esto es… ¿qué…?
Estaba tan impactada que su mente daba vueltas sin parar.
Incluso en un campo de batalla era raro que ocurriera algo tan abrumador.
Era un ataque sorpresivo, cruel y meticulosamente planeado.
Si no hubieran salido de la mansión para asistir al festival, y especialmente si no lo hubieran hecho de manera tan sigilosa, podrían haber sido asesinados sin que nadie lo supiera.
Realmente podrían haber muerto.
El escalofrío de haber rozado la muerte recorrió la espalda de Diarin, erizando cada vello de su piel.
—Ceres, primero debemos escondernos.
Por ahora, habían salvado la vida.
Pero el verdadero problema comenzaba ahora.
Los enemigos, quienesquiera que fueran, habían optado por destruir la mansión en lugar de intentar un asesinato directo.
Y lo habían hecho coincidiendo con el festival en honor al cumpleaños del segundo príncipe.
Desde la ciudad, el ruido de los fuegos artificiales probablemente había enmascarado el sonido de la explosión en la mansión.
Todo indicaba que habían estado esperando específicamente este día.
Por si fuera poco, los sirvientes de la mansión habían sido enviados de permiso, dejando la casa vacía.
¿Qué significaba eso?
Incluso si quedaba alguien cerca de la mansión, sería difícil confiar en la situación.
A partir de ahora, solo Ceres y Diarin podían depender el uno del otro para sobrevivir.
Si hubo una explosión, los responsables deben estar cerca.
Debían esconderse bien y alejarse lo más rápido posible.
Pero las cosas se complicaban aún más.
La mansión estaba diseñada para detectar fácilmente a cualquier intruso. Por eso, había pocos lugares donde pudieran ocultarse.
El pequeño bosque cercano, con apenas unos cuantos árboles, sería registrado en un abrir y cerrar de ojos.
Si lograban llegar a la ciudad, habría casas y muchos más lugares donde esconderse.
Todo lo que necesitaban era llegar hasta allí.
—Hay que pelear.
Entonces, Ceres se levantó.
—…¿Ya?
Diarin miró a su alrededor, alerta.
Pero no veía a nadie, ni escuchaba ningún sonido de pasos acercándose.
La explosión había sido única.
—Se están acercando. Número en proceso de confirmación.
Ceres rompió su larga manga y la envolvió alrededor de su mano.
Sin armas disponibles, parecía decidido a usar sus puños para pelear.
… Estaban en serios problemas.
El movimiento de los enemigos era más rápido de lo que habían anticipado.
No había forma de escapar.
El terreno alrededor era abierto, y cualquier intento de huida terminaría con ellos siendo detectados.
Además, si Ceres no especificaba un número exacto, significaba que había demasiados enemigos para contarlos fácilmente, lo que hacía más probable que fueran atrapados.
Diarin estaba completamente en tensión.
—¡Tenemos que pedir ayuda!
Por muy fuerte que fuera Ceres, incluso como miembro del escuadrón invencible 8, no podía enfrentarse a un grupo de asesinos con las manos desnudas.
Incluso si lograba hacerlo, no saldría sin heridas.
Aunque Diarin intentara ayudar desde atrás, sus posibilidades eran limitadas.
Podría derrotar a uno o dos enemigos si lograba sorprenderlos con fuego, pero enfrentarse a un grupo preparado y decidido era otra historia.
—¿No queda ni un solo guardia cerca de la mansión?
—Aniquilados.
La última esperanza que tenía se desmoronó completamente.
—Haz lo posible para distraerlos y permitirnos escapar.
Si había una oportunidad de huir, debían aprovecharla.
Aún no estaban en combate directo, así que tal vez podían lograrlo.
—Prioridad máxima: retirada.
Ceres repitió con calma las palabras de Diarin, sus ojos brillando mientras analizaba las señales de los enemigos acercándose.
Moviéndose en zigzag, Ceres se desplazaba como si intentara confundir a sus perseguidores, adaptándose al terreno que conocía bien.
Si el lugar le hubiera sido más familiar, tal vez habría tenido una ventaja mayor.
—¡Ahí están!
El terreno no estaba a su favor.
Aunque habían logrado esconderse y escapar por un momento, los asesinos finalmente los localizaron.
—¡¿Qué?! ¡¿Cómo siguen vivos?!
—¡Se dieron cuenta y lograron escapar!
—¡Persíganlos!
Los asesinos se lanzaron tras ellos, veloces como el viento.
¡Shing!
Armas arrojadizas volaron hacia ellos.
Los proyectiles cayeron a ambos lados de Ceres como una lluvia mortal.
Al menos uno de ellos debía haberlo alcanzado.
Sin embargo, Ceres no emitió ni un solo gemido.
Diarin, aferrada a su cuello mientras él la cargaba, derramó todo su poder divino en su cuerpo, preparada para curar cualquier herida.
Al mismo tiempo, lanzó fuego hacia los asesinos que los seguían.
—¡Ahhh! ¡Aaaargh!
Algunos asesinos se detuvieron, sorprendidos por las llamas repentinas que brotaron frente a ellos.
Pero fue solo por un momento.
El número de enemigos que se acercaban era mucho mayor que los que Diarin podía manejar con su magia.
La posibilidad de escapar estaba llegando a su límite.
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