⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—Es muy joven, parece tener la misma edad que Thiel.

—¿Qué tipo de hombre bestia será? ¿Qué dijimos que vivía aquí originalmente?

—Aquí vivían….

Clemence murmuró mientras miraba al niño. El joven, con un rostro infantil, respiraba con dificultad, claramente dolorido. La mirada de Clemence se posó en su cabello azul.

—Vivían los Everard y sus familias vasallas. Tal vez este niño sea el heredero de una de esas familias vasallas….

—¿Y si es el heredero de los Everard?

Olivier interrumpió de repente. Clemence negó con firmeza ante las palabras de Olivier.

—Los Everard fueron exterminados. Exterminados significa que no quedó ningún heredero para continuar con la línea familiar… así que no puede ser el heredero de los Everard.

—Pero….

Thiel, que había estado escuchando atentamente a sus hermanos mayores, intervino de repente. Después de mirar alternativamente al niño dormido y a sus hermanos, preguntó con cautela:

—Pidió ayuda, ¿verdad? ¿Qué crees que le pasó a los suin que viven aquí?

—…No lo sé. Tendríamos que esperar a que este niño despierte para averiguarlo.

Iandros respondió. Thiel volvió a hablar.

—Yo creo que no vino aquí por estar herido….

Thiel tenía un buen ojo para los detalles. Para ser un niño de siete años, era excepcionalmente observador. Tal como dijo Thiel, las heridas del niño eran todas rasguños o golpes, como si se hubiera caído o chocado contra algo.

Eso significaba que el niño había estado moviéndose mientras se golpeaba y arañaba. ¿Estaba buscando a alguien que lo ayudara?

En ese momento, Ferdian negó con la cabeza.

—Los suin que viven aquí suelen reunirse sólo en áreas específicas. No hay nadie que viva fuera de esos límites. Entonces, ¿a quién podría haber venido a pedir ayuda desde tan lejos? Es más probable que se haya perdido.

—Entonces, ¿no vino a pedir ayuda dentro de este lugar…?

Thiel señaló con el dedo hacia afuera de la cueva. Una oscuridad profunda y sin fin. Sabían muy bien lo que había más allá de esa oscuridad.

—…¿El río?

—¿Es posible que haya intentado cruzar el río? Para pedir ayuda….

Ahora mismo, el camino de agua estaba abierto.

En este momento, podrían cruzar en barco hacia afuera. Aunque no parecía que hubiera ningún barco disponible en el lugar.

—Si este territorio pertenecía a los Everard, entonces los suin que viven aquí deben ser suin del agua, ¿verdad?

—Probablemente.

—Entonces, aunque no haya barcos, si el camino de agua está abierto, podrían salir sin problemas.

Thiel comentó con seguridad. Ferdian, después de pensarlo un momento, negó con la cabeza.

—Los suin que viven aquí nunca han salido al exterior.

Era una especie de regla que los suin de este lugar habían establecido. No sabían por qué habían impuesto esa norma, pero de cualquier manera, existía como una regla. Así que Ferdian pensó que este niño no tenía la intención de romper esa regla.

Sin embargo, Thiel no estaba de acuerdo.

—Pero este niño es muy pequeño, tal vez no conocía esa regla.

Pequeño y joven. Un niño que parecía tener la misma edad que Thiel. Aunque Thiel había vivido experiencias completamente diferentes, en situaciones totalmente distintas, podía imaginar lo que este niño estaba pensando mientras corría hacia el río.

Thiel acarició cuidadosamente el cabello del niño, suavizando las mechones bajo sus dedos.

Fue entonces cuando el ceño del niño dormido se contrajo ligeramente.

—…Uuh.

El niño, que había estado girando en su sueño, abrió los ojos de golpe, como si algo lo hubiera asustado.

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—…¿Todavía no han encontrado a Karl?

—Enviamos un equipo de búsqueda, pero aún no hay noticias….

Ilum dejó escapar un suspiro de frustración.

En la habitación donde estaban, había una pequeña piedra luminosa incrustada, pero era suficiente para que pudieran verse claramente.

Además, los suin que vivían aquí habían pasado tanto tiempo en la oscuridad que sus ojos se habían adaptado y podían ver los rostros de los demás sin problemas en la penumbra.

—¿De verdad intentará cruzar el río? No puede ser….

—Eren, ese chico es sensato, no haría algo así. Probablemente se quedará mirando el río un rato como la vez anterior y luego regresará. Así que solo tenemos que… esperar.

