⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Ah, cierto.
Diarin estaba buscando las voces de las personas y se había topado con ellos mientras caminaba.
Con el tacón roto, ya estaba planeando regresar a su habitación, pero terminó encontrándose con ellos.
Resultó que estaba casi al final del laberinto del jardín.
—¿Quién es?
—¡Ah, es ese nuevo caballero musculoso!
—¡Oh, oh!
Las personas que los descubrieron se acercaron primero.
—¿Qué tal? ¿De paseo matutino?
—Ah, sí… —respondió Diarin, algo incómoda mientras seguía colgada del cuello de Ceres.
¿Quién en su sano juicio se interesaría en un hombre cargando a una mujer?
Hoy no iba a ser el día para encontrar pareja para su ‘cachorro’.
—Es que se me rompió el tacón… —añadió Diarin, excusándose aunque nadie le había preguntado.
—¡Ah, vaya! Este camino puede ser un poco complicado.
—Jajaja, parece que nadie te lo advirtió.
Incluso dentro del palacio real, era esencial conocer pequeños detalles para sobrevivir.
En el templo, por ejemplo, uno debía saber qué caminos se inundaban con la lluvia, cuáles eran desiguales y podían dañar el calzado, o cuáles eran menos empinados.
Detalles triviales que, al repetirse diariamente, se volvían fundamentales para mejorar la calidad de vida.
No importaba dónde, la vida entre humanos era siempre similar.
—¿Un paseo tan temprano en la mañana? Qué dedicados.
—¿No estaban ustedes también de paseo?
Diarin, confundida por sus palabras, les devolvió la pregunta.
Las personas se miraron entre sí antes de soltar carcajadas.
—Bueno, un paseo, pero…
—¿Podemos llamarlo un paseo con reunión de amigos?
—¿..?
Diarin notó que las caras de todos estaban ligeramente sonrojadas.
¿Será…?
—¿Alcohol…?
—¡Exacto! ¡Una reunión de bebida matutina!
—¿Bebida matutina…?
Ni siquiera era una bebida a media tarde, ¡sino por la mañana!
Era la primera vez que escuchaba algo tan decadente en su vida.
Todos tenían las mejillas encendidas por el efecto del alcohol.
—Ah, bueno, yo he estado bebiendo desde anoche, así que técnicamente no es una bebida matutina.
—Si sigues bebiendo ahora, ¡es una bebida matutina!
—De cualquier manera, somos un club que o bien bebe hasta la mañana, o empieza a beber por la mañana.
Ah, un grupo de libertinos.
—Ceres, date la vuelta.
Diarin ordenó con firmeza.
Por mucho que el propósito de su vida en el palacio fuera adaptarse socialmente, no tenía intención de asociarse con personas así.
Su cachorro merecía relacionarse con mejores personas.
—Oh, ¿se irán ya? ¿Después de venir hasta aquí?
—No tengo interés en el alcohol.
—Entonces, al menos que el caballero nos acompañe. Con ese físico, parece que aguantaría bien la bebida.
Diarin sintió que un leve tic se formaba en su ceja ante la insistencia.
¡Mi Ceres no hace cosas tan irresponsables como beber por la mañana!
Justo cuando iba a exclamar esto con determinación…
—No bebo alcohol —respondió Ceres antes que ella.
—¡Oh, vaya! ¿No bebe? ¿Por qué?
—Sí, el alcohol hace que te pongas en forma, que tengas mejor piel, que seas más productivo y evites errores, pero aun así, ¡es alcohol!
—En sociedad, beber también es un arte. Si no sabe, debería aprender.
Las palabras melosas y persuasivas no parecían detenerse.
Seguro que esa era la manera en que convencían a nuevos miembros para unirse a su club de borrachos.
Aunque el tono era amistoso, Diarin estaba en alerta máxima.
Podrían estar intentando relajarlo para que cometiera un error.
—No es que no pueda beber —respondió Ceres.
—¿Entonces por qué no bebe?
—No tiene beneficios.
—¡Claro que tiene beneficios! Usted simplemente no ha probado un buen licor.
—Eso parece. Tal vez no ha bebido nada de calidad.
La situación empezaba a girar peligrosamente en torno a convencer a Ceres.
Si esto seguía así, acabarían arrastrándolo a su juego.
—Es temprano, y además, Ceres está aquí para descansar. Será mejor que…
—¡Ah, lo sabemos! ¡Escuchamos sobre su corazón roto!
¿Cómo se extendió tanto ese rumor…?
Diarin comenzó a preocuparse, preguntándose si también se había difundido que ella era la causa de ese supuesto desamor.
—¡Entonces necesita beber aún más! ¡Vamos, vamos!
—Sólo un trago y ya está, ¿de acuerdo?
Afortunadamente, parecía que aún no sabían que ella era la culpable.
Incluso estando Diarin allí, todos se volcaban a consolar el supuesto desamor de Ceres.
—¿Qué efecto tiene el alcohol sobre un corazón roto?
Oh, no… esto no puede estar pasando.
Pero Ceres ya parecía estar considerando lo de su ‘corazón roto’.
—¡El alcohol te ayuda a olvidarlo todo!
—¿Eso funciona?
—¡Claro que sí, sólo necesitas beber lo suficiente!
—Eso no es posible para mí.
—¡Oh, míralo, todo confiado!
