⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—…. ¿Estaba viva?
Etienne murmuró, incrédula. Su voz temblorosa ahora sonaba como si estuviera sollozando.
Stefano no intentó consolarla con palabras. Simplemente tomó su mano, que temblaba de manera lastimera.
Etienne tenía una gran amistad con Lena. O mejor dicho, toda la familia Asterian amaba a Lena.
Y Etienne también había sido parte de los Asterian antes de casarse.
Por supuesto, ella también amaba a Lena. Pero…
( ¿Muerta? )
( ……. )
( ¡Eso es imposible! ¡Lena no podría morir! ¿Acaso todos han olvidado lo increíble que era su poder? )
Etienne todavía no podía olvidar aquel día. El día en que toda la familia Asterian pareció sumirse en la oscuridad.
El día en que tuvieron que celebrar el funeral de Lena con un ataúd vacío, sin un cuerpo dentro…
Pero ahora, la hija de Lena, la hija de Karthus, su propia sobrina, ¡estaba viva!
Su corazón latía con fuerza descontrolada. En realidad, cuando Olivier no pudo esperar más y corrió a la mansión Asterian, Etienne también había querido ir.
Quería ir con ella… y conocer a la sobrina que siempre creyó muerta.
Quería mirarla a los ojos que debían parecerse a los de Lena, acariciar su cabello que también debía recordar a Lena. Sin embargo…
Ella era la señora de la familia Wolfgang. Había demasiadas cosas que debía hacer antes de poder ir a Asterian.
Etienne y Stefano habían dejado que Olivier se adelantara, mientras ellos manejaban los asuntos de la familia Wolfgang lo más rápido posible antes de dirigirse a Asterian.
Los Wolfgang, con su poder del viento.
Ese poder era tan impresionante que se decía que los niños del clan Wolfgang podían correr hasta los confines de la tierra.
Y no era una exageración.
¡Hiii-hiiiing!
El caballo relinchó con fuerza. Las patas de los caballos, imbuidos con el poder del viento, golpearon el suelo con fuerza y lo atravesaron como si fueran el viento mismo.
A pesar de todo, el carruaje apenas se sacudió. Era de esperarse, ya que la persona que manejaba ese poder era Stefano.
Stefano no podía consolar a su esposa en su tristeza, pero estaba seguro de que podía llevarla lo más rápido posible al lugar donde ella deseaba estar.
Vamos rápido.
El cochero, como si respondiera a esa orden silenciosa, hizo que los caballos corrieran aún más rápido. El carruaje avanzaba con gran velocidad.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
—Entonces… ¿es mi tía?
Thiel entrecerró los ojos y preguntó con cautela. Karthus y Alpheus asintieron.
—¡Mis papás están viniendo! ¡Seguramente están a punto de llegar! La velocidad de los Wolfgang es inimaginable —dijo Olivier con orgullo.
Thiel permaneció en silencio por un momento.
No le desagradaba la idea de conocer a su tía y su tío, pero…
( ¡Inútil! Ah, Lena, ¿por qué tuviste que dar a luz a algo así? ¡Ojalá hubieran muerto juntas! )
Lo único que vino a su mente fue Cornelia, quien siempre la había maltratado con palabras crueles.
Pero pronto, Cornelia desapareció de sus pensamientos.
Ya ni Cornelia, ni Rowen, ni su abuelo podían ocupar su mente por mucho tiempo.
—Thiel.
Thiel tenía una familia que la amaba. Y ese amor superaba con creces los abusos que había sufrido antes.
Y también…
Thiel miró a Olivier. Las mejillas de Olivier estaban sonrojadas de emoción. No era de extrañar, ya que estaba a punto de reunirse con sus padres después de tanto tiempo.
Olivier es una buena persona.
Thiel se sentía muy cómoda viviendo con Olivier.
¡Una chica necesita otra chica!, solía decir Olivier. Y era verdad que había detalles que los chicos no podían entender o cuidar.
Y Olivier era excelente en esas pequeñas cosas. Fue la primera en notar cuando Thiel tenía calor, y siempre se ofrecía a sacarla a dar un paseo.
Así que Thiel estaba segura: Olivier era una buena persona.
Por lo tanto…
Por lo tanto, estoy segura de que mi tía y mi tío también lo serán.
Si Olivier era una buena persona, ellos también lo serían.
Los ojos de Thiel recuperaron rápidamente su brillo. Con sus ojos resplandecientes, miró a Karthus y dijo:
—Entonces, ¿debería ponerme un vestido bonito? Es la primera vez que los voy a conocer.
—Puedes quedarte como estás. Ellos te querrán tal como eres —dijo Karthus, levantando a Thiel en sus brazos.
Había una clara seguridad en su voz, y esa seguridad tranquilizó a la niña.
Fue en ese momento cuando se escuchó un poco de alboroto afuera de la mansión.
—Parece que han llegado —dijo Karthus mientras se acercaba a la ventana con Thiel en brazos.
Desde allí, podían ver los carruajes de los Wolfgang y a los caballeros que se habían detenido rápidamente frente a la puerta.
—¿Bajamos? Tu tía debe estar ansiosa por verte.
—Sí. Papá, ¿te quedarás conmigo?
—No te preocupes.
Justo en ese momento, Olivier abrió de golpe la puerta y salió corriendo.
