⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

La esmeralda en la mano de Liam no emitía un brillo siniestro ni brillaba intensamente como la que Thiel sostenía ahora, pero sin duda era la misma joya.

El delicado trabajo artesanal de la gema la hacía ver extremadamente valiosa a simple vista, por lo que la princesa la recibió con una expresión de asombro.

—¿Liam, la preparaste para mí?

—Sí, la preparé para ti. Es la esmeralda más grande y hermosa que existe. Es la mejor joya que los artesanos del palacio pudieron tallar usando las herramientas más finas.

Liam sonrió. Sus ojos color esmeralda se ocultaron tras la fina línea de sus párpados. Thiel, sintiendo una extraña inquietud, apretó con fuerza la esmeralda.

Antes de que Thiel la encontrara e infundiera su poder, la esmeralda tenía un brillo solitario y ominoso.

¡Además, no parece que la esté dando con buenas intenciones!

Thiel gritó en su mente. Si hubiera podido, habría apartado la esmeralda que la princesa sostenía y la habría arrojado lejos.

Pero no podía hacerlo. Este lugar no era la realidad, sino los recuerdos de la princesa, y Thiel solo estaba observándolos.

—Gracias, Liam. La usaré con mucho aprecio. Si la tallo como un collar, será hermosa.

—Claro, hermana. No… Hermana mayor… Conviértela en un collar y úsala en una ocasión especial. En tu ceremonia de coronación se verá preciosa. Todos codiciarán este collar. Serás la mujer más hermosa y poderosa de Cracion.

Liam susurró con astucia, como una serpiente. A estas alturas, era imposible no darse cuenta de que había algo sospechoso en esa joya.

¡Es demasiado evidente!

¿Pero solo era evidente para un observador externo? La princesa sonrió radiante y le dio unas palmaditas suaves en la mejilla a Liam.

—Es una buena idea, Liam. Gracias por el hermoso regalo. Es el más precioso que he recibido.

—No tienes que agradecerme.

Liam sonrió suavemente. Una vez más, el espacio se distorsionó. Thiel abrió mucho los ojos, decidida a no perderse ninguno de los recuerdos que pasaban ante ella.

Esta vez, estaban en la habitación de la princesa. Como era la futura Emperatriz, su habitación era más grande y lujosa que la de Liam. Las numerosas piezas de artesanía fina en la sala resaltaban su estatus y posición.

Thiel echó un vistazo rápido por la ventana. La habitación estaba oscura y el exterior también, indicando que era de noche.

Sin embargo, la dueña de la habitación, la princesa, no estaba presente. Era extraño que faltara la protagonista de los recuerdos. Justo cuando Thiel estaba a punto de dar un paso, extrañada por la situación…

—¡No puede ser…!

La princesa irrumpió en la habitación con el rostro pálido de terror. Thiel se sobresaltó y retrocedió un paso, sorprendida.

La princesa entró apresuradamente y miró sus propias manos. Llevaba unos guantes con bordados elaborados, pero los arrancó con disgusto, como si no pudiera soportar ni siquiera tocarlos.

—¿Por qué está pasando esto…? ¡¿Por qué?!

La princesa gritó con su hermoso rostro distorsionado por la desesperación. Aunque no estaba llorando, parecía alguien al borde de las lágrimas. Thiel la observó conteniendo el aliento.

Poco después, apareció una grieta cerca de las manos de la princesa.

Thiel reconoció lo que era. Era la entrada a un espacio dimensional.

¿Por qué está tan inestable?

El espacio dimensional que Thiel había visto a través de los recuerdos de la princesa siempre había sido estable. La entrada que ella creaba solía ser grande, redonda y mostraba claramente el interior del espacio.

Pero esta vez, la entrada estaba inquietantemente inestable. Se abría y cerraba repetidamente, con un contorno deformado.

—¿Por qué está pasando esto?

La princesa murmuró, desconcertada. En ese momento, Thiel se dio cuenta del collar que colgaba del cuello de la princesa.

La esmeralda que Liam le había regalado.

Esa esmeralda, colgada del cuello de la princesa, continuaba emitiendo un brillo solitario y ominoso…

Es por la esmeralda.

Thiel estaba segura. No sabía qué había hecho Liam Hillis Cracion, pero esa esmeralda estaba afectando el poder de la princesa.

Entonces…

¡Crash!

