⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
…Esto es una locura. Preferiría que estuviera saliendo en secreto con una joven de familia normal. Pero, ¿será posible que se haya aficionado a ese tipo de pasatiempos últimamente?
Al principio, cuando Elias salía sin decir nada cada noche, pensé que simplemente estaba yendo a una cita. Últimamente, es que los jóvenes son muy abiertos en ese sentido…
Sin embargo, según la pista que me dio nuestro pequeño erudito Leon, no parecía que estuviera saliendo con nadie. Cuando lo confronté directamente, Elias negó rotundamente, diciendo que solo iba a citas, nada más. Aun así, no podía deshacerme de esa sensación sospechosa.
Recientemente ha habido una moda de juegos de cartas entre los jóvenes aristócratas. ¿Será que Elias ha caído en esa tentación también?
Como precaución, mandé a unos caballeros a seguirlo en secreto, pero, de alguna manera, siempre lograba evadirlos. La preocupación me carcome, sobre todo porque ya tengo recuerdos amargos relacionados con el juego debido a mi padre. ¿Por qué está haciendo cosas que nunca antes hacía? Uf, ¿debería contárselo a Jeremy o no? Decidí esperar hasta estar completamente segura, pero si resulta ser lo que temo, no se librará con solo una reprimenda.
Con esos pensamientos enredados en mi mente, entré en el salón y vi a Jeremy y Nora en el sofá, estirando sus largas piernas, discutiendo amigablemente.
Vaya, ¿quién hubiera imaginado que esos dos se llevarían tan bien?
—Estoy deseando que llegue el torneo de esgrima. Aunque ya sabemos quién ganará…
—¿Te refieres a que está claro que perderás?
—No, está claro que tú serás el que perderá, cachorrito.
—¿Sabías que los tipos arrogantes como tú son los primeros en caer en las eliminatorias?
El torneo de esgrima del aniversario de la fundación, que se celebra cada cuatro años, es sin duda el evento más esperado. Es el sueño tanto de hombres como de mujeres, y yo sé muy bien cómo terminará el torneo de este año. Esa inolvidable batalla que incluso hizo gritar de emoción a los visitantes extranjeros.
Hmm, viendo cómo estos dos ya están discutiendo por el título de campeón, me pican las ganas de hablar.
—Debe ser divertido para ustedes. A mí ya me está empezando a doler la cabeza.
Lo dije en broma, pero ambos dejaron de burlarse entre ellos y, con rostros serios, me miraron al mismo tiempo. Ver dos pares de ojos tan diferentes fijándose en mí me hizo sentir algo incómoda. ¿He arruinado el ambiente?
—¿Por qué te duele la cabeza?
—Me refiero a que es el mayor evento del año. Solo de pensar en todas las personas con las que tendré que tratar, ya me agobia.
Y claro. Además de tener que enfrentarme a personas que preferiría evitar, este es también el año en que Elias golpeó al segundo príncipe. Fue un año lleno de incidentes… Esperemos que no se repita algo así esta vez.
Justo entonces, Jeremy comenzó a sonreír maliciosamente, como si se le hubiera ocurrido una broma. Me tomó de la mano, la besó y, con su habitual tono burlón, dijo:
—¿Qué tal esto? Me encargo de todos los que te molestan y le echamos la culpa al cachorrito. ¿Qué te parece, cachorrito?
Ante esa desvergonzada propuesta, el joven señor simplemente entrecerró los ojos y, apoyando sus largos brazos en el respaldo del sofá, asintió con seriedad.
—Un honor cargar con esa falsa acusación. No sería imposible, claro, si realmente lo haces.
—¿Y por qué no iba a hacerlo? De hecho, ya que estamos, podríamos deshacernos también de esos buitres que se alimentan de cadáveres.
—El cambio de poder también suena bien. Ya que estamos, podríamos acabar incluso con el Vaticano.
—Me gusta la idea. Así, nosotros dos tomaríamos el control del imperio. ¿Qué dices, Shuri? Si lo deseas, te haré la primera Emperatriz del imperio.
Aquí están, uno es el heredero de la Casa del Marqués del León Dorado y el otro, heredero de la familia del Duque, conectados con la Emperatriz, hablando tan tranquilamente de algo tan peligroso. Lo último que necesitamos es que se pongan de acuerdo en estas cosas.
Aun así, una sonrisa apareció en mi rostro. Mientras jugueteaba con mi collar de peridoto, respondí juguetonamente:
—No suena mal. El título de primera Emperatriz del Imperio sería sólo mío.
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El aniversario de la fundación del imperio, que este año sería diferente en muchos aspectos a los anteriores, se acercaba.
Por cierto, en cuanto al libro rojo que Elias me regaló por error, parece que Nora se lo llevó. Aún no sé por qué, pero se lo quedó.
Y en una tarde agradable, justo un día antes de las celebraciones, una visitante inesperada vino a verme. Era la joven dama Heinrich, quien en el pasado estuvo destinada a ser mi nuera.
—¿Te gusta la infusión de bálsamo de limón?
—Sí, muchas gracias.
