⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Andras se despidió de Thiel después de transmitirle el mensaje y regresó apresuradamente al templo.

Thiel, tras despedir a Andras, volvió a su habitación. Ria estaba allí, peinándole el cabello de nuevo y ayudándola a cambiarse a su ropa de estar en casa.

—Señorita, ¿escuchó alguna mala noticia?

Ria, que no había escuchado la conversación entre Andras y Thiel, inclinó la cabeza con curiosidad mientras preguntaba. 

Ria llevaba cinco años sirviendo a Thiel de cerca. Por eso, para ella era más fácil que comer sopa fría reconocer el estado de ánimo de Thiel solo con ver su rostro.

—¿Hmm? Ah, no es nada importante.

Thiel decidió no contarle a Ria sobre la conversación que había tenido con Andras. 

No era porque no confiara en ella, sino porque lo que Andras le había contado era tan impactante que ni siquiera Thiel podía creerlo.

Que la noche sea más larga que el día…

¿Podría estar relacionado con los recientes sucesos que han estado ocurriendo? 

Mientras Thiel reflexionaba en silencio, Ria deshacía completamente las trenzas que había hecho en su cabello.

—Si es así, me alegro. ¿Quiere descansar un poco? La despertaré antes de la hora de la cena.

Ria, suavemente, acarició el hombro de Thiel y la ayudó a recostarse. Thiel no rechazó el gesto y cerró los ojos, acostándose tranquilamente.

—Solo un poco, por favor. Despiértame cuando papá y el abuelo regresen a la mansión.

—No se preocupe, señorita. Duerma bien.

Thiel, con el cuerpo cansado, se acurrucó bajo la suave manta y cerró los ojos. Pronto el sueño comenzó a invadirla.

Ria se aseguró de que la manta cubriera bien a Thiel y cerró la ventana para que no entrara viento antes de salir de la habitación.

Tac.  

La puerta se cerró.

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¿Dónde estoy?

Thiel abrió los ojos en la oscuridad. Al parpadear, empezó a distinguir un paisaje borroso.

Era un lugar desconocido. Sobresaltada, Thiel se encogió y, por reflejo, intentó usar su habilidad.

Pero no funcionaba.  

¿Por qué, qué está pasando?

Desesperada, juntó las manos, tal como hacía de pequeña, e intentó invocar su habilidad con todo su corazón.

Sin embargo, en lugar de que la luz se reuniera en sus manos, solo la oscuridad se acercaba lentamente.

Esa oscuridad se asemejaba a insectos o quizá a la sombra de alguien, lo que hizo que Thiel sacudiera las manos como si hubiera tocado algo que no debía.

—¿Dónde estoy…?

Estaba segura de que había estado durmiendo en su habitación en la mansión Asterian. Entonces, ¿por qué al despertar se encontraba en este extraño lugar?

Thiel decidió no moverse imprudentemente y probó si podía invocar a los peces de agua que solía controlar.  

Pero tampoco logró invocarlos.  

Parece que no puedo invocarlos sin mi habilidad.

¿Por qué justo después de escuchar esas inquietantes palabras de Andras ocurrió algo así? La pequeña cabeza de Thiel estaba llena de pensamientos ominosos.

¿Me habrán traído aquí mientras dormía?

Si ese fuera el caso, los sirvientes y caballeros de la mansión Asterian, su papá, su abuelo y sus hermanos no habrían permanecido de brazos cruzados.

Fue entonces cuando escuchó un murmullo en la oscuridad.  

Thiel, como hipnotizada, comenzó a acercarse al origen del sonido, que se hacía cada vez más claro.

¿Qué es ese sonido?

Justo cuando Thiel intentaba concentrarse para entender de qué se trataba, un siseo sonó de repente.

¡Sssssss!

Un enjambre de serpientes salió disparado de los arbustos, lanzándose sobre Thiel. Ella, aterrada, huyó a toda prisa.

¿Qué es esto?

¡Crash!

Al correr sin mirar adelante, tropezó con algo y cayó, pero se levantó rápidamente y continuó corriendo.

Al sentir que sus piernas no eran lo suficientemente rápidas, se transformó en su forma de criatura. 

Era una hermosa pantera de nieve con un pelaje blanco. Aunque había crecido mucho desde su infancia, seguía siendo más pequeña que otras panteras.

Thiel, en su forma de pantera, corrió a través de la oscuridad.

Poco después, el sonido de las serpientes siseando volvió a alcanzarla, y nuevamente el enjambre la cubrió. Thiel corrió con todas sus fuerzas, pero finalmente volvió a caer.

