⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue

—¿Eh?

Thiel, con su media máscara puesta, miró desconcertada a sus dos hermanos y a Olivier.

—¡Kyaa, qué adorable!

—Espera, espera un momento. Creo que aún no estoy listo para ver lo linda que es Thiel…

Olivier gritó de emoción, mientras Rudian se llevaba una mano al pecho, fingiendo estar abrumado.

Ferdian, ignorando a Rudian y Olivier, arregló cuidadosamente el flequillo de Thiel para que no se aplastara con la máscara, y luego los pasó de largo.

—Vamos, Thiel.

—¡Oye, oye! ¡Espéranos!

Olivier gritó desde atrás, persiguiendo rápidamente a Ferdian. Rudian, igualmente, corrió tras ellos apresuradamente.

—¡He dicho que nos esperes!

—Parecía que íbamos a llegar tarde y estaban diciendo tonterías, por eso seguí.

Ferdian caminó a grandes zancadas hacia el carruaje con Thiel en brazos, y Olivier y Rudian lo siguieron, subiendo rápidamente al carruaje.

Olivier también llevaba una bonita máscara de lobo adornada con joyas.

—¡…!

Sin darse cuenta, Thiel extendió su mano y tocó ligeramente la máscara de lobo de Olivier, asombrada, solo para sobresaltarse y encogerse de repente.

Olivier, al notar esto, sujetó la parte inferior de su máscara y preguntó:

—Thiel, ¿quieres que me la quite?

—¡No, no! Estás más hermosa cuando la llevas puesta…

Thiel apartó rápidamente su mano, hablando en voz baja mientras intentaba detener a Olivier.

Gracias a la máscara que llevaba puesta, no se notaba que su cara blanca se habría sonrojado completamente si no la tuviera.

—¡Ay, qué adorable! Si en algún momento la quieres, solo dímelo, Thiel, y te la dejaré.

—S-sí, pero hermana, ¿por qué llevas una máscara?

Thiel, aún en brazos de Ferdian, miraba alternativamente las máscaras de Ferdian y Olivier, tocando suavemente su propia pequeña media máscara blanca con manchas de leopardo.

—Dijiste que íbamos a ver fuegos artificiales… ¿se supone que hay que llevar máscaras para ver los fuegos artificiales?

—Es una antigua tradición ver los fuegos artificiales de Luminaria usando máscaras.

Ferdian le acarició el cabello a Thiel mientras ajustaba su máscara, que se había movido un poco.

—Vemos la luz que explota en el cielo, conversamos con personas con las caras cubiertas y hacemos cosas que normalmente no haríamos…

—¿…Cosas que normalmente no haríamos?

¿Eso no suena peligroso? ¿Y si alguien aprovechara para hacer algo malo, como un asesinato?

Thiel, con sus ojos ya grandes, los abrió aún más mientras miraba a Rudian, Ferdian y Olivier.

Papá y el abuelo dijeron ayer que no debía andar por ahí…

Thiel frunció ligeramente el ceño bajo su media máscara.

Oh.

Pensándolo bien, le dijeron que tuviera cuidado, no que no podía salir.

—No te preocupes, vamos a verlo desde un lugar donde no habrá nadie.

—¿De verdad?

—Sí, solo llevamos las máscaras para crear ambiente. Ya las habíamos preparado, así que sería una pena no usarlas.

El carruaje no tardó en detenerse.

Los niños se bajaron enseguida. Ferdian bajó ágilmente con Thiel en brazos, y ella se agarró al cuello de su hermano, quedándose quieta y segura en sus brazos.

Recordando que Khartus y Alpheus les habían dicho que no se separaran de Ferdian y Rudian, Thiel pensó que lo mejor sería quedarse así, en su lugar más seguro.

Habían llegado a una tranquila orilla del lago.

Tal como dijo Ferdian, en ese lugar no había nadie más, excepto él, Rudian, Thiel, Olivier y varios caballeros de Asterian.

…¿Eh?

De repente, Thiel sintió que algo andaba raro y miró a su alrededor.

Alrededor del lago había un número similar de caballeros de Asterian que cuando se habían reunido en la plaza.

¡Hiiik!

Thiel abrió los ojos de par en par, asustada.

¿Por qué había tanta gente aquí?

Alpheus y Khartus, después de escuchar lo que Thiel había contado, habían asignado casi todos los caballeros a proteger a los niños, dejando solo a unos pocos fuera.

Al darse cuenta de esto, Thiel se sintió aliviada y sonrió suavemente, agradecida por el cuidado y la protección excesiva de su padre y abuelo.

Las doncellas extendieron suaves y finas telas en el suelo para que los niños se sentaran cómodamente en la orilla del lago.

En la orilla opuesta se escuchaban risas y voces de personas disfrutando, todas con máscaras puestas.

