⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Thiel abrió los ojos en la oscuridad.
Sin embargo, no se sorprendió. A estas alturas, ya estaba terriblemente acostumbrada a la oscuridad.
La oscuridad había intentado constantemente devorar a Thiel. No era la primera vez que Thiel quedaba atrapada en ella.
¿Podré usar mis poderes? pensó.
El entorno estaba tan oscuro que no se podía ver absolutamente nada, pero sus manos y pies no estaban atados.
Thiel intentó usar su habilidad. En la palma de su mano apareció una pequeña luz.
Intentó hacer que la luz creciera un poco más para iluminar mejor su alrededor, pero fracasó.
‘Parece que esto es lo mejor que puedo hacer, pensó.
La luz era débil, como si fuera a apagarse en cualquier momento.
Thiel había aprendido algunas cosas sobre sus habilidades a lo largo de los años, y una de ellas era que no podía usarlas en ciertas situaciones.
Como, por ejemplo, cuando estaba con Rowen o, como ahora…
Cuando estoy atrapada en la oscuridad.
En estas situaciones, no podía usar su poder a voluntad.
¿Será porque los poderes del dios Lysette y los del dios maligno Orpheo están en conflicto constante?
Con cuidado de que la pequeña luz que había generado no se apagara, Thiel se puso de pie.
Entonces…
—No siento que esté pisando el suelo en absoluto.
Se sentía como si estuviera flotando en el aire. No había tierra firme bajo sus pies, y tenía la sensación de estar caminando en el vacío.
«Por supuesto, no estás pisando el suelo ahora mismo.»
En ese momento, una voz terrible resonó nuevamente desde la oscuridad. Thiel se sobresaltó y se dio la vuelta rápidamente.
—¿Q-Quién está ahí?
La pequeña luz de Thiel no era lo suficientemente brillante como para iluminar a la persona que hablaba desde la distancia, así que la luz solo reflejaba el rostro atemorizado de Thiel.
«¿Sabes dónde estás ahora?»
La voz continuó hablando. Thiel cerró la boca y sacudió la cabeza.
¿Cómo iba a saberlo si no podía ver ni un paso adelante?
Lo único de lo que estaba segura era que no se encontraba en un espacio ordinario.
Una oscuridad tan profunda no podía ser creada por un ser con poderes comunes. Además, si la voz que había hablado tenía razón…
Dijo que no estoy pisando el suelo, recordó Thiel.
Todas las criaturas nacidas en este mundo viven pisando la tierra.
Es un principio fundamental, una verdad inmutable que ni siquiera necesita explicación. Pero, ¿no estaba pisando el suelo?
Eso significaba que el lugar donde Thiel estaba atrapada no era un sitio común, sino un espacio creado por alguien con una intención específica.
Como el espacio dimensional de Iandros, por ejemplo.
¿Será que estoy en el espacio dimensional de la Princesa Imperial? pensó Thiel, mientras su expresión cambiaba.
En ese momento, la voz oculta en la oscuridad soltó una risa.
«¡Qué perspicaz! No has sobrevivido 22 años por casualidad.»
En ese momento, algo emergió de la oscuridad. Thiel entrecerró los ojos para intentar ver mejor.
Y cuando —eso— finalmente se acercó a Thiel, la pequeña luz sobre la palma de su mano titiló, como si estuviera a punto de apagarse.
—¡Ah! —exclamó Thiel.
«Mira bien.»
A pesar del susto, Thiel pudo ver claramente el rostro de —eso—.
—¡…!
Eso acercó su cara de golpe al rostro de Thiel, tanto que casi podían tocarse las narices.
El corazón de Thiel comenzó a latir muy rápido.
Latía tan fuerte que Thiel podía escuchar el sonido de sus propios latidos en sus oídos.
«¿Te asusté?»
Un hombre de rostro negro susurró.
Thiel abrió mucho los ojos y lo miró fijamente.
Su piel era tan oscura que parecía una máscara, pero lo extraño era que no solo su piel, sino también la parte blanca de sus ojos y todo su cuerpo eran completamente negros.
Thiel supo instintivamente que ese era el aspecto de ‘Orpheo’.
—Así que tú eres…
«Sí, esta es la primera vez que muestro este aspecto a alguien. Aunque, al fin y al cabo, no es mi ‘verdadera’ apariencia.»
Orpheo sonrió. Incluso sus dientes y encías eran negros. Thiel sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al ver su rostro completamente negro, pero no pudo escapar.
