⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Nue
—Sí, madre.
Clemence Arne respondió con una voz suave, como el susurro de un pequeño pájaro montañés.
—Esta vez hemos recibido una carta de Asterian, Clemence. Piden ayuda para que la princesa de Asterian pueda llegar a ‘esas tierras’.
Iris señaló con la punta de los dedos la carta que tenía el sello de Asterian.
—Tu amiga, Olivier Wolfgang, también los acompañará… Han solicitado un guía de Arne. ¿A quién crees que deberíamos enviar?
—Iré yo, madre.
Clemence sonrió ligeramente al captar las intenciones de Iris.
Clemence era una joven muy perspicaz.
Thiel Asterian.
La niña legendaria que ha manifestado el poder de la luz, viene hasta estas lejanas tierras sin un protector adecuado para cumplir su destino…
Claro, no importa si esa niña realmente cumple la leyenda o no. Ya ha demostrado su poder en el festival.
—Iré personalmente a ver si Thiel Asterian realmente cumple la leyenda, y me aseguraré de que desarrolle una actitud positiva hacia Arne…
Arne es una tierra de gloria y abundancia.
Aunque está en el norte más frío, el territorio de Arne, bendecido por los dioses, disfruta de un clima templado durante todo el año, con vegetación exuberante.
Quizás debido a esta característica, los habitantes de los territorios de Arne, incluida la verde Arne, son personas pacíficas y de carácter suave.
Hasta ahora, Arne había sido la familia menos interesada en el poder y la jerarquía entre todas las familias de los hombres bestia. Su única preocupación era la naturaleza y vivir en armonía con ella.
Por lo tanto, Arne siempre se mantuvo neutral y no tomó partido en ninguna situación.
Eso fue hasta que Iris Hilde Arne se convirtió en la líder de la familia.
Iris quería convertir a Arne en una familia más próspera. El problema era que el territorio de Arne estaba aislado.
No importa cuán bendecida esté por los dioses, esa bendición se limita solo al territorio de Arne.
Al cruzar los límites de Arne, uno se encontraba con el viento cortante proveniente de ‘la tierra donde nunca amanece’, que era capaz de congelar hasta los huesos.
Por eso, nadie salía ni entraba de Arne. Había sido una tierra aislada durante mucho tiempo.
Pero eso ya no es posible.
No pueden seguir aislados para siempre. El viento del norte más allá de los límites estaba empezando a invadir el territorio de Arne.
Así que ya no podían vivir acomodados en la paz. Como líder de Arne, Iris Hilde Arne tenía la responsabilidad de proteger y hacer que Arne prosperara.
Para ello…
—Necesitamos a esa niña, Clemence.
Iker y Nesstian probablemente intentarán aprovechar el viaje de los niños de Asterian a la ‘tierra donde nunca amanece’ para hacerles daño.
Ellos creen que la desaparición de ‘Thiel Asterian’ es lo que mantendrá la paz en el mundo de los hombres bestia. Y tal vez incluso pidan la cooperación de Arne.
Aunque Arne es una familia neutral, si tuvieran que alinearse con alguien, sería más probable que se acercaran a Iker y Nesstian que a Asterian.
Pero están equivocados.
Para que Arne prospere, necesitan la leyenda de esa niña.
El poder glorioso capaz de traer la mañana y el sol a la tierra helada de la muerte.
‘Arcadia’ es una tierra sin dueño.
Si esa tierra se volviera habitable de nuevo, lo más probable es que se anexara al territorio de Arne, ya que está más cerca.
Asterian está demasiado lejos, Iker y Nesstian no habrán hecho nada para merecerla, y Wolfgang probablemente no tenga interés.
Por lo tanto, si Thiel Asterian realmente realiza la leyenda, el mayor beneficiado sería Arne. Al menos, eso es lo que pensaba Iris.
—Por supuesto, madre.
Clemence sonrió con dulzura, tranquilizando a Iris.
Esa sonrisa se parecía mucho a la de Iris Hilde Arne.
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
—El norte es frío, así que prepárense para partir lo antes posible. Justo ha llegado una carta del Emperador. La orden de caballería que los acompañará ya está lista.
Rudian, que escuchaba en silencio a Alpheus, preguntó de repente:
—Pero, ¿no vamos primero a Arne?
—Así es.
—Tenía entendido que Arne tiene un clima similar al de Asterian, cálido durante todo el año, ¿verdad?
—Rudian, idiota… ¿Qué aprendiste en la Academia?
Ferdian frunció el ceño como si le doliera la cabeza mientras miraba a Rudian.
—Arne tiene un clima cálido durante todo el año porque es una tierra bendecida por los dioses, pero ya te dije que las tierras que la rodean no lo son.
—Entonces, ¿las tierras alrededor de Arne son como la tundra de Nesstian?
—No exactamente… Olvídalo. ¿Para qué te explico?
Ferdian se encogió de hombros. Olivier, que abrazaba a Thiel mientras observaba la conversación entre los dos hermanos, también asintió.
