⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
La conversación que la Condesa de Hattenstein nos contó a Nora y a mí parecía similar a lo que nos había dicho antes, pero con diferencias bastante marcadas.
—…Aunque no tenía muchas ganas, no quería arruinar el ambiente, así que dije que estaba bien. Pero cuando lo probé, simplemente no me gustó y me quejé un poco. ¿No puedo hacer eso? ¡¿Era necesario que él se molestara tanto?!
—El Conde se pasó un poco.
—¿Verdad? Ugh, era una cosa tan insignificante, pero me sentí tan herida y enfadada que, para calmarme, salí a tomar aire. ¡Y ni siquiera se molestó en buscarme, ni siquiera después de varias horas! Al final, regresé agotada a nuestra habitación, ¡y encima se enfada conmigo!
—Vaya…
—Claro, fue un error mío irme sin decir nada, pero aún así, si tu esposa embarazada desaparece, ¿no deberías intentar encontrarla?
—Tienes toda la razón.
—Uf, estaba tan molesta que desde la mañana hasta ahora no le he dirigido ni una palabra.
Después de soltar todas esas quejas, parecía un poco más relajada, aunque seguía agitada, y me miró directamente.
—¿Y tú? ¿Por qué pelearon?
—¿Eh? Ah, yo…
Intenté explicar que no habíamos peleado, pero parecía que eso solo echaría más leña al fuego. Así que mientras entrelazábamos nuestros brazos y caminábamos lentamente, comencé a balbucear alguna excusa.
—Bueno, ya sabes… algo parecido. Cosas de siempre, supongo.
—Uff, es un poco vergonzoso decirlo, pero es un alivio saber que no soy la única. ¡Este viaje de luna de miel ha sido cualquier cosa menos divertido!
Pobre mujer, realmente. Parece que el dicho sobre las peleas en los viajes de luna de miel es cierto.
—Tenía tantas ganas de disfrutar antes de que mi cuerpo se vuelva más pesado, pero si esto sigue así…
—Jaja, aún queda mucho por delante. Tampoco te exijas demasiado…
—Tienes razón. Uf, y pensar que apenas estamos empezando, y yo ya estoy planeando cuántos hijos tendremos. ¿Cuántos tienes en mente?
¿Por qué de repente me está preguntando esto?
Con una sonrisa algo forzada, intenté imaginarme a mí y a Nora con un bebé. Al pensar en un niño que se pareciera a ambos, no pude evitar sentir que mi corazón latía más rápido.
—Bueno, yo…
—¡Mira eso!
—¡Oh, son valientes!
El alboroto a nuestro alrededor interrumpió mi respuesta. Una multitud de personas pasó corriendo a nuestro lado, dirigiéndose hacia algún lugar.
Hattenstein y yo nos detuvimos y miramos a nuestro alrededor, confundidas.
—¿Qué está pasando por allí?
—Parece que algo interesante. ¿Vamos a ver?
Dicen que en los destinos turísticos, el espectáculo es lo más importante. El lugar donde estábamos caminando estaba cerca de la playa, así que nos dirigimos hacia allí con pasos rápidos, y lo que vimos fue la alta torre que se levantaba justo frente a los resorts. Esa torre se veía claramente desde el balcón de nuestro alojamiento. Y en la cima de la torre…
—¿M-Milady?
Uno de los caballeros que nos seguía nos llamó con una voz que sonaba ridículamente nerviosa. Pero yo no podía contestarle. Y seguramente, Hattenstein tampoco, porque…
—¡¿Kyle?! ¿Qué haces ahí arriba?
En la cima de la elegante torre, había una enorme estatua de una ballena, majestuosa. Y sobre el lomo de la ballena, igualmente majestuosos, estaban…
—¡N-Nora! ¿Qué haces ahí arriba?
Nuestros respectivos maridos. ¡Dios mío!
Mientras Hattenstein y yo estábamos literalmente sumidas en el asombro y el terror, Kyle, sin la más mínima vergüenza, nos echó un vistazo, levantó algo en la mano y nos gritó desde lejos.
—¡Dijiste que querías ver los fuegos artificiales de cerca, ¿no?! ¡Este lugar es perfecto!