La joven dama, O’hara von Heinrich, que aún no había cumplido los dieciséis años, respondía cortésmente. Su apariencia era tan impecable como la recordaba. Cada uno de sus movimientos tenía una elegancia precisa. Con su trenza de platino cuidadosamente recogida, sus fríos ojos morados y un vestido de moda del mismo color, realmente parecía la joven más bella de la capital.
…Aunque, en mi opinión, mi Rachel es mucho más bonita. Ejem.
Mientras yo la observaba, O’hara también me examinaba con esos ojos agudos pero respetuosos. Justo como la recordaba.
Pensándolo bien, ella siempre me trató con el máximo respeto, pero nunca con mucho agrado. Era algo natural, considerando mi reputación en aquel entonces. Además, tampoco tenía una buena relación con Rachel, ya que Rachel mostraba abiertamente su desagrado hacia su futura cuñada.
En cualquier caso, hoy, en este momento, es bastante obvio lo que O’hara vino a buscar…
—Perdón por la visita repentina.
—No te preocupes. Por cierto, recibí el marcapáginas que me enviaste. Tiene un diseño peculiar.
—Me alegra que te haya gustado. Bueno, he venido hoy porque tengo un favor que pedirte.
Esto era algo inesperado. ¿Un favor? No querrá, por casualidad, pedir formalmente el compromiso aquí mismo, ¿verdad…?
—Quisiera que te convirtieras en mi maestra de etiqueta.
Ah, eso es todo. Bajé la taza de té y me recosté en el respaldo de la silla. Los ojos violetas de O’hara me miraban fijamente, como si me estudiaran, y comenzaban a hacerme sentir incómoda.
—No creo tener nada que pueda enseñarle a la señorita. Tal vez debería pedirle que cuide de mi hija.
—No es mi intención causarte molestias. Es solo que… me gustaría acercarme un poco más a ti de alguna manera.
—Más que una molestia, es una sorpresa. ¿Por qué una joven dama como tú querría acercarse a una mujer aburrida como yo?
—Ya lo sabes.
Ella respondió rápidamente, y luego, con una suave sonrisa que podría haber hecho latir el corazón de cualquier hombre, continuó. Aunque, claro, yo no tengo interés en las mujeres. ¡Por supuesto! Aun así, debo admitir que fue bastante encantadora.
—Está bien, señorita. Seamos sinceras. Seguramente ya tienes muchas buenas opciones de matrimonio, ¿por qué insistes en unirte a nuestra familia? ¿O es que solo es la voluntad del Duque?
No podía creer que estaba siendo tan directa con Ohara. En el pasado, esta chica siempre me había parecido intimidante.
Levanté la vista para observar su reacción, y vi que su rostro radiante había tomado un tono rojizo que no esperaba. ¿Oh?
—Mi voluntad también está involucrada. Sé que hay muchas familias que desean una alianza con Neuschwanstein. Y también sé que tomar la iniciativa de esta manera no es propio de una dama. Pero si quiero ser parte de la cueva de leones, debo mostrar una determinación diferente a los demás, ¿no crees?
Su tono era confiado, casi descarado. Como si estuviera recitando una frase bien ensayada de algún libro. Hmm, no recordaba que esta joven fuera tan fresca y directa. ¿Quizás los adultos que me observaban cuando era joven sentían lo mismo que yo ahora?
—No creo que necesites una determinación tan grande. Si alguien te oyera, pensaría que nuestra familia es realmente una guarida de bestias.
Respondí suavemente, tragando una sonrisa sarcástica. Parecía que sus ojos violetas, llenos de confianza, vacilaron por un momento. Ah, ahora entiendo por qué algunas damas nobles disfrutan molestando a las jóvenes.
Aunque ambas familias son ducados, el estatus de Heinrich y Nuremberg es diferente, y la influencia no siempre es directamente proporcional al título. Aunque Neuschwanstein es una familia Marquesal, su poder es comparable al de la Casa de Heinrich. Y, si consideramos los aspectos financieros y la cantidad de tropas, solo la familia de Nuremberg supera a Neuschwanstein.
—No era esa mi intención…
—Vamos, responde con sinceridad. ¿Crees que puedes manejar a nuestro Jeremy?
—Soy un leopardo negro. Estoy segura de que puedo manejarlo perfectamente.
Su voz era firme y llena de orgullo, aunque no era la respuesta que buscaba.
—Lo que quiero decir es, ¿crees que puedes conquistar su corazón? Dama Heinrich, no quiero que ninguno de mis hijos se convierta en una víctima de un matrimonio sin amor. Estoy segura de que tu padre opina lo mismo.
Ohara me miró un momento con esa mirada analítica suya y luego, con un tono que denotaba cierta duda, me hizo una pregunta.
—Si logro conquistar el corazón de tu hijo, ¿aprobarías entonces nuestro compromiso?
—¿Crees que estoy inventando excusas vacías, como en una novela romántica, solo por capricho? ¿O es que no tienes confianza en ti misma?
—¡Para nada, no lo digo en ese sentido!
—Si ambos se enamoran, haré que la boda se celebre de inmediato. Como bien sabes, este asiento en el que me encuentro es agotador.
Hubo un momento de silencio. No estaba segura si su orgullo había sido herido o si ya estaba imaginando su boda con Jeremy, pero O’hara, con las orejas visiblemente rojas, volvió a hablar después de un rato.
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