⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
…De hecho, era cierto. Si no hubiera sido Nora el que estaba presente, habría actuado con más discreción, pero el hecho de que entre tantas personas fuera él el que estaba allí encendió una chispa en mi interior.
En mi vida anterior, ni siquiera me habría atrevido a tener estos pensamientos, pero ahora la situación era bastante diferente. En este momento, la situación política de nuestro país era similar a la calma antes de la tormenta. Desde el juicio sagrado, o más específicamente desde el incidente del duelo de honor, toda la estructura de poder se había distorsionado de manera impredecible.
Si en ese momento no hubiera intervenido Nora, el joven Duque de Nuremberg, las cosas podrían haber sido diferentes.
La casa de los Duques de Nuremberg es una de las familias más influyentes del Imperio, y como la hermana del actual Duque, Elizabeth, es la Emperatriz, también forman parte de la familia imperial. Durante mucho tiempo, la familia de Nuremberg había actuado como mediadores astutos entre el parlamento y la corte imperial. Sin embargo, desde el incidente del juicio sagrado, se habían puesto en conflicto con una de las facciones del parlamento, el clero, igual que nuestra familia Neuschwanstein. No era de extrañar que muchas otras casas nobles estuvieran indecisas.
Por mucho que algunos me desaprobaran, yo seguía siendo el jefe de la familia Neuschwanstein y, oficialmente, un noble. El juicio sagrado, que claramente carecía de cualquier atisbo de imparcialidad, había dejado en evidencia que cualquier noble podría terminar en ese tribunal. Apoyar al clero en esta situación significaría perder la dignidad y el honor como noble, además de enemistarse con las dos familias más poderosas.
Pero enfrentarse al clero tampoco era una opción sencilla. Si en este momento se produjera una división dentro de la iglesia…
—¿Te parece?
Él sonrió, como si hubiera leído mis pensamientos. Su sonrisa se veía extrañamente seductora, tal vez porque su cabello estaba mojado.
—¿Eso significa que confías en mí?
—…¿Podrías no hacer ese tipo de preguntas con esa sonrisa?
—¿Perdón?
—Ah, nada. De todos modos, si yo quisiera llevar lo que está empezando aquí a nuestro país, ¿qué dirías?
El silencio volvió a caer. Me observó fijamente con una expresión indescifrable por lo que pareció una eternidad antes de finalmente hablar.
—Si eres tú, hermana, no dudo que podrías hacerlo.
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Tal vez porque es un país cálido todo el año, aquí los vestidos suelen dejar al descubierto los brazos, los hombros y la mitad de la espalda, con un estilo de cuello halter. En nuestro país, que está justo frente al Vaticano, ese diseño sería considerado atrevido. De todas formas, gracias al grueso halter que envolvía completamente mi cuello, por fin pude recogerme el cabello después de mucho tiempo.
—¡Vaya, mamá, pareces otra persona!
Dicen que un simple cambio en el peinado puede alterar mucho la apariencia, ¿verdad? Con un vestido halter de un azul claro y el cabello recogido en un moño voluminoso, incluso yo me veía diferente. Parecía más madura de lo habitual. Si no fuera por cierto individuo que me dejó una cicatriz en la nuca…
—Gracias, cariño. Tú también estás preciosa, Rachel.
Rachel, con su altura y madurez para su edad, mostraba claramente su noble linaje. Le puse un vestido verde vibrante y le trencé el cabello dorado rizado, haciéndola parecer lista para debutar en la sociedad. ¡Ah, el tiempo! No importa cuántas veces lo viva, nunca me acostumbro a que mi pequeña haya crecido tanto…
—…¿Esas son las zapatillas de cristal?
—Sí. ¿No crees que combinan con este vestido? Aquí las chicas no deben tener zapatos como estos, ¿verdad? He oído que usan zapatos extraños que dejan los dedos al descubierto.
Aunque combinaban, no tenía idea de cuándo se había llevado esas lujosas zapatillas. Obviamente me sentía complacida porque era un regalo de mi parte, pero ya llevaba un buen rato parada frente al espejo. Más que para presumir de la moda del Imperio a las mujeres de este país, parecía que había otra razón detrás de su actitud.
—El príncipe quedará impresionado.
—¿De verdad? ¿Tú crees?
Lo dije en tono juguetón, y como esperaba, se sonrojó profundamente, agitando las manos emocionada. Estaba claro que el príncipe pensaría que Rachel era hermosa incluso si llevara simples zuecos, pero de todos modos, era un hecho que estos dos adolescentes estaban claramente atraídos el uno por el otro. Me parecía adorable, aunque yo no había tenido una experiencia así en mi juventud.
—Por supuesto que lo estará. Vamos, será mejor que no lleguemos tarde al banquete.
Seguimos a los sirvientes vestidos con uniformes rojos de lino, recorriendo pasillos y escaleras hasta llegar a la entrada del salón Arslan, donde se celebraba el banquete. A la entrada, con el símbolo de la dinastía Pasha, había dos hombres con vestimenta tradicional safavíes charlando animadamente.
—Ah, están…
El príncipe Ali, que había estado riendo, se interrumpió al vernos, quedándose en silencio mientras miraba fijamente a Rachel con ojos atónitos. Nora, que también había vuelto la cabeza hacia nosotros, se detuvo por un momento y me miró intensamente con esos profundos ojos azules.
Hubo un momento de silencio. Mientras Rachel miraba embelesada al príncipe de cabello verde claro, insistiendo en que su corazón se detenía, yo me encontraba atrapada en una sensación extraña.
