⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—¡Ah!

Thiel se despertó de repente. Su espalda estaba completamente empapada de sudor frío. Su cabello blanco y ondulado estaba pegado a su frente por el sudor.

—¿Señorita?

Ria, quien había estado dormitando junto a la cama, se despertó sobresaltada al sentir que Thiel se movía. Con una expresión preocupada, tocó la frente de Thiel.

—¿Señorita, está bien?

—¿Eh? Sí… estoy bien… ¿Pero qué haces aquí, Ria?

Thiel aceptó el toque suave de Ria sin resistirse. Ria le limpió con esmero el sudor frío de la frente.

—Estuve cuidando de usted toda la noche porque estuvo enferma, señorita.

Mientras escuchaba a Ria, Thiel trató de recordar lo que había estado haciendo justo antes de quedarse dormida.

—Ian me llevó al espacio dimensional.

¿Y después?

Recordaba que Iandros la consoló dentro de ese lugar y que se quedó dormida junto a él. Hasta ahí llegaban sus recuerdos. También recordaba que Iandros le mostró su forma animal para consolarla… Pero al no recordar más, dedujo que se quedó dormida y que Iandros la llevó de vuelta a la mansión Everard mientras dormía.

—¿Tuvo una pesadilla?

Ria seguía preguntando con expresión preocupada, con las cejas caídas de angustia.

Thiel asintió con la cabeza.

—Sí, tuve una pesadilla…

Al responder, bajó la cabeza inconscientemente y, al ver algo cerca de su mano, dio un respingo hacia atrás.

La manta que la cubría cayó al suelo, y los ojos redondos de Thiel se abrieron de par en par. Encogida y temblorosa, miraba con miedo ‘algo’.

—¡Señorita…!

Ria la abrazó con fuerza. Lo que había visto Thiel y que la había asustado tanto era la misma ‘serpiente negra’ que había estado atacando a sus peces mientras dormía.

—¡¿Por qué está aquí…?!

Era idéntica a la serpiente de su sueño.

No había ninguna diferencia con la imagen que había visto en el sueño.

Al despertarse empapada en sudor frío, Thiel se sintió aliviada al darse cuenta de que todo lo que acababa de experimentar había sido solo un sueño.

No había serpientes que quisieran devorarla, solo estaba Ria, que la cuidaba con cariño. No había serpientes, ni voces terroríficas que la atormentaran. Eso era lo que ella creía. Era solo un sueño, y esto era la realidad.

O al menos, debería haberlo sido.

Pero…

—¡R-Ria!

El grito de Thiel fue casi un alarido. Cuando se dio cuenta de que el sueño no había sido solo un sueño, el miedo se apoderó de ella. Thiel sintió como si la serpiente de miedo la estuviera estrangulando, dejándola sin aliento.

—Señorita, mi querida señorita… ¿Debería llamar al señor Karthus? Si está muy asustada…

Ria, sin saber qué hacer, miraba a la ‘serpiente’ que Thiel señalaba. Karthus ya había intentado deshacerse de esa forma de serpiente mientras Thiel dormía.

Pero había fracasado.

Así que aunque trajeran a Karthus, no resolvería el problema de inmediato. Sin embargo, Thiel necesitaba a alguien que la protegiera. Ria, abrazando a la temblorosa Thiel, la veía como si aún fuera la niña de siete años que había sido.

Entonces, en ese momento, la forma de la serpiente negra, que seguía devorando los peces de Thiel, se desvaneció.

—…..

—¡Señorita… ha desaparecido!

Ria habló. Thiel, con los ojos bien abiertos, miró a su alrededor. ¿Dónde estaba?

Pero no se veía por ningún lado. Parecía haber desaparecido por completo… Sin embargo, Thiel lo sabía instintivamente. La serpiente no había desaparecido.

Solo se había retirado temporalmente.

Aunque nadie se lo dijera, ella lo sabía. La serpiente volvería. Tal como había venido a buscarla cuando era niña, tal como había vuelto ahora. Regresaría de nuevo algún día.

Eso lo sabía de manera instintiva.

Thiel abrazó más fuerte a Ria por la cintura. Ria la rodeó con sus brazos, como si Thiel siguiera siendo esa niña de siete años.

—Mi querida señorita, nuestra hermosa señorita. No se preocupe demasiado, Asterian la protegerá…

Ria le habló en voz baja, como si la estuviera consolando.

Como si respondiera a las palabras de Ria, el pequeño salamandra, que había estado escondido bajo la manta, intimidado por la presencia de la serpiente, soltó una pequeña llamarada.

