⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Los ojos rojos de Ceres eran prueba suficiente de que estaba borracho.
Además, aunque miraba a Diarin, que estaba justo al lado, su mirada parecía extrañamente desenfocada.
—…Mira hacia adelante mientras caminas.
Definitivamente está borracho.
Incluso en estado de embriaguez, mantenía su habitual consistencia.
El comportamiento de mi cachorro al beber era sorprendentemente tranquilo.
—Diarin…
Si su comportamiento borracho se limitaba a repetir sin cesar su nombre, podía considerarse bastante pacífico.
A excepción de que Diarin era la única que sufría, no causaba mayores problemas a los demás.
No sabía si eso era algo bueno o malo.
—Ceres, a partir de ahora tienes prohibido beber.
—…¿Por qué…?
—¡Porque cuando bebes no paras de decir mi nombre, Diarin, una y otra vez!
—…¿Por qué…?
Supongo que el repertorio de ‘¿por qué?’ también está incluido.
No tenía sentido intentar razonar con un borracho.
Diarin abandonó la conversación y apresuró el paso hacia su destino.
Al llegar finalmente a la habitación, intentó dejar a Ceres en la cama, pero terminó rodando junto con él.
—¡Uf!
—Diarin…
A pesar de todo, Ceres envolvió su cuerpo alrededor de Diarin, rodeándola con sus brazos y piernas.
Después de arrastrarlo desde el jardín hasta aquí, Diarin ya había agotado toda su energía.
Se rindió en el intento de zafarse.
Al tumbarse en la cama de Ceres, este empezó a aferrarse aún más a ella, abrazándola con fuerza, enroscando sus piernas en las de ella y atándola completamente con sus brazos.
—…Definitivamente tienes prohibido beber. Si haces esto en otro lugar, ¿qué crees que pasaría?
Eso sería un desastre absoluto.
—No lo haré…
—Ah, claro. Entonces prueba a no hacerlo ahora mismo.
—…Me siento mareado.
—…
Incluso en este estado, parecía encontrar formas ingeniosas de salirse con la suya.
¿O eran solo imaginaciones suyas?
Diarin entrecerró los ojos y miró a Ceres.
—Ugh…
Ceres soltó un leve gemido y se movió inquieto.
Aunque parecía aprovecharse un poco de la situación, también parecía estar luchando contra los efectos del alcohol.
Que alguien como Ceres, que ni siquiera se quejaba de dolor cuando sangraba, gimiera por el alcohol era algo casi gracioso.
—De todas formas, ya habías ganado el premio, ¿por qué te esforzaste tanto para ganar?
—Dinero…
—Ah.
En ese caso, no había mucho que hacer.
El valor de lo que Ceres había ganado en ese desafío de bebidas era suficiente para comprar una pequeña casa cerca del palacio imperial.
¿Cómo era posible que alguien estuviera dispuesto a apostar tanto? Todos habían quedado hipnotizados por la abrumadora capacidad de Ceres para beber.
—Pero no deberías mostrar tanto tu amor por el dinero. Cuando el Emperador te reconozca por tus logros, te convertirás en alguien realmente rico.
—Diarin… ama el dinero…
—…Bueno, eso es cierto.
—Si le doy mucho dinero a Diarin…
Diarin dejó de hablar y escuchó los balbuceos de Ceres.
Incluso con los ojos entrecerrados y borrosos, Ceres continuó.
—Si le doy mucho dinero… ¿me amará?
—…
Ni siquiera tuvo ganas de golpearlo para que reaccionara.
El dinero no lo era todo.
Por mucho que a Diarin le gustara el dinero, los sentimientos no podían comprarse.
Hubiera sido más fácil si las emociones se movieran con dinero.
El amor, por más que uno lo intentara, no podía controlarse.
Diarin pasó su mano por el cabello de Ceres.
Se sentía amarga.
—¡¿Por qué?!
La súbita exclamación de Ceres la sacó de sus pensamientos melancólicos.
—Eh, ¿qué?
—¡¿Por qué no me amas?!
—…Eh, ¿qué?
Había algo extraño en todo esto…
Era como si estuviera ante el borracho más cliché del mundo.
Y sí, lo estaba.
La embriaguez de Ceres había alcanzado su punto máximo.
El verdadero espectáculo comenzaba.
Todo lo anterior había sido solo un aperitivo, un pequeño desliz de su verdadero ser.
—¿Por qué… por qué no me amas, Diarin?
—…
—¡Diarin! ¡Diarin! ¡Diarin!
—…
—¡Yo te amo, Diarin! ¡Te amo! ¡Te amoooo!
—¡Cállate!
Incapaz de soportarlo más, Diarin golpeó la nuca de Ceres.
Fue un golpe con verdadera fuerza.
Si hubiera sido el Ceres de siempre, apenas habría sentido cosquillas, pero el Ceres actual estaba tan débil que con un simple toque parecía desfallecer.
Al recibir el golpe, Ceres cayó desplomado.
—…Amo… a Diarin…
Incluso en su semiconsciencia, no dejó de aferrarse al nombre de Diarin y a su amor por ella.
Pero, finalmente, llegó al límite y perdió el conocimiento por completo.
—…Haa.
Aún atrapada entre los brazos de Ceres, Diarin miró fijamente al techo.
Maldito perro… A ver si te vuelvo a dejar beber alguna vez.
Era increíble cómo podía causar tantos problemas.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
Tarde, un poco después del mediodía, un sirviente golpeó la puerta.
En ese momento, Ceres ya estaba sobrio y entrenando.
Un entrenamiento intensivo de fortaleza mental, cortesía de las interminables reprimendas de Diarin.
En resumen, estaba siendo regañado por sus desmanes mientras estaba ebrio.
