⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Después de la reunión con Iandros, Ria expresó que quería llevarse a Thiel, pero fue detenida por Ferdian.
—Yo la cuidaré. No parece que sea muy tímida.
Ferdian llevó a Thiel de vuelta a su habitación.
Rudian, quien había dejado de lado sus tareas de la academia al escuchar que Iandros se había marchado, también estaba allí.
—Ese tipo, ¿no le hizo nada raro a Thiel?
—Sí, lo hizo.
Ferdian respondió con una sonrisa.
Thiel, sintiéndose un poco incómoda por la respuesta de Ferdian, jugaba con el peluche de leopardo negro que le habían regalado y miraba a Rudian de reojo.
—¿Qué? ¿De verdad le hizo algo?
—Sí, intenté que no se encontraran…
Ferdian, al encontrarse con la mirada de Thiel, extendió su mano hacia ella.
—Thiel, ven aquí.
—¡Oye, pero has estado con ella todo este tiempo! Thiel, ven conmigo. Ven aquí.
Rudian extendió los brazos, no queriendo quedarse atrás.
Thiel jugueteaba con el borde de su vestido, indecisa sobre a cuál de sus dos hermanos debía ir.
Finalmente, eligió a Ferdian.
Estaba más acostumbrada a Ferdian que a Rudian, a quien solo había visto una vez.
—¡Thiel!
—Me lo imaginaba.
Los dos jóvenes tuvieron reacciones opuestas.
Sin embargo, Rudian rápidamente aceptó la elección de Thiel, se sentó a su lado y la miró.
Pasó su mano por el suave cabello de Thiel y tomó su pequeña mano.
—Es realmente pequeña.
Murmuró admirado mientras miraba a Ferdian, recordando algo.
—Por cierto, ¿cuándo dijeron que estarían los resultados de la prueba de paternidad?
—No lo sé, se están retrasando. Deberían haber salido antes de que llegáramos.
—¿Por qué sigue sin salir? Con la cantidad de donaciones que Asterian ha hecho al templo…
Rudian se quejaba mientras pinchaba suavemente la suave mejilla de Thiel.
Pero, poco después, sus ojos brillaron con una travesura.
—Por cierto, escuché que realmente ha manifestado la habilidad de la luz.
—¿Eh? Sí, el señor Karthus lo dijo…
—Eso aún está por verse.
Ferdian interrumpió a Thiel y Rudian.
Thiel abrió los ojos sorprendida y miró a Ferdian.
El joven la miraba con una expresión fría, lo que hizo que los pequeños hombros de Thiel temblaran.
—Padre tampoco está completamente seguro sobre la habilidad de la luz —Pero Ferdian rápidamente sonrió y le hizo cosquillas en la palma de la mano—. Pero si padre lo dijo, debe de ser cierto.
La expresión fría de hace un momento desapareció y solo quedaba el chico sonriente de siempre.
Thiel inclinó la cabeza con curiosidad mientras Ferdian tomaba su mano.
Detrás de ellos, Rudian observaba a Ferdian con una expresión de desdén.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
—¿Hablas de los resultados de la prueba de paternidad?—
Alpheus preguntó mientras masticaba un gran trozo de carne y se limpiaba meticulosamente la boca con una servilleta.
Rudian asintió.
—Ya deberían haber salido hace tiempo, pero aún no tenemos noticias.
Rudian tenía razón. Se suponía que debían recibir los resultados una semana después de enviar la muestra de cabello.
Las donaciones que Asterian había hecho al templo superaban el presupuesto de varios años del imperio.
Por lo tanto, el templo debería haber priorizado su solicitud.
—Es extraño, sí.
Karthus asintió mientras cortaba el filete en el plato de Thiel en pequeños trozos.
Luego pinchó un trozo con un tenedor y lo acercó a la pequeña boca de Thiel.
La niña masticaba felizmente, con sus mejillas redondeadas por la carne y sus grandes ojos de leopardo negro observando el trozo de carne, mientras su cabello de leopardo de las nieves estaba perfectamente trenzado.
Karthus y Lena eran los únicos de sus respectivos clanes que se habían casado y tenido un hijo en esta generación, por lo que era casi imposible que Thiel no fuera su hija, ya que tenía los rasgos de ambos clanes.
La prueba de paternidad no era más que un formalismo, algo que realmente no importaba.
—Es cierto que están tardando demasiado.
¿Acaso Nesstian había influido en el templo? Era una sospecha razonable.
Si manipulaban los resultados de la prueba para que no coincidieran, Nesstian podría librarse de la culpa de haber maltratado a la hija de Karthus y además llevarse a Thiel.
Había que investigar.
Karthus miró a su hija por un momento como si fuera lo más valioso del mundo, y luego le limpió la salsa de carne de la mejilla mientras hablaba.
—Presionaremos al templo. Les pediré que envíen los resultados de la prueba rápidamente.
—Sí, sería lo mejor. Así podríamos anunciar oficialmente que la hija menor de la familia Asterian está viva.
Ferdian sonrió y asintió suavemente. Thiel, al escuchar las palabras ‘anunciar oficialmente’, lo miró.
—La hija menor está viva… ¿Eso es lo que anunciarán?
Pero, ¿qué significaba ‘anunciar’?
Thiel, que solo tenía siete años y nunca había recibido una educación adecuada, no conocía las palabras difíciles.
