⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
Una mujer con una desgastada túnica se escondió naturalmente en la oscuridad.
No, más que decir que se escondió en la oscuridad, sería más correcto decir que la oscuridad la devoró.
La oscuridad la devoró lentamente, y la mujer dio un paso más hacia esa interminable penumbra.
Sus ojos vacíos captaron completamente la oscuridad total y vacía…
«¿Has regresado?»
Desde la oscuridad, una voz aterradora y gélida preguntó.
La voz continuaba quebrándose tanto que, a menos que uno prestara atención, apenas se entendía.
La mujer asintió con la cabeza.
La oscuridad, como si estuviera complacida, soltó una carcajada y guió a su leal sierva más profundo en las tinieblas.
«Sí, bien hecho…»
Tan pronto como la oscuridad terminó de hablar, un espacio aún más oscuro abrió lentamente su boca y comenzó a tragar sus pies.
La mujer se quedó completamente inmóvil, de pie.
Hasta que fue completamente absorbida por el abismo, tan profundo como el infierno mismo.
…Hasta que su descolorido cabello rubio apareció brevemente fuera de la oscuridad y luego desapareció de nuevo.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
Iandros decidió que primero debía informar al Emperador de la situación, y subió a su carruaje para regresar al palacio.
Mientras tanto, los niños estaban reunidos en la habitación de Thiel, dentro de la mansión.
—Ah, ¿cuándo terminará el festival?
—¿Por qué? ¿No estabas esperando todo este tiempo?
—Sí, lo esperaba, pero ahora que pienso que Thiel podría estar en peligro, ¡olvídate del festival, solo quiero irme a casa!
Olivier gritó mientras daba un beso en la mejilla de Thiel.
Ferdian, horrorizado por la acción de Olivier, levantó a Thiel en brazos, y Rudian limpió la suave mejilla de Thiel con la manga de su camisa.
La mejilla de Thiel quedó presionada donde Rudian limpiaba.
—¿Qué estás haciendo? ¡Qué asco!
Ferdian gritó con disgusto. Era uno de los pocos momentos en los que perdía su calma.
—Thiel, no te quedes quieta. Te dije que dijeras si no te gusta.
—¿Eh?
Thiel lo miró con sus grandes ojos abiertos.
—Pero… lo hace a menudo.
—¿A menudo? ¿Cuándo más lo ha hecho?
Rudian preguntó con sorpresa.
Olivier sonrió y, doblando su dedo índice, tocó la mejilla de Thiel de manera molesta.
—Además… también me gusta.
—¿Te gusta? Si no te gusta, deberías decirlo… ¿Qué?
La expresión de Rudian se endureció al escuchar las palabras de Thiel. Los dos hermanos se giraron hacia ella al mismo tiempo.
—¿Qué te gusta?
—¿Eso?
—Sí, porque Olivier es amable. Me besa todos los días, me acaricia el cabello y me trata con cariño…
Thiel habló lentamente, con una expresión contenta, abriendo y cerrando los ojos.
Al ver eso, Rudian y Ferdian apenas pudieron contenerse de llevarse las manos a la nuca.
—¿Desde cuándo ha hecho eso a Thiel?
—¡Pff! Lo hice mientras ustedes no miraban.
Olivier, rodando sobre la cama, miraba a Thiel con ojos brillantes como si la encontrara adorable.
Thiel, sin prestar atención a lo que sus hermanos o Olivier hacían, sacó otro dulce de la bolsa que tenía en la mano.
Era un pequeño caramelo redondo, cubierto de un fino polvo de azúcar blanco, que se disolvía por completo en la boca en menos de diez minutos.
Mientras los tres niños discutían ruidosamente, Thiel seguía comiendo su caramelo.
En ese momento, alguien llamó a la puerta.
Toc, toc.
Los niños dejaron lo que estaban haciendo y se giraron hacia la puerta al mismo tiempo.
—Adelante.
Cuando Ferdian dio la orden, la puerta se abrió lentamente y una sirvienta entró, inclinando la cabeza en señal de respeto.
—¿Qué pasa?
—El señor de la casa ha ordenado que todos cenen juntos esta noche, así que no deben salir de la mansión.
—¿Cenar todos juntos? ¿De repente?
Thiel entrecerró los ojos al escuchar las palabras de la sirvienta.
Ahora que lo pensaba, desde que habían llegado a Luminaria, no había visto mucho a su abuelo…
Aunque Karthus había estado con Thiel la mayor parte del tiempo, Alphius había estado increíblemente ocupado durante todo el festival, sin descanso.
Bueno, al menos lo veré en la cena.
Pensando en el reencuentro con su abuelo, una pequeña sonrisa apareció en los labios de Thiel.
Sin embargo, parecía que solo Thiel estaba feliz con la noticia.
—¿Qué? ¡Qué molestia!
Olivier gritó con los ojos entrecerrados, y Rudian estuvo de acuerdo.
—Sí, ya sé que no pensaba salir hasta la cena, pero que lo digan de esta manera, me hace sentir que tengo que salir.
Thiel los escuchaba en silencio, resistiendo las ganas de decir que solo parecía que su hermano mayor no quería obedecer a su abuelo.
