⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—¡Ah!

Thiel exclamó sorprendida, abriendo los ojos de par en par. Lo que había volado hacia él y se había posado en su hombro, agitando las alas varias veces, era una paloma blanca. 

—¡Wow!

Thiel giró la cabeza para ver el ave blanca sobre su hombro, soltando una exclamación de asombro. El regalo de Iandros era un paloma mensajero. 

—¿Hola?

Cuando Thiel extendió la mano, el paloma se posó suavemente sobre su palma. 

Era un poco más pequeño que las palomas mensajeras que normalmente se usan para llevar cartas. Además, mientras que generalmente se entrenan palomas marrones o negras para no llamar la atención, las plumas de la paloma que Ian había enviado a Thiel eran de un blanco deslumbrante y hermoso. 

Ferdian y Rudian, que ya sabían qué regalo había enviado Iandros, no se sorprendieron. 

Aunque se quejaron, diciendo: ¡Ian siempre manda sus mejores regalos!, afortunadamente, Thiel no los escuchó. 

Thiel acarició al paloma suavemente y abrió el cilindro atado a su pierna. Dentro había una carta, que desenrolló y leyó. 

En la carta, escrita con la pulcra caligrafía de Ian, decía:  

⌜Es una paloma mensajera bien entrenado del palacio. Aún no tiene nombre, así que ponle uno tú. Si le das un nombre y lo entrenas bien, te será muy leal. Ya conoce el camino al palacio, por lo que no necesitas enseñarle la ruta. Me gustaría que envíes tu respuesta usando esta paloma. Asegúrate de contarme en detalle cómo te sentiste al recibir mi regalo.⌟

La carta era corta y directa. Después de leerla, Thiel sonrió radiante y acarició la mejilla de la paloma. El ave blanca, sin mostrar ningún signo de desconfianza, se dejó acariciar por la mano de Thiel. 

—¿Qué nombre te gustaría?

Thiel murmuró, y la paloma inclinó la cabeza como si lo estuviera considerando. Thiel le dio un suave beso en el pico. 

—Thiel, no deberías besar a los animales…

Ferdian, que había estado observando en silencio, frunció el ceño y le advirtió a su hermana, pero Thiel no le hizo caso.  

Parpadeando con sus grandes ojos, Thiel miró fijamente al paloma blanco y susurró:  

—Voy a pensarlo un poco y te daré el mejor nombre…

Entonces, la paloma soltó un largo y feliz chirrido, como si entendiera. Una pequeña pluma cayó suavemente sobre la cabeza de Thiel.  

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—¿No era que no esperabas que funcionara?

—¡Eso es diferente!

El hombre levantó la voz. Un hombre de cabello negro golpeó la mesa con fuerza, su rostro pálido de ira. 

—Está claro que nos traicionó y confesó todo. ¡Están investigando a Russell en Asterian! Así que no podemos actuar apresuradamente. ¿Cómo llegamos a esto?

Murmurando, el hombre abrió los ojos con furia y miró fijamente al hombre sentado frente a él. 

El hombre al otro lado de la mesa, con un niño pequeño en brazos, lo acunaba tranquilamente, como si nada malo estuviera ocurriendo. Era una escena sorprendentemente pacífica, dada la tensión del momento. 

—Tranquilízate, Oshian. El niño va a despertarse. Shh, buen niño…

Ante esas palabras, el hombre llamado Oshian se llevó las manos a la cabeza y gritó: 

—¡Jay! ¡Deja al maldito niño y hablemos de esta situación!

A pesar de los gritos de Oshian, Jay solo se encogió de hombros, sin soltar al niño que sostenía. Finalmente, habló con calma y en tono lento:  

—¿Por qué? ¿Qué problema hay? Solo sigue con lo que hemos estado haciendo. Si lo haces, no nos descubrirán. Oshian, ¿realmente crees que nos van a descubrir aquí?

—¡¿Cómo no nos van a descubrir?! ¡Dijiste que esa niña moriría inmediatamente después de la misión! ¡Pero he oído que todavía está viva en la mansión Asterian!

—Ese fue, sin duda, un error.

Jay acarició suavemente el cabello del niño dormido, revelando su rostro.  

—Según el plan, Liss debería haber muerto allí. Pero absorbió todo ‘ese poder’, y por eso sobrevivió. Fue un imprevisto. ¿Quién hubiera pensado que lo haría por ‘Thiel’…?

—¡Ese poder era para matar a Thiel Asterian! ¡¿Por qué no murió Liss?!

—El poder es veneno para Thiel, pero no para Liss. Probablemente lo pasó mal los primeros días, pero después de eso… —Jay sonrió ampliamente—. ¡Se hará más fuerte! Mucho más fuerte que tú, Oshian.