Pero el lado donde estaban los niños estaba completamente silencioso, ya que deliberadamente eligieron un lugar sin gente para que Thiel no estuviera rodeada de muchas personas.

—Siéntate aquí, Thiel.

Ferdian sentó a Thiel en su lugar y se acomodó junto a ella. Olivier y Rudian también se sentaron uno tras otro.

Thiel miraba distraídamente hacia la orilla del lago.

—Yo… nunca he visto fuegos artificiales. ¿Van a explotar aquí en el lago?

La pequeña niña, con su pequeña media máscara de leopardo blanco, murmuró en voz baja, luciendo increíblemente adorable.

Ferdian sonrió suavemente, le acarició la cabeza y respondió:

—Espera y lo verás.

—¿Cuándo empezarán?

—Ve y pregunta cuándo empiezan.

Olivier ladeó la cabeza con confusión ante el comentario de Rudian.

—¿No se supone que Ian es quien se encarga de esto?

—¿Por qué Ian se encargaría de eso?

—¡Entonces a quién se lo pregunto!?

—Ve y pregúntaselo a Su Santidad el Papa.

Con esa respuesta tan contundente, Olivier levantó el puño en señal de desafío. Thiel, asustada, agarró su puño y lo acercó a su pecho.

—¡Her-hermana!

—Ah, Thiel, lo siento, lo siento. No volveré a hacerlo. Fue un error~

Olivier, al ver la expresión asustada de Thiel, rápidamente bajó su puño, la acarició con ternura y le dio un suave beso en la coronilla.

Fue en ese momento.

¡Pum!

Algo estalló en algún lugar. Thiel, asustada, se encogió y miró a su alrededor, hacia la oscuridad que rodeaba el lago.

¿Qué, qué fue eso?

Entonces.

—Mira allí, Thiel.

Ferdian tocó suavemente el hombro de Thiel y señaló el cielo oscuro.

Thiel levantó la cabeza.

—…Wow.

Y abrió ligeramente la boca, dejando escapar una exclamación de asombro…

En el oscuro cielo, los fuegos artificiales dorados se extendían como si formaran olas de luz, creando una vista hermosa.

Como una marea de pétalos, las olas de luz subían hacia el cielo oscuro y luego se desvanecían rápidamente.

Ante aquel espectáculo sorprendente y hermoso, los ojos dorados de Thiel, escondidos bajo su máscara, no dejaban de brillar.

—Esto es un espectáculo de fuegos artificiales…

—Los fuegos artificiales de Luminaria son organizados por el templo. El templo se prepara durante tres años solo para esta noche, para hacer florecer las luces en el cielo nocturno.

Ferdian explicó amablemente para que Thiel pudiera entenderlo mejor.

Thiel asintió con la cabeza.

—Es realmente, realmente hermoso…

Y entonces, de repente, pequeñas luces comenzaron a aparecer alrededor del cuerpo de Thiel, pum, pum, como si brotaran de la nada.

Pero nadie la reprendió ni le pidió que controlara su poder. Solo la observaban.

Las pequeñas luces que salían del cuerpo de la niña se reunieron como luciérnagas y comenzaron a volar suavemente hacia el lago.

Sobre la superficie del gran lago, esas pequeñas luces se dividieron en miles y flotaron sobre el agua.

Parecían estrellas, o tal vez brasas… o incluso los restos de algo que ya había ardido. Y al mismo tiempo…

Parecían el comienzo de algo nuevo.

Thiel juntó sus manos con cuidado y cerró los ojos.

De entre sus pequeñas manos, aparecieron un par de peces blancos hechos de luz, moviendo suavemente sus aletas mientras nadaban.

—Thiel.

Olivier pronunció el nombre de Thiel en un susurro emocionado.

Aunque la máscara de Olivier ocultaba su expresión, no había duda de que, bajo ella, su rostro estaba lleno de entusiasmo.

En respuesta a la voz de Olivier, Thiel dejó ir los dos pequeños peces que nadaban en sus manos.

Los peces volaron en círculos alrededor de los niños y los caballeros de Asterian, bendiciéndolos, y luego…

—Hehe…

En lugar de irse tan lejos como los fuegos artificiales del templo, explotaron frente a sus ojos con un pum.

Cuando los peces estallaron, incontables fragmentos de luz cayeron sobre los niños, como si fueran estrellas fugaces que llovían sobre ellos.

Era realmente un espectáculo hermoso.

Con sus mejillas redondeadas y sonrosadas, Thiel miró al cielo nocturno mientras los fragmentos de luz caían sobre ella.

Su primer festival.

Su primer espectáculo de fuegos artificiales.

Sus amados hermanos, sentados a su lado…

Tal vez Thiel no olvidaría este recuerdo en mucho, mucho tiempo.