⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
El antiguo consejo, que estaba compuesto por cardenales y nobles, también desapareció, y fue reemplazado por un concilio formado únicamente por las principales familias nobles que lideraron la reforma.
Mientras los pocos grandes nobles que desmantelaron la autoridad eclesiástica se repartían el poder, y nuevas costumbres, que separaban la religión de la vida cotidiana, se asentaban, los cambios ocurrían rápidamente.
A medida que la religión perdía su influencia, se produjo una combinación de una mayor libertad y la dificultad de mantener el control en el país. En este contexto, los jóvenes más astutos empezaron a mirar hacia el extranjero, y florecieron negocios de comercio con países que antes no podían visitar, por miedo a ser marcados como herejes.
Además, debido a la caída de algunas familias y la decadencia de otras, surgió una nueva clase burguesa que empezó a ascender entre una nobleza que se había vuelto mucho más flexible en comparación con el pasado.
Como resultado, la familia imperial logró finalmente plasmar el escenario que siempre había considerado ideal: colocar a Neuschwanstein y Nuremberg como los dos pilares al lado del príncipe heredero. En ese aspecto, Retlan, el nuevo príncipe heredero, superaba a su medio hermano. Aunque era inevitable que, independientemente de quién fuera el próximo príncipe, acabaría siendo un Emperador títere.
Se había llegado a la época de los dos grandes linajes: la era del león y el lobo. Aunque el periodo estaba lleno de tensiones y era probable que derivara en una feroz lucha por el poder entre las dos casas, irónicamente, fue la existencia de una mujer la que puso fin a las rivalidades y selló una alianza de sangre.
Si ella no hubiera existido, es posible que nada de esto hubiera sucedido. Así que, de alguna manera, la situación actual era fruto de sus acciones. Aunque ella lo negaría sin duda.
—No es que yo haya ganado.
—¿Qué?
—No se trata de ganar o perder, majestad. Pensé que para ahora ya lo habría comprendido.
El Emperador guardó silencio por un momento. Sus ojos, envejecidos, contemplaron el rostro de su viejo amigo, con una expresión de tristeza y arrepentimiento.
—…Ya no hay nada que yo pueda hacer. Todo ahora recae en los hombros de nuestros hijos.
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—¿Sabes cuál es la jerarquía de poder en nuestro imperio? Nuestra querida señora ocupa el primer lugar, Neuschwanstein el segundo, y Nuremberg apenas el tercero.
—Esa es una declaración absurda. Pronto será nuestra señora, así que Nuremberg será el segundo. Por lo tanto, ustedes no son más que las garras torpes de un tercero.
—¿Y quién te ha dado permiso para llamarla ‘tu señora’? ¡Nuestra señora siempre será nuestra señora!
—¡Esos tiempos gloriosos se acabaron, estúpidos chacales! Ni siquiera sabían quién era su líder…
—¡Maldita sea, ¿por qué tienes que sacar eso a colación ahora?!
Los preparativos para el desfile conjunto de los caballeros de Neuschwanstein y Nuremberg se estaban llevando a cabo en el patio de armas del palacio. La confusión y el malestar entre los guardias reales eran evidentes, ya que el ensayo estaba siendo más caótico de lo esperado. No era de extrañar, considerando que se había reunido a dos órdenes de caballeros que siempre habían estado ansiosas por derrotarse mutuamente.
Para empeorar las cosas, los líderes que deberían haber estado mediando y organizando a sus hombres no estaban haciendo nada, simplemente ignoraban el conflicto.
—¡Vamos, dime si eso tiene sentido! ¡Es increíblemente descarado exigir a alguien que entregue a su hermana de esa manera!
—…
—¡Y para colmo, Rachel también estuvo de su lado!
—Debe haber sido una escena entretenida.
—¡¿Te parece que debería estar indignado o no?!
—Si estabas tan enojado, ¿por qué no le diste una paliza? Como me hiciste a mí.
