⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Thiel se acurrucó en la oscuridad. Más allá del débil resplandor, se veía un trozo desgarrado de su vestido. Probablemente se había rasgado mientras la arrastraban hasta allí.

Thiel, después de pensarlo un momento, tomó el borde desgarrado del vestido y lo arrancó por completo.

¡Riiip!

El borde del vestido se desprendió.

—Si lo dejo así, podría tropezar cuando trate de escapar después.

Thiel estaba convencida de que podría salir de allí. Así que decidió prepararse con antelación para ese momento.

No se sentía en absoluto preocupada, tal y como Orpheo esperaba.

Después, ató el trozo de vestido rasgado alrededor de su muñeca. Tal vez le encontraría algún uso más adelante.

—Ahora que lo pienso… ¿dónde está Salamandra?

¿No logró seguirla? Al revisar su regazo vacío, Thiel se sintió un poco decaída.

—¿Estará herida? ¿Le habrá pasado algo malo?

Pensó que, si Salamandra estuviera con ella, se sentiría un poco menos sola.

—¿Los demás estarán bien? Deben estar preocupados por mí…

Aunque no se sentía intranquila en medio de esta oscuridad, la idea de no saber si Iandros, Ferdian, Rudian y su amada familia estaban a salvo, hacía que Thiel se sintiera algo ansiosa.

Pero en ese momento…

—¿Eh?

Thiel levantó la cabeza. Pensó que la única luz que veía era la que ella misma había creado, pero a lo lejos brillaba una pequeña chispa.

—¿Otra luz en este lugar?

Este sitio estaba repleto de la oscuridad de Orpheo. Un espacio diseñado para apagar completamente la luz de Thiel.

¿Y había luz en este lugar? Thiel se levantó rápidamente.

Con cuidado de que la pequeña llama en su mano no se extinguiera, comenzó a caminar hacia la fuente de la luz.

Paso.

Paso a paso.

Paso a paso a paso…

A medida que avanzaba, sus pasos se hicieron más rápidos. Thiel corrió hacia la débil luz que veía frente a ella.

No era una ilusión. Aunque pequeña y tenue, era definitivamente una luz. Igual que la luz que Thiel sostenía, era débil pero real.

No había forma de confundirse. Todo a su alrededor era oscuridad total, y en medio de esta oscuridad, solo esa luz resplandecía.

Antes de darse cuenta, Thiel estaba corriendo sin aliento. No sabía cuán lejos estaba esa luz.

Tampoco podía adivinar la extensión de ese lugar. Se detuvo un momento para recuperar el aliento, jadeando.

Parecía que llevaba corriendo más de treinta minutos, pero la luz no se acercaba en absoluto.

—¿Qué tan grande es este lugar?

¿En qué espacio tan vasto la habrían encerrado? En la oscuridad, era imposible medir la distancia o averiguar qué era esa luz, así que Thiel volvió a correr.

¿Cuánto tiempo más corrió? Finalmente, Thiel llegó frente a la —luz—.

Era pequeña y tenue, con una forma parecida a una joya.

—No, no es que tenga forma de joya.

Esa pequeña joya estaba emitiendo luz. Thiel inclinó la cabeza para observarla más de cerca. Sus cabellos ondulados y blancos cayeron sobre sus hombros.

La joya parecía una esmeralda bien pulida. Aunque pequeña, su tallado era tan delicado que no parecía ser una joya cualquiera.

Thiel observó la joya con atención durante un rato y luego, con cuidado, la tocó con la punta de los dedos.

En el momento en que su dedo rozó la joya que flotaba a la altura de sus ojos, la luz titiló de manera inestable.

—¡Ah!

Thiel se sobresaltó y apartó la mano de inmediato. La joya volvió a emitir su luz estable como antes.

—¿No debería tocarla?

Thiel volvió a examinarla con la mirada, sin tocarla. La esmeralda tenía un pequeño borde roto, pero aun así era hermosa.

—Parece que había algo grabado aquí antes…

Thiel murmuró mientras observaba la base de la joya. Había una pequeña muesca en el extremo del borde roto.

La muesca tenía una forma tan precisa que Thiel se dio cuenta de que alguien la había tallado deliberadamente.

—¿Qué estaría escrito?

Después de estar tanto tiempo de pie, sus piernas comenzaron a dolerle, así que se sentó en cuclillas, abrazó sus rodillas con los brazos y observó la joya resplandeciente.

—¿Por qué está esto aquí?

Orpheo dijo que este lugar fue creado para encerrarla.

