⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Etienne abrazó a Thiel durante mucho tiempo, como si intentara compensar todo el tiempo que no habían estado juntas.
Nadie se atrevió a detenerla. Todos sabían cuán especial era Lena para Etienne.
Un poco después.
—Eh…
Thiel fue la primera en romper el silencio. Estaba completamente acurrucada en los brazos de Etienne, y la llamó tímidamente.
—Tía, ¿estás bien?
Todos los presentes abrieron los ojos con sorpresa ante la pregunta de Thiel.
Una pregunta inocente de una niña. Era, más allá de todo, un consuelo profundamente ingenuo.
Pero esa sola frase envolvió los corazones de todos con calidez.
Desde la pérdida de Lena, nadie se había preguntado mutuamente si estaban bien.
Nunca se habían dado ni siquiera un pequeño consuelo, solo habían tragado su tristeza en silencio.
Ante la voz de la niña, Etienne, que la había estado abrazando todo ese tiempo, levantó lentamente la cabeza. Sus ojos dorados, símbolo de los Asterian, estaban rodeados de piel enrojecida por las lágrimas.
—…Pequeña.
Etienne acarició suavemente la mejilla de la pequeña. Thiel dejó que la tocara sin moverse.
Su mejilla regordeta y blanca se hundió bajo el toque suave de Etienne, cerrando involuntariamente uno de sus ojos.
—Te pareces tanto a tu madre…
La voz temblorosa de Etienne resonó en el aire. Thiel no dijo nada en respuesta, solo la miró en silencio.
Eso fue suficiente.
—Te pareces tanto a tu madre… Lo siento, siento no haberte traído antes.
—Yo…
Thiel respiró hondo. Miró a los demás. A su familia. A los leopardos negros Asterian que la habían aceptado como una de los suyos.
Y lentamente, con cuidado, dijo:
—Estoy bien, no fue demasiado tarde.
Lo dijo para que todos pudieran escucharlo.
No era tarde.
Thiel había muerto una vez, pero ahora estaba aquí, viva.
Justo aquí.
Así que no era tarde. Al contrario de lo que Chender había dicho, que la familia Asterian la odiaría, ellos la amaban y la cuidaban.
Y eso era suficiente.
Estaba feliz de ser amada, y feliz de poder amar. Con eso, bastaba.
Por eso, Thiel lo repitió, clara y pausadamente.
—No fue demasiado tarde, estoy bien. Me alegra haberte conocido, tía.
La niña terminó de hablar con una amplia sonrisa.
En ese momento, todos lo vieron.
La luz más cálida del mundo.
Una luz débil pero clara brilló en el corazón de la mansión Asterian.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
—Finalmente puedo presentarme, soy Stefano, tu tío.
Stefano sonrió amablemente. Tenía anchos hombros y un cuerpo robusto, con músculos que parecían a punto de romper su ropa, pero su voz era sorprendentemente suave.
—Hola, tío, soy Thiel.
—Así que, Thiel, ¿Olivier no te ha molestado?
—…¿Perdón?
—¡Papá!
Olivier gritó en protesta. Pero Stefano, sin prestarle atención, se limpió el sudor de la frente y continuó.
—Si alguna vez te molesta, dímelo. Pelearé con ella… no, con esa niña si es necesario y la traeré de vuelta.
El sudor que perlaba la frente de Stefano indicaba lo acalorada que había sido su discusión con Olivier.
—¿Por qué me haces esto?
—¿Que por qué? ¡Deja de decir tonterías y ve a sentarte en ese rincón!
No había nada como una reunión familiar tranquila.
Olivier estaba enfurruñada, mirando fijamente a Stefano, después de haber sido regañada por insistir en llevar a Thiel a la casa de la familia Wolfgang sin el permiso de Karthus.
La niña, sin mostrar signos de cansancio, seguía enumerando todas las cosas geniales que había en la casa Wolfgang.
—Thiel, ¿quieres venir a casa? Si lo haces, te compraré todo lo que quieras y te daré todo lo que te apetezca comer.
—Hmm…
—¡Esa niña otra vez!
—¡Solo espera! Si el tío no lo permite, simplemente la llevaré cuando esté dormida.
—¡Eso es secuestro! ¡Eres una insensata!
Stefano gritó, con las venas de su rostro a punto de estallar de tanto pelear con Olivier.
Ahora, parecía más bien una plancha de hierro bien caliente… Thiel tomó la manga de Stefano suavemente.
—Estará bien.
—¿Eh?
—Olivier me quiere mucho, por eso dice esas cosas. No lo dice en serio…
—¡Voy a aprovechar que el tío no está para…!
—…No lo dice en serio…
—…
—…¿Tal vez?
