⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Ella leyó los documentos durante un largo rato, a pesar de que no había mucho escrito como para necesitar tanto tiempo.
Thiel, nerviosa, apretó la manga de Iandros con fuerza. Ian extendió la mano para calmarla.
—Tranquila, Thiel.
—…Sí.
Sin embargo, también era evidente que Iandros estaba tenso. El sonido de las páginas pasando continuó por un buen tiempo.
¡Tac!
Finalmente, la princesa cerró el libro. El cuerpo de Thiel se estremeció. Iandros, de forma instintiva, la jaló hacia sí, ocultándola detrás de su espalda. El cuerpo de Thiel quedó completamente cubierto por el de Ian.
—……
La princesa no dijo nada y solo los observó en silencio. Una tensión extraña llenó el espacio entre los tres. Fue en ese momento cuando Iandros apretó con más fuerza la empuñadura de su espada.
Paah.
La princesa abrió un espacio de bolsillo. Este era mucho más grande que el de Ian.
Thiel, de forma instintiva, miró dentro de ese espacio, pero a diferencia del que había visto antes, este estaba lleno de una oscura negrura. No se percibía ningún signo de vida dentro de él. Thiel frunció ligeramente el ceño.
Iandros, por su parte, también frunció el ceño, pero por otra razón. Ese era su propio espacio de bolsillo, y aun así, la princesa había abierto otro espacio dentro de él.
No solo lo había abierto, sino que la entrada era mucho más grande que la que Iandros había creado para entrar.
Eso significaba que su propio espacio se había vuelto inestable o que la princesa era demasiado poderosa, al punto de ignorar por completo el poder de Ian.
Ninguna de esas opciones le resultaba favorable.
Sin embargo, en ese momento, no se le ocurría ninguna forma de atraparla ni de derrotarla.
Aunque era solo un espectro del pasado, de alguna manera estaba allí, frente a ellos, con un poder abrumador.
Era un poder mucho mayor que el de Iandros y Thiel combinados.
Por eso, Ian no podía actuar precipitadamente ni herirla. Además, con su espacio de bolsillo inhabilitado, no podía encerrarla allí.
Lo único que podían hacer era observarla en silencio.
En realidad, es mejor así.
Si la princesa los hubiera atacado, ambos habrían muerto. Era mejor que ella desapareciera por su cuenta.
El intruso era tan poderoso que ni siquiera uniéndose a otras personas podrían derrotarla. No había forma de que solo ellos dos pudieran enfrentarla.
Por ello, Thiel e Iandros la dejaron marchar. La princesa les dirigió una última mirada antes de desaparecer fuera del espacio de bolsillo.
Solo entonces Iandros y Thiel soltaron el aire que habían estado conteniendo. Thiel llevó una mano a su pecho.
Su corazón latía con fuerza. Thiel respiraba con dificultad, con los ojos muy abiertos.
¿Qué ha sido eso?
La fuerza que había sentido de la princesa era aterradoramente familiar. Thiel estaba segura de que había sentido ese poder antes en algún lugar, pero no podía recordar dónde.
Mientras Thiel intentaba recuperar el aliento, Iandros la abrazó suavemente, dándole unas palmaditas en la espalda.
—Lo hiciste bien. Vámonos.
—¿Y el libro?
—Se lo llevó.
Ian asintió con la cabeza. La princesa había desaparecido llevándose el libro, dejando a ambos sin la información que tanto les había costado encontrar.
Thiel dio un paso con expresión de frustración. Quería salir y contarles lo ocurrido a los demás que los estaban esperando afuera.
Pero de repente…
—¡Ah!
Thiel se desplomó. Sus piernas no tenían fuerzas para sostenerla. Por suerte, antes de que cayera al suelo, Iandros la atrapó rápidamente, evitando que se lastimara.
—Ven, déjame cargarte.
Iandros la levantó en brazos. Thiel, aunque avergonzada, no protestó y se dejó llevar por él.
Recordó que, de pequeña, solía dejarse cargar por Ian, pero ahora, habiendo crecido tanto, se sentía extrañamente incómoda y avergonzada en sus brazos.
Sin embargo, Iandros, ajeno a su incomodidad, la llevó en brazos con total naturalidad y abrió la entrada del espacio de bolsillo.
Esta vez, la entrada se abrió.