Que la princesa había creado este espacio para mantenerla en la oscuridad total…

Entonces, ¿por qué habría aquí una joya resplandeciente? Orpheo no la habría dejado intencionadamente. Parecía que deseaba que Thiel se volviera loca en esta oscuridad absoluta.

Orpheo era quien más anhelaba que la pequeña luz de Thiel se apagara, así que no habría dejado algo así aquí…

En ese caso…

—¿Será de la princesa?

Thiel había estado junto a Iandros, entrando y saliendo de su espacio alterno como si fuera su propia casa.

El espacio alterno de Iandros, en ocasiones, se convertía en un cofre que contenía fragmentos de sus recuerdos.

—No, no solo en ocasiones.

Thiel había espiado una vez los recuerdos de Iandros. Más bien, el espacio se los había mostrado a Thiel.

Gracias a eso, Thiel había descubierto por qué el espacio alterno de Iandros estaba limitado a la forma de una —mansión—, a diferencia del de la princesa.

De la misma manera, el espacio alterno podía mostrar libremente los recuerdos del hechicero o incluso llevar al hechicero a esos recuerdos.

Entonces, ¿sería esta joya algo similar?

¿Un pequeño fragmento de memoria escondido en la infinita oscuridad creada por la princesa?

Thiel tragó saliva, y con mucha precaución, volvió a acercar sus dedos a la joya.

La luz de la joya volvió a titilar de manera inestable. Sin embargo, esta vez, Thiel no se sobresaltó y, lentamente, le infundió su energía.

A causa de esto, la pequeña luz que hasta ahora había iluminado débilmente a Thiel comenzó a apagarse poco a poco, pero no le dio importancia.

—Está bien… no pasa nada…

Las cosas que habitan en la oscuridad, por naturaleza, anhelan la luz.

Incluso si pueden crear luz por sí mismas, en un lugar tan sombrío como este, todos desean la luz, la buscan y…

—Esperan no sentirse solos.

Thiel pensó que esta joya podría, tal vez, revelarle algo sobre la princesa.

Desde el lugar donde sus dedos tocaron, una cálida luz se expandió.

La luz recorrió los finos bordes de la joya y se derramó en su interior, como si se acumulara en una fuente dentro de la esmeralda transparente.

No era una luz intensa. Sin embargo, era suficiente para envolver la pequeña joya. A medida que Thiel parpadeaba, la sombra de sus largas pestañas se dibujaba en sus mejillas.

¿Acaso este lugar fue creado por la princesa para Thiel hace poco tiempo?

¿O era algo que la princesa había poseído desde hacía mucho tiempo?

Fuera lo que fuera, una cosa era segura: esta esmeralda había estado sola en esta oscuridad durante mucho tiempo.

La luz de Thiel se esparcía lentamente a su alrededor, y la esmeralda parpadeaba en respuesta con un resplandor verde.

Esa luz no era como el vibrante verdor de una pradera o el profundo follaje de un bosque. Más bien, parecía afilada y peligrosa, como si contuviera veneno. Pero pronto, bajo la influencia de la luz de Thiel, se transformó en un verde más suave, como el de un paisaje sereno.

Thiel continuó infundiéndole luz lentamente durante un largo tiempo. No podía saber cuánto había pasado.

Todo a su alrededor era oscuridad, y la noción del tiempo se había desvanecido hacía ya mucho.

Quizá solo llevaba cinco minutos usando su poder. O tal vez habían pasado cinco días.

No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero sentía como si hubiera pasado muchísimo.

Entonces, de repente…

La esmeralda se elevó flotando y se posó lentamente en la palma de Thiel.

Allí, en su mano, la esmeralda brillaba con un resplandor radiante, pero ya no temblaba de forma inestable.

—¿Estará bien ahora?

Thiel la tocó suavemente con la punta de los dedos.

En ese momento…

—¡¡¡…!!!

El suelo bajo los pies de Thiel se desmoronó, y su cuerpo comenzó a caer. Thiel abrió los ojos de par en par, sorprendida por lo que ocurría.

Apretó con fuerza la esmeralda para no perderla.

Una vez más, Thiel caía en el abismo infinito de la oscuridad.

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—……

Cabello dorado, ojos color esmeralda. La princesa de Cracion, quien una vez tuvo una belleza incomparable, levantó la cabeza lentamente.

—¿Ocurre algo?

El hombre que estaba a su lado preguntó. La princesa parpadeó en silencio y luego negó con la cabeza, despacio.