⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—…¿Eh? ¡Oh, nuestra querida Madre Shuri! Lo siento, es que mis ojos no funcionan muy bien ahora…
¿Qué diablos había pasado en esas dos semanas? Jeremy apareció con aspecto de un semi-zombi, con la mirada perdida y saludando torpemente antes de desplomarse en las escaleras. Corrí hacia él para sostenerlo. ¡Oh, mi preciado hijo mayor! ¡¿Qué rayos te ha pasado?!
No hace falta decir que mi mirada incrédula se dirigió inmediatamente hacia nuestro fiel mayordomo y los caballeros. Los caballeros intercambiaron miradas incómodas, mientras que Robert reportó con voz llena de angustia:
—Pues, desde hace dos días, antes de que llegara usted, señora, el joven maestro insistió en tener todo el papeleo listo y perfecto antes de su llegada, apresurándose…
—¿Y lo dejaron? ¡Sólo tenían que esperar a que yo llegara para encargarme! ¡Debieron detenerlo!
—Hicimos lo posible por convencerlo de que no era necesario, pero el joven maestro estaba decidido a demostrar que es un heredero responsable, mostrando una fuerte voluntad…
—¡Pffff! ¡Ja, ja, ja, ja!
Nora, que observaba nuestra reunión familiar con los brazos cruzados junto a la carreta, no pudo evitar soltar una carcajada mientras se sujetaba el vientre.
Jeremy, que hasta ese momento había estado murmurando incoherencias con la cabeza apoyada en mi hombro, levantó la cabeza de golpe ante las familiares risas de su amigo. Sus ojos verdes, antes apagados y vidriosos, de repente brillaron con una chispa de conciencia.
—Esas risas… parecen las de ese amigo tonto mío, ¿verdad? ¿El que casi muere en tierras extranjeras por un veneno y volvió todo mareado, ese perro patán?
—¿Y tú qué? ¿Un gatito miserable que se mató haciendo papeleo de último minuto para que mamá no lo regañe?
—…Shuri, ese maldito me está molestando.
Lo cierto es que, aunque Jeremy no estuviera medio dormido, su conversación con Nora no habría sido muy diferente. Suspiré y me volví hacia Nora.
—Nora.
Nora, que había estado mirando con desaprobación a Jeremy, dirigió su mirada hacia mí y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa.
—Es hora de que te vayas a casa. Tus padres deben estar esperándote con ansias.
—No es una escena que quiera imaginarme. Sólo pensar en ello ya me quita el sueño —respondió en voz baja mientras se ponía el sombrero que había sostenido antes y sonreía de lado.
De repente, sentí el impulso de rodear sus amplios hombros con mis brazos y besarle la mejilla. Pero no era el momento ni el lugar adecuado. Todavía no…
—¡Vete, vete! ¡El perrito tonto tiene que volver a su cueva de lobos! Yo me iré a dormir en los brazos de mi encantadora madre.
La voz retumbante de Jeremy, que había estado medio dormido, interrumpió mis pensamientos de forma abrupta. Nora, que había estado sonriendo con ternura, se quedó helado, y yo me quedé completamente desconcertada. ¿Por qué demonios estaba mi hijo diciendo esas cosas tan extrañas de repente?
¡Zas!
—¡Ay! ¿Por qué me golpeaste?
—¡Deja de decir tonterías y levántate! ¡Pareces un cadáver! ¡Hasta los antepasados te van a invitar a hacerles compañía! ¡¿Qué demonios te pasó?! ¡Te lo advertí! ¿Por qué te pones a hacer cosas que no te tocan…?
—Buaaaah, uno trata de ser buen hijo y sólo recibe sermones que hacen que el cerebro se derrita…
—Está bien, lo siento, no llores.
Quizás era porque había estado despierto durante dos días, o porque no nos habíamos visto en dos semanas, pero Jeremy parecía más bromista de lo habitual. Sigue siendo un niño grande…
—Mamá, ¿trajiste esos libros para mí, verdad? Todos esos son mi regalo, ¿no?