Nunca hubiera imaginado que las ropas tropicales le sentarían tan bien a Nora. La fina tela de lino ceñida a su cuerpo resaltaba aún más su bien formada figura, y el chaleco sin mangas mostraba claramente sus brazos musculosos. Al estar junto al más delicado príncipe Ali, Nora parecía aún más peligroso… Espera, ¿qué estoy pensando?
No recuerdo bien quién de nosotros carraspeó primero ni quién sugirió entrar de inmediato, pero, en cualquier caso, al poco tiempo, cuando recuperé la compostura, nuestra delegación ya estaba sentada frente a una mesa repleta de exóticas frutas tropicales y una cena tentadora.
En el asiento principal estaba el rey Bayezid, y frente a él, alineados, se encontraban los principales ministros de confianza del país de Safavid. En el centro del salón, bailarinas vestidas con trajes translúcidos ofrecían un espectáculo deslumbrante al ritmo de los músicos. Elias habría disfrutado mucho de esta escena si hubiera estado aquí.
Durante toda la cena, el rey Bayezid no intercambió ni una palabra con nosotros, y los ministros solo lanzaban miradas calculadas sin iniciar conversación. Parecía que el control total de este banquete diplomático estaba en manos del príncipe Ali.
—A Elias le habría encantado estar aquí.
—Ya lo creo. Me pregunto qué estará haciendo ahora.
—Seguro que está en alguna aventura amorosa con la hija de alguna familia o metido en problemas, recibiendo reprimendas de nuestro hermano mayor.
Oh, pobre Elias, ¿cómo llegó a ser tan decepcionante a los ojos de su única hermana? Aunque, si lo pienso bien, es su propia culpa…
Mientras pinchaba con el tenedor una carne especiada, miré de reojo a Nora. Parecía no darse cuenta de que las bailarinas lanzaban miradas curiosas en su dirección. Nuestro querido príncipe solo sorbía continuamente el licor de coco de una vasija, lanzándome miradas de vez en cuando. Cuando nuestras miradas se encontraron, me sonrió.
—¿Por qué no llevas algunos trajes más al regresar?
—Ja, ja. Si llevo este tipo de ropa a casa, me meteré en problemas.
—Pero tú podrías ponerlos de moda. Además, nunca te había visto con el cabello recogido…
—Pero, príncipe, ¿por qué llamas ‘hermana’ a mi mamá?
Rachel, que parecía estar disfrutando de los picantes platos típicos del país, hizo esa pregunta de manera inesperada, y por un momento me sentí desconcertada. Sin embargo, Nora respondió sin vacilar.
—Porque ella tiene edad de ser mi hermana.
—Pero es raro llamar hermana a la madre de tu amigo.
—Tus hermanos llaman a tu madre por su nombre, ¿no es así? Además, conocí a tu madre antes que a tu hermano, así que es como si él se hubiera entrometido en nuestra relación.
—¿Qué? ¿En serio, mamá? ¿Conocías al príncipe antes que a mi hermano mayor?
—Bueno, si él lo dice, debe ser cierto.
—¿En serio? ¿Cómo lo conociste?
¿Cómo respondo a eso? Una sonrisa torpe se dibujó en mi rostro mientras recordaba nuestro primer encuentro, que había olvidado hasta ese momento. Fue hace tres años, en ese extraño callejón, cuando ese joven apareció, pateando a mi hermano que me estaba intimidando. En ese momento, no tenía idea de lo que el futuro nos deparaba…
—Me alegra que la comida sea de tu agrado.
Por suerte, el príncipe Ali intervino en el momento justo, desviando la intensa atención de Rachel hacia él.
—Todo tiene un sabor único y delicioso. Ojalá pudiera comer esto todos los días en el Imperio.
—Si así lo deseas, puedes venir aquí todos los días… cof cof… quiero decir, claro, puedes visitarnos cuando extrañes la comida de Safavid. Siempre serás bienvenida.
N/Nue: JAJJAJAJAJA sutil.
—¡Oh, de verdad!
—Por supuesto. No soy de esos hombres que dicen cosas solo por cumplir.
Está claro, príncipe, que hablas en serio.
En ese momento, algo esponjoso, como una bola de pelo, comenzó a molestarme alrededor de los pies. ¿Podría ser esa criatura que lleva el nombre de mi hija? Viendo la expresión de disgusto de Nora, parece que acerté.
—No entiendo por qué esta cosa sigue pegándose a mis piernas…
—Parece que le agradas. ¿No te recuerda a mi hijo mayor?
—Definitivamente comparten la misma habilidad para molestar a la gente.
Me reí. Si Jeremy estuviera aquí, seguramente habría gritado: ¡¿Qué dices, enano?!
Me pregunto qué estará haciendo en este momento. Aunque no quiero ser dramática, no puedo evitar preocuparme por él.
Mientras pensaba en mis tres hijos, el príncipe Ali, que estaba teniendo una conversación animada con Rachel, se giró de repente hacia Nora con una sonrisa.
—Parece que ese licor te ha gustado.
—¿Qué tipo de bebida es esta?
—Ah, es licor de coco, algo muy común en esta región.
—…
—Es uno de los tres grandes tesoros de nuestro país.
—¿Cuáles son los otros dos?
—Podría mencionar los carros de elefantes o la fibra de piña, pero en este momento diría que el principal es el espíritu de reforma contra la corrupción religiosa.
—Entonces, ¿crees que la reforma es necesaria debido a la corrupción del clero?
—Por supuesto. Estoy seguro de que sabes muy bien cuán corruptos están aquellos que se autoproclaman sacerdotes…
—La consolidación de una monarquía completamente separada de la influencia imperial sería una ganancia colateral, ¿no es así?
…En momentos como este, queda claro por qué Nora es el hijo del Duque de Nuremberg. Justo en ese momento, como si estuviera perfectamente sincronizado, la música vibrante se detuvo repentinamente.
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