Ilum se frotó las sienes como si tuviera un dolor de cabeza. Ya tenían suficientes problemas con los que lidiar, y ahora Karl también los preocupaba constantemente.

—Todo es culpa tuya. Lo has malcriado, deberías haberlo educado mejor. Ese chico, no, él….

—…Lo sé. Hice lo mejor que pude, lo crié con todo el cuidado posible. ¿No ha crecido tanto gracias a eso? Simplemente no podía quedarse quieto viendo todo esto….

La mirada de Eren se dirigió a donde se apilaban las piedras luminosas en líneas ordenadas. Allí estaba el pueblo donde vivían los suin del lugar. Habían colocado las piedras luminosas a lo largo de los caminos para que la gente del pueblo pudiera moverse libremente.

Aunque lo llamaban ‘pueblo’, tenía el tamaño de una pequeña ciudad. En el pasado, vivían aquí muchos más suin. Y mucho antes de eso, aún más.

—….

Eren dejó de pensar en el pasado. No había nada bueno en recordar viejas historias.

El pueblo al final de su mirada estaba en completo silencio. Aunque en este lugar no había distinción entre el día y la noche, el silencio era demasiado extraño. Eren e Ilum sabían muy bien por qué el lugar se había vuelto tan silencioso.

¿Por qué sucedió todo esto de repente?

Eren miró su propio antebrazo mientras hablaba. La luz de la piedra luminosa iluminaba su piel, revelando manchas oscuras.

Este lugar fue una vez la Arcadia, un paraíso de abundancia.

Sin embargo, ahora no quedaba ni rastro de aquello, y los suin que vivían en Arcadia luchaban por sobrevivir en este lugar.

La razón por la que no habían dejado Arcadia era simple. No es que no quisieran irse… sino que no podían hacerlo.

Estaban para siempre ligados a la oscuridad, sus cuerpos incapaces de sobrevivir bajo la luz del sol.

La piel de Ilum y Eren estaba manchada de negro en varios lugares. Era por la exposición a la luz de las piedras luminosas. Si su piel se oscurecía con solo un poco de luz de estas piedras, era evidente que no sobrevivirían a la luz del sol.

Por eso no podían salir de este lugar. Sabían perfectamente lo que les ocurriría si se exponían a la luz del sol.

Aun así, no podían dejar de usar las piedras luminosas. Aunque se hubieran adaptado a la oscuridad, no podían llevar una vida normal sin al menos algo de luz.

El problema era… que últimamente sus cuerpos estaban empeorando.

—Hemos retirado todas las piedras luminosas de los que están más enfermos, pero no ha cambiado nada.

Sus pieles se oscurecían y sus cuerpos comenzaban a colapsar. Incluso aquellos que, por temor, habían dejado de usar cualquier fuente de luz, ya fuera piedras luminosas o lámparas, mostraban los mismos síntomas.

Un sentimiento de inmensa ansiedad y miedo envolvía a los suin como una ola. El número de los que ya habían muerto no era insignificante. Además, aumentaba el número de personas que se quejaban de que sus pieles oscurecidas no volvían a la normalidad.

Si esto continuaba…

—Desde el principio, este es un lugar que está fuera del alcance de la gracia del dios Lysette. Es un milagro que hayamos sobrevivido hasta ahora.

Ilum habló con calma. Los suin de esta tierra abandonada habían sobrevivido durante mucho tiempo gracias al lago en el centro del pueblo.

Se decía que el dios Lysette había descansado brevemente en este lago, y allí los suin extraían piedras luminosas y encontraban alimento. Aunque todo lo demás moría, los peces en el lago y las plantas cercanas crecían sin necesidad de luz.

Los suin creían que todo esto era una bendición del dios Lysette, que les había mostrado compasión.

Sin embargo, parecía que eso también estaba llegando a su fin. Los peces eran cada vez menos, las plantas dejaban de crecer, y los suin morían rápidamente, uno tras otro…

Ilum y Eren sabían que pronto no quedaría ninguna forma de vida en esta tierra.

—¿Es cierto que… no habrá ningún milagro?

Ilum levantó la mirada y miró a lo lejos. Aunque la oscuridad no le permitía ver claramente, sabían bien lo que había más allá de esa penumbra.

Allí estaba el punto más alto de esta tierra.

El lugar donde salía el sol.

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—¿Te gusta más una luz más brillante?

Thiel, sentado con las rodillas abrazadas, se agachó junto al niño y le preguntó con cautela.