Ferdian, al ver la expresión curiosa de Thiel, mantuvo su amable sonrisa y ladeó la cabeza ligeramente.
—Eso significa que le diremos a todo el mundo que eres nuestra hermana.
—Ah, ya veo…
—Te convertirás oficialmente en un miembro de la familia Asterian. ¿Lo entiendes, Thiel?
—¡Sí, lo entiendo!
Thiel asintió con entusiasmo. Ferdian esbozó una sonrisa, que por un breve momento se endureció antes de volver a suavizarse.
Fue tan rápido que nadie notó el cambio en su expresión.
Rudian, que había estado escuchando la conversación entre Ferdian y Thiel, levantó su tenedor con un gran trozo de carne y miró a Thiel.
—Cuando anunciemos que la hija menor de los Asterian está viva, recibirás montones de regalos. Claro, en comparación con lo que Asterian puede darte, todos esos regalos serán inútiles, pero aun así, te sentirás muy bien al ver tantas montañas de regalos.
Esta vez, Thiel no se sintió abrumada por la idea de recibir montones de regalos.
Ya había escuchado sobre esto antes gracias a Ian. En su lugar, sus grandes ojos brillaron brevemente con expectativa.
Ferdian, al notar el brillo de anticipación en los ojos de Thiel, continuó con lo que había dicho Rudian.
—Y si lo deseas, podrías asistir a un banquete con nosotros. O podrías invitar a amigos de tu edad a la mansión para tomar el té.
Sin embargo, esta vez, sus ojos no brillaron como antes.
De hecho, parecía un poco asustada. Si hubiera sido un leopardo de las nieves, sus orejas y cola seguramente estarían caídas.
Ferdian, sorprendido por esta reacción inesperada, parpadeó confundido.
—¿No te gusta?
—Te lo dije, tu hermana es tímida. Aunque parece haberse acostumbrado a ustedes rápidamente, todavía le cuesta mucho encontrarse con otras personas.
Karthus habló mientras colocaba su gran mano sobre el suave cabello de Thiel.
Al sentir el calor en la parte superior de su cabeza, Thiel levantó la vista.
—No tienes que tener tanto miedo, Thiel. Si lo prefieres, podemos retrasar el anuncio. Tampoco tienes que conocer a gente extraña si no quieres.
—Sí, señor Karthus.
—Así es, si hay algo que no quieres hacer, no tienes que hacerlo. Si algo no te gusta, dilo, y todo se solucionará.
—……
—Aún eres pequeña, y eso está bien.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Después de la cena.
Ferdian y Rudian, creyendo que ya se habían familiarizado un poco con Thiel, insistieron en cuidarla.
Karthus, por supuesto, iba a negarse.
Pero…
( ¿Estás bien con eso? )
( Sí, estoy bien. Los hermanos mayores son amables conmigo. )
Dado que Thiel insistía en que estaba bien, Karthus no tenía motivos para rechazar que sus hijos cuidaran de su hermana menor.
Finalmente, permitió que Ferdian y Rudian se encargaran de Thiel. Y ahora…
—¿Qué te parece, Thiel? ¿Quieres que te lleve a caballito? Podrías montarte en mi espalda y daríamos una vuelta por toda la mansión Asterian. ¿No sería divertido?
—¿Divertido? No digas tonterías. Thiel, ven aquí. Te leeré un cuento.
Ferdian dio unas palmaditas en el asiento a su lado.
Thiel vaciló por un momento entre la oferta de Rudian de darle una vuelta a caballito y la de Ferdian de leerle un cuento.
—¡…!
Finalmente, después de pensarlo, se sentó cuidadosamente al lado de Ferdian. Aunque le intrigaba la idea del caballito, prefería el cuento.
Desde que llegó a la mansión Asterian, Ria le leía un cuento todas las noches antes de dormir, y a Thiel le encantaba ese momento.
En la mansión Nesstian, los cuentos eran propiedad de Rowen y los demás niños.
Pero a Thiel le gustaban los cuentos.
En los mágicos mundos de fantasía de los cuentos, Thiel sentía que también podía comer deliciosa comida y dormir en un lugar cálido.
Por eso, en las pocas ocasiones en que podía salir del ático, solía sentarse cerca de la puerta de la habitación de Rowen, escuchando los cuentos que se leían al otro lado.
Pero ahora ya no tengo que hacer eso.
El rostro de Thiel se sonrojó un poco. Ahora, no tenía que escuchar a escondidas; Ria le leía cuentos todas las noches. Y además…
—Había una vez, un gran león…
También tenía a su amable hermano mayor, Ferdian, que le leía cuentos.
La suave voz de Ferdian le hacía cosquillas en los oídos.
Thiel se acurrucó junto a Ferdian y se concentró en el cuento.
Entonces, Rudian, molesto por haber sido desplazado por Ferdian, se metió entre los dos con un gesto de disgusto en su rostro.
—¿Qué tiene de divertido esto? Es mucho más emocionante verlo en persona.
Rudian señaló una página del cuento con el dedo.
El libro ilustraba a un león gigante utilizando sus poderes sobrenaturales.
Con esas palabras, Ferdian, anticipando lo que Rudian haría a continuación, frunció el ceño de inmediato.
Ferdian se arregló el cabello, que se le había deslizado por el rostro, y habló.
—No estarás pensando en…
—Mira esto, Thiel.
Con una expresión de orgullo, Rudian agitó su mano en el aire.
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