⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
En menos de cinco segundos después de que Alpheus le pidiera que no lo delatara, fue descubierto por Rudian, y lo miró desconcertado.
—¿Por qué has venido?
—Como Thiel y Ferdian desaparecieron, quería preguntar a dónde fueron. Pero, ¿qué era eso que no debía decir?
—Si no lo has escuchado, mejor.
—¿Quién murió? ¿Ese miserable de Ossian?
Ya lo había escuchado todo.
Alpheus se llevó la mano a la frente, incapaz de controlar el comportamiento de Rudian.
Este mocoso, desde que fue enviado a la academia, parece que solo ha empeorado, y ahora no duda en maldecir delante de su propio abuelo.
—Sí, parece que ha muerto. Iba justo a verificarlo.
—Voy contigo.
—No debes venir.
Sin embargo, Rudian, fingiendo no escuchar las palabras de Alpheus, lo siguió con firmeza.
Alpheus, resignado a no poder detener a su nieto, se dirigió junto a él a la prisión subterránea de Asterian.
Allí estaba el cuerpo de Ossian tirado, cubierto por una tela blanca que alguien había puesto encima.
Los guardias dijeron que lo habían mostrado al médico, así que era probable que fuera el médico de Asterian quien lo cubrió.
Cuando Alpheus y Rudian se pararon frente al cuerpo, los guardias levantaron con cautela la tela para mostrar el rostro de Ossian.
—¡…!
Rudian frunció el ceño.
Alpheus miró el cadáver con expresión tranquila.
El cuerpo presentaba un aspecto horrible, con los ojos bien abiertos, como si hubiera visto algo aterrador.
Alpheus no observó el cadáver por mucho tiempo y ordenó que lo volvieran a cubrir, luego preguntó.
—¿Algún signo de intrusión?
—No, murió mientras los guardias estaban justo al frente, ni siquiera fue en el cambio de turno, por lo que no hay posibilidad de que alguien haya entrado.
El guardia informó con detalle. Alpheus asintió. De hecho, era imposible que alguien se infiltrara en la prisión de Asterian.
Entonces, ¿por qué demonios había muerto Ossian?
¿Fue un suicidio?
Pero el momento de su muerte era demasiado conveniente, y el estado del cuerpo era extraño.
Después de reflexionar un momento, Alpheus llegó a la conclusión de que no parecía un suicidio.
—Guarden bien el cadáver y no limpien la celda que él usaba, déjenla como está.
—Sí, señor Alpheus.
Alpheus y Rudian dejaron atrás el cuerpo desfigurado de Ossian, que yacía en el frío suelo, y subieron de nuevo desde la prisión subterránea.
Los guardias, siguiendo las órdenes de Alpheus, no limpiaron la celda donde Ossian había estado.
Shhhh…
Poco después, una sombra negra de origen desconocido se deslizó y desapareció.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Cuando Thiel y Ferdian regresaron a la mansión de Asterian, ya se había terminado de lidiar con el cadáver de Ossian.
Karthus, tras confirmar que no había más que investigar en el cuerpo de Ossian, lo entregó a su familia.
Y, bajo la supervisión de Asterian, se celebró el funeral para evitar cualquier posible incidente.
No mucho después…
—¿Dices que vino alguien del templo?
Thiel abrió los ojos sorprendida.
Ria, que estaba arreglando el cabello de Thiel, también miró hacia la puerta, igualmente asombrada.
La criada, que había venido a informar, inclinó la cabeza respetuosamente y respondió.
—Sí, el gran sacerdote ha venido en persona. Está esperando en la sala de recepción.
Thiel, tras responder que lo entendía, giró rápidamente la cabeza hacia Ria.
—Ria, ¿por qué ha venido alguien del templo de repente?
—No lo sé, tal vez haya ocurrido algo en el templo. De lo contrario, no sería común que el gran sacerdote se moviera en persona… Permíteme terminar de atar tu cabello.
Ria, con manos rápidas, terminó de peinar el cabello de Thiel y le colocó un lazo decorativo.
Thiel no podía hacer esperar más al gran sacerdote, así que se levantó apresuradamente.
Aunque fuera algo nominal, Thiel era ahora la cabeza de la casa Asterian, y no podía delegar el encuentro con él a otra persona.
Thiel bajó corriendo por la escalera en espiral y se detuvo frente a la puerta de la sala de recepción.
Mirando a la criada que le había traído la noticia, Thiel preguntó.