No porque no quisiera, sino porque su cuerpo parecía haberse paralizado, incapaz de moverse.
«Te habrás dado cuenta, este no es un espacio común. Es un lugar creado especialmente para ti por la Primera Princesa de Cracion.»
—La Primera Princesa de Cracion…
«Sí, ella está poniendo todo su poder en hacer realidad nuestro gran plan. Y, aun así, ha creado este espacio solo para ti. No podemos tenerte en nuestro propio espacio.»
No sabía qué significaba el ‘espacio’ al que se refería, pero Thiel se sintió aliviada de no estar en él, ya que tampoco quería estar en ese lugar.
«Hemos intentado muchas veces matarte. Tal vez no te diste cuenta, pero has superado innumerables situaciones peligrosas a lo largo de tu vida.»
Lo noté…
Orpheo había intentado acabar con Thiel muchas veces. Cuando era más joven, pensaba que todo eran pesadillas, pero ahora que era mayor, sabía bien la verdad.
No eran pesadillas, sino intentos de Orpheo por asesinarla.
«Para que nuestro plan se realice por completo, debes morir. Pero no puedes morir del todo, la ‘luz’ debe seguir existiendo.»
Thiel no entendía completamente lo que Orpheo intentaba decir, pero lo escuchó con atención.
«Por eso robamos tus poderes y creamos una réplica de ti. Una —luz— que podemos controlar a nuestro antojo. Ahora ya no te necesitamos, puedes desaparecer del mundo…»
Parecía que el hombre iba a apartar su rostro, pero de repente lo volvió a acercar, sobresaltando a Thiel una vez más.
Thiel contuvo un grito.
El hombre, o mejor dicho, Orpheo, ahora tenía la apariencia de una mujer. Al igual que cuando era un hombre, todas las partes de su cuerpo eran completamente negras.
Sin embargo, a pesar de eso, la mujer era increíblemente hermosa. Había algo en su rostro que capturaba la atención de cualquiera que la mirara.
Y en ese momento, cuando Thiel miró aquel rostro, sintió una profunda añoranza.
Aquel rostro se parecía sorprendentemente al suyo reflejado en un espejo, también se asemejaba al de Ferdian y Rudian, y, de manera decisiva, era idéntico al de los retratos que colgaban en la mansión Asterian.
Era Lena Nesstian.
—…¡Mamá!
Con gran esfuerzo, Thiel logró mover su lengua inmovilizada y pronunciar la palabra —mamá—. El rostro de la mujer que Orpheo había adoptado era, sin duda alguna, el de su madre.
No podía no reconocerla. La sangre es más espesa que el agua. Los hijos no son incapaces de reconocer a sus padres.
«Sin embargo, no ha sido fácil matarte. Le ordené a mi fiel servidor que te matara. Pero después de dar la orden, pensé…»
Orpheo, con el rostro de Lena Nesstian, murmuraba. Cada vez que mencionaba la palabra —matar—, y su madre hablaba de quitarle la vida, Thiel sentía una punzada de dolor en su pecho.
«Con su poder, les tomaría décadas, o incluso siglos, matarte. Parecía más rápido esperar a que murieras de vieja…»
—…
«Así que creé este espacio.»
Orpheo sonrió ampliamente con el rostro de Lena. Era la primera vez que Thiel veía a su madre sonreír de esa manera, pero el hecho de que esa sonrisa fuera del dios maligno la llenaba de amargura.
Con el rostro muy cerca de Thiel, Orpheo susurró, como si estuviera increíblemente orgulloso.
Thiel era la que más se parecía a Lena Nesstian de los tres hermanos, y ahora, con ambas caras tan próximas, parecía una escena extraña, como si estuvieran frente a un espejo.
«No podrás dar ni un solo paso fuera de este espacio. Si no puedo matarte, te encerraré. Aplastando esa molesta ‘luz’ dentro de ti con una fuerza tremenda… Aunque ya había pensado en esto antes, en ese entonces no tenía suficiente poder.»
Orpheo susurró con suavidad.
«Pero ahora tengo el poder suficiente. Te mantendré encerrada aquí por el resto de tu vida. No podrás morir ni vivir, y no podrás salir de aquí a menos que alguien te saque. Pero… pobre hija de Lysette.»
Con el rostro de Lena Nesstian, Orpheo acarició suavemente la mejilla de Thiel.
«¿Quién vendrá a sacarte de aquí?»
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