—¡Olvídate de los fuegos artificiales y baja ahora mismo! ¿Cómo terminaste involucrando al Duque?
—Bueno, buscaba a alguien que me ayudara y, bueno…
—¡Nora! ¡¿Qué estás haciendo ahí arriba?! ¡Baja inmediatamente! ¡Es peligroso!
—¡Oye, hermana! ¡¿Quieres subir también?! ¡La vista es increíble!
¡¿Se volvió loco?! ¡¿Qué demonios está haciendo como un niño?! ¡¿Y si se cae?!
—¡Kyle, baja ya! ¡Te lo digo en serio!
—¡Nora, baja ahora mismo! ¡Si te caes, será un desastre!
—¡Wow, mira a esas personas!
—Impresionante, ¿subimos también?
Mientras Hattenstein y yo estábamos a punto de perder la cordura, la multitud a nuestro alrededor simplemente disfrutaba del espectáculo, aplaudiendo y vitoreando.
¡Esto me va a volver loca!
Al igual que yo, Hattenstein estaba claramente furiosa, y su cara empezaba a ponerse roja de la ira.
—¡Kyle! ¡Ten un poco de vergüenza! ¿Qué pensarán las personas de ti?
—¡Pensarán que soy un esposo locamente enamorado!
—¡Kyle! ¡¿Estás haciendo esto para vengarte de mí?!
—¡¿Venganza?! ¡Solo quería cumplir tu deseo! ¡Qué injusta eres!
—¡Injusta o no, baja de ahí inmediatamente!
—¡Ja ja ja, están tan enamorados! Yo también en mis tiempos…
—¡Tú quédate callado!
Dios mío, ¿qué está pasando aquí?
Me agarré la cabeza, volviéndola un desastre, antes de girarme hacia nuestros caballeros, que estaban riéndose tontamente mientras miraban hacia arriba. Al verme, se enderezaron de inmediato y se pusieron serios.
—¡Milady!
—¿Pueden hacer algo para bajar a esos… no sé, a esos dos de ahí arriba?
—¿Perdón? Ah, sí, claro. Hum. ¡Mi señor! ¡Ese lugar es peligroso, por favor, bajad de inmediato!
Uno de los caballeros gritó torpemente hacia Nora, quien respondió con calma. Levantó una mano y exclamó:
—¡No escucho a caballeros más débiles que yo!
—…Eso dijo, mi señora.
—¡Aaaah! ¿¡Nora, en serio vas a seguir con esto?!
—¡Te digo que la vista desde aquí es increíble!
—¡Olvídate de la vista! ¿Y si te caes? ¿Qué voy a hacer yo? ¿¡Quieres dejarme viuda!? ¡Una vez podría tolerarlo, pero dos no! ¡No lo soportaría!
Sorprendentemente, ese comentario surtió efecto de inmediato. Nora, quien estaba de pie, riéndose despreocupada sin intención de bajar, de repente se agachó, agarró la parte extendida de la aleta de la ballena y saltó hacia abajo.
Se escucharon gritos cortos entre la multitud. Yo también me tapé la boca, gritando, hasta que aterrizó de manera segura sobre los bloques de piedra escalonados.
Nora bajó con calma, pero Kyle, ajeno a cualquier sentido del decoro, seguía sin reaccionar.
—¡No voy a bajar! Una vez que desenvainas una espada, tienes que cortar algo, aunque sea un nabo…
—¡Kyyyyyyyyyle!
—¡Está bien, está bien! ¡Si dices que me amas, bajaré!
—¿¡Qué, qué has dicho?!
—¡Si dices que me amas, bajaré!
Esto es desesperante. La gente, que antes estaba animada, ahora gritaba enloquecida, incluso golpeando el suelo con los pies en señal de apoyo. Miré a Halen, sintiendo un profundo sentido de empatía y lástima por él. ¡Dios mío, estos idiotas! ¡¿Dónde quedó el decoro de la nobleza?!
—¡Te amo!
—¿¡Qué has dicho?! ¡No te escucho bien…!
—¡Te amooooo, maldito imbécil! ¡Baja de una vez!