Thiel inclinó la cabeza, dejando la frase en el aire.
Stefano suspiró y murmuró con resignación.
—Cuando me muera, esa niña heredará la familia…
—…
—Wolfgang está…
En ese momento.
—¿Qué estás diciendo delante de la niña?
Etienne había vuelto después de haberse ausentado un momento para hablar.
Thiel, con los ojos brillando como si hubiera visto a su salvadora, exclamó:
—¡Tía!
—¿Lo has pasado bien, pequeña?
Etienne la levantó suavemente y le acarició el cabello.
—Sí, ¿terminaste de hablar?
—Sí.
Etienne sonrió radiante.
Thiel echó un vistazo por encima del hombro de Etienne hacia la habitación donde Alpheus y Karthus habían entrado.
Alpheus tenía el rostro pálido, como si hubiera perdido el alma, mientras que Karthus parecía un poco abatido.
¿De qué habrán hablado…?
¿Por qué están actuando así?
La curiosidad de Thiel no tardó en resolverse.
—¡Aunque debían ocultar la existencia de la niña, cómo es posible que me lo hayan dicho tan tarde! De verdad, esto es increíble.
Ah, así que era por eso.
Karthus y Alpheus habían ocultado cuidadosamente la existencia de Thiel desde que llegó por primera vez a la mansión.
Estaban preocupados de que su habilidad especial se filtrara al exterior.
Por eso, parece que la noticia también llegó tarde a Etienne.
Ella seguía mirando a Alpheus con enojo, respirando con dificultad, como si aún no se hubiera calmado.
Alpheus negó con la cabeza, mientras que Karthus evitaba la mirada de Etienne.
Thiel, para evitar que los dos siguieran siendo regañados por Etienne, tiró suavemente del borde de su ropa.
—Tía, ¿cuánto tiempo te quedarás aquí? ¿Vas a quedarte un tiempo con Olivier?
Intentó cambiar el tema con sutileza.
Por suerte, Etienne cedió rápidamente.
—Me encantaría quedarme más tiempo, pero en unos días tendremos que volver a Wolfgang.
—¿Tan pronto?
—Sí, no podemos dejar nuestras tierras desatendidas por mucho tiempo. Pero pronto será la festividad de Luminaria, así que nos volveremos a ver muy pronto.
En ese momento, Olivier, que se había acercado y estaba jugando con la mano de Thiel, frunció el ceño y preguntó:
—¿Volver? ¿Por qué? ¿No puedo quedarme aquí y ir al festival con Thiel?
—Eso es ridículo. Eres la heredera de Wolfgang, debes quedarte en tu lugar.
—Ah~ ser la heredera es tan molesto. ¿No puede hacerlo otra persona?
Olivier era la única hija de la pareja Wolfgang.
Pero su preciada hija acababa de decir que quería deshacerse de la herencia.
—Querido.
Etienne sonrió dulcemente.
—Ocúpate de esto.
—…Ven aquí, Olivier. Tu madre está muy enojada.
Stefano, notando la advertencia en la sonrisa de Etienne, levantó rápidamente a Olivier y se la llevó.
Etienne sonrió ampliamente como si nada hubiera pasado y miró a Thiel.
—Thiel, tengo algo para ti.
—¿Para mí?
—Sí.
Etienne levantó a Thiel en brazos y comenzó a caminar suavemente. Ferdian y Rudian la siguieron discretamente.
Alpheus y Karthus, quienes se habían mantenido a cierta distancia tras recibir varios regaños de Etienne, también comenzaron a caminar tras ella.
Thiel, aún en brazos de Etienne, saludó a su padre y abuelo con la mano, y sus rostros se iluminaron al instante.
El destino de Etienne era el salón donde estaban amontonados los objetos traídos de Wolfgang.
Los sirvientes se movían con diligencia, clasificando y organizando las cosas.
—Dex.
Ante la llamada de Etienne, un hombre que estaba hablando con el mayordomo a cierta distancia se acercó rápidamente e inclinó la cabeza.
—¿Me ha llamado, señora Etienne?
—Tráelo.
—Sí.
Dex se alejó rápidamente. Mientras tanto, Thiel, tranquila en los brazos de Etienne, esperó a ver qué traería Dex.
¿Qué será?
Aunque Thiel ya estaba acostumbrada a recibir regalos, por alguna razón sentía que el ‘regalo’ que Etienne había preparado tenía un significado especial.
Porque…
—…
—…
Todos los demás la miraban en silencio, con rostros serios.
Parecía que todos en ese lugar sabían lo que Etienne había preparado como ‘regalo’.
En ese momento, Dex regresó con una pequeña caja en las manos.
Un silencio absoluto llenó el ambiente.
Comments for chapter "59"
MANGA DISCUSSION