⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—Si quieres, puedo hacerlo más brillante, o también puedo hacerlo más tenue.

Thiel habló con cautela. El chico, Karl, murmuraba con una expresión aturdida mientras miraba a Thiel, a los caballeros cercanos y a los otros niños.

—¿C-cómo?

Karl conocía la leyenda de la luz. No podía no saberla. Todos en esta tierra deseaban con todas sus fuerzas el legendario ‘poder de la luz’.

La historia de que el poder de la luz traería el amanecer a una tierra donde nunca amanecía era la última esperanza de los habitantes de este lugar.

Karl también albergaba esa esperanza en lo más profundo de su corazón. Algún día… tal vez algún día alguien manifestaría ese poder de la luz, y entonces llegaría el amanecer a esta tierra, permitiendo a los suin vivir bajo la luz.

Por supuesto, los suin que vivían aquí pensaban de manera un poco diferente, pero Karl al menos pensaba así.

Pero…

—¿Todavía estará asustado por la luz? ¿Debería hacerla un poco más tenue?

Thiel miró hacia arriba a Rudian mientras preguntaba. Rudian le puso la mano en la cabeza a Thiel y, acariciándola, dijo:

—Creo que está bien. Si la haces más tenue, tal vez no vea nada.

—Pero…

—Bueno, hazla un poco más tenue entonces.

—¿Así?

—Sí, eso es, eso es.

¿Qué demonios estaba pasando?

Una pequeña luz titilaba en la palma de la niña. Karl la miró varias veces. No importaba cuántas veces la viera, era claramente una luz.

Es… definitivamente el poder de la luz de la leyenda.

¿De verdad había manifestado el legendario poder de la luz? ¿Esta… niña tan pequeña? Además, lo que Karl realmente no podía entender no era que esta pequeña niña tuviera el poder de la luz.

—¡Mi Thiel es una genio! ¡Podríamos caminar de noche sin problemas si ella está con nosotros!

¡Están usando el poder de la luz como si fuera una simple piedra luminosa o una lámpara!

Karl quería gritar. Observó a los niños durante un buen rato, completamente desconcertado, hasta que finalmente se recuperó y miró a Thiel.

Y entonces…

—¡…!

Atrapó la muñeca de Thiel.

—¿Está loco?

—Si quiere morir…

—Déjalo inconsciente otra vez y vámonos.

Los niños comentaron fríamente al ver que Karl había agarrado la muñeca de Thiel. Sin embargo, Karl no prestó atención a sus amenazas. Había algo más urgente ahora.

—¡El poder de la luz…!

—¿Huh…?

—¡Ayúdanos, por favor! ¡Por favor, ayúdanos!

Karl gritó con desesperación. Los niños, que se habían acercado a Karl para separarlo de Thiel, se detuvieron. Lo miraron y le preguntaron:

—¿Qué estás diciendo? Habla claro.

—…Es posible que pronto todos los suin que viven aquí mueran.

El chico gritó. Sus ojos, tan profundos como el mar, temblaban de manera inestable. Thiel escuchó con atención sus palabras. Era extraño. Aunque no estaba llorando, Karl parecía estar al borde de las lágrimas.

Karl les explicó a los niños lo que había sucedido en este lugar. Una tierra donde el amanecer nunca llegaba, donde no existía la luz. Cómo los suin habían sobrevivido aquí y también…

Cómo la piel de aquellos expuestos a la luz se había llenado de manchas oscuras, y todos los que tenían el cuerpo cubierto de esas manchas habían muerto.

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—¿Qué…?

Thiel estaba desconcertada después de escuchar la historia de Karl. Eso significaba que los suin de este lugar estaban muriendo debido a una enfermedad misteriosa.

—Pero… ¿se le puede llamar una enfermedad?

¿Una enfermedad que se manifestaba al estar expuesto a la luz? Incluso la luz de las piedras luminosas y las lámparas causaba manchas en la piel. Era obvio lo que sucedería si se expusieran a la luz del sol.

—Morirían…

Esta tierra ya no era solo un lugar sin amanecer. Era una tierra donde el amanecer ya no podía llegar. Si amanecía, todos morirían…

Era una tierra donde ni siquiera la luz de la luna llegaba.

Un lugar despojado de toda luz. Traer el amanecer a la fuerza a esta tierra podría ser mortal.

—…¿Qué?

Mientras reflexionaba seriamente, Thiel de repente agarró la muñeca de Karl.

