⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Thiel y Ferdian llegaron al palacio imperial en poco tiempo. Quienes reconocieron al joven cabeza de la familia Asterian se apresuraron a decir que traerían al señor Ian de inmediato. 

Thiel y Ferdian esperaron a Iandros en la sala de recepción. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera, y Iandros entró. 

—¡Ian-nim!

Thiel, quien había girado con alegría al escuchar el nombre de Ian, se sobresaltó. El rostro de Ian, a quien no veía desde hacía tiempo, estaba visiblemente demacrado. Su tez estaba pálida y había ojeras oscuras bajo sus ojos.

—Ian-nim, no se ve muy bien… —dijo Thiel con preocupación, frunciendo el ceño. 

Ferdian, que observaba a Iandros desde un lado, también comentó:

—¿Qué te pasa en la cara? Cualquiera pensaría que no has dormido en una semana.

—De hecho, no he dormido en una semana —respondió Iandros después de saludar a Thiel, dejándose caer pesadamente en el sofá de la sala.

—¿Por qué? ¿Es por ‘eso’?

—Sí, exactamente —respondió Iandros mientras tomaba un sorbo de té. Ferdian y Thiel asintieron, como si lo esperaran. 

El incidente de ese día no había sido algo trivial.

Que alguien pudiera infiltrarse en el espacio dimensional de Iandros era algo impensable. Más allá de si eso era posible o no, no sabían quién había entrado ni con qué intenciones lo había hecho.

Además, Thiel mordió sus labios con seriedad al recordar el rostro que había vislumbrado dentro del espacio de Ian aquel día.

Se parecía mucho al señor Ian…

Se parecía. Tenía rasgos similares. Pero más allá de eso, había algo que lo hacía aún más parecido. ¿Quién podría ser esa persona? ¿Sería un pariente desconocido de la familia imperial?

Iandros, al notar la expresión seria de Thiel, le puso una galleta en la boca.

Chomp.

Thiel mordió la galleta de manera instintiva, y su ceño fruncido se relajó de inmediato. Después de acariciar la cabeza de Thiel varias veces, Ian habló:

—Encontré un registro en la biblioteca del palacio sobre una princesa que usaba un espacio dimensional.

—Ah, esa princesa… —dijo Ferdian, evitando hablar con claridad frente al príncipe heredero para no cometer el delito de insultar a la familia imperial, a pesar de que ya lo había hecho innumerables veces. 

Iandros lo completó por él.

—Sí, la que se conoce como la princesa loca.

—Yo no lo llamaría de esa manera.

—Pero, ¿qué podemos hacer si es la verdad?

—Si lo dice Su Alteza, el príncipe heredero, no me queda más que aceptarlo.

—En fin, encontré un registro de ella. Y también…. —Iandros, que parecía a punto de decir algo más, cerró los labios—. No, mejor lo hablaré cuando esté más seguro —dijo, y Thiel y Ferdian no lo presionaron más. 

Thiel se dedicó a comer los dulces y galletas que Ian le ofrecía mientras lo observaba de reojo. 

Iandros, a pesar de las preocupaciones de Thiel, no parecía estar mal. No se veía inestable.

Debido a que Thiel e Ian estaban vinculados, Thiel podía percibir su estado.

Qué alivio.

Thiel pensó que, aunque su vínculo con Ian era solo parcial, resultaba bastante útil. Y se preguntaba si habría sido aún más conveniente si el vínculo hubiera sido completo….

—Thiel.

Sumida en sus pensamientos, Thiel se sobresaltó cuando escuchó que la llamaban. Al levantar la cabeza, vio que Ian y Ferdian la miraban.

—¿Me llamabas?

—Sí. Últimamente, los movimientos de Nesstian han sido extraños. Creo que debes saberlo.

—¿Nesstian?

—La nieta de Nesstian, Rowen Nesstian, ha desaparecido.

—¿Rowen?

—No solo eso, también se ha detectado que intentan ocultar algo. Sospecho que lo que vuestra familia está buscando podría estar en Nesstian.

Iandros miró a Ferdian, quien arqueó una ceja.

—¿Hablas del tipo que escapó?

—Sí, el cómplice de Ossian Russell. Francamente, ¿cuántos lugares en el Imperio de Cracion hay donde podrían esconderse de los ojos de la familia imperial y de los Asterian?

—Ah, entonces, lo que dices es que Nesstian también podría estar involucrado en lo de Ossian Russell,

—Es una conjetura, por ahora.

