⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Thiel e Ian siguieron a los peces.

Los peces se adentraron en la mansión, recorriendo un pasillo sinuoso y adentrándose en una parte de la casa a la que Ian nunca había llevado a Thiel.

—¿Hasta dónde van?

—Eso me pregunto yo, ¿hasta dónde vamos? —preguntó Thiel inclinando la cabeza. 

Ian, tras dudar un momento, tomó la mano de Thiel firmemente.

—¿…Ian?

—Vamos.

—¿Por qué me tomaste de la mano de repente?

—Normalmente te abrazaría.

—Eso es cierto, pero…

Mientras Thiel e Ian charlaban ligeramente, los peces giraban alrededor de ellos y avanzaban, guiándolos a algún lugar.

Finalmente, se detuvieron frente a una puerta. Ian y Thiel se detuvieron sin abrirla.

—¿Qué habitación es esta?

—No lo sé. Como sabes, aquí hay cientos de habitaciones.

—¿Y si entramos y nos quedamos atrapados en un laberinto como te pasó a ti?

—Esa es también mi preocupación. No me importa quedarme atrapado solo, pero ahora estás conmigo.

Ian habló con tranquilidad. Thiel se contuvo de decirle que, para ella, la idea de que Ian se quedara atrapado solo también era aterradora.

—Pero esta vez estará bien. Aunque nos quedemos atrapados, tus peces están aquí…

Apenas terminó de hablar, los peces comenzaron a girar alrededor de los dedos de Thiel, como si intentaran tranquilizarla.

Las aletas que rozaban levemente los dedos de Thiel brillaban sin cesar.

Thiel e Ian se miraron durante un momento y decidieron entrar en la habitación.

—¿Puedo abrirla yo?

—Si eso es lo que quieres, adelante.

Ian aceptó sin problema.

Ian estaba preparado para abrir la entrada del espacio dimensional y escapar abrazando a Thiel si algo sucedía, así que dejar que Thiel abriera la puerta no suponía un riesgo.

Thiel abrió la puerta con cuidado.

Con un clic, la puerta se abrió. Ian y Thiel se quedaron en el umbral, observando la habitación antes de entrar.

En el siguiente instante, ambos abrieron los ojos de par en par.

—¿Qué… qué es esto?

Thiel se tapó la boca con cuidado ante la escena frente a ellos y miró a Ian.

Pero Ian también estaba sorprendido.

—¿Qué es esto?

Lo que veían era una pared llena de fragmentos de luz.

Las cuatro paredes estaban cubiertas de estos fragmentos, haciendo que la habitación estuviera tan iluminada como si fuera de día.

Aunque ninguno de los fragmentos tenía el brillo tan intenso como los que Thiel había creado antes, la acumulación de cientos de luces tenues llenaba la habitación con una luz brillante.

Thiel no entendía por qué había tantos fragmentos de luz dentro del espacio dimensional de Ian.

—¿Por qué está esto aquí…?

Ian tampoco comprendía por qué los fragmentos de luz de Thiel estaban en lo más profundo de su espacio dimensional.

Mientras ambos observaban la habitación con asombro, el pez que los había guiado hasta allí se transformó en un puñado de luz y se fusionó con los fragmentos de la pared.

El pez que ayudó a Ian no había sido enviado por Thiel, sino que había salido del propio espacio dimensional de Ian…

Aunque ninguno de los dos sabía por qué los poderes de Thiel estaban almacenados aquí, la situación no les resultaba negativa.

—¿Puedes absorberlos?

Ian le preguntó a Thiel. Ella acercó la mano a la pared con cuidado y asintió.

—Sí, puedo absorberlos.

—Entonces hazlo rápido, necesitamos tener ese poder en caso de que ocurra algo.

Tras escuchar a Ian, Thiel tocó con cuidado la pared y miró los fragmentos de luz.

Los fragmentos brillaban sin parar, como si intentaran atraer a Thiel.

—Adiós…

Susurró Thiel, y en un instante todos los fragmentos de luz fueron absorbidos por su mano.

Su cabello blanco ondeó ligeramente por la energía y una gran luz destelló en su palma.

Sin embargo, Thiel no absorbió todos los fragmentos de la habitación.

