⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

Pero, ¿cómo entrar? Thiel no conocía la forma. No fue por su propia voluntad que había entrado en el espacio vacío de la princesa.

Orpheo había secuestrado a Thiel y la había encerrado en el espacio vacío de la princesa, y tampoco fue por su propio poder que había logrado salir de allí.

Si la princesa no la hubiera liberado, Thiel nunca habría podido salir de ese lugar.

Thiel miró su propia palma. En su mano brillaba una luz verde en forma de círculo. Era la esmeralda que había tomado de los recuerdos de la princesa.

La esmeralda, por alguna razón, se había absorbido en la palma de Thiel tan pronto como salió del espacio vacío, y tenía la sensación de que esta esmeralda la guiaría nuevamente hacia el interior del espacio vacío de la princesa.

Como era algo que había traído del recuerdo de la princesa, no podría mantener su forma por mucho tiempo. Quizá por eso se había absorbido en el cuerpo de Thiel, preservando de esa manera su existencia.

Thiel abrió y cerró la palma de su mano. Estaba empapada de sudor. A medida que el cielo se agrietaba y se dividía, su corazón se agitaba sin motivo.

¿Qué debía hacer ahora?

Debía encontrar a la princesa nuevamente. Eso era lo único claro. Pero aparte de eso, todo lo demás era incierto.

En ese momento, Iandros, quien había estado escuchando a Thiel en silencio, abrió la boca.

—¿Quieres entrar al espacio vacío de la princesa?

—Sí, para ser precisa, quiero entrar allí y encontrarme con su alteza de nuevo —Thiel añadió—. Ahora que todo ha comenzado, la única persona que puede detenerlo es su alteza la princesa. Debemos persuadirla para detener esto.

—¿Crees que podrás persuadirla? Thiel, ¿y si intenta hacerte daño? La princesa es un fantasma que murió hace mucho tiempo, no deberías asumir que está en su sano juicio.

Las palabras de Iandros tenían razón.

La princesa era un fantasma que había muerto hace mucho tiempo. Incluso la mayoría de los registros sobre ella se habían perdido y casi había sido olvidada por completo.

Pero eso no significaba que pudieran quedarse de brazos cruzados. Si querían detener todo esto, debían hacer lo que fuera necesario.

Quizás no pueda lograrlo.

Tal vez, como decía Iandros, la princesa intentaría atacarla, y aunque la convenciera, quizá ya no hubiera manera de revertir lo que había comenzado.

Pero quedarse sin hacer nada no era una opción. Debían hacer algo, lo que fuera. Al menos eso era lo que Thiel pensaba.

—No me importa si su alteza intenta hacerme daño, será mejor que quedarme aquí sin hacer nada —Thiel abrió la palma de la mano y se la mostró a Iandros—. Esto es un fragmento del recuerdo de su alteza la princesa… Aunque no pueda devolvérselo, siento que este fragmento me llevará de nuevo hasta ella.

Todo lo creado dentro del espacio vacío es falso. Son ilusiones que desaparecen tan pronto como salen del espacio vacío.

Sin embargo, la esmeralda que le había mostrado a Thiel los recuerdos de la princesa no había desaparecido; seguía intacta, brillando en su mano.

Además, aquella esmeralda le había mostrado algunos de los recuerdos de la princesa. Thiel recordaba bien las imágenes que le había mostrado.

Desde cuando ella era una niña muy pequeña, cálida y amable, hasta el momento en que había crecido y estaba a punto de ascender al trono.

Si la princesa no hubiera aparecido en ese momento, tal vez la esmeralda habría mostrado aún más.

Iandros observó la palma de Thiel por un momento y tragó saliva. Después de reflexionar brevemente, hizo que los caballeros se alejaran treinta pasos.

Todos excepto Karthus, Ferdian, Rudian y Thiel retrocedieron treinta pasos. Iandros tomó la mano de Thiel y habló.

—Entonces lo intentaré yo.

—¿Tú, Iandros?

—Sí, no sé por qué, pero tengo la sensación de que hay una conexión entre la princesa y yo. Tal vez porque compartimos la misma habilidad.

La princesa había entrado y salido a su antojo del espacio vacío de Ian, y el espacio vacío de Ian había proyectado los recuerdos de la princesa.

Iandros pensó que no podía ser una simple coincidencia.

—La verdad es que, cuando era pequeño, leí unos registros relacionados con el espacio vacío que estaban almacenados en el palacio real.