Parecía que Iandros había investigado mucho durante el tiempo que había estado fuera de contacto con Thiel. Dirigiéndose a Ferdian, Iandros continuó:

—Está claro que Ossian Russell no pudo hacer todo esto solo. Es un hecho que hay alguien detrás. Creo que es o Iker o Nesstian.

—Yo también pienso lo mismo. Pero… no podemos registrar Nesstian sin pruebas sólidas.

—¿No puedes usar tus habilidades?

—El fuego de los Salamandra se debilita si se alejan de nosotros. Si lo introducimos en el territorio de Nesstian, las llamas se apagarán y desaparecerán —respondió Ferdian.

Ferdian, Iandros y Thiel discutieron muchos otros temas, pero Iandros no volvió a hablar sobre la princesa.

¿Por qué sería? ¿Acaso porque, como había dicho, aún no estaba seguro de todo?

La conversación terminó cuando el sol comenzó a ponerse.

—Es hora de que se vayan. También necesitan descansar.

—Ya lo tenía en mente —dijo Ferdian, pero Iandros ignoró su comentario y se dirigió a Thiel.

—Perdona por no haberte contactado antes. Te enviaré una respuesta pronto.

—No pasa nada. No quiero presionarte cuando sé que estás ocupado. Me basta con saber que estás bien. Y además….

Thiel hizo un gesto a Ian para que se inclinara, acercando su boca a su oreja para susurrarle algo. Pero al darse cuenta de que Ferdian los observaba, se detuvo.

—…

—…

—Sal —dijeron, primero Ferdian, luego Thiel y, por último, Iandros.

Ferdian salió de la habitación encogiéndose de hombros, con una expresión de alguien que acaba de perder a su preciada hermana pequeña. 

Thiel, después de asegurarse de que Ferdian había salido, llevó sus manos redondeadas a su boca y susurró:  

—No le conté a nadie sobre lo del cojín.

—¡…!

—Así que… no se avergüence.

✦   　 .        *        ˚             ✦   　 .        *        ˚             ✦

—¿Está muerto?

Alpheus dejó caer su monóculo en la mano mientras repetía la pregunta. Los guardias de la prisión subterránea, que habían subido a informar, asintieron con la cabeza.  

—De repente comenzó a gritar, así que llamamos de inmediato al médico, pero ya había fallecido.

—¿La causa de la muerte?

—Dicen que murió de susto.

—¿Murió de susto? —preguntó Alpheus, poniéndose de pie. 

¿Miedo? ¿Cómo es posible que alguien muera de susto en la prisión subterránea? Apenas se podía ver un paso adelante en esa oscuridad, entonces, ¿qué podría haberlo asustado tanto? 

Los guardias, asumiendo que Alpheus los estaba reprendiendo, temblaban y bajaban la cabeza.  

—¡Es nuestra culpa!

—Explícalo bien.

—Cuando lo encontramos, tenía los ojos bien abiertos y espuma en la boca. No parecía haber otra cosa fuera de lo común. Inmediatamente lo llevamos al médico, pero ya había fallecido.

Alpheus suspiró. No habían podido atrapar al cómplice que había escapado, y ahora el prisionero que habían capturado estaba muerto. ¿De miedo? Cuanto más lo pensaba, más extraño le parecía todo. 

No solo el caso de Ossian Russell, sino que todos estos acontecimientos tenían algo que no encajaba del todo. 

Finalmente, Alpheus decidió examinar personalmente el cadáver de Ossian Russell. Justo cuando Thiel y Ferdian no estaban en la mansión, este era el momento adecuado. 

Aunque a Thiel no le importara, Ferdian, ese tipo, armaría un escándalo diciendo que deberían abrir el cuerpo para investigar si se enteraba de que Ossian había muerto sin una causa clara. 

Alpheus pasó junto a los guardias, que estaban arrodillados, y dijo:  

—Iré yo mismo a revisarlo. No se lo mencionen a Rudian por ahora….

En ese momento, la puerta de la oficina de Alpheus se abrió de golpe. Los guardias se estremecieron. 

Sin siquiera mirar hacia atrás, supieron que quien había abierto la puerta era Rudian Asterian, el mismo de quien Alpheus acababa de decir ‘no le mencionen nada’. 

Con Ferdian y Karthus fuera de la casa, solo Rudian Asterian entraría a la oficina de Alpheus de esa manera tan abrupta. 

Alpheus, con una mirada fría, observó a su nieto, quien casi había destrozado la puerta al entrar. El ‘nieto’ lo miró de vuelta con una expresión descarada y preguntó:  

—¿Qué es lo que no quieres que me digan?