—¡Ja! ¿Hay alguien más en esta casa que disfrute mirando trozos de papel además de ti, pequeño enano?
—¡Mamá! ¡El hermano menor me está molestando otra vez!
—¿Qué he hecho ahora?
—¡Por favor, cálmense todos! ¡Es una vergüenza! ¡Tenemos visitas!
—¿Acaso no es uno de los valores de nuestra familia no preocuparnos por lo que digan los demás?
—¡No es un extraño!
—¡Wow! ¿Qué pasa, Rachel? ¿Te has hecho hermanita de ese tipo moreno o qué?
—¡Hermana, sería!
En medio del alboroto de los ‘cachorros de león’, me volví una última vez para ver a Nora. Con una sonrisa extraña en el rostro, él observaba la escena mientras se subía con agilidad a su carreta. Le devolví el gesto antes de entrar en casa con los niños.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
Una ligera lluvia caía desde temprano en la mañana. Las suaves gotas golpeando la ventana de la biblioteca sonaban como una alegre melodía de vals.
Jeremy, después de dos días de descanso, había vuelto a su estado normal, hojeando un libro titulado <El Debate>. Parecía profundamente interesado en su lectura, algo raro para él, que nunca había sido muy aficionado a los libros. Después de un rato, finalmente abrió la boca y lo único que dijo fue:
—No tendré que memorizar todo esto, ¿verdad?
—…No, sólo te lo di para que te familiarices con el contenido.
—Uf, qué alivio. Siento que mis ojos van a explotar ya.
—No necesitas memorizarlo todo. Haremos copias y las distribuiremos. Y, por cierto, ¿por qué dices que eres un tonto? No es algo de lo que puedas estar orgulloso.
—Pero si soy un hombre tan perfecto, debo tener al menos un defecto para parecer más humano, ¿no?
Su elocuencia no tiene fin. Le lancé una mirada fulminante, y él bajó sus ojos verdes mientras se reía nerviosamente. ¿Será posible?
—Así que este es el libro que está siendo todo un éxito en ese país insular bajo el sol abrasador, ¿verdad? Bueno, sin duda, si esto se distribuye en nuestro país, el Vaticano va a volverse loco.
—Sí, es probable. Habrá mucha resistencia y oposición. Las cosas podrían volverse caóticas.
—Pero aun así, no es que estemos completamente sin oportunidades. No estamos proponiendo reemplazar por completo la religión; oficialmente, solo es un movimiento de reforma de la orden. Además, si algo sale mal, tenemos un poderoso aliado en la marina safávida. Y tienes razón, es obvio que ese veneno letal, el ‘Kanta’ o como se llame, está vinculado con el Vaticano. Nora casi muere por eso, y su padre no se va a quedar de brazos cruzados.
Sonreí mientras lo miraba a los ojos.
—¿Tú también piensas eso?
—Puede que no sea bueno para muchas cosas, pero en lo que a intuición se refiere, soy el mejor. Tan pronto como escuché que habían intentado envenenar a Nora, supe que algo iba mal. Ese hombre tan estricto, ¿te imaginas? Sostuvo una carta al revés e intentó leerla, y casi se choca contra una puerta…
—Vaya, debe haber sido una escena espectacular.
—Sí, algo que podría ser útil en el futuro. Pero bueno, podría haberlo hecho mejor desde el principio.
Tenía razón. Suspiré levemente mientras miraba por la ventana hacia el patio lluvioso. Luego me di cuenta de que unos ojos verde oscuro me observaban en silencio, lo que me hizo inclinar la cabeza.
—¿Por qué me miras así?
—…Nada, solo pensé que algún día podrías ser arrebatada por algún tipo con mucha suerte.
Me ruboricé de inmediato, sorprendida por lo certero de su comentario.
—¿De qué estás hablando ahora?
—Bueno, ahora que lo pienso, Rachel llevaba un collar de perlas que nunca había visto antes, y parecía estar en otro mundo. Ah, siento que mis damas me van a abandonar algún día.
