⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Thiel recordó de repente las palabras de Ilum.

( Sin embargo, no sabemos cuánto tiempo más estará abierta. El poder de Renato está casi agotado. Quizás sea porque ha percibido que el señor Karl ha despertado. Cuando el poder de Renato se desvanezca por completo, esta puerta no volverá a abrirse. )

Este enorme sótano funcionaba gracias al poder que aún quedaba de Renato Virgilio Everard, el líder de la familia Everard que había muerto hace siglos. 

El problema era que nadie sabía cuánto tiempo más quedaba de ese poder. 

Ilum había dicho que el poder de Renato era ahora muy débil, y que no sabían cuándo podría cerrarse este lugar. 

Eso significaba que… 

Es una situación en la que no sería extraño que este lugar se derrumbara en cualquier momento.

Thiel finalmente entendió la causa del estruendo. 

¡El sótano de los Everard se estaba derrumbando! 

El rostro de Ilum estaba pálido. 

—¡Está colapsando!

Ilum gritó. Thiel giró la cabeza hacia donde Ilum miraba. 

Al final de la mirada de Ilum, había una estatua en una esquina, y desde debajo de la estatua estaba comenzando a filtrarse agua. 

No pasó mucho tiempo antes de que, con un crujido, el cuello de la estatua se rompiera de golpe. 

¡Todo se estaba derrumbando, desde dentro!

Afortunadamente, el espacio era amplio y, aunque la protección de Renato era muy débil, aún quedaba lo suficiente para evitar un colapso instantáneo. Aun así, si seguía así, pronto todo se vendría abajo.

Karl cerró el libro que Thiel sostenía y se lo entregó en las manos.

—Llévelo, señor Thiel. Será mejor que salgamos de aquí.

—¿Eh? Pero, estos libros no pueden sacarse de este lugar…

Había un hechizo especial que impedía que los libros salieran de este espacio. 

¿No era esa la razón por la que habían bajado hasta aquí para revisarlos? No podían llevarse estos libros fuera.

Pero Karl negó con la cabeza.

—Si el espacio está colapsando porque el poder de Renato se ha agotado, entonces podríamos llevárnoslos. El ‘hechizo’ también se habrá debilitado. Así que tómelos. Todo lo que podamos llevarnos, deberíamos recogerlo y salir ahora mismo.

—Lo que dice Karl es correcto. Tomemos todo lo que podamos.

Ferdian recogió algunos de los vastos registros de los Everard y se los lanzó a Iandros.

—¡Ian!

—Sabía que esto pasaría.

Iandros, sin inmutarse por los documentos que volaban hacia él, abrió su espacio dimensional.

¡Pah!

El espacio dimensional de Iandros se abrió. La entrada inestable del espacio se abría y cerraba repetidamente, revelando su interior oscuro.

—¡Ah, podemos guardarlos en el espacio dimensional…! —Thiel exclamó asombrada. 

Iandros asintió con la cabeza.

El espacio dimensional de Iandros era un lugar separado del espacio de la realidad. Por lo tanto, incluso si quedaba algún poderoso hechizo de Renato Virgilio Everard, podrían evitar parte de su influencia.

Además, en este momento el poder de Renato se estaba desvaneciendo, y todo el espacio se estaba colapsando. 

Si los metían en el espacio dimensional de Iandros, podrían sacarlos. ¡Esta era la única oportunidad!

Al darse cuenta de esto, todos comenzaron a recoger frenéticamente los documentos y tesoros de los Everard, arrojándolos al espacio dimensional de Iandros. 

Mientras Iandros observaba cómo Thiel metía los tesoros de los Everard en su espacio, se preocupaba brevemente por si podría sacarlos todos de manera segura.

En el pasado, no habría tenido ninguna preocupación. Pero ahora, su espacio dimensional no obedecía completamente su control.

Bueno, de todas formas, todo iba a desaparecer.

Iandros se encogió de hombros.

No tenían tiempo suficiente para recoger todos los documentos, pero lograron almacenar una cantidad considerable.

Ilum también recogió en una botella el ‘agua más pura’ que había estado acumulada en el centro del altar. Dijo que no sabía cuándo podría necesitarla.

¡Kugugung!

Otro estruendo resonó. Thiel levantó la vista hacia el techo.

El techo estaba empezando a agrietarse. 

Si seguía así, pronto se derrumbaría. ¡Debían salir de inmediato! Thiel agarró la mano de Iandros con fuerza.

—Ian, vámonos…

Ian asintió. Ilum los guió a todos hacia la entrada por la que habían entrado. 

