⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Sintió una gran fuerza empujándola hacia atrás. Sin embargo, Thiel no retrocedió y abrazó firmemente a Rowen.

Rowen, atrapada por Thiel, quedó flotando en el aire y, lentamente, comenzó a descender hacia el suelo.

De las manos y el pecho de Thiel brotó una luz brillante. Esa luz envolvió lentamente a Thiel y Rowen. Los caballeros de Asterian levantaron la cabeza para mirar a Thiel.

Los suin de Arcadia seguían atacando a los caballeros de Asterian por orden de Jay, pero los caballeros resistían con todas sus fuerzas, evitando que llegaran hasta donde estaban Thiel, Iandros y Karthus.

Thiel descendió a tierra con Rowen en brazos. Rowen colgaba débilmente en el pecho de Thiel. La oscuridad que envolvía su rostro se había desvanecido.

—¿…Lo logré?

Thiel murmuró mientras observaba el rostro de Rowen. La oscuridad que había intentado devorar a Rowen se desvaneció bajo el poder de Thiel.

Sosteniendo a Rowen, Thiel la miró con determinación y luego fulminó con la mirada a Jay.

—No voy a permitir que todo salga como deseas.

Thiel habló con voz afilada. Era un tono y una actitud que no solía usar.

Jay se rascó la nuca, como si la situación le resultara molesta.

—Qué raro, ¿por qué está aquí, señorita Thiel? Debería estar ahora en el espacio vacío de su alteza la princesa.

Jay continuó hablando.

—¿Por qué está interfiriendo con mi trabajo aquí…?

Ante esas palabras, el recuerdo de cuando Iandros perdió a Thiel en el sótano del templo le hizo fruncir los ojos, que brillaron fríamente.

Él sostuvo su espada azulada en ángulo y miró a Jay.

—¿Tú fuiste quien encerró a Thiel?

—No, no fui yo. Quienes la encerraron fueron el señor Orpheo y su alteza la princesa. Pero eso no es lo importante ahora.

Jay entrecerró los ojos.

—Ese lugar es un espacio vacío donde no hay absolutamente nada. No se puede entrar ni salir. La señorita Thiel debería estar atrapada allí sin poder hacer nada, así que ¿cómo es posible que esté aquí frente a mí…? —Jay murmuró. 

Su mirada se dirigió hacia Rowen, que seguía en brazos de Thiel.

La oscuridad que envolvía a Rowen casi había desaparecido, y al confirmarlo, Jay chasqueó la lengua.

—Bueno, da igual. Incluso sin Rowen, el plan continuará. Pero, señorita Thiel, acaba de cometer un grave error.

Thiel lo miró con desconfianza. ¿Un gran error?

Jay, sin importar cómo lo mirara Thiel, continuó hablando.

—Que Rowen desaparezca no significa que todo esto termine. Simplemente, los numerosos suin entrarán al espacio vacío sin que esté completo.

—…¿Qué?

—Rowen Nesstian iba a ser utilizada como la luz que iluminaría el espacio vacío de su alteza la princesa. Pero la señorita Thiel la arrebató… así que la luz desaparecerá del espacio vacío de su alteza. Es decir, todos estos suin quedarán atrapados en un lugar sin luz. Todo esto por la acción insensata de la señorita Thiel… Aunque bueno, no es algo que me importe mucho.

Jay sonrió con desdén. Al levantar la mano, un par de suin con túnicas negras se acercaron y se situaron detrás de él.

—Miren, señorita Thiel. El plan sigue avanzando.

Jay señaló al cielo con el dedo. No solo Thiel, sino también Iandros, Karthus y los caballeros de Asterian allí presentes levantaron la cabeza para mirar.

Alrededor de la enorme grieta que había aparecido en el cielo, se veían fisuras.

Thiel frunció el ceño. ¿Fisuras? ¿En el cielo?

—Esa grieta es la entrada al espacio vacío —Dijo Jay.

—Y este lugar donde estamos parados… es precisamente el espacio vacío. Esa grieta es el comienzo, y pronto todo este mundo se convertirá en el espacio vacío de su alteza la princesa.

La voz de Jay estaba llena de orgullo. Thiel miró la grieta con una expresión de confusión.

¿Todo este mundo se convertirá en el espacio vacío de la princesa? ¿No había alguna forma de detenerlo?

En ese momento, los suin de Arcadia se movieron y rodearon a Jay. Thiel se sobresaltó al ver esto y lo miró.

Jay sonreía relajadamente, como si todo estuviera bajo su control.

El hombre se inclinó, riendo con placer.