Esta vez no pudo levantarse de inmediato, y las serpientes se enroscaron a su alrededor como si hubieran estado esperando ese momento.

¡No, por favor, no!

Criaturas desconocidas comenzaron a apilarse una tras otra sobre el cuerpo de la pantera.

Se amontonaban y amontonaban, hasta que de repente, Thiel vio una cara familiar frente a sus ojos.

Esa chica…

Era la niña que había intentado atacarla. También era la misma que estaban protegiendo en la mansión Asterian.

Pero, ¿por qué estaba ella aquí…?

—¡Aaaaaah!

Thiel gritó y se incorporó de golpe en su cama. Su cuerpo estaba empapado en sudor frío, y la ropa que había cambiado antes estaba completamente húmeda.

Al parecer, había estado luchando mientras dormía, porque la manta que Ria le había puesto estaba tirada lejos de la cama.

Thiel respiraba con dificultad mientras miraba a su alrededor. 

Estaba en su habitación.

¿Fue un sueño?

Thiel, dándose cuenta de que todo lo que había vivido era un sueño, se llevó la mano al pecho, tratando de calmar su respiración agitada. 

¿Por qué tuve este sueño? ¿Por qué apareció esa chica en mi sueño?

¿Será porque escuchó ‘esas palabras’ del sumo sacerdote durante el día?

No. Thiel había estado teniendo pesadillas desde hacía bastante tiempo. Por eso, últimamente, Ria le estaba preparando una infusión para ayudarla a dormir mejor. 

No parecía que este sueño fuera solo una reacción al estrés por lo que había ocurrido durante el día. Thiel se acercó a la ventana, corrió las cortinas y la abrió. 

La luz de la luna iluminaba brillantemente la habitación. El cabello blanco de Thiel brillaba y ondeaba bajo la luz de la luna. La joven permaneció un rato disfrutando de la brisa nocturna desde la ventana.

Luego, juntó las manos con cuidado e intentó usar su habilidad. 

¡Fwaaah!  

A diferencia del sueño, pequeños fragmentos de luz comenzaron a reunirse en sus manos. 

Se reunían y reunían hasta formar una gran esfera luminosa. Al mismo tiempo, aparecieron dos peces que comenzaron a girar alrededor de las manos de Thiel. 

Aliviada de que su habilidad funcionara, Thiel desintegró la esfera de luz en cientos de pequeños fragmentos que arrojó por la ventana.

Los fragmentos de luz, brillando en blanco, cayeron como copos de nieve sobre el jardín.

Thiel observó la escena en silencio y, después de un rato, cerró la ventana con un leve ‘umph’. 

¿Qué hora es?

Ria había prometido despertarla antes de la cena, pero parecía que ya había pasado mucho tiempo. 

Tal vez Ria había entrado a despertarla pero, al verla durmiendo tan profundamente, decidió no hacerlo.

Ria sabía que Thiel no había estado durmiendo bien últimamente, por lo que solía dejarla descansar cuando veía que finalmente dormía profundamente. 

¡Criiik!

Thiel abrió la puerta con cuidado. Las sirvientas que caminaban por el pasillo la vieron y se acercaron rápidamente.

—Señorita, ¿ya se despertó?

—¿Tiene hambre? ¿Le preparo algo de comer?

—Hmm, no, estoy bien. Pero, ¿y papá y el abuelo? ¿Dónde están?

Preguntó Thiel con cautela, a lo que las sirvientas le respondieron con una sonrisa brillante.

—Probablemente ambos estén descansando en sus habitaciones. ¿Quiere que les avise?

—No, yo iré. Y otra cosa, ¿recuerdan a esa chica de la que les hablé antes?

—¿La chica?

—Sí, la que fue traída aquí por el delito de haberme atacado. ¿Saben dónde está ahora?

—Ah, esa chica…

La sirvienta puso una expresión incómoda. Al parecer, Alpheus o Karthus les habían dicho que no mencionaran a esa chica frente a Thiel. 

No queriendo incomodar a la sirvienta, Thiel sacudió la cabeza. 

—No importa. Olvídalo. Se lo preguntaré a papá.

—Está bien, señorita. Gracias.

Las sirvientas, dándose cuenta de la amabilidad de Thiel, le sonrieron cálidamente y continuaron con sus tareas. 

Thiel, por su parte, se dirigió rápidamente hacia la habitación de Karthus.

Normalmente, Thiel caminaba con pasos alegres y ligeros, pero hoy, tras la pesadilla, sus pies parecían algo pesados.

Thiel llegó frente a la puerta de Karthus y golpeó suavemente.

No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera y Karthus Asterian apareciera desde el interior de la habitación.

—¿Thiel?