—¿Le informaste a mi abuelo y a mi padre?
—No, ambos no están en la mansión en este momento, así que no pude decirles.
La criada respondió con voz apenada. Thiel asintió.
Alpheus y Karthus habían estado muy ocupados últimamente y apenas pasaban tiempo en la mansión.
Hubiera sido bueno si Ferdian o Rudian estuvieran presentes, pero ellos también habían salido hacia la academia debido a algunos problemas.
Por lo tanto, Thiel, que se encontraba sola para recibir al gran sacerdote, tragó saliva nerviosamente y abrió la puerta lentamente.
El gran sacerdote estaba sentado en el sofá de la sala de recepción, tomando té mientras esperaba a Thiel.
Cuando la puerta se abrió y Thiel entró, el gran sacerdote que estaba sentado giró la cabeza hacia ella, dejó su taza de té y se levantó de su asiento.
Thiel ya no era solo la hija noble de Asterian, sino la cabeza de la familia, por lo que el gran sacerdote debía mostrarle el respeto adecuado a esta joven.
—Saludo a la líder de la casa Asterian. Soy el gran sacerdote Andras.
Thiel no se sintió intimidada, ya que ya había conocido a Andras antes, por lo que inclinó la cabeza y devolvió el saludo.
—Hola, gran sacerdote. Soy Thiel Asterian.
Tenía siete años la primera vez que Thiel conoció a Andras, cuando acababa de llegar a la mansión Asterian para someterse a una prueba de paternidad.
En ese entonces, aún no había sido reconocida como hija de la familia Asterian.
Ahora, recibirlo como la líder de la familia le resultaba extraño. Sentía un cosquilleo en el pecho, como si algo cálido y emocionante estuviera subiendo.
Thiel reprimió esos sentimientos, mantuvo la compostura y, con mucha cortesía, invitó a Andras a sentarse primero.
Una vez que ambos estuvieron sentados, Thiel lo miró y le preguntó.
—Me dijeron que venías a verme.
—Sí, aunque, para ser exactos, no vine a ver a la ‘líder de la casa Asterian’, sino a la hija del dios Lysette.
Thiel entendió el significado de las palabras de Andras. Con cautela, la joven asintió y preguntó.
—¿Ha pasado algo en el templo?
—No hemos recibido más oráculos del dios Lysette. En realidad, no es que los oráculos fueran frecuentes antes, pero ha pasado mucho tiempo desde el último, y eso nos preocupa, por eso vine a verte con urgencia, Thiel.
—¿Que se han detenido los oráculos…?
Thiel abrió los ojos con sorpresa.
Ahora que lo pensaba, cuando era pequeña, solía escuchar una voz cálida y amable que le susurraba al oído de vez en cuando.
Fue solo después de descubrir que era la niña protegida por el dios Lysette que entendió que esa voz era del dios.
Pero desde que cumplió siete años, esa voz no había vuelto a aparecer.
—Por eso vine a comprobar si te ha ocurrido algo, Thiel.
—Yo estoy bien, pero hay algo que debo contarles.
Con una actitud cautelosa, Thiel comenzó a hablar.
Le contó a Andras que cuando tenía siete años solía escuchar lo que suponía era la ‘voz del dios’, pero que desde entonces no la había vuelto a escuchar.
—¿Es posible que algo le haya sucedido al dios Lysette?
—Es posible. Porque…
Andras sacó un pañuelo para secarse el sudor. Thiel parpadeó, esperando pacientemente las siguientes palabras del sacerdote.
Después de limpiarse el sudor y tomar un sorbo de té, Andras continuó.
—¿Sabías que en el Imperio Cracion, independientemente de la estación, los días y las noches son de igual duración?
—Sí, lo sé.
—Sin embargo, últimamente, la noche ha comenzado a ser un poco más larga que el día. Al principio pensamos que era un error o una confusión, pero no lo es.
—¿La noche se ha alargado?
¿Es posible? Thiel abrió los ojos sorprendida.
Andras siguió hablando.
—Esto demuestra que el poder del dios Lysette, quien protegía al Imperio Cracion, se ha debilitado. Afortunadamente, por ahora es tan leve que casi nadie se ha dado cuenta del cambio.
—……
—Pero si el día sigue acortándose y la noche sigue alargándose…
Andras miró a Thiel con firmeza.
—Los habitantes de Cracion empezarán a cuestionar tus habilidades y tu naturaleza divina, Thiel.
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