Dejó la pared donde el pez acababa de entrar.

Así, incluso después de absorber los fragmentos, la habitación no quedó a oscuras.

Ian miró a Thiel, como si quisiera saber por qué no absorbió los fragmentos de esa pared.

La razón por la cual Thiel no los absorbió era simple.

No puedo permitir que algo le pase a Ian…

Si algo sucedía, necesitaría el poder para ayudar a Ian nuevamente.

Thiel tenía la corazonada de que ese pez ayudaría a Ian una vez más en el futuro.

Ian, entendiendo en parte los pensamientos de Thiel, no insistió en preguntar por qué no los había absorbido.

—De cualquier manera, logramos nuestro objetivo.

Además, habían absorbido mucho más poder del que esperaban inicialmente. Con esa cantidad, no tendrían que preocuparse por un tiempo.

Pero, ¿y después?

¿Qué sucedería después de que todo ese poder se agotara?

La misma inquietud surgió en los corazones de Ian y Thiel, pero ninguno lo mencionó.

—Vamos, no nos conviene quedarnos aquí mucho tiempo.

Por alguna razón, Thiel se sintió triste al escuchar esas palabras.

Para Ian, antes este espacio dimensional era su único refugio.

Además, Thiel sabía bien lo que significaba ese lugar para Ian, ya que había leído los recuerdos del espacio.

Que Ian dijera que no había nada bueno en quedarse allí por mucho tiempo…

Thiel deseaba con todas sus fuerzas que un día se volviera a encender la luz en este espacio, es decir, en esta mansión.

No era un deseo tan irreal.

( Antes, ni siquiera se podía encender una vela aquí. )

Sin embargo, el espacio dimensional de Iandros permitía la luz de Thiel. Por eso, Thiel solía regalar a Iandros objetos sagrados impregnados con su poder.

Y alguna vez había soñado con iluminar todo este espacio dimensional con su poder…

¿Llegará ese día?

Thiel miró el pasillo vacío, oscuro y sombrío, pensando distraídamente.

Iandros, sujetando la mano de Thiel, dibujó un gran círculo en el aire.

El espacio se rasgó y desgarró, apareciendo una salida que conectaba el espacio dimensional con el exterior.

Ian, por si acaso ocurría algo inesperado, dejó salir primero a Thiel y luego él la siguió.

Thiel salió primero, sin soltar la mano de Iandros.

—¿Eh?

—¿Thiel?

Frente a Thiel estaban Ferdian y Rudian.

Thiel giró los ojos para comprobar dónde habían salido.

Este lugar era… ¡la habitación de Ferdian!

Iandros había abierto la salida hacia la habitación de Ferdian. La mirada de Ferdian y Rudian se dirigió simultáneamente hacia la mano de Thiel, que sostenía firmemente la de Iandros.

—Jeje.

Y poco después, el dueño de la otra mano apareció. Iandros salió del espacio dimensional y al ver a Ferdian y Rudian frunció el ceño.

—¿Qué hacen ustedes aquí?

—Este es el cuarto de mis hermanos…

Thiel golpeó suavemente a Iandros, quien encogió los hombros.

—¿Sí? Parece que abrí mal la salida.

—¿Abrir mal la salida? Tú nunca has abierto mal una salida —Dijo Ferdian.

Ferdian tenía razón. 

Iandros nunca había abierto mal una salida.

Si Ian hubiera abierto la salida hacia la habitación de Ferdian a propósito, sería diferente, pero por lo que parecía, no parecía que Iandros lo hubiera hecho intencionalmente.

—Últimamente mi poder es inestable.

Iandros lo confesó con tranquilidad. Ya se lo había dicho a los demás miembros de Asterian, así que no tenía sentido ocultarlo.

—Así que abrí la salida incorrecta. Pido disculpas. Pero si ustedes se hubieran ido tan pronto como apareció la salida, no estaríamos aquí enfrentándonos incómodamente —Iandros respondió con descaro. 

Aunque Ferdian y Rudian lo miraron como si no pudieran creerlo, no lo reprocharon.

La mirada de Rudian se dirigió lentamente hacia la mano de Thiel.

Fue entonces cuando Thiel se dio cuenta de que todavía tenía agarrada la mano de Iandros y rápidamente la soltó.