Iandros extendió la mano. El espacio a su alrededor comenzó a distorsionarse lentamente desde el punto donde su mano se alzaba. Su voz continuó sin interrupciones.

—La manera de crear un espacio vacío es pensar en el lugar al que el conjurador desea ir más intensamente.

Al escuchar las palabras de Iandros, Thiel recordó un momento de su infancia.

Cuando era pequeña, había intentado detener a un Iandros descontrolado y, al sujetarlo, había sido arrastrada al espacio vacío de él.

En ese lugar, Thiel había visto los recuerdos que el espacio vacío de Iandros proyectaba.

Thiel vio a los padres de Iandros interponerse para proteger a su hijo.

Y de repente lo comprendió. La razón por la cual el espacio vacío de Iandros era tan limitado.

Ian deseaba desesperadamente poder volver a esa mansión.

Por eso Iandros no podía invocar más que esa mansión. Era el lugar que más deseaba.

No ansiaba el palacio real, solitario y desolado, sino la mansión donde había vivido con sus padres cuando era pequeño.

En ese momento, el espacio vacío de Iandros se abrió. Continuaba abriéndose y cerrándose de manera inestable. Iandros tomó la mano de Thiel y la guio.

—Podría fallar, pero lo intentaré. Porque es lo que tú deseas.

La voz de Iandros sonaba más firme que cualquiera que Thiel hubiera escuchado antes, por lo que entrar en el espacio vacío inestable no le daba ningún miedo.

—Espera, Thiel.

Karthus la detuvo. Thiel miró hacia atrás y Karthus la abrazó.

Karthus lo sabía. Sabía que, aunque le pidiera que no lo hiciera, su hija no escucharía.

Thiel siempre había sido una hija buena y obediente, pero cuando quería algo, lo deseaba con firmeza, y Karthus amaba profundamente esa cualidad de ella.

Por eso no la detuvo. Ferdian y Rudian, que habían estado escuchando en silencio la conversación entre Ian y Thiel, tampoco lo hicieron.

—¿No puedo ir también? —Preguntó Rudian. 

Iandros evaluó el estado del espacio vacío.

Tal vez debido a la enorme grieta que la princesa había creado en su descontrol, el espacio vacío de Ian estaba mucho más inestable que de costumbre.

Podría no volver a abrirse nunca más, y si entraban así, Thiel e Ian podrían quedar atrapados para siempre.

Como dueño del espacio vacío, Ian podía saberlo. Su espacio vacío temblaba con una inestabilidad que indicaba que podría cerrarse en cualquier momento.

Por eso negó con la cabeza.

—No, si entran, el espacio vacío no resistirá. Mi poder también se ha debilitado, al igual que el suyo.

La verdad es que el poder de Iandros se había estado debilitando durante mucho tiempo.

Esa era la razón por la cual, al llegar a la mayoría de edad, se había centrado en la esgrima. El espacio vacío se estaba debilitando, así que no podía depender de su habilidad para siempre.

Ante la negativa de Iandros, Rudian se retiró sin discutir. Thiel miró a su familia antes de seguir a Iandros al espacio vacío.

Karthus, Ferdian y Rudian parecían muy preocupados por ella, lo cual hizo que Thiel no sintiera miedo, incluso frente a algo aterrador. Más bien, su corazón se llenó de fuerza.

—No se preocupen…

La esmeralda brilló en la mano de Thiel.

—Volveré pronto.

Tan pronto como Iandros llevó a Thiel al interior del espacio vacío, la entrada se rompió en mil pedazos.

Karthus, Rudian y Ferdian miraron en silencio el lugar donde antes estaba la entrada, sin poder responderle a Thiel.

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El espacio vacío de Iandros estaba completamente sumido en la oscuridad.

Ese lugar no era la mansión que solían ver.

No había un cojín rosa de gran tamaño, ni los viejos juguetes y el sofá, ni el lujoso candelabro.

Solo un espacio de oscuridad. Era similar al espacio vacío de la princesa. Thiel agarró más fuerte la mano de Iandros.

Iandros, para que Thiel no se asustara, sostuvo su mano suavemente y creó una puerta en el espacio vacío.

Fue en ese momento.

¡Fuuuush!

Tan pronto como Ian agitó la mano para generar la grieta, la esmeralda que Thiel sostenía brilló emitiendo una luz resplandeciente.

El reflejo de la esmeralda se proyectó en los ojos de Thiel.