Me reí al verlo quejarse y fingir llorar. Al mismo tiempo, me preguntaba cómo debería contarle a este chico lo que sucedía entre Nora y yo. Aunque Jeremy ya me había dicho algo sobre esto, sabía que no sería fácil aceptarlo. Además, él es amigo de Nora, así que probablemente deba hablar con él primero y decidir juntos. Sí, lo correcto sería que lo dijéramos los dos.
—¿Por qué te abandonarían? ¡Solo no te desentiendas de tu madrastra gruñona después de casarte!
—¡Por favor, no seas tan dura conmigo! ¿Dónde encontrarás un hijo más devoto que yo? Si acaso, será Elías quien lo haga.
—Por cierto, ¿tu hermano sigue comportándose como un Casanova?
—¿Puedes creer que varias damas se me acercaron para confesarme su amor mientras no estabas, y ese chico las alejó a todas?
—¿Por qué hace eso?
—Debe pensar que es un verdadero león o algo así.
Suspiramos al unísono, compartiendo una sonrisa antes de retomar el tema principal.
—Si distribuimos los folletos a través de los gremios mercantiles asociados a nuestra familia, se esparcirán por todo el país en un abrir y cerrar de ojos. Ahora es crucial atraer a los nobles. En ese proceso, podrías lograr que tus parientes lejanos, quienes han estado distanciados y resentidos, se unan temporalmente. Aunque también es posible que algunos de ellos terminen apoyando a la iglesia… ¿Qué piensas?
—El enemigo de mi enemigo es mi amigo, ¿no? Al final, estrechar la mano y luego traicionarse, para volver a estrecharla, es una tradición noble. Estas personas son conocidas por su codicia, así que dudo que desperdicien la oportunidad de tener algo de poder. Aunque, por supuesto, no podemos confiar en ellos por completo.
—Si los nobles empiezan a moverse en bloque, la corte real también se verá obligada a intervenir de alguna manera. No sabemos cómo terminará, así que deberíamos convocar a los caballeros de nuestras tierras a la capital. Te encargo la tarea de reclutar caballeros ajenos a la familia. Tú y tus amigos tienen buena reputación entre ellos.
—¿Buena reputación? ¡Qué palabras tan injustas! Todos están ansiosos por pasar tiempo conmigo. ¿No ves lo popular que soy?
—Sí, claro. De todos modos, ya es casi la hora. Tengo que ir a la casa del Duque. ¿Qué harás?
—Iré contigo. No tengo nada que hacer hasta el almuerzo.
Así, nos dirigimos juntos, como una buena pareja, hacia la casa del Duque de Nuremberg, a la que habíamos avisado con anticipación.
⊱─━━━━⊱༻●༺⊰━━━━─⊰
—Bienvenida, Lady Neuschwanstein. Me alegra que haya regresado sin problemas.
—Lady Nuremberg, ¿cómo ha estado?
La lluvia suave que caía desde el amanecer se había convertido en un aguacero cuando llegamos a la residencia del Duque.
Mientras yo intercambiaba amables saludos con la Duquesa y le entregaba los regalos que había traído de Safavid, Jeremy y Nora empezaron a molestarse mutuamente tan pronto como se vieron, riendo y recordando su ruda despedida de la noche anterior. Nunca entenderé la amistad de esos dos.
—Me dijeron que cuidaste a nuestro Nora con mucho esmero mientras enfrentaba esa situación tan difícil.
—Ahaha… era lo correcto.
—Adelante, entren. Mi esposo las espera en el salón.
La amable Duquesa, que podría haber guardado rencor debido a los problemas que su hijo había enfrentado dos veces por mi culpa, me recibió con una cálida sonrisa. Me sentí muy agradecida por ello.
Mientras dejaba a los dos traviesos jugando entre ellos, seguí a la Duquesa hasta un salón de estilo clásico, y me sorprendí al llegar.
—¿Duque…?
—…Oh, Lady Neuschwanstein.
Incluso si me hubiera puesto a agitar la mano en el aire de manera extraña, dudo que alguien me hubiera acusado de ser grosera.
Comments for chapter "108"
MANGA DISCUSSION