—¡Jay! ¡Maldito! ¡No es momento para bromas!

Oshian temblaba de furia. Su voz despertó al niño en brazos de Jay, quien se movió inquieto. Jay susurró suavemente para calmarlo, y el niño volvió a dormirse.  

—No es una broma. Yo mismo la entrené. Así que, naturalmente, es compatible con ‘ese poder’.

—Entonces, ¿por qué la enviaste?

—Por supuesto… —Jay pareció a punto de decir algo, pero en lugar de hablar, solo sonrió ampliamente—.  No te preocupes, no nos descubrirán. Así que deja de hacer tanto ruido y actúa como siempre. Si abandonas la mansión ahora, levantarás más sospechas.

Jay cambió el tema. 

Oshian, siendo un hombre simple y algo torpe, no se dio cuenta de la evasión en las palabras de Jay.  

—De todas formas, me iré. No lo olvides, Jay. Si me atrapan, tú también caerás conmigo. ¿Entendido? Estamos en el mismo barco.

—Bueno, para ser precisos, yo soy el capitán, y tú solo eres un pez podrido colgando del casco…

—¡Maldito!

Oshian levantó la mano como si fuera a golpear a Jay, pero la bajó de inmediato. Luego salió de la habitación, haciendo ruido con sus pasos pesados. 

Después de que Oshian se fue, Jay abrazó al niño más cerca de su pecho y apoyó la cabeza en la del pequeño.  

—Tu hermana ha causado problemas…

Jay susurró suavemente. Aun así, el niño no despertó.  

—Así que tú tendrás que arreglarlo…

La única luz en la habitación oscura provenía de una vela, apenas suficiente para ver sus rostros.  

Una risa baja resonó en la oscuridad.  

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—Entonces, ¿lo han encontrado?

Iandros preguntó mientras revisaba los documentos, tras recibir el informe de Karthus y Alpheus sobre ‘Oshian’ y ‘Jay’.

—Aún no lo hemos encontrado, pero hemos identificado varios lugares que podrían coincidir con el ‘escondite’ que mencionó el niño.

Karthus desplegó un mapa. Era un mapa del territorio de la familia Russell. También explicó que el territorio era tan pequeño que no había muchos lugares para buscar.

Iandros observó detenidamente los lugares marcados en el mapa. Era cierto que, debido al tamaño reducido del territorio, no tomaría demasiado tiempo inspeccionarlos.

—¿La niña confirmó que el responsable es Oshian Russell?

—Lo confirmó a través de un retrato.

—En ese caso, podríamos simplemente llamar a Oshian Russell y confrontarlo directamente, en lugar de investigar en silencio, ¿no?

Iandros preguntó con curiosidad.

Ciertamente, este asunto era grave, ya que el jefe de la familia Asterian casi resultó herido. Por lo tanto, nadie objetaría si Oshian Russell, el principal sospechoso, fuera interrogado directamente.

Sin embargo, Alpheus negó con la cabeza.

—Oshian no es el problema. Según la niña, el verdadero problema es un hombre llamado ‘Jay’. Ese hombre es extremadamente escurridizo y desaparece rápidamente. Para atraparlo a él también, es mejor continuar investigando en silencio.

—Ya veo. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

—Con sus palabras basta, Su Alteza. Muchas gracias.

Iandros dejó los documentos sobre la mesa y trató de recordar el rostro de Oshian Russell.

Sin embargo, no logró evocarlo. La familia Russell era una modesta nobleza rural, mientras que Iandros era el supremo príncipe heredero. Al no poder recordar el rostro del hombre que intentó herir a su querida ‘Thiel’, se sintió momentáneamente irritado.

—Y también envíen el retrato de Oshian al palacio. Quiero verlo. Si fuera por mí, lo llamaría directamente para interrogarlo, pero como el Duque dice, podría escapar, así que me contengo.

—Sí, Su Alteza, se lo enviaré de inmediato.

Alpheus inclinó la cabeza. Iandros, intentando calmar su irritación, se giró para mirar por la ventana.

El sol se estaba poniendo.

—Duque.

Iandros llamó a Alpheus.

—Sí, Su Alteza.

Respondió Alpheus.

—¿No te parece que los días se han vuelto más cortos?

—Hmm… Creo que debe ser solo una sensación, Su Alteza. Es poco probable que los días se acorten de repente.

Respondió Alpheus a la pregunta de Iandros. Este, asintiendo ante la respuesta, estuvo de acuerdo.

—Es cierto.

—Así es.

—Sí, debe ser solo una impresión.