—Está bien, entendimos. Puedes retirarte.
Entre todo el caos, solo Ferdian mantenía la compostura digna del heredero de la familia ducal de Asterian. La sirvienta inclinó la cabeza y salió rápidamente de la habitación.
—¿Crees que el abuelo tendrá algo que decirnos?
Thiel preguntó cautelosamente.
Incluso si Alphius no hubiera dado esa orden, los niños habrían cenado juntos en la mansión.
Pero dado que había ordenado específicamente que no salieran, estaba claro que Alphius quería decirles algo directamente.
Ferdian pensaba lo mismo, y asintió mientras acariciaba la cabeza de Thiel.
—Parece que sí. ¿A quién habrá salido mi hermana para ser tan inteligente?
Thiel sonrió ante las palabras de Ferdian. Mientras Ferdian acariciaba a Thiel durante un rato, miró con algo de desprecio a Olivier y Rudian, quienes aún seguían peleando.
—Tu hermano y tu hermana no actúan de acuerdo a su edad, ¿verdad?
—……
Thiel quiso defenderlos, pero al ver a los dos niños peleando con las almohadas como si fueran toros, se quedó callada.
Defenderlos en ese momento… era un poco difícil, ya que su comportamiento era algo agresivo.
Ferdian también parecía pensar que era un poco cruel mostrarle eso a Thiel, así que cubrió suavemente sus ojos y le preguntó con cautela.
—Por cierto, Thiel, mañana habrá fuegos artificiales. ¿Te gustaría ir a verlos?
—¿…Fuegos artificiales?
Thiel parpadeó.
¿Qué eran los fuegos artificiales? Thiel nunca había oído hablar de ellos, y mucho menos los había visto…
Después de fruncir el ceño en reflexión por un momento, Thiel tocó suavemente la punta de los dedos de Ferdian con los suyos.
—¿Fuego…?
—……
Luego señaló a Rudian y Olivier, que seguían peleando en la cama.
—¿…Juego?
La expresión de Ferdian se torció en un instante.
Miró una vez a su inocente hermana menor y luego a Rudian y Olivier, que todavía no entraban en razón. Ferdian recogió una muñeca que estaba cerca y la lanzó con fuerza.
¡Paf!
La muñeca golpeó a Rudian directamente en la cara.
—Paren de una vez, o no los llevaré a ver los fuegos artificiales con Thiel.
Con esas palabras, Olivier y Rudian, que habían estado peleando con todas sus fuerzas, se calmaron de inmediato. Los dos niños se acercaron a Thiel con los ojos brillantes, como si nunca hubieran estado peleando.
—Thiel, ¿vas a ir a ver los fuegos artificiales?
—Eso suena genial. ¡Seguro que nunca los has visto antes! Este es tu primer festival, ¿verdad?
—¿Eh? Pero… ¿qué son los fuegos artificiales?
Ferdian, que estaba a punto de explicarle qué eran los fuegos artificiales, abrió y cerró la boca varias veces sin decir nada.
Le vino a la mente la inocencia de Thiel, quien había señalado ‘fuego’ al referirse a las llamas y ‘juego’ al caos que se desarrollaba en la cama, y se sintió algo incómodo.
Mientras Ferdian se frotaba la cara con exasperación, mirando de reojo a Rudian y Olivier, rápidamente recuperó la compostura y sonrió mientras acariciaba la cabeza de Thiel.
—Los fuegos artificiales son como cohetes que se disparan al cielo.
—¿Disparar cohetes al cielo…? ¿Por qué, por qué harías algo así?
Thiel abrió los ojos sorprendida.
¿Disparar cohetes al cielo? ¿Por qué? ¿Era una forma de cazar todas las aves que volaban por ahí?
Al ver la expresión asustada de Thiel, Ferdian se dio cuenta de que algo estaba completamente malinterpretado, así que retrocedió riendo.
Y entonces.
—Mira bien, Thiel.
¡Whoosh!
Una pequeña llama apareció en la punta de los dedos de Ferdian. Era una llama tan pequeña que no lastimaría a nadie si saliera volando.
Ferdian tomó la mano de Thiel y la llevó hacia la ventana. Abrió la ventana y lanzó la pequeña llama hacia el cielo.
La llama ascendió y, justo donde la miraban Ferdian y Thiel, ¡puf!, explotó suavemente.
Las chispas cayeron con elegancia y se esparcieron por el jardín…
—……
—¿…Eh?
Thiel se inclinó por la ventana para mirar hacia abajo.
Las chispas del fuego que Ferdian había lanzado hacía un momento habían caído sobre el jardín, incendiando los árboles.
¡Whoosh!
—¡Ay, madre mía! ¡No sé cómo ha pasado esto!
El jardinero, que había estado podando unos arbustos cercanos, gritó sorprendido mientras corría a buscar agua.
—……
—Um… ¿esto es un fuego artificial?
Thiel miraba alternativamente entre los árboles ardiendo justo debajo de la ventana y el jardinero que corría rápidamente. Entonces le preguntó a Ferdian.
Ferdian sonrió ampliamente.
—Cierra la ventana, Thiel.
—……
—Creo que no necesitas ir a ver los fuegos artificiales, ¿verdad?
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