⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—¿Cómo puede ser tan parecido, incluso si alguien fingiera ser yo? El dueño del taller me miró con tanta seguridad… Me miró con unos ojos terriblemente tristes y me clavó la mirada, ¿y ahora dicen que fue un error? ¿Dónde hay un caballero en el ducado que se parezca tanto a mí?
—Podría haber estado haciéndose pasar por un caballero. Hay muchos bastardos que usan nombres de nobles como si fueran propios, ¿no? Además, era de noche. Si alguien tiene una complexión y color de cabello similares, es fácil confundirlos.
A pesar de los esfuerzos de Nora por persuadirlo con amistad y lágrimas, Jeremy solo sacudió la cabeza. Finalmente, Elias intervino.
—Hermano, aunque realmente hubiera sido tú, en ese momento no estabas en tu sano juicio. Lo que quiero decir es…
—Estar borracho no es una excusa.
—Bueno… eso es cierto, pero de todos modos, ¡no creo que hayas hecho algo así!
—No, yo… Yo lo hice. Hice algo tan horrible… Dicen que estuve con esos locos, atormentando a esas pobres personas y llevándome a los niños…
La desesperación y el miedo llenaron sus ojos verdes de lágrimas. Elias y Nora solo pudieron mirarlo sin palabras. En el siguiente instante, la mano de Jeremy se aferró con fuerza al brazo de Nora. Fue un gesto tan desesperado que él ni siquiera pudo reaccionar.
—Al final, parece que no soy diferente de mi padre.
—Hey… Tú…
—De alguna manera, es mejor así. Al menos ahora lo sé. No soy alguien digno de casarse con Diane. Debería vivir solo por el resto de mi vida.
—¿De qué estás hablando ahora? ¿Por qué sacas a nuestro padre en esto? ¿Qué hizo él?
Elias, desconcertado, no recibió respuesta. Nora reprimió con dificultad el impulso de abofetear con todas sus fuerzas la cara llorosa de Jeremy y habló con la mayor calma posible.
—¿Vas a seguir así? Aún no hay pruebas de nada y ya quieres enterrarte solo. Nosotros te conocemos, yo te conozco. ¿Cómo puedes decir esas cosas?
—¡Pero podría haber sido yo! Incluso si estoy seguro de que no lo hice y todos me creen, ¿qué pasa si no es verdad? ¿Y si tengo alguna enfermedad mental hereditaria que se activa cuando bebo? ¿Y si fue por eso?
—Por borracho que estuvieras, no puedes convertirte en otra persona. ¿Lo entiendes? Todos hicimos estupideces anoche, pero fueron estupideces propias de nosotros. El Jeremy que yo conozco, el hijo de mi esposa, nunca haría algo así.
Ante la firme declaración de Nora, llena de una convicción inexplicable, Jeremy por fin pareció recuperar un poco de enfoque.
—¿De verdad lo crees?
—Por supuesto. En lugar de hundirte solo, deberías estar pensando en cómo probar tu inocencia. Si sigues con ese comportamiento, mejor olvídate de todo. No puedo dejar la casa principal en manos de alguien tan débil.
Fue en ese momento cuando una voz interrumpió.
—Mi señor, su tercer hijo ha venido a visitarlo.
En la caótica sala de recepción, el mayordomo hizo su reporte con voz tranquila, y el rostro de Nora se ensombreció de inmediato.
—¿Mi tercero qué?
N/Nue: Ya ríndete mi amor, tienes muchos hijos JAJJAJAJ.
—Su excelencia, si tiene un momento… ¿Qué? ¿Por qué están aquí mis hermanos?
Siguiendo a Eukrates, Leon entró y se detuvo en seco al ver a sus dos hermanos. Su reacción fue tan exagerada que, en cualquier otro momento, habría recibido una lluvia de burlas y reproches. Sin embargo, ni Elias ni Jeremy tenían fuerzas para eso.
