⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Sin embargo, la impactante información que ese joven médico había mencionado coincidía perfectamente con todas las circunstancias. Si alguien como el cardenal Richelieu estaba involucrado, ciertamente sabría sobre la cantarella.
Pero, ¿por qué…? ¿Por qué apuntar específicamente a Nora? Si solo era para ponerme en una situación difícil, era un movimiento demasiado imprudente. Incluso si intentaban poner una trampa a la familia real de Safavid, que mostraba signos de resistencia al poder eclesiástico, seguía siendo una jugada muy arriesgada. A menos que…
De repente, recordé la visita del cardenal y un escalofrío recorrió mis brazos. Lo que realmente me vino a la mente fue la intención oculta que me mostró durante ese encuentro. Si después de ese incidente aún no lo entendiera, entonces sería como estar ciega.
Por mucho que intentara buscar otra explicación, mis sentidos gritaban una sola razón: Nora era un obstáculo para él.
—¿Señora?
—…Por ahora, Alteza, si lo que el médico ha dicho es cierto, lo prioritario es descubrir lo antes posible quién posee un veneno tan terrible y anda suelto por este palacio.
Aunque le pedí al caballero Joseph que lo confirmara, no había ninguna posibilidad de que alguno de nuestros guardias hubiera tenido acceso al salón antes del banquete. Era más probable que los guardias locales fueran los responsables. Aunque, si suponíamos que el cardenal Richelieu estaba detrás de todo, eso tampoco tenía sentido.
—Dado que la familia real ha comenzado a enfrentarse abiertamente al poder eclesiástico, es probable que haya personas que estén descontentas, no sólo por razones religiosas, sino porque no les agrada el fortalecimiento del poder real. Seguramente hay alguien en contacto con el Vaticano. ¿No tiene alguna sospecha entre los nobles que asistieron al banquete?
Los brillantes ojos ámbar del joven príncipe, que escuchaba con un aire de prudencia, de repente se volvieron fríos y duros. Fue un cambio sorprendente. El príncipe, que hasta ahora había sido juguetón y despreocupado, había desaparecido, transformándose en un futuro monarca enojado con los traidores.
—No es un asunto que pueda resolverse sólo castigando a los sirvientes.
Y tenía toda la razón.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
Según el médico, la crisis había pasado por ahora. Aun así, no podía apartarme de Nora hasta que volviera a abrir los ojos.
Aparte de enviar una carta a casa usando una paloma mensajera de la corte, pasé dos días completos junto a la cama del joven inconsciente. Durante ese tiempo, la investigación continuó, y Rachel iba y venía para transmitirme lo que escuchaba del príncipe Ali.
—¿Sabes? El príncipe sospecha más de su propio tío que de nadie.
—…Si él lo cree así, debe tener sus razones.
—El príncipe dice que está seguro de que alguien del Vaticano está detrás de esto. ¿Será verdad?
—Es posible, dados los hechos…
—¿Por qué todos los cardenales son así? El papa y todo el clero podrían desaparecer y el mundo sería más pacífico.
Rachel suspiró mientras se acercaba a mí y miraba atentamente el rostro del joven, que seguía dormido como si estuviera muerto.
—…Pensé que algo como un veneno no tendría efecto en alguien como él.
—¿En serio?
—Sí. Parecía que algo así no podría afectarle en absoluto.
Rachel murmuró en voz baja, tocándose una mejilla mientras estudiaba mi expresión.
Tal vez por su fuerte carácter, no parecía ni asustada ni demasiado afectada por haber presenciado a una persona escupir sangre ante sus ojos. Sólo parecía estar absorta en pensamientos que yo no podía discernir.
—Se despertará pronto, ¿verdad?
—…Sí, lo hará. Seguro que lo hará.
—Sería un problema si alguien que podría hacer feliz a mamá muriera.
Casi escupí el agua que estaba a punto de beber. Mientras yo me congelaba en el lugar, Rachel, ajena al significado de sus propias palabras, cambió de tema con total naturalidad.
—Oye, el príncipe dice que planea romper todos los lazos con la Iglesia. Si eso pasa, ¿qué pasará con nuestra relación con este país? ¿Nos llevaríamos mal? ¿No podríamos volver a venir aquí? Me sentiría triste.
—…Si quieres volver, siempre podrás hacerlo.
—¿De verdad? ¿Crees que eso sería posible?
—Por supuesto. Estoy segura de que será así, así que no te preocupes.
Cuando respondí con firmeza, Rachel sonrió ampliamente, me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.
Era la hora de la comida. Dado que yo no me movía de allí, ella estaba feliz de desempeñar el papel de embajadora, compartiendo las comidas a solas con el príncipe.
