⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—¿Cómo que ‘disposición’?

Karthus habló al mismo tiempo. Todas las miradas se volvieron hacia él. Karthus continuó hablando con calma:  

—Thiel no ha hecho nada malo, ¿y aun así usan la palabra ‘disposición’? Dejémoslo claro: mi hija no se fue por haber hecho algo mal. Se fue porque ustedes no fueron capaces de aceptar algo que era completamente razonable, y tuvo que ceder ante sus absurdas demandas.

—Karthus.

Alpheus, notando que Karthus estaba alterado, lo detuvo suavemente. Karthus asintió.  

El Emperador esperó pacientemente a que Karthus terminara de hablar y luego miró a Zender Nesstian mientras decía:  

—Es cierto lo que dice el señor Karthus. Esa niña no ha hecho nada malo, así que, ¿por qué usar la palabra ‘disposición’? Es inapropiado.

—…Tendré más cuidado.

Zender inclinó la cabeza. Karthus y Alpheus no discutieron más sobre el tema.  

El Emperador volvió a sentarse y los observó desde arriba.  

—La leyenda de la luz ha llegado a esta tierra. El imperio se volverá más próspero gracias a la niña que posee el poder de la luz —El Emperador continuó—: Por lo tanto, no es inapropiado que sea la consorte del príncipe heredero, y ya que el vínculo ha sido marcado, debería ser llevada al palacio… pero…

El Emperador dirigió su mirada hacia Alpheus. Este mantuvo sus labios apretados mientras lo observaba.  

—No puedo llevar de inmediato a la persona que asumirá el liderazgo de la casa Asterian al palacio.

El Emperador estaba apoyando la idea de que Thiel Asterian asumiera el liderazgo de la casa Asterian.  

Esto significaba que ninguna otra familia podría interferir en los asuntos internos de los Asterian.  

Eso siempre había sido lo correcto. Cada familia manejaba sus propios asuntos. Solo debido a la particularidad de la situación, otras familias habían intervenido en esta ocasión.  

Zender mordió con fuerza la carne dentro de su boca, y el sabor metálico de la sangre llenó su paladar al escuchar las palabras del emperador. Los demás también se dieron cuenta de que Zender Nesstian estaba molesto y comenzaron a vigilarlo cuidadosamente.  

Solo los Asterian y las familias aliadas a ellos no se preocupaban por Zender.  

—Hasta que Thiel Asterian crezca, asuma plenamente el liderazgo de Asterian y se estabilice el territorio, retrasaremos su entrada al palacio. 

Ahora, nadie podría interferir en que Thiel asumiera el liderazgo de la casa Asterian.  

Bajo el nombre y la protección de los Asterian, Thiel estaría a salvo.  

—Agradecemos su sabia decisión.

Alpheus inclinó ligeramente la cabeza. El Emperador levantó la mano, y Alpheus levantó de nuevo la cabeza.  

—Ahora que hemos concluido este asunto… es hora de discutir la disposición de ‘la tierra donde no llega el amanecer’.

El Emperador pareció reflexionar por un momento, se acarició la barbilla y volvió a hablar.  

—Supongo que ya no debemos llamarla así. Como dice la leyenda de la luz, esa tierra… también ha visto llegar el amanecer.

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—¿Y qué pasó?

Rudian, abrazando a Thiel contra su pecho, miró a Alpheus y Karthus.  

Alpheus tomó elegantemente una taza de té y…  

—¿Qué pasó, abuelo?

—¡Ay, este niño! ¡Deja que me moje la garganta! ¿Por qué tienes tanta prisa? ¿A quién habrás salido tan impaciente?

Alpheus, que estaba a punto de beber el té, dejó la taza y estalló con enojo. Pero ninguno de los tres ‘Rudian, Ferdian y Thiel’ se sintió intimidado.  

—¿Qué va a pasar ahora con esa tierra? Como se considera tierra sin dueño, ¿la administrará el palacio por ahora?

—Probablemente. Si anuncian que el heredero de Everard sigue vivo, eso cambiaría las cosas, pero…

Esa tierra había sido gobernada por la familia de agua, Everard, durante generaciones. Incluso si Arnen o Asterian se hicieran cargo, no era seguro que pudieran gestionarla bien.  

La mayoría de los habitantes de esa tierra eran suin que tenían una afinidad con el agua, por lo que era necesario que una familia relacionada con el agua se encargara de administrarla.  

—Pero, ¿no es cierto que no hay otra habilidad tan fuerte como la de los Everard?

—La habilidad de los Nesstian es fuerte, pero no tiene relación con el agua.

Las tierras del Imperio Cracion cambiaban de acuerdo con la habilidad de la familia que las administraba.  