El sirviente, un poco intimidado, echaba miradas furtivas al cabizbajo Ceres mientras transmitía su mensaje.
—¿Se encuentra mejor de la resaca?
Diarin lanzó una mirada severa a Ceres.
Ceres, que había causado un alboroto monumental, se había recuperado sorprendentemente rápido de la embriaguez.
Al parecer, al igual que desintoxicaba venenos con rapidez, también metabolizaba el alcohol rápidamente.
Además, no parecía sufrir ninguna resaca significativa.
Por eso, Diarin había podido reprenderlo sin contención.
—Bueno, parece estar bien… ¿de qué se trata?
—El señor Holian pregunta si le interesaría asistir a la ópera de esta noche.
—¿Ópera?
Las entradas para la ópera no eran fáciles de conseguir.
Primero, los asientos en los palcos eran reservados mediante conexiones sociales y recursos económicos, y los demás se adquirían por orden de llegada, usualmente a través de sirvientes hábiles y bien financiados.
La ópera era el epicentro de la vida social de la nobleza.
El prestigio dentro del palacio imperial se medía por cuántas veces asistías a la ópera en un mes y qué tan buenos eran tus asientos.
Diarin nunca había asistido a una ópera, ni siquiera había estado cerca de un teatro de ópera.
Era un ámbito completamente ajeno, tanto que ni siquiera se había atrevido a acercarse.
—Debido a su resaca, no podrá asistir, pero ha reservado un palco. Si le interesa, está dispuesto a transferirle las entradas.
—Ah…
No solo Ceres había acabado completamente borracho.
El grupo de bebedores matutinos había resultado ser incluso más desastroso de lo que Diarin había imaginado.
La mitad de los participantes acabaron completamente inconscientes y tuvieron que ser llevados a casa.
Incluso Holian, que había aguantado hasta el final, sucumbió eventualmente.
Gracias a eso, ahora tenían la oportunidad de ocupar nada menos que un palco.
Era una oferta que no podían rechazar.
—…¿Hay algún costo por la transferencia?
Esto no será una excusa para recuperar el dinero que perdieron durante las apuestas, ¿verdad?
Diarin lo sospechaba, por si acaso.
—No hay costo alguno por la transferencia.
—Iremos.
Cuando la suerte llega, parece llegar en abundancia.
Sin esfuerzo alguno, una gran oportunidad había caído directamente en sus manos.
—De acuerdo, entonces transmitiré que ambos asistirán. Deben presentarse en el teatro a las 7 de la noche.
El sirviente se inclinó cortésmente y se retiró, mientras Diarin se levantaba de un salto.
¡Ópera!
Era el comienzo de una vida genuinamente aristocrática en el palacio imperial.
Esta era su oportunidad de interactuar con la élite, de formar parte del verdadero mundo de los nobles.
El desliz de esa mañana sería solo un pequeño tropiezo.
Diarin, entusiasmada, miró a Ceres.
Esta vez, se aseguraría de que todo saliera a la perfección y de que Ceres luciera como un auténtico noble impecable.
—Ceres, esta vez es en serio.
—¿En serio…?
—¡Sí! Las reuniones matutinas de bebida no son algo digno de los nobles. ¡Eventos elegantes y deslumbrantes como la ópera son lo verdadero!
Aunque nunca había asistido a una ópera, Diarin estaba segura de que este era el auténtico mundo de los nobles.
Lo creía firmemente.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
El palacio imperial, hogar de la flor y nata de la nobleza, contaba con las instalaciones más refinadas.
Sería demasiado molesto ir y venir constantemente del palacio, así que tenían todo dentro: templos, teatros y mucho más.
El teatro de ópera del palacio no podía ser menos majestuoso que los teatros externos.
Sería una vergüenza para la realeza.
—¡Wow…!
Diarin quedó boquiabierta ante la magnificencia del teatro.
Había imaginado que sería espléndido, pero la realidad superaba sus expectativas.
Incluso los templos, aunque promovían la austeridad, eran las estructuras más grandes y ornamentadas de sus regiones.
Habituada a la grandeza de los templos, Diarin había conseguido mantenerse firme en el ambiente del palacio.
Sin embargo, el teatro de ópera era otra historia.
El candelabro en el techo brillaba como si hubieran colgado todas las estrellas del cielo.
Las paredes y columnas decoradas con flores no tenían un solo rincón monocromático, cubiertas de intrincados murales o elegantes papeles pintados.
Y no solo el teatro era deslumbrante, también lo eran las personas.
¿Debería haberme arreglado más?
Diarin comenzó a dudar de su atuendo.
Antes de salir de su habitación, estaba confiada.
Quizás no era el más lujoso, pero pensó que sería lo suficientemente bueno para no pasar desapercibida.
Sin embargo, al compararse con los asistentes a la ópera, quienes lucían atuendos deslumbrantes, se sintió completamente opacada.
¿Es una competencia de quién brilla más?
Si ese era el caso, Diarin ya había perdido.
Ceres, en cambio, era diferente.
Aunque su ropa no era excesivamente ostentosa, su mera presencia destacaba entre la multitud.
De hecho, su elegancia sencilla lo hacía resaltar aún más entre tanto lujo exagerado.
Sí, él es el protagonista.
Diarin se sintió aliviada mientras lo miraba.
—…Oh.
Sin embargo, notó que Ceres no estaba mirando en su dirección.
Intrigada, siguió la dirección de su mirada.
Un grupo de mujeres con abanicos de plumas reía animadamente. Al sentir la mirada de Ceres, una de ellas giró la cabeza hacia ellos.
Le dedicó una sonrisa coqueta.
Ah.
Diarin sintió algo incómodo.
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