Por el bien de mi hija, tendré que llevar a cabo los planes que tengo en mente. Aunque, por supuesto, esa no es la única razón…
Me mordí el labio inferior mientras miraba hacia la cama. Aunque hacía calor debido a las noches tropicales, Nora yacía pálido bajo las gruesas mantas. Cuidadosamente, aparté su cabello negro, húmedo por el sudor, de su frente.
En ese estado, parecía más joven de lo habitual. Casi me recordó al niño que había conocido hace tanto tiempo… Parecía una vida pasada.
Si Nora no volviera a abrir los ojos, si se fuera para siempre, ¿qué sería de mí? No podría perdonarme jamás. Porque lo que le había sucedido era, en gran medida, mi culpa.
Metí la mano debajo de las mantas y tomé su mano inerte. Entonces, incliné la cabeza y un suspiro bajo escapó de mis labios.
—…Despierta, Nora. Dijiste que eras mi caballero. ¿Cómo puede un caballero quedarse tendido así…?
Siempre fue así, desde el primer momento que lo conocí en ese callejón hasta ahora, Nora había sido mi caballero. Y aun así, no le había retribuido ni un poco de toda esa bondad.
¿Qué significaba yo para él? ¿Tendría alguna vez la oportunidad de devolverle el favor? ¿Despertaría alguna vez?
A este punto, no podía evitar pensar que Dios me odiaba con una intensidad terrible. ¿O era esto un castigo por no haber sentido ni una pizca de tristeza cuando murió mi padre?
Desde que regresé de entre los muertos, mi camino ha estado empapado de sangre, y no había ninguna garantía de que la sangre de Nora no se sumara a ella. Si Dios me odiaba tanto, ¿por qué, en lugar de enviarme al purgatorio, me permitió regresar al pasado?
¿Por qué tenía que haberte conocido…?
—¿Crees que fue buena idea haberme conocido…?
No hubo respuesta a mi susurrada pregunta. Por supuesto que no.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
Parecía que me había quedado dormida. Cuando desperté sobresaltada, todo a mi alrededor estaba en penumbras. A través de la ventana entreabierta, el cielo extranjero brillaba con innumerables estrellas, como si fueran a derramarse en cualquier momento.
Lentamente levanté la cabeza, pero algo frío en mi mano me hizo detenerme. De repente, me di cuenta de que lo que sostenía era la mano de Nora, y una sensación de pánico me recorrió. Hasta hace poco, esa mano aún tenía un leve calor, pero ahora estaba fría como el hielo.
Mis manos comenzaron a temblar incontrolablemente. Me incliné rápidamente sobre la cama y miré su rostro. No escuchaba ningún sonido, y sus párpados, adornados con largas pestañas, no se movían en absoluto.
El terror paralizó mi cuerpo. ¿Estaba respirando siquiera? ¿Y si, mientras dormía, se había ido para siempre? ¿Qué haría yo entonces?
—Nora, ¿Nora…?
Llorando, lo llamé, pero no hubo respuesta. Naturalmente. Desesperada, aparté las mantas y acerqué mi oído a su pecho musculoso.
Por favor, Dios, por favor, déjame oír los latidos de su corazón… ¡No puedes hacerme esto…! ¡Ni a Nora!
Fue entonces cuando sentí algo acariciando mi cabeza. Al mismo tiempo, un latido de vida retumbó a través de mi cuerpo, como si me envolviera en un mareo. ¿De quién sería ese latido?
Lentamente, muy lentamente, levanté la cabeza… y me encontré con unos ojos azules que brillaban fríamente en la oscuridad.
—Nora… ¡Dios mío, tú…! ¿Estás bien?
—¿Quién es Nora?
Por un momento me quedé congelada, mirando su rostro atónita, hasta que vi el destello travieso en sus ojos azules. Entonces, mis mejillas se sonrojaron de repente.
¡Este maldito…!
—¡¿Te despiertas de la muerte y lo primero que dices es eso?!
—¡Ay, ay, espera! ¡Todavía soy un paciente…!
—Pensé que te habías muerto… Pensé que te habías ido para siempre y estaba… estaba tan… ¡tan…!
Mi voz se quebró y, de repente, me eché a reír. Al mismo tiempo, las lágrimas comenzaron a brotar. Nora, con los ojos muy abiertos, observaba mi desastroso estado. Luego, extendió la mano y la apoyó con cuidado en mi mejilla, ahora empapada de lágrimas.
—Vamos, dame un respiro. Hice todo lo posible para regresar. Casi cruzo el río junto a mis ancestros…
—No es eso… Ah, Nora… Tal vez realmente soy una bruja.
—¿Por qué? ¿Porque tienes el poder de revivir a los muertos?
Su tono burlón, el que conocía desde hace tanto, me hizo reír de nuevo. Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y negué con la cabeza.
—Es solo que… con todo lo que ha pasado, parece que Dios me odia bastante. Si no fuera así, no seguiría castigándote solo por estar a mi lado…
—¿Quién te está castigando?