—¿De qué hablas? Como futuro líder de Neuschwanstein, no podía cometer una ofensa diplomática tan grave.
A pesar de que no llegó a golpearlo, Jeremy fue lo suficientemente descarado como para ‘bailar con espadas’ como si fuera a matarlo en ese momento. En lugar de criticar a su amigo, Nora simplemente chasqueó la lengua y trató de ofrecer una perspectiva más positiva.
—No es tan malo, ¿verdad? Si tu hermana se convierte en la reina de Safavid, sería beneficioso para tu familia a largo plazo. Además, está claro que tu hermana también está enamorada del príncipe.
—Eso sí es cierto, ¡pero aun así!
—Seamos sinceros, ¿no estarás desahogando tu ira con ese joven príncipe en lugar de conmigo?
Como era de esperar, Jeremy hizo una mueca inmediatamente. No era un gesto particularmente agradable, así que Nora desvió la mirada hacia los cerezos en flor que coloreaban el patio de rosa antes de continuar.
—Ambos sabemos que es un matrimonio ideal, así que, ¿por qué estás tan molesto?
—¡Maldita sea! Aunque lo acepte, ¡eso no quita que siga enfurecido! ¡Y Rachel solo apoyándolo!
—Al menos no está protegiendo a una chica del enemigo, como tu descarado hermano pequeño.
Al mencionar a la hija del Duque Heinrich, Jeremy frunció el ceño, pero rápidamente se encogió de hombros y sonrió con ironía. Técnicamente, ella ya no era parte de una familia enemiga, ya que el linaje Heinrich había caído tanto que incluso el título de ‘familia enemiga’ parecía exagerado.
Durante la invasión de Sacrosanto, el Duque Heinrich, que había sido miembro del consejo y uno de los principales líderes reformistas, se alió con algunas ramas de la familia Neuschwanstein y la iglesia para intentar asesinar a Shuri, algo que todo el mundo conocía ahora.
Aquellos que participaron en la traición pagaron con la confiscación de sus tierras, la pérdida de sus títulos y, en muchos casos, una ejecución pública.
La única razón por la que la hija del Duque Heinrich sobrevivió a esa catástrofe fue porque ella misma reveló la traición de su padre, lo que permitió a su familia evitar un destino aún peor. Aunque hubo una leve posibilidad de que el Duque Heinrich fuera perdonado, al final, el lado de Nuremberg fue tan implacable que el Duque también acabó en el patíbulo, a pesar de que Neuschwanstein estaba dispuesto a mostrarle misericordia.
—¿Que una familia enemiga? Hablemos claro, fuiste tú quien la destrozó tanto que ni siquiera puede ser nuestra enemiga.
—Y tú también destrozaste a tus parientes, excepto a uno. ¿Quién era? Ah, sí, el que en el baile de máscaras nos detuvo llorando a mares.
—Ah, mi tío mayor. Honestamente, me sorprendió que realmente no supiera nada. ¿Quién hubiera dicho que tenía algo de lealtad?
—Más que lealtad, era conveniencia. Por eso me sorprende más tu maldito hermano menor.
—Bueno, indirectamente fue gracias a esa mujer que salvó a nuestra querida madre Shuri. Por muy malcriado que sea, hasta él debería tener algo de honor. Al menos no ha dicho que se quiere casar con ella… como otros.
O’Hara, cuyo padre había sido ejecutado y su familia destrozada, habría caído en la miseria si no fuera por la protección de Elias, tal como lo había señalado Nora. Todos estaban sorprendidos por el extraño sentido del honor de Elias, aunque le gustaba atribuirse todo el mérito.
—¿Y tú? Con tu caballerosidad, ¿qué harás ahora?
Nora lo preguntó con un evidente tono de burla, y Jeremy desvió la mirada para observar los cerezos en flor, murmurando entre dientes.
—Tal vez debería seguir la moda e ir a buscar el Nuevo Mundo. Y allí conoceré a una guerrera extranjera increíblemente apasionada. ¿Qué te parece?