—Sólo estoy siendo honesto.
Los demás se echaron a reír ante su respuesta.
—Si está tan seguro, ¿qué tal un reto?
—¿Un reto?
—Sí, ¿quién puede beber más, más rápido o mezclar mejor? Hay muchas formas de competir.
—¿Qué obtendría si gano?
Ceres respondió con bastante entusiasmo.
Diarin se sintió inquieta.
Si intervenía demasiado, corría el riesgo de parecer una amiga entrometida. No solo eso, sino que podría acabar opacando la presencia de Ceres o, peor aún, ser asociada inseparablemente con él.
Decidió contenerse y recordarse a sí misma cuál era su lugar.
Aunque no habían encontrado personas agradables sino gente problemática, todo esto también era una experiencia. Al fin y al cabo, al interactuar con otros, tarde o temprano te topas con personas así.
—¿Qué tal un deseo? —sugirió alguien—. ¡El ganador puede pedir lo que quiera!
—¿Un deseo?
—¡Sí, lo que sea!
—¿Y si no se cumple?
—Mmm, entonces… ¿qué hacemos?
Mientras Ceres permanecía serio, las demás personas seguían con tono juguetón.
En realidad, lo único que les importaba era encontrar una excusa para atraer a Ceres a la reunión, sin importar el motivo.
Sin embargo, la actitud seria de Ceres los hizo sentirse incómodos. Al quedarse él en silencio y mirarlos fijamente, ellos decidieron que tenían que proponer algo concreto.
—Entonces, si no cumples el deseo, ¿qué te parece recoger tus cosas y marcharte del Palacio Imperial?
La propuesta era bastante desafiante.
Obviamente, estaban convencidos de que ganarían, o quizá pensaban que, de todas formas, al final todo terminaría en risas y en condiciones más ligeras.
Diarin miró a Ceres con nerviosismo.
Nunca lo había visto beber, así que no podía predecir el resultado. Confiar en la propia palabra de uno sobre su tolerancia al alcohol no siempre era fiable.
—Acepto.
—¡Guau, genial! ¿Nada de arrepentirse, eh?
—¡Vamos, vamos!
La multitud rodeó a Ceres y lo llevó con entusiasmo hacia el lugar.
Mientras tanto, el sol seguía elevándose.
Con el día avanzando, cada vez más personas que habían estado durmiendo comenzaban a levantarse. Algunos que paseaban por los jardines oyeron el bullicio y se acercaron.
—¿Qué pasa, qué pasa?
—¡Están haciendo una apuesta!
—Oh, ese… ¿es el del ‘desamor’?
Parece que Ceres ya era conocido como ‘el chico del desamor’.
Al otro lado del jardín laberinto, en un rincón apartado, el grupo ya había montado una mesa improvisada para beber.
—¡Vaya, qué evento tan interesante tan temprano en la mañana! Un gusto conocerte, recién llegado. Yo soy Holian.
El hombre que se presentó como Holian mantuvo una sonrisa amigable y un tono agradable durante toda la conversación.
De manera natural, comenzó a liderar y organizar la situación.
Era el ejemplo perfecto de las habilidades sociales cultivadas dentro del Palacio Imperial.
—Bien, ven por aquí. Vamos a sentarte en este lugar reservado para los participantes.
Holian invitó a Ceres a sentarse en una silla frente a la mesa, que estaba estratégicamente preparada.
La disposición de los muebles y el ambiente sugerían que no era la primera vez que organizaban algo similar.
La tensión de Diarin aumentó aún más.
Esto no pintaba bien. ¿Estaba a punto de presenciar cómo el recién llegado, fresco y desprevenido, se convertía en un experimento de inmersión alcohólica?
¿Debería detener esto ahora mismo?
En su mente, dos pensamientos luchaban entre sí: ‘Confiemos en Ceres’ y ‘Debería detenerlo ya’.
Al estar rodeada de tanto alcohol, incluso pensó en la posibilidad de provocar un incendio si las cosas se salían de control.
Diarin, que normalmente evitaba revelar sus habilidades, estaba considerando usar su poder frente a toda esa multitud, lo que evidenciaba la gravedad de la situación.
—Entonces, ¿qué modalidad prefieren? —preguntó Holian con entusiasmo—. ¿Beber rápido una bebida suave o competir para ver quién soporta más alcohol fuerte?
Golpeó la mesa con dos botellas, una de bebida suave y otra de licor fuerte, como si estuviera retando a los presentes.
Preguntar esto a Ceres, quien no bebía, no lo pondría en una posición favorable.
Ceres observó las botellas frente a él.
—Lo que sea más rápido para terminar.
—¡Entonces, será beber rápido una bebida suave!
Ceres miró el enorme vaso frente a él, prácticamente del tamaño de un balde, lleno de un líquido burbujeante.
—El juego consiste en terminar todo esto y luego lanzar el vaso hacia ese árbol. Si no le atinas, tendrás que correr hasta donde caiga y lanzar desde ahí.
El árbol estaba bastante lejos.
Incluso sobrio sería difícil acertar en un solo intento, así que estando ebrio era casi imposible.
—Oh, esto será interesante.
—¿Pero habrá alguien capaz de beber todo eso?
Cada vez más personas se acercaban, emocionadas por el espectáculo.
Sin querer, el evento comenzó a crecer, atrayendo a más y más curiosos.
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