—¡Thiel!

—No deberías tomar la muñeca de un chico extraño tan a la ligera.

—¡Te dije que lo soltaras ya!

—Thiel…

—¡Qué exagerados son todos!

Ferdian, Olivier, Rudian, Ian, y Clemence hablaron por turnos.

Thiel ignoró las quejas de sus hermanos mayores por un momento, mientras inspeccionaba el cuerpo de Karl, sosteniéndole la muñeca.

—…Es extraño.

—¿Qué es extraño?

—Acabas de decir que al estar expuesto a la luz, aparecen manchas en la piel. Pero a él no le ha aparecido ninguna.

Thiel examinó la piel de Karl mientras hablaba. Karl se miró sorprendido después de escucharla. A pesar de haber estado expuesto a la luz de Thiel durante mucho tiempo, no tenía ninguna mancha en la piel. Estaba completamente normal.

—¿Entonces era todo mentira?

—¿Por qué mentiría? ¿Qué ganaría mintiéndonos?

—Es sospechoso.

Los niños comentaron. Karl, nervioso, se rascó el brazo y trató de defenderse.

—¡No sé por qué no me afecta! ¡Antes me pasaba, te lo juro…!

Karl exclamó con indignación. Ian, que lo había estado escuchando en silencio, arqueó una ceja.

—Cuida tu tono, no somos tus amigos.

—…No sé por qué no estoy cambiando….

Karl habló con una sensación de injusticia. Realmente se sentía agraviado. Antes, al igual que otros suin, su cuerpo también había desarrollado manchas.

¿Por qué ahora no aparecen? ¿Será que el poder de la luz es diferente?

Karl miró a la pequeña niña frente a él. A pesar de parecer frágil y delicada como una burbuja, estaba generando una luz más cálida y sólida que la de cualquier otro.

Es más cálida que una fogata, y más fuerte que una piedra luminosa… Karl pensó que, tal vez, esta niña podría realmente solucionar los problemas de esta tierra.

—Entonces, ¿ibas en busca de ayuda?

En ese momento, Thiel le preguntó al chico. No usó un tono formal, sino que habló con él como si fueran amigos, de manera cómoda y sin reservas. Karl asintió sin dudarlo ante la pregunta de Thiel.

—Sí, pensé que si cruzaba el río y pedía ayuda en algún lugar, podría haber una solución para esto….

Esta vez fue Ian quien intervino, después de haber estado escuchando en silencio.

—¿No dijiste que cuando te exponías a la luz, te salían manchas? Y que si las manchas cubrían todo el cuerpo, llevaría a la muerte.

—No me importa morir. Mientras pueda pedir ayuda, entonces….

En los ojos del chico se vislumbraba una determinación. Los niños intercambiaron miradas por un momento. Este no era un problema que pudieran resolver por sí mismos. Necesitaban a un adulto adecuado para abordarlo.

—Hay un médico militar aquí, podríamos contarle lo que está pasando y que revise el estado de las demás personas, ¿qué les parece?

Ferdian sugirió. Ian, después de pensarlo un momento, se encogió de hombros.

—Es solo un médico militar que trata heridas y enfermedades menores, no podemos esperar que tenga las habilidades de un médico del palacio. Pero no estará de más que eche un vistazo. Si la gente está muriendo, al menos es algo.

Las palabras de Ian parecían una aprobación. El rostro de Karl se iluminó. Sin embargo, Ian añadió con una expresión fría y desapasionada.

—Es una tierra tocada por el poder del dios oscuro Orfeo. Está claro que no lo resolveremos con nuestras propias fuerzas. Aunque pedimos ayuda, no esperes demasiado.

Ian fue tajante, pero Karl no se desanimó. Asintió con su pequeña cabeza.

—Sí.

—Bien. Guíanos hacia ellos. ¡Caballeros! Nos movemos de nuevo. Empaquen y preparen los caballos.

Los caballeros que estaban de guardia se movieron rápidamente al recibir la orden de Ian. Mientras los caballeros se preparaban, los niños continuaron conversando brevemente con el chico.

Y en ese momento, se dieron cuenta de que no habían preguntado lo más importante.

—¿Cuál es tu nombre?

—Karl.

—¿Karl?

—…Soy Karl.

El chico respondió sin resistencia. Thiel pronunció su nombre lentamente en su mente. El nombre de Karl, cuando lo decía, le daba una sensación de plenitud, como si llenara su boca por completo… Le gustaba llamarlo así.