⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—Qué alboroto.
Ante la reprimenda de Karthus, los dos hermanos cerraron la boca y se detuvieron rápidamente en su lugar.
—En la puerta principal está el carruaje de Wolfgang…
Ferdian, que estaba a punto de continuar con una expresión significativa, cerró los labios de golpe.
Los ojos de Ferdian se agrandaron al descubrir a la pequeña cría de leopardo de las nieves en brazos de Karthus.
El rostro del chico, que antes estaba fruncido como si hubiera visto un fantasma, se iluminó. Ferdian olvidó lo que iba a decir y, como hipnotizado, se acercó a Thiel con la mano extendida.
—¿…Thiel?
—¡Miau!
¡Hermano mayor!
Thiel saltó a los brazos de Ferdian. El abrazo de Ferdian era menos cálido que el de Karthus.
El rostro de Ferdian se suavizó al sostener a su pequeña hermana. Rudian también acarició la cabeza de Thiel, olvidando por completo por qué había venido.
—¡Thiel! ¡Te has transformado en un ser bestia!
—De verdad eres adorable, Thiel.
Ferdian, lleno de alegría, acariciaba suavemente la cabeza de Thiel. Las pequeñas orejas de Thiel se plegaron en la dirección en que Ferdian la acariciaba.
—Entonces, ¿por qué vinieron aquí?
Karthus, que observaba en silencio a sus dos hermanos acariciar frenéticamente a su hermana menor, preguntó con calma.
Los gemelos finalmente recordaron por qué estaban allí y levantaron la cabeza rápidamente.
—¿Padre, ha llamado a Olivier?
—¡En la puerta principal estaba el carruaje de la familia Wolfgang!
—Ah, parece que Olivier ha llegado —Karthus respondió con calma.
Ante esa respuesta tan despreocupada, los dos hermanos quedaron estupefactos. Ferdian abrazó con fuerza a la pequeña cría de leopardo, como si intentara protegerla de algún peligro invisible.
—¡Thiel es muy tímida! ¿Por qué la has llamado?
—Habla con propiedad, Ferdian. Olivier es tu prima.
—…
—Y yo no la llamé. Vino por su cuenta, como siempre.
Lo que Karthus decía era cierto.
Aunque le había informado a Etienne sobre la existencia de Thiel, nunca había llamado directamente a Olivier.
La opinión de Ferdian, de que ‘Thiel es muy tímida, y es demasiado pronto para que conozca a Olivier’, parecía razonable.
Así que la llegada de Olivier a la mansión Asterian esta vez fue por decisión propia.
—…
Rudian sacudió la cabeza, como si hubiera anticipado esta situación.
Ferdian estaba en la misma sintonía.
Olivier tenía la costumbre de hacer lo que le venía en gana. Ya había irrumpido en la mansión Asterian sin previo aviso más de una docena de veces.
Así que seguramente esta vez también había venido simplemente porque quería ver a su prima, sin previo aviso.
De verdad, no me gusta esto…
Por una vez, Ferdian y Rudian estaban de acuerdo.
Alpheus, sin embargo, ignoraba a sus nietos mientras sacaba un pergamino para hacer una lista de pintores famosos.
—De todas formas, ya que está aquí, es hora de saludarla. No es para tanto como para entrar corriendo tan desesperados. Vayan, lleven a Thiel y preséntenla a Olivier.
—…¡¡!!
Esta vez fue Thiel quien abrió los ojos, sorprendida.
Sabía quién era Olivier por lo que había escuchado de Karthus. Era la sobrina de Karthus y su prima.
¿Pero conocerla en este estado? ¡Thiel no quería conocer a alguien nuevo en su forma bestial!
—¡Miau!
Thiel, incapaz de saber qué hacer, enterró su cara en el hombro de Ferdian. Ferdian no perdió la oportunidad y sus ojos brillaron.
—Miren esto. Thiel es tan tímida que no es buena idea presentarla a Olivier…
¡Bang!
En ese momento, la puerta del despacho se abrió de golpe nuevamente. Alpheus miró la puerta abierta con una expresión de aburrimiento.
Los sirvientes, acostumbrados ya, inclinaron la cabeza en señal de disculpa.
Y frente a ellos…
Una encantadora joven con cabello largo y plateado hasta la cintura se encontraba firmemente en la entrada. Los ojos color rosa de la chica brillaban al ver que todos estaban reunidos en la misma habitación: Alpheus, Karthus, Ferdian, Rudian… y la pequeña cría de leopardo.
—¡Todos estaban aquí!
Olivier Wolfgang.
La nieta de Alpheus, sobrina de Karthus y prima de Ferdian, Rudian y Thiel, había llegado.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
—Es tan adorable. ¡Es tan linda! ¡Me la puedo llevar conmigo? ¿Eh? Yo también pasé mi infancia en la mansión Asterian, así que, ¿por qué no la llevo conmigo para que viva en la mansión Wolfgang?