—Entonces, nos veremos en un rato. Ya que Rowen ha sido arrebatada, quedarme aquí parece un poco una pérdida de tiempo. De todas formas, parece que no queda mucho tiempo…

¡Kugugung!

Un fuerte estruendo resonó desde la grieta, y nuevas fisuras se formaron a su alrededor.

Las fisuras aparecían y se cerraban repetidamente. El cielo parecía romperse y recomponerse. El cielo azul y las nubes blancas se teñían de un color carmesí y luego volvían a su tono original.

Thiel sintió en ese momento que había visto este fenómeno en algún lugar antes.

¡En el espacio vacío de Ian!

Hubo un momento en que los recuerdos de la princesa se superpusieron en el espacio vacío de Iandros.

¡Era exactamente así! Thiel se dio cuenta de que el espacio vacío de la princesa realmente se estaba superponiendo sobre este mundo.

—Papá, ¡no podemos dejar que Jay escape!

Thiel gritó. Al mismo tiempo que gritaba, ya estaba usando su poder para intentar atar los tobillos de Jay.

Sin embargo, las llamas de Karthus no lograron llegar hasta Jay y se extinguieron.

Las llamas negras se levantaron, devorando el fuego de Karthus. Había utilizado el poder de la oscuridad para contrarrestar las llamas.

—Captúrenlo. Si no pueden atraparlo vivo, mátenlo.

Karthus, al fallar en apresarlo con su poder, dio la orden. Los caballeros de Asterian se lanzaron hacia Jay, obedeciendo las órdenes de su señor.

Sin embargo, los suin de Arcadia lo rodeaban densamente, y no había forma de atravesarlos.

Los suin ya no retrocedían ni ante las llamas de Karthus ni ante las de Ferdian y Rudian. Aunque sufrieran quemaduras, no se apartaban.

Pero tampoco podían usar un poder más fuerte. Jay se burló de ellos y se marchó junto a dos de sus subordinados, quienes vestían túnicas negras.

—Nos veremos la próxima vez.

—No será tan fácil. Al pie de la montaña ya está el grupo de caballeros del palacio real. ¿Qué clase de truco usarás para atravesarlos?

—Siempre hay una forma de salir.

Jay sonrió mientras agitaba la mano. Entonces, apareció un pasadizo negro en el aire, similar a la entrada al espacio vacío de Iandros.

La diferencia con la entrada al espacio de Ian era que la de Jay parecía más estable…

—Nos veremos la próxima vez.

Jay entró en el pasadizo. Sin darles oportunidad de detenerlo, entró junto a sus acompañantes y desaparecieron. Iandros murmuró con una expresión de desconcierto.

—El espacio vacío no es una habilidad de teletransportación. No se conecta con otros lugares. Entonces, ¿por qué ha entrado ahí?

—¿Y si… ya más de la mitad de este lugar se ha convertido en el espacio vacío de su alteza la princesa? —Dijo Thiel, entregando a Rowen a otro de los caballeros. 

Iandros miró a Thiel.

—¿El espacio vacío de la princesa?

—Sí, tal y como dijo ese hombre, quizá más de la mitad ya se haya convertido en el espacio vacío de su alteza, y por eso sea posible moverse dentro de él.

Es imposible viajar a otros lugares del mundo real a través del espacio vacío, pero sí es posible moverse entre espacios vacíos dentro de su propia dimensión.

Thiel terminó de entregar a la dormida Rowen a los brazos del caballero, y levantó la vista hacia el cielo azul.

El cielo cambiaba constantemente, de un azul profundo a negro, luego a un carmesí…

Sin pausa, el color y la forma del cielo se alteraban. Thiel intuyó que el lugar donde se encontraba ya estaba dentro del ámbito del espacio vacío de la princesa.

Thiel miró a Iandros.

—Tenemos que entrar al espacio vacío de su alteza la princesa.

—Thiel, acabas de decir que ya estamos en el espacio vacío de la princesa. Entonces, ¿a dónde tenemos que ir?

—A otro lugar.

Poco después de que Jay desapareciera, los suin de Arcadia cayeron simultáneamente al suelo.

El hombre que controlaba sus mentes había desaparecido, liberándolos del control mental. Los caballeros estaban ocupados atendiendo a los suin de Arcadia.

Desde la colina se podía ver al grupo de caballeros reales y a Cedric subiendo. Thiel observó todo esto durante un momento y murmuró absorta.

—El lugar de donde acabo de salir, tengo que regresar allí. Tengo que encontrarme con su alteza la princesa.

Una luz esmeralda estalló en las manos de Thiel, brillando intensamente.

—La única persona que puede resolver esto es su alteza la princesa. Esa es la sensación que tengo.