⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
El gran sonido de la explosión que resonó desde la dirección del templo solo podía significar una cosa.
—¡Rowen! —gritó Thiel.
Al mismo tiempo, Ferdian y Rudian, al percibir el peligro, levantaron la cabeza.
—Thiel, ¿y tu habilidad? Dejaste tu poder atrás, si Rowen ha escapado, deberías poder sentirlo.
Ferdian agarró a Thiel y le explicó con calma. Lo que Thiel había creado antes no era solo una pantera de luz, sino una parte de su habilidad.
Había dejado una parte de su poder junto a Rowen. En estos casos, las habilidades dejadas solían dispersarse y regresar a su dueño si experimentaban un gran impacto, y los seres con poderes como Thiel podían determinar si había habido un problema según si su habilidad retornaba o no.
Thiel, siguiendo las indicaciones de Ferdian, juntó las manos con cuidado y trató de sentir el flujo de su poder.
Sin embargo, no estaba segura.
¿Había vuelto su habilidad o no?
Thiel intentó percibir el flujo de su poder dentro de su cuerpo, pero no podía decir con certeza si una parte de su habilidad había regresado o no.
Esto era comprensible, ya que el poder de Thiel era diferente al de los otros seres.
Si los poderes de los demás eran como un pozo, donde era fácil notar si un cubo de agua había desaparecido, el poder de Thiel era más como un océano.
¿Podría notarse si faltaba un cubo de agua en el océano?
Ni siquiera si desaparecieran miles de cubos se notaría.
La cantidad de poder que Thiel poseía era inmensa desde el principio, y después de —aquello— que sucedió en el templo, su poder se había incrementado aún más.
Por lo tanto, Thiel no podía saber si su habilidad había regresado o no. Levantó la cabeza.
—No lo sé, hermano. Creo que sería mejor ir a comprobarlo.
—De acuerdo, vamos.
Ferdian asintió.
Karthus y Alpheus se habían alejado para investigar algo por su cuenta, pero con la explosión en el templo, seguramente también se dirigirían allí.
Por suerte, no estaban muy lejos del templo, así que llegaron rápidamente a la entrada.
Sin embargo…
—…Parece estar intacto. ¿Será que explotó algo adentro? —murmuró Iandros, extrañado. Thiel frunció el ceño.
Aunque un gran estruendo había resonado como si todo el templo hubiera explotado, el edificio parecía estar en perfecto estado.
Había algunas grietas aquí y allá, pero eran de cuando Rowen había perdido el control, no a causa de la explosión reciente.
Además, el poder de Alphius, que mantenía el templo en pie, seguía fluyendo sin problemas.
Eso significaba que el templo no había sufrido ningún daño.
—¿Entonces qué fue lo que escuchamos? —murmuró Rudian.
Thiel dio un paso con cautela hacia el interior del templo.
El interior no era diferente del exterior. No había más daños, y las llamas de Alpheus seguían ardiendo.
Exploraron el templo con cuidado, descendiendo hasta la prisión subterránea.
Cuando abrieron la puerta y entraron, lo primero que vieron fue a Rowen, inconsciente, tendida en el suelo.
A su lado, la pantera creada por Thiel se levantó y, mostrando su alegría, frotó su cabeza contra el vientre de Thiel.
—¡Ah! Me hace cosquillas… Pero, hermano, aquí también parece estar todo en orden.
Thiel le rascó la barbilla a la pantera mientras hablaba. Normalmente, las creaciones hechas con habilidades no tenían conciencia propia y solo hacían lo que su dueño les ordenaba, pero las creaciones de Thiel parecían actuar como si tuvieran una conciencia.
Por eso Thiel siguió rascándole la barbilla. Rudian, Ferdian e Iandros también fruncieron el ceño, confundidos.
—¿No fue del templo de donde vino el ruido?
—Pero estoy seguro de que fue aquí. No estamos tan lejos como para confundirnos con otro lugar, ¿verdad?
Rudian protestó. Tenía razón. Estaban demasiado cerca del templo como para confundirse.
No había manera de que se hubieran equivocado.
Thiel, sintiendo que algo estaba fuera de lugar, dio media vuelta.
—Deberíamos salir por ahora. Tal vez el ruido vino de otro lugar, sería bueno verificar. Podría haber sido en la mansión Everard, donde el terreno se ha derrumbado…
Fue en ese momento, cuando Thiel estaba abriendo la puerta de la prisión.
…
Una oscuridad espesa y negra se arremolinó detrás de Thiel. Las pupilas de Iandros se estrecharon de golpe. ¿Siempre había sido tan oscuro ese pasillo?
Cuando entraron por primera vez, el lugar estaba oscuro debido a la falta de mantenimiento, pero después de encarcelar a Rowen, los caballeros de Asterian habían instalado antorchas y lámparas, iluminando todo el templo.