Especialmente Jeremy, quien, completamente destrozado, ni siquiera se molestó en mirar en dirección a Leon.
—No sé… Ya no sé nada…
—¡Hermano, reacciona! ¿Qué es todo eso sobre nuestro padre?
Leon observó la escena con una expresión incómoda. Sus hermanos actuaban con una seriedad que no encajaba con ellos, y su rostro reflejaba un inusual cansancio y desorden.
Aunque no estaba tan agotado como los tres que habían pasado el día buscando el maldito anillo con resaca, estaba claro que algo en él no era como siempre.
—Bienvenido. ¿Qué te pasó? ¿Tú también pasaste la noche fuera?
—¿Eh? Ah… La discusión en la reunión se alargó un poco…
—Las reuniones de debate ni siquiera respetan los días festivos, ¿eh? ¿Y tus gafas? ¿Otra vez las perdiste?
—Ah… Se me rompieron las monturas, así que iba a hacerme unas nuevas…
Leon desvió la mirada torpemente mientras balbuceaba. Ahora que lo pensaban, por eso se veía diferente: ni siquiera llevaba gafas.
Tal vez por eso, hoy se parecía aún más a su hermano mayor.
Nora, ignorando la mano de Jeremy que seguía aferrándose a su brazo con fuerza, observó detenidamente a Leon.
Se hizo un silencio momentáneo. Un silencio extraño y cargado de significado. Leon, rascándose su desordenado cabello dorado, murmuró con incomodidad.
—Parecen ocupados. Tal vez debería volver otro día.
—¿No tenías algo que decirme?
—Sí, pero… No es nada importante. Puedo decírtelo en otro momento.
—Leon.
—¿Sí?
—Acércate un momento.
La confusión se reflejó en el rostro cansado de Leon. Elias, que había estado tratando en vano de hacer entrar en razón a Jeremy, finalmente notó que algo raro pasaba y miró alternadamente a Nora y a Leon.
—¿P-por qué de repente…?
—Déjame ver esto.
Sin previo aviso, Nora se libró del agarre de Jeremy y se levantó. Se acercó con determinación a Leon, con una intensidad tan imponente que este instintivamente retrocedió.
—¡E-espera, yo no he hecho nada malo!
—¿Y esto ahora qué? ¿Por qué atacas a mi hermano de repente? ¿Qué ha hecho?
Incluso con la inusual actitud de hermano mayor de Elias, Leon no tuvo tiempo para conmoverse. En un instante, Nora se acercó rápidamente y, sin pedir permiso, agarró con fuerza su brazo izquierdo. Tratar de soltarse fue en vano.
—Espera, Duque, esto es……
—Quédate quieto un momento.
La manga de su ropa fue enrollada hacia arriba. Para ese momento, Leon ya tenía una expresión de resignación. Mientras Nora observaba detenidamente su antebrazo, Elias resoplaba con frustración.
—¡Ah, por Dios! ¿Ahora qué? ¿Por qué haces esto? ¿Acaso ese nerd hizo algo malo?
—…No.
—Entonces, ¿qué…?
—Jeremy, puedes dejar de cavar tu propia tumba. Ahora es seguro que no fuiste tú anoche.
Con la declaración de Nora, llena de absoluta convicción, Jeremy, que hasta hace un momento miraba al vacío con los ojos apagados, finalmente giró la cabeza lentamente.
—Eso, ¿qué significa…?
Nora, tras soltar el brazo de Leon, sonrió con admiración y chasqueó la lengua.
—Vaya, este chico… Resulta que esa ‘sociedad de debate’ era en realidad Strafe…
—¡¿Qué?!
¡Crash!
Elias, que estaba a punto de saltar de su asiento, tropezó y cayó aparatosamente. Pero en un abrir y cerrar de ojos, se levantó con ímpetu y se abalanzó sobre Leon.
—¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Dices que él es un Strafe?! ¿¡Este enclenque de piernas cortas!? ¡Eso es ridículo!