El intruso había desaparecido, y con ello, el equilibrio del poder se había restaurado, permitiendo que el espacio funcionara nuevamente.
Sin dudarlo, Iandros salió del espacio cargando a Thiel. Al salir, los que los esperaban afuera corrieron hacia ellos.
—¡Thiel! ¿Qué le ha pasado?
—¿Qué hiciste ahí dentro?
—¿Su Alteza?
Kasos se acercó a Iandros.
—¿Qué sucedió dentro?
Tanto Ian como Thiel estaban exhaustos tras haber enfrentado al —intruso—, y tener que responder a tantas preguntas los abrumaba.
—En realidad, lo que pasó fue…
Thiel, que aún estaba en brazos de Iandros, fue quien habló, viendo lo cansado que él estaba.
Claro que no tenía la menor intención de hablar mientras seguía en sus brazos. Quería bajarse para explicar lo ocurrido, pero Iandros no la soltaba, así que tuvo que relatar lo que sucedió mientras seguía en sus brazos.
—Pues…
Ferdian frunció el ceño y dijo:
—¿Otro intruso en el espacio de bolsillo? ¿Y esa princesa robó el libro?
—Sí, exactamente.
—¿Por qué lo hizo? ¿Era un libro sobre ella? ¿O había algo que no debíamos descubrir?
—Pero revisamos todo minuciosamente en el sótano. No había información importante allí, solo historias generales. Además, ni siquiera se mencionaba el nombre de la princesa —dijo Iandros.
Ante sus palabras, Rudian inclinó la cabeza, perplejo.
—Entonces, ¿qué estaba escrito ahí? ¿Qué había que fue tan importante como para que ella misma se infiltrara y se lo llevara? ¿Y cómo supo que habíamos guardado esa información en tu espacio de bolsillo?
—No lo sé. Quizás lo encontró por casualidad cuando entró, o tal vez escuchó que habíamos entrado al sótano de Everard y decidió esperarnos,— respondió Iandros.
Fue solo al llegar a la carreta cuando finalmente bajó a Thiel. Sin embargo, incluso al hacerlo, parecía preocupado de que pudiera tropezar al subir, por lo que la mantuvo en sus brazos y la sentó con cuidado en el asiento de la carreta.
El vestido blanco de Thiel cubrió suavemente el asiento. Thiel miró a Iandros.
—Señor Iandros, ¿está bien?
—Estoy bien. Ya no me sorprende que haya intrusos. Sin embargo…
Iandros hizo una pausa, como si estuviera a punto de decir algo. Todos los presentes contuvieron el aliento.
Pero no habló. No tenía sentido preocuparlos con algo incierto.
Además, por ahora es solo una hipótesis.
Iandros murmuró mientras recordaba el espacio de bolsillo de la princesa.
En aquel momento, Thiel había visto una oscuridad infinita en el espacio de la princesa, pero no Iandros.
Él había visto su propio espacio de bolsillo dentro del de la princesa.
¿Eso significaba que la princesa había abierto una entrada entre su espacio y el de Iandros? Si alguien se lo preguntara, él lo negaría.
Como dueño de su propio espacio, podía sentirlo claramente. No era su espacio, era uno completamente diferente. Entonces, ¿por qué había visto el suyo?
Iandros reflexionó hasta llegar a una conclusión.
Hasta ahora, solo ha habido una persona con la habilidad del espacio de bolsillo en cada generación.
Solo han existido tres personas en total con esta habilidad. Por lo tanto, era imposible que dos personas con esa habilidad existieran al mismo tiempo.
Pero, ¿y si la razón de esto es que la habilidad del espacio de bolsillo no puede coexistir con otra igual?
Si solo puede haber un espacio de bolsillo bajo el cielo, y ese espacio lo comparten tanto Iandros como la princesa, ¿qué significa esto?
Era una hipótesis aterradora, pero no del todo sin fundamentos. Iandros decidió investigar más a fondo sobre este asunto.
Podría contarle a Thiel más adelante.
Ya de por sí era una persona que se preocupaba mucho. Si escuchara algo así, probablemente no dejaría de preocuparse por él día y noche.
Iandros no quería preocupar a Thiel, por lo que decidió no decir nada.
—Te lo contaré en otro momento.
Thiel asintió con una expresión preocupada.
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