¿Por qué, entonces, estaba tan oscuro detrás de Thiel?
Thiel, mientras seguía con la mano en el pomo de la puerta, miró hacia Iandros y continuó hablando.
—Primero salgamos, busquemos a Sir Karl y…
El cabello de Ferdian y Rudian se erizó. Sus pupilas también se estrecharon al unísono. Instintivamente, sintieron que algo andaba muy mal.
Parecía que Thiel era la única que no lo había percibido. Las llamas de Ferdian y Rudian se levantaron a la vez y se dirigieron hacia Thiel.
Esas columnas de fuego se transformaron en grandes manos que intentaron alcanzarla. Iandros también extendió la mano para agarrarla. Los ojos de Thiel se abrieron de par en par.
—¿Qué… qué está pasando…?
Ferdian, Rudian e Iandros corrieron al mismo tiempo para atraparla. Pero en ese preciso instante…
«Te tengo.»
Una voz grave y espeluznante resonó desde algún lugar. Al mismo tiempo, la oscuridad cubrió los ojos de Thiel.
La oscuridad envolvió rápidamente sus muñecas y tobillos. Thiel abrió la boca, pero todo sucedió tan rápido que ni siquiera pudo gritar.
¡Zas!
Algo desconocido arrastró a Thiel hacia la oscuridad. Ferdian, Rudian e Iandros se lanzaron simultáneamente hacia ‘aquello’.
Corrieron hacia la puerta de la prisión, abriéndola con un fuerte estruendo.
Sin embargo, Thiel ya no estaba. Solo el brillante y luminoso pasillo, adornado con piedras luminosas, les devolvía la mirada.
Cuando Thiel había agarrado el pomo de la puerta, la oscuridad a su espalda era tan densa que no se podía describir con palabras, pero ahora el pasillo estaba sorprendentemente claro y brillante, a pesar de estar en el subsuelo.
La pantera creada por el poder de Thiel salió preocupada tras ellos. Alzaba la cabeza y se movía de un lado a otro, como buscando a su dueña, pero fue en vano.
—¡Maldita sea! ¿Qué demonios acaba de pasar? —gritó Rudian, mientras maldecía.
Se levantó de un salto y corrió hacia el final del pasillo.
Su intención era perseguir a Thiel. Si el responsable era un ser con poderes, probablemente habría huido a través del pasillo y salido del templo. Rudian, que era rápido, tal vez podría atraparlo.
Pero Ferdian e Iandros no se movieron. Ellos ya tenían una idea de quién era el ‘ser’ que se había llevado a Thiel.
—Ian —dijo Ferdian.
—Sí —respondió Iandros.
Lo que se había abierto detrás de Thiel no era otra cosa que un espacio dimensional.
Pero ¿cómo?
Un espacio dimensional solo se abre nuevamente en el mismo lugar donde ya fue abierto, y su entrada y salida son siempre iguales. Solo se puede salir por la entrada y entrar por la salida.
Entonces, ¿cómo había podido abrirse detrás de Thiel, sin siquiera revelar su forma?
Aun así, había algo de lo que estaban seguros: Thiel había sido arrastrada dentro del ‘espacio dimensional de la Princesa Imperial’. Ambos recordaban claramente la oscuridad que había envuelto el cabello blanco de Thiel y sus extremidades.
—¿Cómo diablos…? —murmuró Ferdian con un tono de desesperación.
A ratos dejaba escapar una risa nerviosa, como si estuviera perdiendo la cordura.
El único que podía abrir y cerrar un espacio dimensional era su dueño.
Eso significaba que no había forma de recuperar a Thiel, quien había sido arrastrada dentro.
Iandros y Ferdian lo sabían muy bien. Incluso el tonto de Rudian, que había salido corriendo del templo para seguir a Thiel, no era ajeno a esta realidad.
Una sensación de impotencia indescriptible se apoderó de Iandros, cuyos ojos esmeralda se oscurecieron.
La marca de unión entre Thiel e Iandros, grabada en su nuca, brilló débilmente.
Iandros, que hasta entonces había estado observando el cuerpo inconsciente de Rowen, hizo un gesto para llamar a la pantera de Thiel.
Dado que Thiel estaba unida a Iandros, ahora que su dueña había desaparecido, la habilidad de Thiel reconocía a Iandros como su nuevo dueño.
—Ya no me importa Rowen —dijo Iandros con frialdad.
Que escapara o muriera descontrolada, poco importaba ahora. Rowen ya no era relevante…
—Voy a buscar a la Princesa —declaró, mientras comenzaba a caminar.
La pantera de Thiel lo siguió silenciosamente, paso a paso.
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