—Si no me hubieras seguido, esto nunca te habría pasado. Esta no es la primera vez que tu vida ha estado en peligro por mi culpa. No hay nada bueno en estar cerca de mí. Tal vez lo mejor sería que desapareciera para siempre. A veces siento que no merezco ser amada por nadie. Para ser honesta, ni siquiera sé por qué eres tan amable conmigo. ¿Realmente lo merezco?
Tal vez porque casi lo había perdido para siempre, todo lo que había guardado dentro de mí comenzó a salir de golpe, pensamientos que ni siquiera había reconocido hasta ahora.
Quizá habría sido mejor si no hubiera regresado. Quizá habría sido mejor si hubiera muerto sola y nunca hubiera vuelto…
Nora, ahora medio incorporado en la cama, me miraba fijamente. Bajé la cabeza y parpadeé con fuerza para contener el ardor de mis ojos.
—¿Es eso lo que has estado pensando…? ¿Que no lo mereces?
—No lo sé… Desde que murió mi esposo, solo he vivido por mis hijos. Pero si todo esto es un castigo de Dios para que no tenga ambiciones desmedidas…
—Con todo el respeto, pero tu esposo, que en paz descanse, fue alguien que trajo a una niña a su casa como segunda esposa para alimentar su ego distorsionado. Como resultado, perdiste la oportunidad de ser una niña por siempre.
—¿Qué…?
El amargo resentimiento en su voz me dejó sin aliento. Era la primera vez que alguien hablaba así de Johannes frente a mí. Y, curiosamente, en lugar de enojarme, me sentí desconcertada.
—¿Dices que un ego distorsionada…?
—Me refiero a cómo logró que una joven de la edad de su hija no pudiera pensar en nada más que en el honor de la familia y en sus hermanastros. No tengo la intención de insultar el cariño que tienes por ellos, pero, como mencionaste antes, ¿no es acaso que temes el precio que tendrías que pagar si miraras en otra dirección? ¿No te da miedo desear algo solo para ti misma?
—Yo…
—Si no es así, ¿por qué sigues culpándote por mi mala suerte?
Sus palabras eran como una daga que se hundía profundamente en mi pecho. Quise decir que no era cierto, pero sentí como si mi lengua se hubiera pegado al paladar.
Nora me miró durante un buen rato con una mirada oscura y vacilante. Finalmente suspiró y se pasó la mano por el espeso cabello, luego habló con un tono mucho más suave.
—Todo lo que he hecho por ti hasta ahora ha sido porque yo quería hacerlo, porque me hacía feliz. Incluso si pudiera volver a esos momentos, haría las mismas elecciones, y puedo asegurarte que moriría sin un solo arrepentimiento. Pero si todo esto te ha hecho sentir mal contigo misma, lo lamento mucho…
En la tenue penumbra de la habitación, iluminada solo por la luz de las estrellas, sus ojos se encontraron con los míos. A diferencia de antes, ahora su mirada parecía triste, como si estuviera soportando un dolor profundo.
—…Pero, por favor, no vuelvas a preguntarme si vales la pena. Para mí, es imposible medir tu valor.
—…
—¿Cómo puedes decir que no sabes por qué te trato bien? Desde el momento en que te conocí, hasta ahora, amarte ha sido más natural que respirar para mí… Mi única fortuna en la vida ha sido encontrarte… Podría tener el mundo entero, pero si tú no estuvieras en él, no tendría sentido.
En ese instante, algo pequeño dentro de mí se rompió y se derritió. Mi sangre comenzó a fluir más rápido, como si estuviera embriagada, y de repente, una revelación cayó sobre mí, como si una cortina hubiera sido arrancada de mi vista.
Desde que regresé, el mayor cambio en mi vida había sido Nora.
No era algo que mi esposo me hubiera dejado, ni algo que hubiera obtenido a través de otras personas o por alguna conveniencia. Desde el primer momento en que lo conocí, fue la única persona que nunca me vio como un reemplazo de alguien más, ni me encasilló en algún rol. Me veía simplemente por quien soy. Quizás era la única persona que podía llamarse completamente mía, que, pase lo que pase, se quedaría a mi lado mientras viviera, sin esperar nada a cambio. Era alguien que no quería perder bajo ninguna circunstancia, a quien no quería que nadie me arrebatara.
Mi valiente caballero.
—Yo también…
Mientras las palabras fluían de mis labios, finalmente comprendí lo que realmente deseaba. Apenas fue un susurro, pero Nora pareció escucharlo, y una sonrisa se formó en su rostro. De repente, todo se volvió borroso, y mientras lloraba, sonreí y dije:
—Yo también… Yo también siento que no puedo vivir sin ti.
[FIN DEL VOLUMEN 3]
Comments for chapter "103"
MANGA DISCUSSION