⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

¡El rostro que vi en el espacio dimensional!

Iandros estaba seguro.  

Aunque los documentos eran viejos, algunos estaban descoloridos y otros rasgados, no había duda.  

El retrato de esta princesa se parecía mucho a la misteriosa mujer que había visto en el espacio dimensional.  

Entonces, ¿esa mujer de ayer era una sucesora de esta princesa?

No podía ser que una princesa de hace varios cientos de años siguiera viva, así que era muy probable.  

Iandros observó el retrato de la princesa por un largo rato.  

La princesa en el retrato era una belleza con una frente amplia, rasgos faciales definidos, una nariz perfilada y labios carnosos.  

En el lado izquierdo de su rostro había algo que parecía una cicatriz, lo cual, en lugar de restarle atractivo, hacía que su belleza resaltara aún más.  

Iandros revisó en la biblioteca para ver si había más registros sobre la princesa, pero no encontró nada más.  

Esto era claramente inusual.  

Normalmente, los registros sobre los miembros de la realeza se almacenaban en librerías, en volúmenes encuadernados en cuero, con al menos diez libros que recogían sus historias.  

Incluso los miembros de la realeza más insignificantes y de corta vida dejaban al menos tres o cuatro volúmenes.  

Además, Iandros había encontrado este libro en un área donde se almacenaban documentos comunes, no en la sección destinada a la familia real.  

El libro tampoco estaba encuadernado en cuero, sino en un montón grueso de papel apilado y pegado.  

Definitivamente no era un material adecuado para registrar la vida de un miembro de la realeza.  

Iandros miró el libro en sus manos y luego la biblioteca subterránea del palacio, donde ya no quedaban más registros de la princesa.  

En este libro no había ni una sola palabra sobre que la princesa hubiera enloquecido.  

Sin embargo, en la generación actual, todos la consideraban una mujer loca, y la habilidad de crear espacios dimensionales se consideraba un poder extremadamente peligroso que podría llevar al imperio a la ruina.  

¿Por qué?  

Si lo piensas bien, solo hay una razón.

El único que podía manipular los registros de la realeza era el Emperador.  

Así que debía ser que el siguiente Emperador, tras asumir el trono, borró los registros sobre la princesa y difundió falsedades sobre ella.  

Este libro era probablemente el único registro que había sobrevivido.  

Iandros se sentó y leyó el libro una y otra vez, como si intentara memorizarlo.  

Aunque no contenía ninguna información que le fuera útil, sentía que debía hacerlo.

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Un grupo de personas con túnicas negras seguía a Ossian sigilosamente.  

Eran caballeros de élite de Asterian, expertos en ocultar su presencia, por lo que Ossian no se dio cuenta de que lo estaban siguiendo.  

—¡Jay, maldito seas! ¡Hacerme hacer esto!

Ossian subía la montaña resoplando y quejándose.  

Se encontraba en la montaña más oriental del territorio de Russell, un lugar de terreno accidentado y poco frecuentado.  

Jay, la primera vez que buscó a Ossian, le pidió que le proporcionara un espacio donde pudiera trabajar sin ser molestado.  

La propiedad que le ofreció fue una casa de campo en esa montaña. A Jay le gustó, y al principio, a Ossian no le pareció mala idea.  

Pero después de ir y venir varias veces, se dio cuenta de que no había lugar más incómodo y remoto. Se arrepintió más de una vez de no haber construido la casa de campo en un lugar más accesible.  

Mientras subía la montaña resollando, los caballeros de Asterian lo seguían, ocultando su presencia.  

Ossian se detuvo de vez en cuando para mirar hacia atrás y asegurarse de que nadie lo seguía, pero no logró detectar a los caballeros de Asterian.  

Finalmente, Ossian se detuvo frente a una niebla negra que parecía surgir como si hubiera un incendio.  

Los caballeros de Asterian entrecerraron los ojos al verla.  

Ossian entró en la niebla.  

Los caballeros de Asterian se detuvieron y no lo siguieron al interior.  

—Deténganse.

Ante la señal del caballero que iba delante, todos se detuvieron en su lugar.  

No sabían qué podía haber dentro de la niebla, así que no era prudente seguir a ciegas.  

No se acercaron a la niebla; podría ser venenosa.  

Aunque los venenos eran casi inexistentes en esa época, todavía quedaban algunas familias o razas que los utilizaban, por lo que debían ser extremadamente cautelosos.  

—Regresamos por ahora. Asegúrense de marcar bien este lugar en el mapa.

—Sí, ya lo he marcado.

Desplegaron un mapa y marcaron su posición actual. Un círculo fue dibujado en el mapa.  

Junto a él había cuatro X. Esas eran las áreas que habían señalado como sospechosas mientras seguían a Ossian.  