Thiel, temblando, asintió con la cabeza.

Aún podía sentir claramente la presión de la serpiente del sueño estrangulándola.

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—He investigado sobre esa serpiente.

Ferdian dejó un pergamino frente a Rudian mientras hablaba. Rudian entrecerró los ojos y preguntó:

—¿Has investigado? ¿Cómo? No es fácil investigar algo aquí. No tenemos una biblioteca en Everard.

Cada familia tenía una biblioteca donde guardaban todos sus documentos importantes. Esas bibliotecas eran prácticamente reliquias familiares, y Everard no tenía una.

La familia había sido destruida y apenas reconstruida en esta generación, bajo Karl Everard. Así que, naturalmente, no había biblioteca disponible. Mientras estuvieran en Arcadia, era casi imposible hacer una investigación adecuada.

Si volvieran a la mansión de Asterian, la investigación sería más fácil, pero Arcadia y Asterian estaban demasiado lejos para regresar de inmediato.

Además, si Asterian, incluyendo a Thiel, se retiraba completamente, Rowen podría incitar a las bestias a hacer algo peligroso. Era mejor vigilarla de cerca y detenerla en el momento en que cruzara la línea.

Por esas razones, Ferdian y Rudian no habían podido regresar y seguían permaneciendo en Arcadia. Fue en medio de esa situación que Ferdian le entregó el pergamino a Rudian, diciendo que había realizado una investigación. Era natural que Rudian se sorprendiera.

—Le pedí ayuda a Clemence. Aunque Asterian está lejos, Arne está más cerca de lo que parece. Además, la biblioteca de Arne tiene una enorme cantidad de información.

—Pero Arne también está lejos, ¿no?

—Olivier me ayudó.

Ferdian respondió con franqueza. 

Rudian asintió. 

Con las habilidades de Olivier, no era imposible ir y volver de Arne en un instante.

—Debió de haber sido un trabajo arduo, pero…

Sin embargo, eso no era algo que Rudian considerara importante. Aceptó la explicación y tomó el pergamino que Ferdian le entregó.

—Manéjalo con cuidado, no es una copia.

Con las palabras de Ferdian, Rudian comenzó a leer el pergamino. Parecía bastante antiguo, y las huellas del tiempo estaban claramente visibles. En él, unas gruesas letras en una lengua antigua estaban inscritas. 

Sin embargo, debido al paso de los años, la tinta se había desvanecido y no era fácil de leer. Rudian miró a Ferdian con asombro.

—¿Trajiste el original?

—¿Cuándo iba a hacer una copia?

—¡Es un documento valioso!

—El jefe de la familia Arne lo permitió. Deja de quejarte y lee.

Ferdian respondió con fastidio. Rudian negó con la cabeza y chasqueó la lengua. A pesar de que la gente solía pensar que Rudian Asterian tenía un carácter explosivo e impaciente, en realidad creía que Ferdian Asterian era el verdadero temperamental.

Rudian sabía leer más o menos la lengua antigua, pero este pergamino era tan viejo que no era fácil de descifrar. Además…

—¿Qué es esto?

—La serpiente.

Ferdian respondió.

Rudian frunció el ceño.

—¿La serpiente? Si te refieres a…

Ambos pensaron en lo mismo al mismo tiempo. La serpiente que se retorcía sobre Thiel mientras dormía, devorando todos sus peces. La serpiente que los hacía temer que algún día esa criatura se comería a su amada hermana…

—¿Una serpiente?

—Sí, este registro habla del antiguo dios maligno Orpheo —Ferdian respondió. 

Se acercó a Rudian y señaló con el dedo una frase debajo del dibujo de una serpiente.

Aunque la tinta estaba descolorida y las letras se habían corrido, Ferdian pudo leer la frase sin mayor dificultad.

—El dios maligno Orpheo domó al dios del desastre —Ferdian continuó hablando—. El dios maligno Orpheo domó al dios del desastre, Sek, y le dio parte de su poder. Le otorgó el nombre de Sek. El desastre, que antes era simplemente una calamidad, se convirtió en el dios del desastre Sek cuando Orpheo le dio un nombre. Toma la forma de una serpiente negra, y no tiene voluntad ni conciencia propia; no es más que un sirviente de Orpheo.

Los ojos dorados de Rudian brillaron con intensidad.

Preguntó incrédulo:

—Entonces… ¿lo que estaba junto a Thiel era el dios del desastre Sek?