Afortunadamente, la entrada aún estaba abierta, pero las grietas se extendían por toda la entrada, como si fuera a colapsar en cualquier momento.

—¡Karl!

Thiel llamó a Karl, que todavía estaba mirando el techo derrumbándose, absorto.

Las paredes donde estaba registrada toda la historia de los Everard también se estaban agrietando.

Era la primera vez que Karl había entrado en este lugar, por lo que era comprensible que sintiera tristeza al irse. Thiel entendía los sentimientos de Karl. 

Pero debían irse. 

Aunque lo entendía, si se quedaban allí, era evidente que serían sepultados junto con toda esa vasta cantidad de documentos y la historia de los Everard.

Cuando Thiel agarró bruscamente la mano de Karl, este finalmente reaccionó, abriendo los ojos de golpe.

—¡Vámonos, Karl!

—Sí, lo siento…

Karl usó su habilidad.

Karl creó una gran burbuja de agua y metió a Ferdian, Thiel e Iandros dentro. 

Karl mismo también se metió en la burbuja en lugar de nadar en su forma animal.

La gran burbuja brillaba con colores iridiscentes, al igual que cuando habían bajado, pero había una diferencia. 

Cuando bajaron, la burbuja de Karl había sido muy estable. 

Sin embargo, ahora la burbuja parecía extrañamente inestable, tambaleándose de manera preocupante.

¿Será que el colapso del poder de Renato está afectando al poder de Karl?

Había casos de habilidades resonando entre sí, por lo que no era una teoría descabellada.

Afortunadamente, aunque la burbuja se tambaleaba, no se rompió. Karl estaba a punto de usar su poder para enviar la burbuja al agua cuando de repente…

¡Kugugugung!

¡El tercer estruendo!

¡Crack!

El techo se agrietó y una enorme cantidad de agua se precipitó hacia abajo. Todo sucedió tan rápido que Thiel no tuvo tiempo ni para gritar.

La cantidad de agua que entraba era tal que podría haberse confundido con una explosión.

Afortunadamente, Karl fue más rápido empujándolos hacia la salida que el agua cayendo. 

Karl los empujó hacia la entrada y él mismo entró también. 

El problema era que el pasillo que conectaba con la entrada también se estaba agrietando.

—Se está agrietando…

Gracias a los peces de Thiel, que iluminaban las paredes del pasillo, Thiel pudo ver cómo el pasillo se fracturaba.

El pasillo se estaba quebrando. 

¿Qué sucederá si el pasillo se destruye por completo? ¿No podrán salir?

Ese miedo comenzó a invadir el pecho de Thiel. Pero ella apretó los labios y no dijo nada. 

El que más miedo debía sentir en ese momento era Karl, quien tenía la responsabilidad de proteger la vida de las tres personas. 

El que más tristeza debía sentir en ese momento era Karl, quien estaba presenciando el colapso de la historia de los Everard y de los rastros de su padre…

Por eso Thiel no dijo nada. Dobló sus temores dos, tres veces y los escondió en lo más profundo de su ser.

Los peces de Thiel brillaban como si respondieran a los sentimientos que ella reprimía. 

Karl, llevando a Thiel, Ferdian e Iandros, nadaba hacia arriba lo más rápido posible. 

La burbuja ascendía hacia la superficie a una velocidad incomparable con la que había descendido.

—Señorita Thiel.

En ese momento, una voz familiar llegó a los oídos de Thiel. 

¡Era la voz de Karl!

Thiel, que estaba sentada quieta con los ojos bien abiertos por el miedo, miró a Karl a través de la burbuja.

Karl movía los labios bajo el agua. Puso su mano sobre la burbuja en la que estaba Thiel.

—No tengas miedo.

La burbuja brilló con una luz transparente, como si respondiera a la voz de Karl. Thiel abrió la boca ligeramente.

La burbuja de Karl era una manifestación de su poder. Era un espacio similar al espacio dimensional de Iandros. 

Por eso Karl podía sentir claramente los sentimientos de Thiel, que estaba dentro de la burbuja.

Karl, al percatarse del miedo de Thiel, aceleró mientras ponía su mano sobre la burbuja en la que ella estaba.

Sin darse cuenta, Thiel extendió su mano a través de la barrera de la burbuja, tocando la de Karl.

—No tengas miedo, pronto te llevaré a la superficie —dijo Karl.

Y en ese momento,

¡Kugugugung!

Con otro estruendo, el pasillo se volvió a agrietar.