—Aprecio tu contradictoria muestra de amor fraternal, pero aquí mismo está la prueba.
La prueba no era otra que un pequeño tatuaje grabado en la parte interna del codo de Leon. Un águila con seis alas desplegadas, el emblema que representaba a Strafe, la policía secreta directamente bajo el mando de la realeza.
Si a Leon le quitaran las gafas y le pusieran un uniforme de Strafe, en la oscuridad sería difícil diferenciarlo de Jeremy. Nadie podía negarlo. Las pupilas de Elias temblaban como si hubiera sufrido un terremoto interno.
—¡Imposible! ¿No era Strafe una unidad exclusivamente para caballeros?
—Se reformó el año pasado.
—¿Por qué? ¿¡Por qué demonios hicieron una reforma innecesaria?! ¡La tradición es importante…!
—Porque solo con soldados la eficiencia era baja. Vaya, parece que todo el intelecto se lo llevaron los gemelos.
Leon solo pudo sonreír incómodo. Mientras Nora despeinaba su cabello dorado con entusiasmo, Jeremy, que tenía una expresión completamente descompuesta, se tambaleó acercándose.
—¿De qué están hablando? Leon, ¿es cierto? ¿Es verdad?
—Sí. Bueno, sí, es cierto.
—Si es cierto, dilo con seguridad. ¿Entonces todas esas veces que te quedaste fuera con excusas tontas fue por eso?
—Sí, pero…
—¡Vaya, increíble! Pensé que tenías una aventura o algo. ¿Por qué no mencionaste algo tan impresionante antes?
—Bueno…
Leon, que parecía más avergonzado que orgulloso, desvió la mirada y finalmente suspiró profundamente antes de continuar en un tono lamentoso.
—No es que quisiera mantenerlo en secreto. Solo que acabo de entrar hace poco y quería esperar hasta tener algún logro importante antes de decirlo.
—¿Un logro importante? ¿Para qué molestarte en eso…?
—Bueno, siendo sincero, el hermano mayor ya tiene un nombre que es sinónimo de prestigio por todo lo que ha hecho, y el hermano menor… Bueno, él siempre ha sido un holgazán, pero al menos ha formado una familia, y Rachel incluso se convirtió en reina. Pero yo, a esta edad, no tengo nada que presumir, ni tengo habilidades sobresalientes. Si empiezo a alardear sobre esto sin haber logrado nada, solo me sentiré avergonzado. Al menos cuando haya hecho algo digno, podré mirar a mamá a la cara y tener respeto ante los demás…
Las palabras profundas y completamente inesperadas de Leon dejaron atónitos a Jeremy y Nora. Incluso Elias, que hasta ese momento estaba en plena negación de la realidad, se conmovió. Aunque solo por un breve instante.
—Pero entonces, ¿qué hiciste anoche? En esa tienda de armas, eras tú, ¿verdad? Dicen que destrozaste el lugar y que te llevaste a unos niños a la fuerza.
—¡Exacto! ¿¡Qué demonios pasó anoche!? ¡Por tu culpa me acusaron, me insultaron y me deprimí…!
—…Si lo saben, entonces… bueno, es un secreto de estado.
Hubo un breve silencio. Hasta que Jeremy, con una expresión aturdida, empezó a crujir los nudillos con una sonrisa siniestra. Fue en ese momento cuando Leon, con urgencia, agregó:
—Está relacionado con la red de espionaje de Haspa. No pregunten más.
—¿Eso tiene sentido? ¿Dices que esos niños eran espías? ¿Sabes lo desesperado que parecía el dueño de la tienda…?
—Adolescentes de 17 o 18 años no son precisamente niños. En cuanto al problema de la tienda… todavía estamos observando la situación por si acaso, pero nos encargaremos de resolverlo. No se preocupen por eso.
—¡Vaya, escucha cómo habla! Pensé que solo eras un nerd, pero resulta que también te metes en el campo. No está nada mal, ¿eh?
Comments for chapter "171"
MANGA DISCUSSION