—Exacto, tonto. ¡El territorio de Arne es cálido, pero las tierras alrededor son tan frías que incluso un leopardo de las nieves moriría congelado! Esto es de conocimiento básico. ¿Qué has estado aprendiendo todo este tiempo?
—¿Un leopardo de las nieves moriría congelado?
Thiel, con los ojos muy abiertos, miró a Olivier desde sus brazos.
Habiendo experimentado la muerte por congelación una vez, las palabras de Olivier la sorprendieron mucho.
Olivier, sin darse cuenta, había hecho un comentario despectivo sobre Nesstian, y rápidamente, asustado, tapó las orejas de Thiel mientras gritaba.
—¡Dios mío! ¡Olvida lo que oíste! ¡Lo siento, Thiel!
Por supuesto, Olivier no sabía lo que había sucedido con Thiel en el pasado. Thiel pensaba que eso era un alivio.
Conociendo la personalidad de Olivier, si supiera lo que ocurrió, intentaría meter la cabeza en un charco por la vergüenza…
Además, ahora ya estoy bien.
Los recuerdos de ese momento ya eran vagos. Todo lo que ocurrió en Nesstian se había difuminado como un sueño hacía mucho tiempo.
Todo gracias al amor y cuidado de su familia en Asterian.
—¡Por favor, cuida tus palabras, Olivier!
En ese momento, Ferdian, rara vez molesto, tiró de Thiel hacia su pecho, abrazándola. Thiel, sorprendida, parpadeó y se dejó acurrucar en los brazos de Ferdian.
—Silencio, todos.
Alpheus calmó a los niños ruidosos. Olivier, Ferdian, Rudian y Thiel miraron hacia Alpheus.
—Primero, se dirigirán a Arne. Aunque Arne es cálido, el viaje hasta allí será muy frío, así que prepárense adecuadamente.
Alpheus miró a los pequeños con ojos preocupados.
—Partiremos en cuatro días, tan pronto como llegue el príncipe heredero. Es un calendario ajustado, así que asegúrense de estar bien preparados y no olviden nada…
—¿Thiel tiene ropa de invierno? Desde que llegó a Asterian, solo ha estado usando ropa ligera.
Rudian interrumpió abruptamente las palabras de Alpheus con su propia pregunta. Alpheus, al borde de perder la paciencia, bajó la mirada.
—Le hicimos ropa de invierno cuando mandamos a hacer los atuendos en la sastrería la última vez. Escucha lo que te dice tu abuelo.
—Ah, ¿de verdad?
—Sí, así que asegúrense de estar bien preparados…
—¡Ah, es cierto! También debemos llevar muchas mantas mullidas en el carruaje. ¡Voy a envolver a Thiel con las mantas y dejarla dormir bien!
—¡Estoy hablando!
Finalmente, Alpheus no pudo contenerse más y gritó. Rudian y Olivier lo miraron con los labios fruncidos.
Alpheus carraspeó y continuó hablando.
—Prepárense sin olvidar nada. Y recuerden, ustedes son los herederos de Asterian y de Wolfgang. En caso de peligro, en lugar de enfrentarlo directamente, deben priorizar su seguridad.
—Abuelo, en todo el imperio, aparte de los jefes de las familias, no hay nadie que pueda enfrentarse a nosotros, ¿no?
Ante la pregunta de Ferdian, Alpheus asintió lentamente.
—Claro, eso es cierto.
—Entonces, ¿por qué…?
—Pero eso es solo si están ustedes solos.
La mirada de Alpheus se dirigió a su pequeña nieta, que estaba acurrucada en los brazos de Ferdian.
Cuando Thiel vio que Alpheus la miraba, le sonrió, apretando los brazos de Ferdian con fuerza.
Alpheus observó la escena con una mirada de ternura y amor, y habló lentamente.
—Cuando hay algo que proteger, la situación cambia.
Al escuchar esas palabras, los tres niños dirigieron sus miradas hacia su pequeña hermana, el bebé leopardo de las nieves.
—Luchar protegiendo algo es el doble de difícil que luchar sin más. Ferdian, Rudian, Olivier. No lo olviden: deben proteger a su hermana.
—¡No se preocupe!
—¡Confíe en nosotros!
—¡Abuelo, por favor! ¡Te preocupas demasiado!
Uno a uno, Rudian, Ferdian y Olivier respondieron con confianza.
Desde la mano de Thiel, mientras observaba la escena, un pequeño destello de luz, cálido y parecido a su sonrisa, flotó brevemente y luego se desvaneció.
Alpheus los miraba con preocupación.
Sin embargo, junto con la preocupación en sus ojos dorados, también había una profunda confianza en los niños.
La confianza de que lo harían bien.
Esa confianza sería la que los guiaría en su camino…
✦ . * ˚ ✦ . * ˚ ✦
El tiempo pasó rápidamente,
Y finalmente amaneció el día en que los niños partirían hacia ‘la tierra donde nunca amanece’.
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