—No digas tonterías, Olivier…
Ferdian ya estaba agotado, rodando los ojos mientras sujetaba más firmemente a Thiel.
Thiel, en medio de todo, sonreía incómodamente.
Los cuatro niños habían sido expulsados del despacho por orden de Alpheus, quien había dicho.
( ¡Dejen de hacer tanto ruido y vayan a jugar afuera! )
Olivier asintió alegremente. Después de todo, no tenía intenciones de quedarse mucho tiempo en el aburrido despacho de su abuelo.
Además, la razón por la que había venido hoy era nada más y nada menos que para ver a su pequeña, adorable y encantadora prima.
¡Es tan tan tan adorable!
Los ojos rosados de Olivier brillaban sin cesar.
Olivier recordó la primera vez que su madre le habló de Thiel.
( …¿Está viva? )
La madre de Olivier, Etienne, hermana de Karthus, había murmurando con una voz temblorosa.
Cuando Etienne supo que Thiel estaba viva, abrazó a Olivier con lágrimas de alivio.
Y Olivier…
( ¡Quiero ir a conocerla! )
( ¡No! Dijeron que tu prima es muy tímida. Espera al menos hasta que se acostumbre a la mansión… )
( ¡Quiero conocerla! Estoy segura de que le caeré bien. Esa mansión está llena de hombres. ¡Debe estar tan sola! ¡Yo tengo que ir a estar con ella! )
Tan pronto como escuchó la noticia de que su prima, a quien creía muerta, seguía viva, rodó por el suelo durante tres días y noches, insistiendo en ir a la mansión Asterian.
Finalmente, el jefe de la familia Wolfgang, incapaz de resistir las súplicas de Olivier, cedió y la dejó ir.
Y ahora…
¡Qué bien que vine!
Olivier brillaba de emoción mientras intentaba arrebatar a Thiel de los brazos de Ferdian.
—¿A dónde crees que vas?
Pero debido a la férrea defensa de Ferdian, Olivier no pudo abrazar a Thiel. Aun así, la joven no se rindió.
—¡Déjame abrazarla solo una vez!
—Ni lo sueñes. ¿Crees que Thiel es un objeto?
—¿Miau…?
—Te prometo que la trataré como si fuera de algodón, ¿sí? La abrazaré con tanto cuidado, como si fuera lo más precioso del mundo. ¡Solo una vez!
—Je, ni en sueños. Sería un milagro si no la dejaras caer.
Rudian intervino con sarcasmo. Olivier dejó de perseguir a Ferdian y se dio la vuelta para fulminar con la mirada a Rudian.
—Rudian.
—…
—¿Acaso… quieres morir?
Olivier murmuró de manera escalofriante. Rudian se estremeció, y Thiel también.
Olivier era la única heredera de la familia Wolfgang, famosa por su incomparable destreza en combate.
Ferdian y Rudian, habiendo crecido junto a Olivier desde muy pequeños, habían aprendido dolorosamente que meterse con ella no traía nada bueno.
—Si sigues hablando así… jamás podrás abrazar a Thiel.
Rudian respondió sin dar el brazo a torcer, y Ferdian asintió con la cabeza, apoyándolo.
—Exacto, Thiel no soporta a personas que atacan de forma tan bruta como tú.
—Vaya, ¿de qué estás hablando? Thiel~, todo fue un malentendido, ¿sí? Tu hermana no es así. Ven aquí, deja que tu hermana te abrace, ¿sí?
Olivier cambió rápidamente de actitud tras las palabras de Ferdian y extendió los brazos hacia Thiel.
Thiel, quien había estado aferrada a Ferdian todo este tiempo, miró tímidamente a Olivier.
No parece una mala persona…
Si Olivier fuera alguien mala, Karthus y Alpheus no le habrían permitido conocerla.
Además, aunque los gemelos parecían detestar a Olivier por fuera, desde que ella había llegado, sus voces habían subido un poco de tono.
Hmm…
Tras un momento de duda, Thiel se removió y salió lentamente de los brazos de Ferdian, extendiendo su patita delantera hacia Olivier.
—¡Miau…!
—¡Cielos, Thiel!
Olivier no la abrazó de inmediato, sino que tomó suavemente la patita de Thiel y, con la otra mano, levantó ligeramente el dobladillo de su vestido.
—¡Encantada de conocerte, Thiel! Mi nombre es Olivier Wolfgang. ¡Soy tu prima!
En ese momento, una suave brisa acarició el lomo de Thiel, haciéndole cosquillas en la nariz. Thiel abrió mucho los ojos al sentir la refrescante brisa.
¡Qué frescura!
El viento rodeaba el cuerpo de Olivier y acariciaba suavemente la patita de Thiel.
Una brisa ligera pasaba suavemente sobre el pelaje de la pequeña cría de leopardo de las nieves, como si la estuviera acariciando.
Era el poder del viento, la habilidad heredada de la familia Wolfgang.
—¡Miau!
Thiel, que había estado un poco acalorada, de repente volvió a llenarse de energía.
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