Y así, el descarado Kyle finalmente bajó sin oponer resistencia desde la cima de esa temible torre.
De verdad, hacer algo tan imprudente solo porque tuvieron una pelea… ¿Cuántos años tienen?
—¡Lo hiciste a propósito! ¡Lo hiciste solo para vengarte de lo que pasó ayer, ¿verdad?! ¡Maldito canalla!
—¡Aaaah! No, dijiste que querías ver los fuegos artificiales, ¡solo estaba tratando de que te relajaras mientras disfrutabas la vista! ¡Era matar dos pájaros de un tiro…! ¡Aaaah, eso duele!
—¿¡Matar dos pájaros de un tiro!? ¡¿Matar dos pájaros de un tiro?! ¡Hoy te voy a dar una buena lección, desgraciado!
Finalmente, los dos esposos irresponsables regresaron al resort con el rabo entre las piernas, después de recibir una buena dosis de palmadas en la espalda. Bueno, en realidad fueron arrastrados. Y aunque seguían susurrando entre ellos, cuando los miré de reojo con los ojos entrecerrados, se callaron enseguida.
—Buen trabajo, señora Von Hattenstein.
—Tú también, señora de Nuremberg. Esto ha sido… ¡qué humillación!
—¡Aaah! ¡Mis orejas! ¡No, mis orejas! ¡Te juro que mis intenciones eran puras…!
El patético intento de Kyle de justificarse pronto quedó sepultado bajo el fuerte sonido de la puerta cerrándose bruscamente.
Tsk, tsk, tsk.
—¡Hermana!
—……
—¡Hermanaaa!
—¡No me hables!
—¡Hermanaaa!
¿De verdad va a intentar ganarme con mimos? Me di vuelta de golpe, fulminándolo con la mirada, y él, con sus ojos azules brillando traviesamente, levantó ambas manos en señal de rendición. ¡Qué descaro!
—Entonces, ¿por qué subiste allí? ¡¿Sabes lo preocupada que estuve?! ¡Parecías un niño en plena adolescencia!
—Bueno, es que… fue por una apuesta.
—¿¡Una apuesta?! ¿¡Qué clase de apuesta era tan importante!?
—Eh… una bastante seria, para ser honesto.
—¿¡Qué tipo de apuesta sería esa?!
—Pero, ¿qué estabas haciendo tú con esa señora?
—¿Qué? ¡Pues solo estaba de compras y nos encontramos…! ¡No intentes cambiar de tema!
—Vaya, no funciona.
—¡Noraaa!
—Está bien, lo siento, lo siento. Lo siento de verdad. No volverá a ocurrir.
Oh, claro, qué promesa tan convincente. Con una expresión enojada y mis ojos todavía clavados en él, Nora se rascó la cabeza y miró a su alrededor antes de intentar cambiar de tema nuevamente.
—¿Pero qué es todo esto que has comprado?
—…Sí, buena pregunta.
Aunque sentía que estaba cayendo en su trampa, la verdad es que sí había comprado muchas cosas. Ahora que las miraba, todo lo que había adquirido durante la tarde era realmente abrumador. Parecía que lo había comprado todo sin pensarlo. Grrr, ¡este comportamiento impulsivo no es típico de mí!
—¿Y tú qué hiciste antes de tu tonta escalada a la torre?
—Ah, bueno, compré algunos regalos para esos molestos gatos…
—…¿Qué? ¿Compraste regalos para los chicos? ¿De verdad?
—Sí. ¿Por qué te sorprende tanto?
—No, no es que me sorprenda… ¿Qué les compraste?
A diferencia de mí, que estaba boquiabierta, Nora parecía pensar que mi reacción era completamente innecesaria.
—Ah, nada especial. Solo unas dagas y un par de plumas estilográficas nuevas. Quizás se quejen al recibirlos, pero bueno.
¡Nada especial, dice! Puede que para Nora no sea gran cosa, pero para mí lo era.
Quizás Nora y Jeremy eran amigos, y para ellos esto no significaba mucho, pero el hecho de que mi esposo se haya preocupado lo suficiente como para comprar regalos para mis hijos me parecía algo significativo y conmovedor.
Comments for chapter "138"
MANGA DISCUSSION