Las escenas de los recuerdos que Thiel observaba se hicieron añicos como si fueran de vidrio. Era muy diferente de la distorsión que ocurría al pasar de un recuerdo a otro.

Thiel retrocedió con un grito ahogado. Los fragmentos de memoria se rompieron y se dispersaron por todas partes. El rostro pálido de la princesa se fragmentó y desapareció.

Una vez más, la oscuridad infinita envolvió todo. Thiel tragó saliva y, encogida, miró más allá de la oscuridad.

¿Será el final?

Justo entonces, una voz desconocida se escuchó en la oscuridad.

—¿Cómo llegaste hasta aquí?

Thiel levantó la cabeza de golpe.

Esa voz estaba sumida en una profunda desesperación y oscuridad, pero Thiel la reconoció de inmediato.

La primera princesa del Imperio Cracion.

La princesa loca, la princesa demente, la asesina que había matado a muchas personas con su poder espacial… ¡El espíritu que no pudo morir y seguía vagando por la tierra!

Aunque su voz ya no era tan refinada ni poderosa como antes, estaba impregnada de un dolor, tristeza y soledad infinitos, lo que hacía inconfundible su identidad.

—Princesa…

Thiel la llamó con cautela. La princesa emergió de la oscuridad. La luz de la joya iluminó su rostro, permitiendo a Thiel mirarla una vez más.

La princesa la miró fijamente con una expresión fría y carente de emociones, antes de preguntar de nuevo.

—Te pregunté cómo entraste aquí.

—¿Cómo espera que le responda eso? Yo no….

Thiel recordó a Orpheo y cerró la boca de inmediato. Los ojos de la princesa se posaron en la esmeralda que Thiel sostenía en su mano.

Al encontrar la esmeralda, habló con una voz carente de emoción.

—Ya entiendo cómo llegaste aquí. Entrégamela. No es algo que debas tener.

Era la primera vez que Thiel escuchaba a la princesa hablar con tanta claridad.

Habían coincidido en algunas ocasiones, pero nunca le había dirigido la palabra de manera tan directa como lo hacía ahora. Antes, la princesa solo los observaba a ella y a Iandros con ojos cargados de tristeza y melancolía.

¿Acaso era posible porque este lugar era su espacio dimensional y parte de su subconsciente?

Thiel miró la esmeralda que sostenía en sus manos y, después de un momento de duda, la escondió en su pecho.

—No… No puedo dártela.

—…

—Esta esmeralda tiene un poder maligno. Así que…

Thiel continuó hablando de forma incoherente. La princesa esperó en silencio hasta que terminó de hablar.

La esmeralda se había encontrado en lo más profundo del espacio dimensional de la princesa, dentro de sus recuerdos y subconsciente. Así que, si alguien sabía cuán peligrosa era, esa persona sería la propia princesa.

Aun así, Thiel no podía dejar de intentar detenerla. ¿Acaso se debía a la imagen de la princesa sonriendo como una niña al recibirla?

—Esto no debería quedarse aquí. La llevaré afuera y…

—Ese objeto no debe salir al exterior. Actúas como si supieras mucho sobre él, pero ignoras realmente el peligro que conlleva.

La princesa continuó hablando con un tono sereno.

—Estoy aquí por voluntad propia para ayudarte y pedirte que la dejes. Antes de que Orpheo llegue…

La princesa miró fijamente a Thiel.

—Hija de Lysette, suéltala. Si la dejas ahora mismo, te sacaré de este lugar. Huye sin que Orpheo te vea. De esa manera, al menos conservarás la vida.

Aunque su cabello dorado estaba seco y carente de brillo, Thiel sabía cuán hermoso y resplandeciente había sido en el pasado.

Sabía también cuán resplandecientes habían sido sus ojos.

Y todo eso le fue arrebatado por la esmeralda que ahora tenía en sus manos. ¡La esmeralda que le entregó Liam Hillis Cracion!

Aunque no sabía exactamente cómo había afectado a los poderes de la princesa, la esmeralda le impedía controlarlos adecuadamente.

Quizás la razón por la que la princesa no pudo morir y sigue vagando como un espectro se deba a esta gema… Pensar en eso hizo que Thiel se aferrara más a ella, incapaz de soltarla.

Al ver que Thiel no respondía ni reaccionaba, la princesa levantó lentamente la mano.

—Te di una oportunidad.

La voz de la princesa resonó en el espacio dimensional.

El cuerpo de Thiel se estremeció con fuerza.