—No le causes disgustos a tu madre si terminas siendo tomado como rehén por esa guerrera.
—¡Ah, maldita sea, siempre tienes que pincharme!
—Vaya, ustedes dos siguen igual.
De repente, una voz familiar pero para nada bienvenida los interrumpió. Ambos caballeros detuvieron su intercambio intrascendente y se quedaron congelados.
—Cuánto tiempo ha pasado. No parece que hayan cambiado mucho. Aunque si hubieran cambiado, también sería sorprendente…
Instintivamente, Jeremy agarró el hombro de su amigo con rapidez, luego dio un paso adelante y habló en su habitual tono sarcástico.
—Cuánto tiempo, su alteza destronada. ¿Qué lo trae por aquí?
—¿Hay algo malo en que vuelva a mi hogar?
—Bueno, por lo que veo, parece que el clima de Nueva no le ha sentado bien. ¿Acaso los burócratas de allá conspiraron para dejarlo de lado?
Jeremy, con énfasis en la palabra ‘destronado’ y en tono burlón, provocó una ligera reacción en Theobald, el príncipe destronado, que había regresado a casa tras tres largos años. Pero pronto volvió a mostrar su característico aire relajado.
—Solo quería saludarlos, pero veo que no son tan receptivos.
—¿Cómo que no? Estoy muy contento de verlo.
—Por cierto, me encontré con el príncipe Ali Pasha más adelante. Me dijo que está en medio de negociaciones matrimoniales con tu hermana. Felicidades.
Las palabras de Theobald, dichas con un tono indiferente, hicieron que la sonrisa socarrona de Jeremy se congelara instantáneamente. Sin embargo, Theobald simplemente desvió su atención hacia Nora, quien lo observaba con una expresión estoica.
—Parece que también te llegará pronto. Ya es primavera en la capital.
—……
—Al final, el verdadero ganador de nosotros eres tú. Después de todo, tu familia siempre ha sido la ganadora, ¿no es así? Tal vez no estudié lo suficiente de historia y por eso me encuentro en esta situación.
Nora no dijo nada. Aunque su expresión fría se había torcido ligeramente, como si hubiera visto algo insoportable, no dijo una palabra.
—Bueno, que les vaya bien. Si el destino lo permite, nos volveremos a ver.
Después de dejar ese inesperado saludo, Theobald se fue, dejando un momento de silencio incómodo entre los dos amigos. Fue Jeremy quien rompió el hielo mientras miraba la espalda del príncipe destronado con la misma expresión de disgusto que Nora.
—Su carácter no ha cambiado en absoluto…
—¿Qué demonios hace aquí, en este momento?
—Tal vez solo está de paso. No creo que tenga las agallas de quedarse en el palacio mientras tu padre lo vigila de cerca.
—¿Y qué tiene que ver mi padre?
—Bueno, para ser justos, tu padre tuvo mucho que ver en que lo exiliaran a Nueva. O más bien, tú tuviste mucho que ver. ¿No dijiste que no querías volver a tratar con él?
Nora decidió no responder a la evidente provocación de Jeremy. En cambio, levantó la mano y le dio un golpe en la frente con el dedo.
¡Plaf!
—¡Ay! ¿Qué demonios, loco?
—Es que me pareció que estabas siendo demasiado insolente para alguien que va a ser tu papá.
—¿Papá? ¿Quién va a ser papá? ¡Y nací tres meses antes que tú!
—La edad no importa en la jerarquía.
—¡Mira a este descarado! No dejaré que te cases con nuestra Shuri. No permitiré que un desequilibrado como tú la lleve al altar.
—¿Por qué necesitaría tu permiso para proponerle matrimonio a mi hermana? Solo necesito el de ella.
—¡Maldito perro…!
Ese día, Jeremy gritó y maldijo mucho, casi como si fuera un dragón legendario.
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