Sin embargo, los caballeros confiaban instintivamente en que este era el lugar que estaban buscando.  

Los caballeros regresaron y le informaron a Alpheus.  

Después de escuchar su informe, Alpheus frunció el ceño y preguntó:  

—¿La habilidad de la familia Russell era la niebla?

—Según nuestras investigaciones, la habilidad de la familia Russell es la niebla, y el actual líder de la familia casi no tiene habilidades.

Karthus respondió.  

—Si es niebla, tiene sentido… Pero, ¿cómo es que mantiene ese nivel de poder si casi no tiene habilidades? Usar una habilidad de ese calibre requeriría mucha energía.

Según el informe, dentro de la niebla en la que Ossian había entrado, se encontraba el ‘escondite’ del que había hablado Liss. Probablemente, el hermano de Liss también estaría allí.  

Pero para mantener una habilidad de ese calibre, se requería mucha fuerza y resistencia.  

—¿Jay lo ayudó?

—Es posible.

Karthus y Alpheus intercambiaron palabras de manera seca. Después de despachar a los caballeros que habían hecho el informe, comenzaron a examinar el mapa que estos habían traído.  

—Será mejor que primero investiguemos con el Salamandra.

—Sí, a estas alturas, Ossian Russell debe saber que lo estamos siguiendo. Así que, incluso si detectan al Salamandra, no será un gran problema. Sin embargo, sería prudente colocar caballeros alrededor por si intentan escapar. Si vemos alguna señal de que van a huir, podremos rodearlos.

—De acuerdo, lo haré.

Karthus extendió la palma de su mano, y de ella surgió una pequeña chispa que pronto creció hasta formar una pequeña salamandra.  

Era un Salamandra creado con la habilidad de Karthus.

Si se utilizaba más poder, se podía crear una salamandra más grande y fuerte, pero como era para fines de reconocimiento, este tamaño era el adecuado.

Alpheus y Karthus, para prevenir que alguien escapara, habían colocado a caballeros de Asterian en varios puntos del territorio de la familia Russell. Luego, enviaron la salamandra adentro.

En el transcurso de esta operación, Alpheus y Karthus informaron a Thiel.

Al ver a su padre y abuelo venir a pedir su aprobación, Thiel inclinó la cabeza, algo confundida.

—¿Es necesario mi permiso para esto?

Karthus respondió sin titubear.

—Sí, tú eres la líder de la familia Asterian. Aunque es una tarea peligrosa, por eso tu padre y yo nos estamos ocupando de ella, necesitamos el permiso de la líder para movilizar a los caballeros de Asterian.

Thiel asintió a las palabras de Karthus mientras examinaba el mapa. Luego, volvió a inclinar la cabeza, perpleja.

—¿Niebla negra?

—Sí. Hemos enviado a la salamandra, así que pronto lo confirmaremos. Podría ser una habilidad venenosa… —respondió Karthus.

Thiel frunció el ceño, como si estuviera pensando profundamente. Después de meditar por un rato, abrió la boca levemente y exclamó: 

—¡Ah!

¿Algo negro?

Había visto algo similar en la Tierra Maldita, y también cuando los poderes de Iandros se descontrolaron, enfrentó algo parecido.

Eso explicaba por qué la descripción de Karthus le resultaba tan familiar. ¡Era por eso! Thiel recordó esos eventos. Casi siempre, cuando ella proyectaba luz sobre esas cosas, desaparecían sin dejar rastro.

Thiel miró a Karthus y dijo:

—Papá, creo que he visto algo parecido…

—¿Algo parecido? —preguntó Karthus.

—Sí, aunque podría no ser lo mismo. Solo te estoy diciendo lo que me parece, y tú también solo has escuchado el informe de los caballeros, así que puede que no estemos pensando en lo mismo. ¡Pero…!

Thiel se levantó de repente y caminó rápidamente hacia algún lugar. 

Se dirigió a una sala donde guardaba las cosas que había creado y aquellas que más apreciaba.

Dentro de la sala, tomó una pequeña esfera de cristal.

Dentro de la esfera, una pequeña luz parpadeaba como si estuviera respirando.

Parecía como si la luz hubiera sido absorbida por la esfera.

Esta esfera era una ‘esfera de luz’ que Thiel había creado infundiendo su poder.

Desde que le había dado un objeto sagrado a Ian, había estado practicando de vez en cuando. Aunque su habilidad aún no era lo suficientemente grande como para hacer muchas esferas…

—He visto cosas similares en varias ocasiones, y casi siempre desaparecían cuando proyectaba luz sobre ellas. No puedo ir personalmente, así que por favor lleva esto en mi lugar…

Thiel caminó rápidamente hacia Karthus, sosteniendo la esfera de cristal con ambas manos, y se la entregó con sumo cuidado.