Por ejemplo, el territorio de los Nesstian, debido a su habilidad de congelación, estaba siempre helado. En cambio, el territorio de los Asterian tenía algunas áreas donde la tierra estaba caliente como si estuviera en llamas.  

El lugar más habitable era, sin duda, Arnen, ya que su habilidad estaba relacionada con el ‘verdor’. Las tierras influenciadas por Arnen eran ideales para los habitantes suin.  

—Pero… Los caballeros de Arnen y la señorita Clemence vieron al heredero de Everard en esa tierra. ¿Podrán mantener el secreto?

Thiel preguntó con cautela.  

—Arnen lo mantendrá en secreto. No les conviene que se sepa que queda un heredero de Everard.

Ferdian respondió, y Alpheus y Karthus asintieron en señal de acuerdo.  

—¿Por qué no?

—Porque si se supiera que queda un heredero de Everard, no podrían anexionar el territorio de Arcadia a Arnen.

—Pero si se supiera que hay un heredero de Everard, todos intentarían matarlo, ¿no? Pensándolo bien, ¿no le convendría a Arnen que se sepa? Podrían deshacerse del heredero sin mover un dedo.

—Pero entonces otras familias intentarían apoderarse de Arcadia tras asesinar al heredero. Por ahora, lo mejor es que el palacio administre esas tierras, así que Arnen no hará nada. Además…

Ferdian miró a Alpheus, y este asintió como si hubiera entendido lo que Ferdian estaba insinuando.

—Recibí la carta de Arnen hace tiempo. Me sorprendió que Arnen, que siempre había mantenido la neutralidad, tomara esa decisión.

—Ya que han decidido caminar el mismo camino que Asterian, ¿no podrían pedir que, en nombre de Asterian, se mantenga en secreto todo lo relacionado con Everard por ahora?—  

—Ya he hablado de eso con ellos. No se filtrará más información sobre ese muchacho, el heredero de Everard. Aún así, es una historia increíble…

Después de escuchar todo lo que los niños vivieron en ese lugar, Alpheus mostró una expresión de gran asombro.  

El heredero de Everard, que se creía extinto desde hace cientos de años, había sido ‘preservado’, había nacido el mismo año que Thiel, y resultaba que para que Thiel trajera el amanecer, necesitaba obligatoriamente la sangre de Everard.  

Era como si el jefe de la familia Everard, que murió hace cientos de años, hubiera previsto todo esto y dejado a su hijo para este propósito.  

Alpheus miró a su nieta, que estaba acurrucada en los brazos de Rudian. Thiel, todavía abrazada por Rudian, comía cerezas una tras otra. Sus mejillas redondas y blancas se movían constantemente. Justo cuando Alpheus extendió la mano para acariciarla, Rudian la apartó rápidamente del alcance de su mano.  

La mano de Alpheus, que estaba a punto de acariciar a Thiel, quedó suspendida en el aire. Los ojos del abuelo, el nieto y la nieta se encontraron en un momento incómodo.  

—…

—???

Rudian, con una expresión avergonzada, se inclinó nuevamente hacia adelante. El suave cabello de Thiel rozó la mano de Alpheus, que aún estaba suspendida en el aire.  

—¿Tú… qué estás haciendo?

Alpheus, incapaz de creer lo que acababa de pasar, tartamudeó. Rudian, rascándose la cabeza con incomodidad, respondió:  

—Es que… estoy tan acostumbrado a evitar las manos de Iandros que lo hice sin querer. Terminé esquivando también la mano del abuelo.

—¿De quién estás evitando las manos?

—¡Es que Iandros siempre está acariciando a Thiel!

Al escuchar que Iandros acariciaba constantemente a Thiel, Karthus entrecerró los ojos, y Alpheus quedó sin palabras.  

Por más que fueran amigos cercanos del Emperador, y por más que los niños fueran íntimos con el príncipe heredero, ¡Iandros seguía siendo el príncipe heredero!  

¿Y ahora resultaba que lo estaban evitando?  

—Rudian, ¿acaso tienes en cuenta que él es Su Alteza el príncipe heredero?

—Por supuesto que lo tengo en cuenta.

—Entonces, ¿por qué lo evitas?

—No me gusta que acaricie a mi hermana menor.

Ante la respuesta confiada de Rudian, Ferdian asintió en señal de acuerdo. Alpheus miró a sus nietos con asombro.  

Ni siquiera podía imaginar cuántos delitos de ‘insulto a la realeza’ habrían cometido durante su viaje con Iandros.

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—¿Eh?

Thiel miró su reflejo en el espejo y ladeó la cabeza, confundida. Giró sobre sí misma y miró a Ria.  

—Ria, ¿no parece que he crecido un poco?