El resultado fue que la puerta, que ya había sido rota anteriormente, volvió a colgarse de una bisagra, medio destruida.
Oh, esa chica… pensó Alpheus mientras observaba con cariño la puerta que Olivier acababa de atravesar.
Era la misma puerta que él había roto no hacía mucho.
Parece que le ha gustado, jaja…
En ese instante, desde el piso inferior se escuchó un gran estruendo. Algo se había roto, y el ruido era bastante escandaloso.
Oh, esa chica…
El ruido resonó una vez más. Alpheus ya no reía, y frunció el ceño con severidad.
Si se producía otra reunión familiar así, toda la mansión Asterian corría el riesgo de quedar medio destruida. Alpheus se apresuró a caminar.
—¡Olivier! ¿Es que no puedes comportarte?
Pero todos sabían que la reprimenda de Alpheus no llegaría hasta donde estaba Olivier.
Bueno… aunque llegara, probablemente no lo escucharía de todas formas…
Thiel pensó en silencio. Ya se había acostumbrado un poco a la familia Asterian y a sus hermanos mayores.
Después de haber observado todo, se dio cuenta de que Olivier rompiendo la mansión no era algo de un día ni dos. Ocurría con la misma frecuencia con la que Ferdian llamaba a Rudian tonto o idiota.
Y sin embargo, el abuelo aún no se ha dado por vencido…
A estas alturas, cualquiera habría renunciado, como Thiel había renunciado a que Ferdian y Rudian dejaran de pelearse.
Pensamientos como ese nunca habrían pasado por la mente de Thiel cuando recién llegó a Asterian, pero ahora incluso podía sacudir la cabeza con resignación.
Se había convertido completamente en un miembro de esta ‘familia felina’. Karthus estaba un poco orgulloso del crecimiento de su hija.
¡Crash!
—¡Oye, tú!
Alpheus gritó mientras se apresuraba a caminar. Ferdian y Rudian lo siguieron rápidamente.
Y Karthus, como si estuviera disfrutando de un espectáculo, caminaba tranquilamente a cierta distancia de ellos.
Casi parece avergonzado… Ah, no, eso no puede ser.
Thiel tenía bastante buen sentido de la percepción.
Observó los destrozos que Olivier había causado en la mansión.
La escalera en espiral estaba medio destrozada y, de alguna manera inexplicable, el mármol del suelo también estaba agrietado en varias partes.
Al parecer, estaba muy emocionada.
Fue entonces cuando…
—…Pequeña.
Una mujer que estaba parada al pie de la escalera, a lo lejos, comenzó a caminar hacia adelante, como si no pudiera creer lo que veía.
Cabello negro como el ébano, ojos dorados que brillaban como el sol.
No hacía falta que dijeran nada. Thiel sabía que esa era su tía… la hermana de Karthus, Etienne.
Thiel se revolvió ligeramente en los brazos de Karthus, queriendo que la bajara. Él la dejó en el suelo de inmediato.
Etienne no se acercó más. Su expresión era una mezcla de incredulidad y emoción contenida, como si estuviera a punto de llorar.
Por eso…
Tengo que ir yo.
Thiel corrió hacia Etienne, sin timidez ni vacilación. Se paró frente a ella con una sonrisa radiante.
Los ojos temblorosos de Etienne miraron a la pequeña niña que tenía frente a ella.
Una niña con el cabello blanco ligeramente rizado como el de un leopardo de las nieves, y con unos ojos dorados brillantes como los de un leopardo negro.
Thiel inclinó la cabeza y saludó a Etienne con una gran sonrisa.
—¡Hola, tía!
—…Pequeña.
—Me llamo Thiel.
Y con esa introducción clara y concisa, Thiel se presentó. Para Thiel, esto fue un logro y un gran progreso.
Etienne, como si no pudiera creerlo, abrazó a Thiel con fuerza. Sus hombros temblaban ligeramente.
Lena había sido un leopardo de las nieves, pero para los Asterian, era como una luz.
No solo había logrado que los leopardos negros Asterian, que antes no se interesaban ni respetaban entre sí, empezaran a preocuparse unos por otros, sino que también cambió completamente el ambiente sombrío de la mansión.
Y ahora, aquí estaba la hija de Lena. Etienne recordaba lo feliz que estaba Lena cuando anunció que estaba embarazada de su último hijo.
Esta niña traerá aún más alegría a los Asterian.
Pero Lena murió. Murió dando a luz a su hija… o eso pensaron.
Nunca imaginaron que el bebé habría sobrevivido…
Thiel observó los temblorosos hombros de Etienne mientras la abrazaba.
Sabía lo que significaba. Había llorado muchas veces, y había intentado contener las lágrimas muchas veces también.
Así que, sin decir una palabra, la niña la abrazó suavemente en respuesta.
Desde los brazos de Thiel, dos peces pequeños, brillando con una luz suave, nadaron alrededor de Etienne, rodeándola.
Thiel la sostuvo con fuerza.
Y de alguna manera, las palabras que sentía que tenía que decirle a Etienne, que nunca había conocido a su madre, surgieron en su mente.
Y también…
Las palabras que sentía que debía decirse a sí misma, ahora que había vuelto a vivir.
No llores.
Yo estoy aquí… viva.
Comments for chapter "58"
MANGA DISCUSSION